Que Dios establecería un reino sobre la tierra no era ningún misterio. Desde el primer pecado en el cielo, cuando la soberanía de Dios fue desafiada, fue su propósito manifestar Su soberanía mediante el establecimiento de un reino sobre el cual Él gobernaría.
1. El Trigo y La Cizaña
Otra parábola les propuso, diciendo: El reino de los
cielos es comparado a un hombre que sembró buena
semilla en su campo. Pero, al dormir los hombres,
vino su enemigo y sobresembró cizaña en medio del
trigo, y se fue. Y cuando germinó el tallo y dio
fruto26
, entonces apareció también la cizaña.
(Mateo 13:24-26)
26 T72: comenzó a hacer grano.
El Señor comienza esta parábola donde dejó de hablar del sembrador. Es un cuadro de un
hombre que sembró buena semilla. Luego, mientras los hombres dormían, el enemigo vino
(Satanás), y sembró la cizaña en medio del trigo, mezclando ambas semillas. (Recuerde que
el sembrador es el Señor, y Él no se adormece ni se duerme.)
Thomson, en “La Tierra y el Libro”, nos cuenta que vio la cizaña en el Wady Haman: "El
grano está en el momento ideal de su desarrollo para ilustrar la parábola. Cuando el trigo o
la cebada ya están granados, la cizaña también, y cualquier niño notaría la diferencia; pero
antes, hasta cuando se observan con cuidado se puede uno confundir. Yo no podría
distinguirlos con absoluta seguridad. Hasta los campesinos, que escardan los campos
regularmente en esta tierra, no intentan separarlos al principio. No solo es que los
confundirían; sino que, como las raíces están entremezcladas, sería imposible separarlos sin
dañar lo bueno con lo malo. Hay que dejarlos crecer al mismo tiempo hasta el tiempo de la
siega.»
Unger dice que la cizaña más común que se encuentra en los campos del Oriente Próximo
es el joyo, «una hierba venenosa casi indistinguible del trigo mientras ambos están
creciendo antes de dar la espiga. El Diccionario de la RAE dice que "Se cría
espontáneamente en los sembrados y la harina de su semilla es venenosa».
Al principio se parece tanto al trigo que es imposible distinguirlos. Cuando echan espiga se
los distingue perfectamente, pero para entonces ya se han enredado las raíces de forma que
no se puede arrancar la una sin dañar el otro.
Vine dice que es un tipo de espiga, la más común de las cuatro especies, aristada, que crece
en los campos de cereales, tan alta como el trigo y la cebada, y pareciéndose al trigo. Se
El Trigo y la Cizaña por: Jorge Romero Díaz Página # 1
2. aceptaba entre los judíos que se trataba de una especie degenerada de trigo. Los rabinos la
denominaban «bastarda». Las semillas de esta planta son venenosas para el hombre y para
los animales herbívoros, produciendo sopor, náuseas, convulsiones, e incluso la muerte (sin
embargo, son inocuas para las aves). Las plantas pueden separarse, pero la costumbre es,
como en la parábola, dejar la limpieza hasta que se aproxima la época de la cosecha.
Se llama en hebreo zúnim, se dice que esta palabra viene de la raíz zaná, que quiere decir
fornicar; y cuenta la leyenda que la cizaña se originó en el tiempo de maldad que precedió
al Diluvio, porque entonces toda la creación, seres humanos, animales y plantas, se
descarriaron y cometieron fornicación y produjeron descendientes contra la naturaleza. En
sus primeras etapas, el trigo y la cizaña se parecen tanto que la idea popular era que la
cizaña era trigo que se había corrompido.
El grano de la cizaña es ligeramente venenoso. Causa mareos y náuseas, y tiene efectos
narcóticos, y hasta en pequeñas cantidades tiene un sabor amargo y desagradable. Por tanto
debe separarse del trigo, pero para ello hay que esperar hasta la cosecha, cuando hay que
separarlos a mano.
Levison describe el proceso: «Se suelen emplear mujeres para quitar los granos de cizaña
del trigo que se va a moler... Por lo general, la separación se hace después de la trilla. Se
extiende el grano en grandes bandejas que se ponen delante de las mujeres para que puedan
separar la cizaña, que tiene un tamaño y una forma semejante al trigo, pero se distingue por
su color pizarra.»
Así que en sus primeras etapas de crecimiento la cizaña no se puede distinguir del trigo, y
al final tiene que separarse so pena de graves consecuencias.
La escena de un hombre sembrando cizaña deliberadamente en el campo de otro no es solo
imaginación. Sucedía a veces. Incluso hoy, una de las amenazas más horrendas que se
pueden dirigir a un enemigo en la India es: « ¡Te voy a sembrar mala semilla en tu campo!»
