Este documento presenta las técnicas de examen físico del abdomen, incluyendo la palpación del hígado, vesícula biliar, páncreas y otros órganos. Describe diversas maniobras para explorar el hígado y detectar anormalidades, así como técnicas para examinar la vesícula biliar y comprobar la presencia del signo de Murphy. El objetivo es proporcionar información sobre el examen físico del abdomen para identificar posibles patologías.
Guía de examen abdominal para identificar hígado, bazo y otros órganos
1. JOHEMAN URBINA.
JOHEMAN URBINA. 1
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE NICARAGUA.
MANAGUA.
FACULTAD DE:
CIENCIAS MÉDICAS.
ASIGNATURA:
SEMIOLOGÍA MÉDICA.
DOCENTE:
Dr. Agustín Téllez.
GUÍA DE CLASE PRÁCTICA DE ABDOMEN 2.
NOMBRE:
JOHEMAN ALBERTO URBINA OBANDO.
GRUPO: 2.
FECHA DE ENTREGA:
JUEVES 04/07/2013.
“NO NECESITO SABERLO TODO, TÁN SÓLO NECESITO SABER DONDE
ENCONTRAR LO QUE ME HAGA FALTA, CUANDO LO NECESITE”.
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OBJETIVOS:
1. Describir las técnicas de palpación de Hígado, vesícula biliar, páncreas, bazo,
riñón.
2. Describir la técnica del tacto rectal y características normales y anormalidades de
la próstata.
3. Señalar las características a la palpación de Hígado en hepatitis, hígado
congestivo, Cirrosis Hepática.
4. Explicar la técnica para investigar el Signo de Murphy.
5. Describir la técnica de examen de los puntos dolorosos renoureterales.
6. Explicar la técnica de examen de la vejiga.
7. Mencionar los grados de esplenomegalia y sus características particulares.
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INTRODUCCIÓN:
Es indispensable la aplicación de los conocimientos anatómicos a la clínica teniendo
en cuenta lo práctico que resulta la proyección exterior, en la pared, de las distintas
vísceras abdominales y sus zonas y puntos de mayor relieve sintomático.
El abdomen contiene en su interior la mayoría de los órganos del sistema digestivo, de
aquí el interés de estudiar esta región con la mayor amplitud posible. Sin embargo, el
abdomen contiene órganos que pertenecen a otros sistemas y que serán referidos
ocasionalmente cuando interese en el orden digestivo. Esto explica que la
exploración abdominal no sea fácil y mucho menos la valoración semiológica de los
síntomas objetivos que se recogen en esta región. Estudiamos las técnicas de
exploración del abdomen de conjunto, como una unidad, aplicando los métodos
clásicos
de inspección, palpación, percusión y auscultación. Ahora me enfocaré en los datos
patológicos obtenidos por cada uno de estos métodos clásicos por separado, con su
gran riqueza y múltiples implicaciones, no solo en el orden de su significación
semiológica, sino de la semiogénesis y, finalmente, los métodos físicos combinados,
utilizados cuando se precisa detectar determinadas alteraciones abdominales
específicas.
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CONTENIDO:
ASPECTOS A PRECISAR EN EL EXAMEN Y EN EL REGISTRO ESCRITO.
Inspección: contorno, simetría, movimientos respiratorios, pulsaciones, peristaltismo,
integridad de la piel, masas.
Auscultación: sonidos intestinales (ruidos hidroaéreos), sonidos vasculares.
Percusión: tono, límites de los órganos abdominales.
Palpación: tono muscular, características de los órganos, sensibilidad, masas,
pulsaciones, acumulación de líquido.
1.- Palpación de Hígado:
-Puñopercusión Hepática: Para comprobar la sensibilidad del hígado cuando éste no
es palpable se utiliza la Puñopercusión. Se coloca la superficie palmar de una mano
sobre la parrilla costal inferior y golpéela con el puño de la otra mano. Un hígado sano
no reacciona con dolor a la Puñopercusión.
-Técnica de Rascado en la auscultación del Hígado: Si el abdomen está distendido o
los músculos abdominales tensos, las técnicas habituales para determinar el borde
inferior del hígado pueden ser ineficaces. En este caso la prueba del rascado puede
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resultar útil. Esta técnica emplea la auscultación para detectar las diferencias de
transmisión de sonido que existen entre un órgano sólido y un hueco. Coloque el
estetoscopio por encima del hígado y con un dedo de su otra mano rasque
ligeramente la superficie abdominal, moviéndose hacia el borde del hígado. Cuando
alcance el hígado, el sonido que recoge se intensificará.
