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2 · Mecanoterapia
1. CONCEPTO
La mecanoterapia es la utilización terapéutica e higiénica de aparatos
mecánicos destinados a provocar y dirigir movimientos corporales regulados en su
fuerza, trayectoria y amplitud.
Los primeros aparatos de mecanoterapia empezaron a utilizarse en el año
1910 en Suecia y fueron perfeccionados y modificados continuamente, sin
embargo estos primeros dispositivos cayeron progresivamente en desuso por la
complejidad de su instalación y el desembolso económico que suponía su
adquisición. Actualmente los equipos que se utilizan son aparatos sencillos pero
funcionales que permiten además resolver la mayoría de los problemas de
movilización activa regional o segmental.
2. INDICACIONES Y CONTRAINDICACIONES
El uso de la mecanoterapia se puede aplicar tanto para aumentar las
resistencias como para disminuirlas e incluso, para realizar movilizaciones pasivas
o autopasivas, de ahí que su cuadro de indicaciones sea muy elevado:
INDICACIONES DE LA MECANOTERAPIA
Poliomielitis Neuritis Polineuritis
Hemiplejia Paraplejia Neurología
Esclerosis en placas Compresiones radiculares
Esclerosis lateral amiotrófica
Mielitis Síndromes de inmovilización Distrofias musculares
Miositis Espasmo muscular Rigideces Muscular
Espasticidad Alteraciones posturales Atrofia muscular
Tejido
óseo
Artrosis Artritis Periartritis
CONTRAINDICACIONES DE LA MECANOTERAPIA
Imposibilidad de elaboración mental del movimiento
No colaboración Fracturas recientes Anquilosis
3. INTERÉS ACTUAL
El interés actual de la mecanoterapia es que el paciente pueda realizar
ejercicios con una finalidad curativa; para ello es necesario un fisioterapeuta que
enseñe y supervise al paciente los ejercicios a realizar y su posible evolución en el
tiempo; para ello ni señalar que son imprescindibles conocimientos de anatomía,
fisiología y biomecánica para ejecutar enseñar los movimientos al paciente y
corregírselos día a día.
Pretendemos obtener por tanto gran rendimiento del llamado gimnasio
terapéutico. Este gimnasio aparte de la sale de mecanoterapia, tendrá
dependencias para otros actos de rehabilitación como hidroterapia, electroterapia,
terapia ocupacional, logopedia, etc.
La ubicación y tamaño del gimnasio terapéutico es muy variable, pero por
norma general en un hospital de unas 500 camas, las medidas aconsejables del
gimnasio serán unos 10x15 metros de superficie y 4 metros de altura para evitar la
sensación de enclaustramiento y mantener una circulación adecuada del aire.
Conviene que tenga ventanales al exterior, acceso como mínimo por dos puertas
de
suficiente anchura para camas y sillas re ruedas.
El lugar más adecuado para su ubicación es la planta baja del edificio por la
movilidad que esto va a permitir, pero por desgracia, en nuestro país es frecuente
el uso de sótanos y semisótanos enclaustrados y de mala iluminación para los
tratamientos de rehabilitación.
Mecanoterapia · 3
TEMA
Las paredes deberán estar
pintadas de colores claros y relajantes
y tendrán instalados espejos que
faciliten la impresión de amplitud
(además de ayudar a corregir
equilibrios, ayuda en la marcha, etc).
El suelo debe ser de material
antideslizante, aislante e insonorizado.
Los aparatos de los que puede
componerse el gimnasio terapéutico
los podemos dividir primero en su
fijeza o movilidad y en segundo lugar
en atención a los movimientos o
funciones que pueden desempeñar,
así tenemos:
Desplazamientos • Barras paralelas de marcha
• Plataforma con escalera y rampa
Tracción
• Espalderas
• Escalera de dedos
• Tracción cervical
• Tracción lumbar
Rotación • Rueda de hombro
• Rueda de muñeca
Equipamiento fijo
Potenciación muscular
• Poleas de pared
• Banco de cuádriceps
• Banco de Colson
• Banco isocinético
• Jaulas de Rocher
Desplazamientos
• Andadores
• Bastones y muletas
• Sillas de ruedas
Rotación • Bicicleta isocinética
Potenciación muscular • Juegos de pesas
• Zapato Delorme
Arcos de movimiento
• Tablas y discos de Böhler y Freeman
• Mesa de manos
• Tablero AVD
Equipamiento móvil
Varios
• Colchonetas
• Camillas
• Plano inclinado
Ahora daremos un repaso a los aparatos de mecanoterapia que nos vienen
indicados en el título del tema para, posteriormente, hacer una breve incisión en el
resto de aparatos con una explicación somera de los mismos.
4. APARATOS DE TRACCIÓN
Los aparatos de tracción vertebral que vamos a utilizar pueden ser solo
cervicales o lumbares. Para las cervicales las utilizaremos en sedestación,
mientras
que para las lumbares haremos uso de la mesa con aparato completo de tracción,
que con un dispositivo hidráulico o eléctrico y una fijación a nivel torácica,
consigue
elongar y separar la zona lumbar.
Antes de ver estos aparatos hemos de recordar que tipos de tracción hay
muchas: manual por el fisioterapeuta, por la gravedad del peso del cuerpo del
paciente mediante suspensiones, tracción percutánea mediante un vendaje
circular
a través de la piel, tracción esquelética o transósea mediante cirugía, etc; pero en
la que más nos vamos a basar es en la que podemos realizar con mayor facilidad
y
Gimnasio terapéutico
4 · Mecanoterapia
mejores resultados de éxito dentro del gimnasio terapéutico: las tracciones
cervicales y lumbares.