Y en el derecho romano codificado se prohíbe este crimen y se establece su castigo.
La cizaña son las falsas doctrinas. Hay mucho de este tipo de sembrar en el presente. Pero
cuando llegan a dar la espiga, pueden ser separadas sin dificultad alguna». Francamente,
muchas sectas e “ismos (1)
” también parecen ser buenos en el principio. No es posible
distinguir entre ellos hasta que se llega a la décimo segunda, o la décimo tercera lección.
Esas son las lecciones de las cuales tendrán que cuidarse.
En esta vasta campiña en la cual el trigo y la cizaña crecen al mismo tiempo, es el mundo,
no la Iglesia, la Iglesia está en el mundo y por tanto se ve afectada por esta siembra, ya sea
por ismos(1)
que se le oponen, o por cizaña infiltrada entre sus filas.
«Por supuesto, en toda congregación cristiana hay creyentes é incrédulos, convertidos y
convencidos, "hijos de Dios" é hijos del maligno.
El Trigo y la Cizaña por: Jorge Romero Díaz Página # 2
3. La predicación más pura y evangélica no puede impedir que esto suceda. En todos los
siglos de existencia de la iglesia ha sido lo mismo. Así fue en tiempo de los reformadores;
y así es en la época que atravesamos. Jamás ha existido una iglesia visible que se haya
compuesto exclusivamente de trigo. El maligno, ese grande enemigo de las almas, no ha
dejado nunca de sembrar cizaña.
Tampoco es posible prevenirlo por la disciplina más estricta y prudente. Por mucho que se
haga por purificar la iglesia, jamás habrá congregaciones perfectas en cuanto a su
religiosidad, muchos hipócritas é impostores se mezclan en las filas de los verdaderos
cristianos.
Si los escépticos nos atacan con el argumento sarcástico de que el Cristianismo no puede
ser la religión verdadera, porque hay muchos cristianos falsos, recordemos esta parábola y
no nos alteremos. Digámosles que el hecho del cual ellos hacen irrisión no nos sorprende,
pues ya habíamos sido prevenidos por nuestro Maestro respecto a ello hace 20 siglos.
(J.C.Ryle)
Veamos ahora los versículos 27 al 30, de este capítulo 13 del evangelio según Mateo:
Y acercándose los siervos del padre de familia, le dijeron: Señor, ¿acaso no sembraste
buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, tiene cizaña? Y él les dijo: Algún enemigo
hizo esto. Le dicen los siervos: ¿Quieres, pues, que vayamos y la recojamos? Pero él dice:
No, no sea que recogiendo la cizaña arranquéis con ella el trigo. Dejad crecer juntamente lo
uno y lo otro hasta la siega, y en tiempo de la siega diré a los segadores: Recoged primero
la cizaña y atadla en manojos para quemarla totalmente, pero el trigo reunidlo en mi
granero. (Mat. 13:27-30)
Sabemos que:
El enemigo es el diablo.
La cizaña son los hijos del malo.
La cizaña y el trigo han de crecer juntos.
Sus siervos desean arrancar la cizaña.
Hay muchos maravillosos santos de Dios que aman la Palabra de Dios. Pero, al mismo
tiempo el mundo también se empeora. Hay mucha cizaña que crece. El autor de los estudios
bíblicos de “A Través de la Biblia”, el Dr. J. Vernon McGee, contaba que cuando comenzó
su ministerio, se metió en una denominación con la idea de darle una limpieza general.
Pero, pronto se dio cuenta que no podía desenmarañar los problemas de la denominación, y
estuvo agradecido de encontrar después de un estudio de este pasaje, que su deber era el de
predicar la Palabra. Y desde entonces, jamás fue arrancando la cizaña porque se dio cuenta
que cuando se hacía eso, también se arrancaba el trigo junto con la cizaña. Y esto sí que
El Trigo y la Cizaña por: Jorge Romero Díaz Página # 3
4. causa grandes problemas. Nuestro deber, es sembrar la semilla, el crecimiento lo da Dios.
Tanto la cizaña como el trigo crecen en el mundo hoy.
La iglesia verdadera consta de todos los creyentes sinceros con independencia de cualquier
denominación. Los creyentes sinceros son los que en todos los tiempos y en todo el mundo
han confiado en Cristo como su Señor y Salvador, descansan en Él, y aman Su obra. Esta es
la prueba verdadera. No se turbe si el trigo y la cizaña crecen juntos. Algún día el Señor
pondrá en marcha su segadora y separará la cizaña del trigo. Agradezco a Dios que ese no
es mi trabajo, porque temo arrancar también algún trigo.