- Técnica unimanual de Brugsh: Con ella se obtiene una impresión de conjunto del
hígado y de la vesícula biliar, se hace con la mano derecha del médico (situado a la
derecha del enfermo), debajo del reborde costal. La mano se coloca de plano, paralela
al reborde y se invita al enfermo a respirar profundamente. Pueden utilizarse los dedos
para delimitar el borde inferior, así como también para la maniobra del témpano en los
casos de ascitis. Con esta palpación se tiene la impresión del tamaño, la superficie y la
consistencia del órgano.
Técnica Bimanual de Chauffard o del peloteo: Consiste en el manejo de ambas
manos, la izquierda por detrás, sobre la región lumbar derecha, y la mano derecha por
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delante, obteniéndose una impresión de peloteo del hígado a través del riñón. Sin
duda, permite obtener también una impresión del borde y de la superficie, así como de
la consistencia del órgano.
Técnica Bimanual de Mathieu (enganche): Se procede como si el médico se fuese a
palpar su propio hígado. Las dos manos en contacto por los índices, se colocan a la
derecha del ombligo sobre la pared abdominal y se rastrea de abajo arriba hasta
alcanzar el borde inferior del hígado como si se tratase de pasar por debajo del mismo.
Se realiza también la modalidad respiratoria dejando las manos fijas a nivel del hígado
y se espera que este órgano entre en contacto con los dedos durante la inspiración.
- Palpación de Devoto: Igual que la anterior, pero con el enfermo de pie, con la
finalidad de proporcionar el descenso del órgano y hacer el método más sensible.
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-Técnica bimanual de Gilbert: En su primer tiempo se utiliza para explorar el borde
anteroinferior del hígado, consiste en la captación de dicho borde rastreando el
hemiabdomen derecho con ambas manos de abajo arriba y viceversa. La mano
derecha se coloca en ángulo recto con la izquierda, tocándose ambas por sus
extremos libres (dedos). El segundo tiempo para explorar el borde posterior es de uso
excepcional.
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-Palpación bimanual de Glenard (palpación del pulgar): Consiste en colocar la mano
izquierda abrazando la región lumbar con los cuatro dedos por detrás y el pulgar por
delante, el cual cae debajo del reborde costal. La mano derecha sobre la pared
anterior, permite la exploración del borde inferior.
-Características normales: Cuando la palpación se realiza en sujetos normales con
poca grasa, es posible identificar el borde inferior del hígado. Mediante la percusión se
identifica una zona superior de matidez relativa, la cual corresponde a la porción
hepática cubierta por la parrilla costal, la que se
relaciona por arriba con el fondo de saco pleuropulmonar, y una zona de matidez
absoluta, que corresponde a la porción inferior del hígado en contacto con la pared
abdominal, particularmente al descender en la inspiración. Hasta las costillas IV o V,
se obtiene la sonoridad pulmonar, y a partir de ese nivel se logra primero matidez
relativa, después matidez absoluta.
Normalmente no se obtienen datos de las vías biliares, ni del páncreas.
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- Características en caso de Hepatitis, Hígado Congestivo y Cirrosis Hepática,
Tumores benignos y malignos, Quistes, Hígado cardíaco, Hígado leucémico,
Hepatomegalia parasitaria, Hepatomegalia sifilítica:
Hepatomegalias: Constituyen un verdadero síndrome originado por causas. Se
observan en la inspección, cuando son muy marcadas, y se identifican con mayor
facilidad en la palpación, la cual permite orientarnos en su posible causa, al poder
estudiar sus caracteres: consistencia, tamaño, sensibilidad, movilidad, regularidad,
forma, etc. No pretendemos hacer una revisión completa de las hepatomegalias, solo
enunciaremos las más importantes en el orden
semiológico y sus caracteres palpatorios:
a) Tumores benignos y malignos. Más frecuentes los malignos y entre ellos los de tipo
secundario o
metastásico. En estos últimos la hepatomegalia es grande, dura, leñosa y
generalmente nodular.
