2. 9:57 Yendo ellos, uno le dijo en el camino: Señor, te seguiré adondequiera que vayas.
9:58 Y le dijo Jesús: Las zorras tienen guaridas, y las aves de los cielos nidos; mas el Hijo del
Hombre no tiene dónde recostar la cabeza.
9:59 Y dijo a otro: Sígueme. Él le dijo: Señor, déjame que primero vaya y entierre a mi
padre.
9:60 Jesús le dijo: Deja que los muertos entierren a sus muertos; y tú ve, y anuncia el reino
de Dios.
9:61 Entonces también dijo otro: Te seguiré, Señor; pero déjame que me despida primero
de los que están en mi casa.
9:62 Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto
para el reino de Dios.
12. PABLO
RENUNCIÓ AL FARISEÍSMO.
El apóstol Pablo fue torturado y después decapitado
por el vil emperador romano Nerón en el año 67.
13. Unos fueron envueltos en pieles de animales y
soltados a los perros para que los despedazaran.
14. Otros fueron amarrados a un palo en el coliseo y le
soltaban a un toro para que los corneara con furia.
15. Otros fueron amarrados a un árbol cuyas fuertes ramas
eran contraídas hacia la víctima.
Luego eran amarradas las extremidades (brazos, pies) a
las ramas del árbol que, cuando se soltaban,
descuartizaban a la persona.
Otros fueron lanzados a los leones.
16. A unos les clavaron clavos de caña entre sus uñas. A
otros les cortaron la nariz, orejas y cabeza.
17. Unos murieron en la hoguera y a otros los arrojaron
al mar con piedras de molino atadas al cuello.
18. Por qué soportaron tanto y no renunciaron a creer en Cristo?
Por qué, no renunciaron?
Por qué simplemente no hicieron lo que hace mucha gente: le
da la espalda a Cristo y se marcha?
19. Porque se habían comprometido con Cristo y lo amaban.
20. LUCAS 14:25-27
14:25 Grandes multitudes iban con él; y volviéndose, les dijo:
14:26 Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y
mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia
vida, no puede ser mi discípulo.(D)
14:27 Y el que no lleva su cruz y viene en pos de mí, no puede
ser mi discípulo.
21. Jesús dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira
hacia atrás, es apto para el reino de Dios.