Habiendo despedido entonces a las multitudes, entró en la casa, y se acercaron a Él sus
discípulos, diciendo: Decláranos*
la parábola de la cizaña del campo. (Mat. 13:36)
Jesús manda a la multitud al lado del mar que se disperse,
y regresa con Sus discípulos a la casa, probablemente la de
Pedro en Capernaúm. Allí, los discípulos pueden
representar el remanente creyente de la nación de Israel.
La nueva mención de la casa nos recuerda que Dios no ha
rechazado para siempre a Su pueblo al cual conoció de
antemano (Ro. 11:2). Allí les explica la parábola de la
cizaña. Ya la hemos repasado, pero veamos con cuánta
exactitud la hemos interpretado. Leamos seguidamente los
versículos 37 al 40 de Mateo, capítulo 13:
Él respondió y dijo: El que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre, el campo es el
mundo, la buena semilla son los hijos del reino, y la cizaña son los hijos del maligno, el
enemigo que la sembró es el diablo, y la siega es la consumación del siglo, y los segadores
son los ángeles. Por tanto, así como la cizaña es recogida y consumida con el fuego, así será
en la consumación del siglo°. (Mat. 13:37-40)
Podría parecer extraño e incongruente pensar en seres
humanos plantados en la tierra. Pero lo que se está
diciendo es que estos hijos del reino son sembrados
en el mundo. Durante todos Sus años de ministerio
público, Jesús sembró el mundo con discípulos que
eran leales súbditos del reino. La cizaña representa
los hijos del Maligno. Satanás tiene una falsificación
para cada realidad divina. Siembra el mundo con
aquellos que tienen una apariencia semejante, una
manera de hablar semejante y hasta cierto punto una
vida semejante a la de los discípulos. Pero no son
seguidores genuinos del Rey.
El Trigo y la Cizaña por: Jorge Romero Díaz Página # 4
⭑ Decláranos del griego
diasafeo G1285
hacer claro,
explicar plenamente, palabra
compuesta de (dia= a través,
intensivo, y safes= claro).
Manuscritos inferiores
registran frazo=acláranos
Siglo: aión (αἰών, G165
), una edad o era.
Significa un período de duración
indefinida, o tiempo contemplado en
relación con lo que tiene lugar en el
período. El sentido que tiene la palabra
no es tanto el de la longitud misma de
un período, sino el de un período
marcado por características
espirituales o morales. VINE
5. Tenemos aquí un cuadro del presente, tan exacto como nos es posible tener. El Señor sigue
revelando nuevas verdades. Ahora, en los versículos 41 al 43, prosigue Jesús explicando
esta parábola:
Enviará el Hijo del Hombre a sus ángeles, y recogerán⭑ de su reino a todos los que causan
tropiezos y a los que hacen iniquidad, y los echarán al horno de fuego. Allí será el llanto y
el crujido de los dientes. Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de su
Padre. El que tiene oídos, oiga. (Mat. 13:41-43)
⭑ R598 La preposición ἐκ en este versículo tiene la idea de: sacar de entre. Así como
la cizaña crece entre el trigo en el mismo campo, los dos reinos coexisten en la
misma esfera (el mundo).
Los segadores son ángeles (véase Ap. 14:14–20). Durante la actual fase del reino no se
lleva a cabo ninguna separación forzosa del trigo y la cizaña. Se permite que crezcan
juntos. Pero en la Segunda Venida de Cristo los ángeles recogerán todas las causas de
pecado y a todos los que hacen el mal, y los echarán en el horno de fuego, donde llorarán y
crujirán los dientes.
Los súbditos justos del reino que estén en la tierra durante la Tribulación entrarán en el
reino de su Padre para gozar del Reinado Milenial de Cristo. Allá resplandecerán como el
sol; esto es, resplandecerán en gloria. Otra vez Jesús repite la críptica amonestación: «El
que tiene oídos para oír, oiga».
Estas palabras de la Escritura tan duras, procedieron de los dulces labios de nuestro
maravilloso Señor.
Conclusión
En esta parábola encontramos que:
Siempre hay un poder hostil al evangelio en el mundo, buscando incesantemente
como destruir la buena semilla.
Debemos estar siempre en guardia.
Es difícil distinguir entre el trigo y la cizaña. Una persona puede parecer buena y ser
de hecho mala; y otra, parecer mala, y sin embargo ser buena.
No nos precipitemos en nuestros juicios. Si hubiera sido por los segadores, al tratar
de arrancar la cizaña también lo hubieran hecho con el trigo.
El juicio es hasta el final de la presente administración G3622
(o dispensación)
El único que tiene derecho a juzgar es Dios. Él es el único que puede discernir entre
el mal y el bien, el único que ve la totalidad de la persona y su vida.
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