b) Quistes. De superficie lisa cuando son únicos o multinodular cuando son muchos,
presentan siempre
la sensación de renitencia si se palpan con cuidado .
c) Hígado cardiaco (congestión pasiva). Liso, doloroso y variable en tamaño, de modo
paralelo a la
insuficiencia cardiaca (hígado en acordeón).
d) Hígado leucémico. Liso, a veces de gran tamaño, particularmente en la leucemia
mieloide.
e) Hígado cirrótico. Puede adoptar varias modalidades en la palpación pero existen
algunos caracteres
comunes como son: aumento de la consistencia, que es firme o dura, y borde fino,
cortante, que salta al
contacto con la mano.
De acuerdo con el tipo de cirrosis y su estadio evolutivo, señalaremos algunos
caracteres
particulares:
La cirrosis en fase hipertrófica (posnecrótica, portal o biliar) en la cual el hígado está
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aumentado de tamaño, con superficie lisa en la palpación, salvo en sujetos de pared
muy fina en los
cuales es posible palpar una superficie irregular; sin embargo, es conveniente señalar
que muchas veces se toman como nódulos los pequeños cúmulos de grasa de la
pared, lo que conduce a diagnósticos erróneos (aspecto en el que Llanio considera se
debe insistir para evitar equivocaciones).
La cirrosis en fase atrófica, presenta un hígado más duro, pequeño y con el borde muy
fino y cortante.
Las cirrosis posnecróticas macronodulares, presentan nódulos de mediano tamaño (1-
3
cm de diámetro) y de gran tamaño, confundibles con neoplasias.
Señalemos además que en este tipo de cirrosis a veces la lesión predomina en un
lóbulo. En muchos casos el otro se palpa muy aumentado, en función vicariante.
f) Hígado inflamatorio (congestión activa). Es liso y doloroso, propio de las hepatitis
agudas (virales, por ejemplo); sin embargo, la hepatomegalia es discreta.
g) Hepatomegalia parasitaria (ameba, fasciola, etc.). El hígado grande, liso, muy
doloroso, a veces fluctuante si existe un absceso accesible a la mano.
h) Hepatomegalia sifilítica. Más rara, irregular, dura, con hígado “encordelado” (ficelé),
o bien nodular gruesa (heparlobatum).
i) Otras hepatomegalias. Estas son las que se encuentran en: la amiloidosis, el
paludismo, la hemocromatosis, el hígado graso, el hígado colostático por obstrucción
biliar y las tesaurismosis. En todas ellas el hígado se presenta voluminoso, liso, firme y
de borde romo. Afortunadamente, la interpretación semiológica de las hepatomegalias
se facilita cuando se valoran los síntomas asociados: esplenomegalia, ascitis, íctero,
etc., lo que corresponde al estudio sindromológico.
2.- Vesícula biliar: Está prácticamente empotrada en la cara inferior del hígado, solo
es explorable en su fondo, que se proyecta en el borde inferior del hígado, a nivel de la
costilla X en el punto de intersección con el borde derecho del recto mayor del
abdomen. Su eje mayor varía: de pie, paralelo a la columna vertebral, y acostado, más
paralelo al reborde. El colédoco se proyecta en la propia zona de la cabeza del
páncreas, lo que describiremos a continuación.
Palpación de la vesícula biliar: Existen, también distintas maniobras que tienen
como finalidad acercar la vesícula a la mano que palpa y provocar dolor:
Maniobra de Murphy.
Maniobra de Abraham.
Maniobra de Fiessinger.
Maniobra de Murphy: Consiste en introducir a modo de gancho, los dedos de la mano
derecha debajo del reborde costal a la altura de la vesícula. Otros autores, como Pron,
preferían utilizar los dos pulgares a nivel del punto vesicular e invitar al enfermo a
inspirar.
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Fig. 61.12 Maniobra de Pron: a, colocados ambos pulgares por debajo de los
arcos costales, se imprime con ellos una suave presión a fin de examinar la
sensibilidad local a la misma; b, la provocación del dolor al hacer una inspiración
rápida y profunda, al mismo tiempo que se presiona sobre la zona
vesicular, habla a favor de la afectación del colecisto o de las vías biliares
(signo de Murphy), si el carácter de aquel corresponde a las molestias espontáneas
del enfermo.
