El documento habla sobre los desafíos que enfrentan las oficinas de software libre en la universidad, incluyendo salir de la facultad de informática, encontrar apoyo, superar la indiferencia, crear valor, evitar conflictos pero también hacer cambios, y garantizar la continuidad de sus esfuerzos.
Voy a dejar de lado los temas más generales de cómo aplicar el software libre a la investigación, cómo hacerlo, temas abiertos y demás que son más para mis compañeros de mesa.
Hay todo un mundo ahí fuera: la universidad es muy grande, y el software libre es una cosa muy seria para dejársela solo a los informáticos
Conseguir, en general, que se te escuche. La universidad es un sitio muy grande, más de 60000 personas, y no todo el mundo lee todos los emails que se mandan a todas las listas. Una OSL es sólo una oficina dentro de las trescientas que tiene la uni. Hay una sobrecarga de información, que hay que manejar. Hay que saber llegar, colocar a la gente en una posición en la que pueda escuchar y ser escuchada
Una OSL puede encontrarse con hostilidad, pero no es lo normal. Lo habitual es la indiferencia. “No si yo quiero liberar mi proyecto fin de carrera|tesis|trabajo de fin de curso, pero es que no tengo tiempo|ganas|no hace juego con mi camiseta Hay que ponerlo lo más fácil posible
Si te quedas mirando al teléfono esperando que te llamen preguntando por la oficina de software libre, vas dao... te puedes aburrir. Organiza diferentes iniciativas para atraer a la gente, sabiendo que en muchas te estrellarás, pero otras tendrás éxito. Continúa lo que funcione, y abandona lo que no. pero ten siempre en cuenta por qué no ha funcionado algo. ¿por qué no ha aparecido nadie en el tutorial de manejo de números de precisión infinita en Haskell? ¿Realmente sirve de algo que le des a la gente discos de Guadalinex? Si te gastas 150 euros en carteles, ¿a cuántos atraen?
La mejor manera de demostrar la utilidad del software libre es creando valor dentro de la OSL: liberando software de uso interno, consiguiendo ingresos a través de la enseñanza o de la transferencia de tecnología propia, participando en proyectos, atrayendo lectores a la página web alojada en la universidad...
Tienes que ofrecer algo siempre a los que te echan una mano o participan en las actividades. Cada colectivo tiene sus propios incentivos, hay que conocerlos y cultivarlos. Así se crea valor.
Cuando te encuentras con alguien por el pasillo todos los días, y todos los días le dices ¿Cuándo vas a liberar tu generador automático de algoritmos para recorte óptimo de uñas de dedos de pies?, acaba haciéndolo aunque sea por no oirte.
Hay que tener un sistema para “followear” las conversaciones por email, las contestadas, las que no, las llamadas perdidas, es como vender pisos: hay que seguir todas las posibles ventas.
Por ejemplo, escribir a todos los que lean una tesis relacionada con software y pedirle que la liberen. Lo más probable es que no te contesten, pero a la quinta vez que lo hagas igual les remuerde la conciencia.
El software libre no es lo que hace la oficina de software libre, y la gente irá liberando, dando cursos, organizando saraos por su cuenta. No es obligatorio contar con ella, ni siquiera reconocer la aportación de la misma. Ya se reconocerá cuando tenga que reconocerse. También hay que evitar ponerse medallas que uno no ha conseguido, pero sobre todo tienes que tener mucho cuidado con las estructuras ya existentes, y respetar los cauces de información y el protocolo existente. Entrando como vaca por cacharrería tu mensaje será mal recibido y no podrás hacer nada. Pero especialmente lo que viene a continuación...
Hay un montón de software libre que necesita apoyo. Aunque tu prioridad debe ser el que se hace en tu universidad, siempre es interesante meterse en otros desarrollos, porque se puede aprender de ellos. No se puede abarcar todo, pero hay que iniciar una red de colaboraciones que puedan sacar cosas adelante.
En todo caso, hay que tener un plan y mirar siempre a uno, dos años vista. Ya sabe la gente qué es el SL, ¿ahora qué? Ya sabe la gente manejar OO, ¿ahora qué? Ya tenemos diez aplicaciones liberadas, ¿ahora qué?
Cuando cambie el rector, ¿qué le dejaremos al siguiente que entre? ¿Qué hará la gente que está trabajando con nosotros?