El documento discute el uso de las redes sociales y la tecnología para mejorar el aprendizaje personal y la educación. Señala que el contexto actual requiere que las personas desarrollen habilidades digitales y de medios para aprovechar las oportunidades de aprendizaje. Propone que los individuos creen un Entorno Personal de Aprendizaje (PLE) utilizando redes para curar, construir y compartir información de manera crítica. También sugiere que las escuelas desarrollen un Proyecto Comunicativo que defina su
2. Figura 1. Tres revoluciones simultaneas que estamos viviendo en el momento actual.
Este tridente tiene y tendrá repercusiones en el ámbito económico, laboral, comunicativo,
familiar, académico… Educativamente hablando, estamos ante potentes oportunidades
formativas formales e informales, a la vez que de grandes desigualdades cognitivas cuando
desconocemos cómo nos pueden ayudar a desarrollarnos. Nos ofrece grandes ventajas en
cuanto al acceso a muchas fuentes de información, a la construcción y gestión de
conocimiento, al tiempo que lo podemos compartir de forma más fácil y eficiente con otras
personas de todo el mundo. Por el contrario, debemos tener cuidado de la seguridad, la
privacidad de nuestros datos y ser consumidores críticos ante tantos medios que tenemos al
alcance (Jubany, 2017).
Si, como decía McLuhan “el medio es el mensaje”, nunca como hasta el momento actual el
medio y los mensajes habían sido tan dinámicos, multimodales y transmedia. En un contexto
todos publicamos everytime‐everything‐everywhere y los medios de comunicación se están
adaptando a ello publicando cada vez más en tiempo real y en formatos multiplataforma. La
tendencia es que siga evolucionando al mismo tiempo que se incrementa la importancia de la
Inteligencia Artificial, el Internet de las cosas o el análisis de bigdata. Un entorno cambiante
donde tenemos que ser críticos con la PostVERDAD, un entorno con más datos y más
dificultades para interpretarlos.
2. El PLE, Personal Learning Environment o Entorno Personal de Aprendizaje:
Hoy el aprendizaje puede ser tan social como personalizado. El aula desaparece como el
templo único del saber y podemos aprender casi lo que queramos, en cualquier momento y
en cualquier lugar, si previamente tenemos adquiridas ciertas habilidades (Jubany, 2012).
Acompañando a esta transformación nace un nuevo término: el PLE, Personal Learning
Environment (Entorno Personal de Aprendizaje) que es el conjunto de elementos (recursos,
actividades, fuentes de información) utilizados para la gestión del aprendizaje personal,
podríamos decir que es la forma cómo aprendemos conectados!
Figura 2. Ciclo comunicativo para pensar el diseño de nuestro PLE (Jubany, 2016).
3. Cualquier persona puede diseñar el PLE como un ciclo comunicativo. Una buena propuesta es
establecer una primera fase de ‘curación de medios’ donde se reconocen las webs, entornos
digitales de aprendizaje, aplicaciones, etc. que serán nuestra fuente de información. A
continuación, dedicar tiempo a la construcción del conocimiento, identificar las herramientas
que ayudan a transformar esa información (editarla, representarla, votarla...), y por último,
comunicarla, compartir de la manera más efectiva el aprendizaje generado: blogs, wikis,
líneas de tiempo, redes sociales... Podemos acompañar el proceso con la reflexión en un
portafolios para coger consciencia de cómo aprendemos.
Una concreción práctica es la apropiación progresiva en tres fases: 1. A demanda según las
necesidades del momento, 2. Entrenamiento para ir cogiendo hábitos y 3.Como ecosistema
vivo y permeable. Y es que nos expone a la red porque dejamos una huella que pasa a formar
parte de nuestra identidad digital (lo que publico, lo que comparto y lo que existe en la red
sobre mi). Complementa nuestro Currículum Vitae porque ya no mostramos tanto lo que
sabemos, si no lo que sabemos hacer, lo que hacemos y lo que dicen otros que hacemos bien.
Se está construyendo un nuevo paradigma de acreditación de habilidades y competencias en
la sociedad en red.
Figura 3. Fases en la apropiación progresiva de herramientas en el PLE (Jubany, 2016).
3. El Proyecto Comunicativo de Centro
Al mismo tiempo Internet y las nuevas tecnologías diversifican nuestras experiencias en
relación a la lectura y la escritura. Podemos identificar nuevas características
complementarias a la lectura en papel como es la diversidad de soportes, el acceso a recursos
electrónicos integrados como enciclopedias, el hipertexto, el transmedia, la multimodalidad y
la socialización de lo que se lee. También la forma de escribir ha evolucionado. Ante un
procesador de textos, cortamos y pegamos, cambiamos la estructura, reescribimos y
reinventamos constantemente. Hoy podemos aprovechar los usos educativos de recursos en
línea, de las narraciones digitales, de la web 2.0, de las redes sociales… con lectores
electrónicos, teléfonos móviles, tabletas, sistemas de proyección u ordenadores.