Si la vesícula es sensible, la respiración se interrumpe bruscamente al realizar esta
maniobra (signo de Murphy) y la mímica del paciente indica dolor.
Maniobra de Abraham: Para realizar la maniobra de este autor se coloca al enfermo en
decúbito dorsal, se busca el punto medio de la línea que va del cartílago noveno al
ombligo, y hundiendo aquí uno o dos dedos de la mano derecha, se provoca dolor
vivo, en pacientes con vesículas calculosas.
Maniobra de Fiessinger: Se aplica toda la mano sobre el hipocondrio derecho y se
invita al enfermo a inspirar profunda y suavemente, así se provoca dolor punzante en
las colecistitis calculosas.
3.- Páncreas: Este órgano se proyecta por detrás a nivel de L1 o L2 y por delante en
la intersección de la línea media con la horizontal que une a la costilla VII u VIII de
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cada lado. La cabeza se proyecta particularmente en la zona pancreaticocoledociana,
de Chauffard y Rivet, zona triangular
formada por la línea media supraumbilical, una línea que va del ombligo a la axila
derecha y el reborde costal. El cuerpo y la cola se extienden hacia la izquierda, en el
epigastrio y el hipocondrio izquierdo.
Palpación del páncreas: En general, se considera muy difícil por la situación
profunda del órgano; no obstante, utilizamos tres métodos:
Método de Grott.
Método de Mallet-Guy.
Punto pancreático de Desjardins.
Método de Grott: Se coloca al enfermo e:n decúbito dorsal con las piernas flexionadas.
Debajo de la columna lumbar se pone un rodillo o almohada pequeña para provocar
lordosis, con lo cual se acerca el páncreas a la pared anterior y se relaja la
musculatura. La mano derecha del explorador
colocada sobre el borde externo del recto anterior, lo rechaza hacia la línea media
permitiendo explorar el páncreas en la profundidad a nivel de su cruce con la aorta
abdominal y la columna vertebral.
Método de Mallet-Guy: Para palpar el cuerpo y la cola del páncreas, se aconseja este
método, en el cual el enfermo se sitúa en decúbito lateral derecho con los muslos
semiflexionados sobre el abdomen. El médico coloca su mano derecha de modo que
se encuentre frente al cartílago noveno, a una distancia aproximada de 3-4 cm del
reborde costal, se deprime la pared abdominal anterior colocando los dedos debajo de
la parrilla costal, en dirección a la región laterovertebral izquierda. Por último, se
levanta la base de la mano y se hunden los dedos en la profundidad por encima del
estómago, que es rechazado a la derecha. La finalidad es contornear el obstáculo
representado por el estómago y poder provocar así, dolor profundo en el páncreas.
Fig. 61.14 Investigación del punto doloroso pancreático del hipocondrio izquierdo
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o método de Mallet-Guy: a, el sujeto se coloca en decúbito lateral
derecho con los muslos flexionados; b, con la extremidad de los dedos del
observador situada a 3 ó 4 cm del reborde costal, se coloca paralelamente al
plano superficial, debajo de la parrilla costal; c, luego, girando hacia la profundidad,
palpa directamente el páncreas, por encima del estómago reclinado
a la derecha.
Punto pancreático de Desjardins: Se describe a 6 cm del ombligo sobre una línea que
une a este con la axila derecha; corresponde al conducto de Wirsung en su
desembocadura duodenal.
4.- Palpación de Bazo: Un bazo normal nunca es palpable. Así que la técnica
exploratoria se realiza para descartar esplenomegalia o ptosis esplénica.
Habitualmente, el bazo debe haber crecido tres veces su tamaño normal antes de ser
palpable.
A. Realice la palpación en decúbito dorsal:
1. Pídale a la persona que se coloque con las piernas extendidas y los brazos a los
lados del cuerpo, y que respire amplia y tranquilamente. La posición será más cómoda
con una almohada no muy alta sobre la que descanse la cabeza.
2. Sitúese de pie, o mejor, sentado a la derecha del sujeto; tome con la mano izquierda
las últimas costillas (IX y XI) y empuje suavemente la pared de fuera a dentro, para
relajar la musculatura parietal, mientras su mano derecha, con los dedos extendidos y
paralelos
a la pared abdominal, palpa de abajo arriba y del ombligo al hipocondrio izquierdo. El
bazo se percibe al final de la inspiración, durante la cual desciende siguiendo una línea
que une el vértice de la axila izquierda con el punto medio del arco de Poupart.
B. Realice la palpación en posición diagonal (posición de Schuster):
1. Coloque al sujeto con el tórax en posición oblicua, intermedia entre el decúbito
dorsal y el lateral derecho; la pelvis y las piernas en decúbito derecho completo; el
miembro inferior derecho se mantiene extendido, mientras que el del lado izquierdo se
flexiona, el muslo sobre la pelvis y la pierna sobre el muslo. La cabeza se sostiene
levantada por una almohada, y coloque otro pequeño almohadón detrás de la región
escapular izquierda,
evitar que la persona haga fuerza para mantener la posición. El brazo izquierdo debe
quedar delante del tórax descansando sobre la cama sin que el hombro se levante.
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Esta precaución es muy importante, pues si se lleva hacia arriba por encima o por
delante de la cabeza como se hace comúnmente, al levantarse el hombro se alza la
parrilla costal, se distiende la musculatura abdominal y se dificulta la palpación.
2. Usted puede colocarse sentado a la derecha o permanecer de pie a la izquierda. En
el primer caso, realice la palpación bimanual como se describió para la posición en
decúbito dorsal: la mano izquierda para sostener la pared costal y la derecha para
palpar. Si usted se sitúa a la izquierda, procure abarcar con los dedos en forma de
gancho, el bazo que sobresale del reborde costal: es la llamada maniobra del
enganche (fig. 17.3).
C. La posición semisentada de Ziemmsen se emplea para lograr una mayor caída
del bazo.
1. Recueste al sujeto sobre tres o cuatro almohadas, en posición oblicua, intermedia
entre el decúbito dorsal y la posición sentada.
2. Usted puede estar sentado a la derecha y palpe de acuerdo con las normas
señaladas a propósito de la palpación bimanual en decúbito dorsal y en decúbito
lateral derecho.
D. La posición de Llanio:
Está basada en los estudios realizados mediante la laparoscopia, durante la cual
puede visualizarse el bazo directamente y su posición y desplazamiento con los
cambios de posición. Su autor le recomienda colocar al enfermo, con el cuerpo en
posición oblicua o lateral derecha completa, en una mesa con una inclinación de
aproximadamente 45o, de modo tal que la cabeza y el tórax queden elevados y el
abdomen y los miembros inferiores
descendidos, es decir, en la posición de Trendelenburg invertida.
En esa posición el bazo desciende y sale de su situación detrás de las costillas, como
puede comprobarse fácilmente durante la laparoscopia. Si no se dispone de una mesa
de reconocimiento pueden utilizarse almohadas para lograr la posición señalada, o
levantar con un calzo la cabecera de la camilla o cama. Por supuesto, todas estas
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maniobras son necesarias cuando el bazo no está muy agrandado, pues de ser así,
puede palparse fácilmente aun en decúbito supino.
Reconocimiento palpatorio del bazo.
El bazo presenta como características:
1. Situación debajo del reborde costal entre las costillas IX y XI.
2. Situación superficial inmediatamente debajo de la pared abdominal.
3. Borde anterior con incisuras o muescas.
4. Movilidad respiratoria amplia y en sentido diagonal hacia el ombligo.
Los errores de técnica cometidos más frecuentemente al iniciarse en la palpación del
bazo son:
1. No hacer previamente una exploración palpatoria de la región abdominal. Esta sola
maniobra permite descubrir los bazos muy grandes, si no se realiza previamente, aun
grandes esplenomegalias pueden pasar inadvertidas o pueden ser confundidas.
2. Iniciar la palpación sobre el reborde costal en vez de comenzar más abajo.
3. Hacer movimientos circulares con la extremidad de los dedos, casi como si
estuvieran haciendo un masaje de la piel y del tejido celular (error muy común).
4. Hacer palpación muy profunda, olvidando que el bazo es muy superficial.
5. Por el contrario, hacer palpación muy superficial sin llegar a deprimir la pared
muscular.
Grados de Esplenomegalia:
Las causas de crecimiento son: enfermedad de gaucher, leshmaniasis y paludismo.