4.
Figura 4. Cuadro orientativo de textos digitales que conviven y mutan en la red.
Desde la institución educativa podemos aprovechar el proceso de reflexión y de elaboración
del Proyecto Comunicativo de Centro, que prevé como el centro comunica dentro y fuera de
la comunidad educativa (Jubany, 2012). Es conveniente definir su identidad digital a través
sus entornos virtuales y espacios sociales. Hay que elegir qué herramientas, qué usos
lingüísticos y qué protocolos utiliza para informar y participar en el día a día. Y de forma
coordinada se desarrolla la Competencia Digital i la Educación Mediática.
Así pues, el centro educativo es en sí mismo un espacio comunicativo con capacidad de
emocionar a la comunidad educativa. Es importante pensar en que nos comunicamos con los
diversos actores porque es una oportunidad para poner en el eje de la actividad educativa los
valores del diálogo y la empatía que nos ayudarán a construir nuestra ciudadanía. Y es que la
misma institución presenta una visión de la vida a su alumnado y le posibilita volver su mirada
al mundo, para cuestionarlo, para mejorarlo, para emocionar (Jubany, 2015).
4. Redes de Aprendizaje entre Iguales
Para optimizar de forma habitual nuestros canales de aprendizaje, la clave en los procesos de
apropiación constructiva de las redes está en activar formas de comunicación horizontal.
Aprovechar los medios sociales para aprender formalmente e informalmente entre iguales en
jerarquía e inquietudes. Participar en redes de intereses nos ayuda a aprender a resumir,
descubrir opiniones, estar informado, intercambiar puntos de vista, contactar con expertos,
investigar, evaluar o dar visibilidad a nuestros estudios. Podemos diseñar actividades de
aprendizaje de acorde a la siguiente estructura.
Figura 5. Esquema visual de la comunicación jerarquizada y en red (Jubany, 2012).
5. Por poner un ejemplo, en el ámbito educativo y en concreto en la formación docente
informal, tenemos muy buenas experiencias que han funcionado en redes sociales
generalistas como grupos de Facebook o etiquetas activas en las conversaciones de Twitter y
aplicaciones específicas como Ning: Internet en el Aula, #XATAC5, EduCat, #EduHora,
ElBazardelosLocos, Novadors, Espiral, Lacenet...
Pero el mero uso de las redes no es de por sí una garantía de aprendizaje positivo. Pongamos
por ejemplo el uso habitual que hacen dos adolescentes de Youtube. Cuelgan cada semana un
par de vídeos de la misma duración. Esto de por si indica un conocimiento instrumental de la
aplicación. Pero uno comparte bromas pesadas que hace a personas de la calle y el otro
recomendaciones para pasar fases en videojuegos. Este último tiene unos valores
constructivos que le ayudan a generar comunidad y acreditar el desarrollo de su competencia
digital con una identidad interesante en la red.
Después de años de experiencia, con sus correspondientes aciertos y errores, podemos
compartir algunas recomendaciones para participar de forma proactiva en redes:
1. Mantener una actitud de curiosidad y crítica dentro de un ámbito de interés.
2. Participar activamente en redes formales e informales usando distintas herramientas.
3. Seguir a personas con afinidades, que inspiran o de las que quieras aprender.
4. Seguir a otras personas con otras afinidades, edades, ideologias, paises...
5. Incorporar hábitos digitales éticos, saludables y responsables.
6. Gestionar conscientemente nuestras emociones y la identidad digital en la red.
7. Reflexionar y evaluar nuestro PLE con el uso de portafolios y rúbricas.
En conclusión, tenemos amplias oportunidades de educarnos en red que podemos
aprovechar poniendo en juego las 10 C: Compartir, Creatividad, Colaboración, Comunicación,
Conexión, Confianza, Compromiso, Crítica, Comunidad y Ciudadanía.
Bibliografía y referencias
JUBANY, J. (2017). ¿Hiperconectados? Educarnos en un mundo digital. Lectio Editorial.
JUBANY, J. (2016). WEBINAR: Aprender y Educarnos en una Sociedad Conectada. Postgrado Digital
Learning y Experiencias de Aprendizaje Emergente. Universidad de Barcelona.
JUBANY, J. (2015). Hacia el Proyecto comunicativa Centro en "Proyectos lingüísticos de centro".
Cuadernos de pedagogía, 458.
JUBANY, J. (2012). Aprendizaje social y personalizado: conectarse para aprender. Colección Sociedad y
Red. Barcelona. UOC.