-GradoI: rebasa reborde costal lado izquierdo
-Grado II: a nivel entre reborde costal y cicatriz umbilical
-Grado III: a nivel de cicatriz umbilical
-Grado IV: a nivel entre cicatriz umbilical y cresta iliaca izquierda
-Grado V: a nviel de espina ileiac a anterior o cresta iliaca izquierda
a nivel de lado izquierdo en ultimas costillas hay soplo sistolico en infarto esplenico y
hay roces esplenicos en esplenitis supurativas o abscesos.
5.- Palpación de Riñón: Normalmente los riñones no son palpables. Existen
maniobras clásicas que son útiles principalmente para demostrar la condición
fisiológica, es decir, la ausencia de riñones palpables o los discretos crecimientos o
descensos de estos. Estas maniobras son:
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– Procedimiento bimanual de Guyon.
– Maniobra de Glenard.
– Método de Goelet.
–Técnica de Israel.
Procedimiento bimanual de Guyon: El sujeto debe permanecer acostado boca
arriba, en silencio, totalmente relajado, y el médico sentado del mismo lado del riñón
que explore. Coloque en la región lumbar del examinado su mano izquierda, si se trata
de palpar el riñón derecho, con la extremidad de los dedos a 5 ó 6 cm de la línea
media, de manera que quede sobre la fosa renal y ejerza contra ella una presión
moderada y constante. La mano derecha se coloca en la pared anterior, por debajo del
reborde costal, sobre el límite externo del recto anterior de ese lado. Los dedos deben
quedar en un plano paralelo a la pared abdominal, el médico hace la presión con la
yema de los mismos, no con la punta, y los mantiene erectos, haciendo los
movimientos necesarios a expensas de la articulación metacarpofalángica; la mano
derecha debe ir profundizándose hacia la pared posterior, impulsando los dedos solo
en las inspiraciones hasta llegar a palpar, el riñón de ese lado, cuando está
descendido o aumentado.
Maniobra de Glenard: Fue descrita por este autor para descubrir las ptosis y
clasificarlas en grados. El examinado y el médico se colocan en igual forma que en el
procedimiento anterior. Se
describen tres tiempos: acecho, captura y escape.
Acecho. Se coloca la mano izquierda (si se pretende palpar el lado derecho) de
manera que el borde superior del dedo del medio quede por debajo y paralelo a la
duodécima costilla, llegando su extremo hasta el límite con la masa sacrolumbar
derecha. El pulgar se deja por delante,
en oposición al dedo del medio, formando con él una especie de pinza. La mano
derecha, con los dedos –excepto el pulgar– alineados y dirigidos hacia arriba y afuera
en el flanco derecho, va ejerciendo presión en puntos sucesivos, de abajo arriba, a lo
largo de una línea que va del apéndice xifoides a la mitad del pliegue inguinal. La
finalidad de esta mano es oponerse al desplazamiento lateral del riñón, impedir que su
polo caiga hacia dentro y arriba, y llevarlo afuera, de manera que pueda ser capturado
entre la pinza formada con la mano izquierda.
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Captura. Durante la inspiración el riñón palpable sobrepasa la pinza digitopulgar, la
cual lo captura en la apnea postinspiratoria. Si esto no se produce no existe una
verdadera ptosis.
Escape. En la espiración el riñón se escapa de la pinza digital, moviéndose hacia
arriba o se mantiene fijo por la pinza, lo que es frecuente en la ptosis renal. Existen
otros métodos palpatorios en posición erguida que tienden a facilitar el descenso de
los riñones. Entre estos métodos tenemos el de Goelet.
Método de Goelet: El examinado se encuentra parado sobre el miembro inferior
contrario al lado que se va a palpar, y el otro miembro descansa, flexionado, sobre una
silla, a fin de relajar el abdomen. El procedimiento es bimanual, con una mano en la
zona lumbar y la otra en el abdomen, en acecho inspiratorio del riñón.
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MANIOBRA DE ISRAEL (BIMANUAL): paciente en decúbito lateral (izquierdo para el
riñón derecho y viceversa) con las piernas ligeramente flexionadas. La mano izquierda
del medico es de apoyo en la región lumbar, mientras que la mano derecha se ubica
de plano sobre la fosa iliaca derecha y se asciende presionando con los dedos en
cada espiración, mientras permanece al acecho en cada inspiración.
6.- Examen de los puntos dolorosos renoureterales: Los puntos que a continuación
señalamos, tienen por objeto despertar por medio de la palpación el dolor a distintos
niveles del trayecto de los nervios a que suele referirse el dolor renal, que en definitiva
proceden de las últimas raíces dorsales y primera lumbar. Su inconstancia en las
nefropatías y su presencia ocasional en otras afecciones,
hacen que conserven solo un valor relativo y que unos pocos mantengan cierta
vigencia. Los puntos dolorosos propiamente dichos son:
1. Anteriores:
a) Subcostal.
b) Ureteral superior o pelviureteral. Se busca a la altura de la línea umbilical, en su
intersección con el borde externo del recto anterior. Corresponde a la unión
ureteropiélica. Suele ser doloroso en la pielonefritis, la litiasis
renoureteral, etcétera
c) Ureteral medio. Se busca en la unión de la línea biiliaca con una vertical levantada
desde la espina del pubis.
d) Ureteral inferior. Este punto, que corresponde a la entrada del uréter en la vejiga, se
explora mediante tacto rectal o vaginal.
2. Posteriores:
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a) Costovertebral. Se busca en el ángulo que forma el borde inferior de la costilla XII
con la columna vertebral. Corresponde a la salida, por el agujero de conjunción, del
duodécimo nervio intercostal.
b) Costomuscular. Se explora en la unión del borde inferior de la costilla XII con el
borde externo de la masa muscular espinal. Corresponde a la rama perforante
posterior del duodécimo intercostal en el punto en que se hace superficial.
3. A distancia:
a) Supraintraespinoso.
b) Inguinal.
c) Suprailiaco lateral.
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Técnica de examen de Vejiga: Percusión y Palpación.
PERCUSIÓN: la vejiga distendida se percibe como una matidez de convexidad
superior, en contraste con el timpanismo intestinal.
PALPACIÓN: LA VEJIGA NORMAL NO DEBE PALPARSE A MENOS QUE SU
VOLUMEN URINARIO SUPERE LOS 150 ML. Cuando es palpable se, percibe como
una masa globosa de consistencia firme o duroelástica, y sus límites pueden
delimitarse claramente. Es posible realizar una palpación bimanual, mediante el tacto
rectal en el hombreo vaginal en la mujer. De este modo se aprecia el grado de
distensión de la vejiga, su sensibilidad, el grado de infiltración de su pared y de los
tejidos circundantes. Bajo anestesia general, resulta útil en la estadificación de
tumores vesicales. En las hernias deslizadas con contenido vesical puede distenderse
aún mas la vejiga cuando se comprime la masa escrotal.
9.- Técnica del Tacto rectal: características de la próstata normal y anormal, esfínter
anal externo e interno, Examen del dedo enguantado.
Tacto rectal:
1. Relaje el esfínter anal externo. Use su mano no dominante para separar los glúteos.
Su mano dominante debe estar enguantada, o el dedo índice con un dedil de goma,
lubricado con vaselina simple o si es necesario, cualquier grasa analgésica. Ejerza una
presión ligera con el pulpejo del índice contra todo el ano, lo que relajará el esfínter y
facilitará la inserción del dedo, inclinando ahora este hacia abajo, mientras lo
introduce. Usar la punta del dedo, más que el pulpejo causará mayor dolor y mayor
contractura del esfínter. El examen digital puede ser doloroso si el esfínter externo no
está relajado antes de insertar el dedo examinador.
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2. Palpe el canal anal. Introduzca su dedo en el canal anal, apuntando en dirección al
ombligo, mientras le ordena al sujeto que puje, para relajar aún más el esfínter.
Antes de palpar, pida a la persona que contraiga ahora el esfínter anal externo,
apretándolo alrededor de su dedo, para evaluar los pliegues y el tono muscular del
esfínter. Después que el sujeto se relaje nuevamente, rote su dedo para palpar toda la
luz del canal anal. Pare el examen si la persona experimenta dolor. El esfínter externo
debe permanecer cerrado hasta que la contracción voluntaria de los músculos
elevadores
(como ocurre con la defecación) lo abra. Un buen tono muscular está presente si la
persona puede contraer voluntariamente el esfínter, alrededor del dedo examinador.
3. Palpe los músculos elevadores del ano.Avance su dedo examinador dentro del
canal anal. Palpe los músculos elevadores del ano en la unión anorrectal, en las
regiones posterolaterales de la pared. Los músculos elevadores del ano desempeñan
un papel
importante en el control intestinal. Los músculos pueden ser difíciles de palpar, pero
deben ser lisos y firmes.
4. Palpe las paredes laterales y posterior del recto.Avance su dedo explorador y palpe
sistemáticamente la pared lateral derecha, la pared posterior y la pared lateral
izquierda del recto. La pared posterior puede ser difícil de palpar porque se extiende
más lejos del orificio anal. Pida a la persona que puje mientras usted palpa la pared
posterior, de manera que pueda palparse alguna masa más alta en el recto.
Normalmente el ano y el recto son permeables, comprobándose la lisura de sus
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paredes. Pueden palparse en el recto heces formadas, suaves. Las heces duras o
como piedras, pueden indicar impacto fecal. Si la persona sufre un impacto fecal,
puede rezumar heces líquidas del recto, durante el examen. Si sospecha el riesgo de
que la persona pueda defecarse durante el
examen, coloque previamente apósitos protectores debajo de los glúteos. Las masas
palpables son anormales. Las heces, los tampones en la mujer (sentidos a través de la
pared anterior del recto) y las valvas de Houston no deben confundirse con masas.
5. En los hombres. Palpe la próstata y la pared rectal anterior. Rote el dedo
examinador para palpar la pared anterior. Identifique los lóbulos laterales y el
surco medial de la glándula prostática, precisando su tamaño, sensibilidad,
consistencia (firme o dura) y
superficie (lisa o nodular). La próstata es redonda, de 4 cm de ancho por 2,5
cm de largo, con un surco mediano palpable, separando los dos lóbulos.
Debe sentirse firme, gomosa, y libre de nódulos y masas. No debe ser
dolorosa, aunque puede sentirse deseos de orinar cuando se palpa.
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6. En mujeres. Palpe el cuello uterino. La pared anterior se examina en
las mujeres, como parte del examen físico de la pelvis. Rote el dedo
examinador y palpe la pared anterior. Palpe la punta redondeada del cuello,
precisando si existe dolor o nódulos. Es frecuente que el fondo de saco pueda
ser explorado al tocar el cuello uterino. Pida a la mujer que puje para evaluar
prolapso uterino.
Cuello uterino. Una masa lisa, redondeada, firme, sentida a través de la pared
anterior; no dolorosa a la palpación. Útero. Difícil de palpar por tacto rectal, a
menos que esté prolapsado.
Complete el examen:
1. Retire lentamente del recto su dedo examinador. Observe el color de las
heces que pudieron quedar adheridas en el guante y tome muestra de ellas
para sangre oculta, si lo necesario para practicar la prueba está disponible.
Cuide de no contaminar el periné con la materia fecal que pueda estar adherida
a los guantes.
2. Cuando termine el examen, ofrézcale a la persona papel o tela apropiada
para limpiarse, o limpie usted mismo el periné.
3. Dele las gracias por su cooperación.
4. Lávese las manos. Aunque usted use guantes durante el examen, es
esencial un buen lavado de manos, después de completado el examen.
EJEMPLO DEL REGISTRO DEL EXAMEN EN UN HOMBRE:
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Pliegues, glúteos, regiones sacrococcígea, perianal y anal, libres de lesiones.
Ano limpio, con pliegues normales, no hemorroides externas ni otras lesiones.
Tacto rectal: esfínter externo de buen tono. Recto ocupado por pequeña
cantidad de heces suaves, paredes lisas, no hemorroides internas, no masas ni
dolor. Próstata lisa, firme, no dolorosa y sin masas; tamaño 4 x 2 cm. El guante
sale manchado de heces de color normal, no sangre ni otras secreciones.
BIBLIOGRAFÍA:
*SEMIOLOGÍA MEDICA “CELMO CELENO PORTO”
PROPEDÉUTICA CLÍNICA Y FISIOPATOLOGÍA “LLANIO”.
SEMIOLOGÍA MEDICA Y TÉCNICA EXPLORATORIA “SUROS”.
EXPLORACIÓN FÍSICA “MOSBY”
PROPEDÉUTICA MEDICA “BARBARA BATES”