Las tracciones vertebrales lumbares están indicadas en lumbalgis y
radiculalgias por protrusión discal, por canal lumbar estrecho o por estrechamiento
degenerativo y en la columna cervical en cervicalgias y en neuralgia
cervicobraquial
por hernia discal blanda o mixta.
Los pasos a seguir para realizar una buena tracción son:
1. Fijar el anclaje al paciente
2. Utilizar el mayor brazo de palanca posible, en una corrección angular en la
articulación.
3. En tracciones axiales la dirección de la fuerza debe coincidir con la
dirección del segmento que se quiere alongar.
4. La contratracción se colocará en la raíz del miembro o en el tronco en cado
de tracción raquídea.
5. El dispositivo de tracción lo más cercano a la zona a alongar.
Particularmente, la tracción cervical se puede aplicar de forma continua o
intermitente. En el primer caso el peso a colocar será menor que en la tracción
intermitente; se colocará en ambos casos un barbuquejo o collarete de Sayre con
apoyo occisito-mentoniano, siendo el peso no inferior a 5 Kg ni superior a 15.
Para la tracción lumbar se fijará correctamente el torax mediante cinchas
bien almohadilladas para permitir la aplicación de hasta 50 kg y generalmente se
situará al paciente en decúbito supino, reduciendo la lordosis mediante la flexión
de
rodillas y caderas con apoyo en la parte posterior de la pierna.
5. BICICLETA CINÉTICA
Disponen de un freno de resistencia graduable y un indicador para marcar
el número de revoluciones o la distancia recorrida. Las más modernas cuentan
igualmente con un sensor para las pulsaciones cardíacas del paciente. Se utilizan
para entrenar y aumentar la resistencia de los músculos de los miembros
inferiores,
así como para ganar recorrido articular en la articulación de la rodilla.
6. MESA DE MANO
También llamada mesa de Kanavel, se utiliza para la recuperación de las
extremidades superiores. Está formada por una rueda de inercia con freno para la
regulación del esfuerzo, tablero con tensores, prono-supinadores, juego de pelotas
y tornillos con muelles de resistencia para ejercicios de la actividad de la vida
diaria.
Se puede apartar también un pedal para hacer ejercicios de flexo-estensión de
pie.
7. ESPALDERAS
Son muy necesarias para diversos ejercicios del aparato locomotor, como
pueden ser estiramientos, ejercicios para las desviaciones de columna como
Niederhoffer y además pueden utilizarse como apoyo y sujeción de los pacientes
en
otros aparatos como puede ser una tracción cervical. Por tanto suele bastar con
una o dos espalderas adosadas a una zona que permita la utilización de
colchonetas en el suelo o el apoyo de planos inclinados. Podemos efectuar en las
espalderas movilizaciones de hombro, ejercicios en suspensión sobre miembros
superiores para las desviaciones del raquis, etc.
4 · Mecanoterapia
mejores resultados de éxito dentro del gimnasio terapéutico: las tracciones
cervicales y lumbares.
Las tracciones vertebrales lumbares están indicadas en lumbalgis y
radiculalgias por protrusión discal, por canal lumbar estrecho o por estrechamiento
degenerativo y en la columna cervical en cervicalgias y en neuralgia
cervicobraquial
por hernia discal blanda o mixta.
Los pasos a seguir para realizar una buena tracción son:
1. Fijar el anclaje al paciente
2. Utilizar el mayor brazo de palanca posible, en una corrección angular en la
articulación.
3. En tracciones axiales la dirección de la fuerza debe coincidir con la
dirección del segmento que se quiere alongar.
4. La contratracción se colocará en la raíz del miembro o en el tronco en cado
de tracción raquídea.
5. El dispositivo de tracción lo más cercano a la zona a alongar.
Particularmente, la tracción cervical se puede aplicar de forma continua o
intermitente. En el primer caso el peso a colocar será menor que en la tracción
intermitente; se colocará en ambos casos un barbuquejo o collarete de Sayre con
apoyo occisito-mentoniano, siendo el peso no inferior a 5 Kg ni superior a 15.
Para la tracción lumbar se fijará correctamente el torax mediante cinchas
bien almohadilladas para permitir la aplicación de hasta 50 kg y generalmente se
situará al paciente en decúbito supino, reduciendo la lordosis mediante la flexión
de
rodillas y caderas con apoyo en la parte posterior de la pierna.
5. BICICLETA CINÉTICA
Disponen de un freno de resistencia graduable y un indicador para marcar
el número de revoluciones o la distancia recorrida. Las más modernas cuentan
igualmente con un sensor para las pulsaciones cardíacas del paciente. Se utilizan
para entrenar y aumentar la resistencia de los músculos de los miembros
inferiores,
así como para ganar recorrido articular en la articulación de la rodilla.
6. MESA DE MANO
También llamada mesa de Kanavel, se utiliza para la recuperación de las
extremidades superiores. Está formada por una rueda de inercia con freno para la
regulación del esfuerzo, tablero con tensores, prono-supinadores, juego de pelotas
y tornillos con muelles de resistencia para ejercicios de la actividad de la vida
diaria.
Se puede apartar también un pedal para hacer ejercicios de flexo-estensión de
pie.
7. ESPALDERAS
Son muy necesarias para diversos ejercicios del aparato locomotor, como
pueden ser estiramientos, ejercicios para las desviaciones de columna como
Niederhoffer y además pueden utilizarse como apoyo y sujeción de los pacientes
en
otros aparatos como puede ser una tracción cervical. Por tanto suele bastar con
una o dos espalderas adosadas a una zona que permita la utilización de
colchonetas en el suelo o el apoyo de planos inclinados. Podemos efectuar en las
espalderas movilizaciones de hombro, ejercicios en suspensión sobre miembros
superiores para las desviaciones del raquis, etc.
Mecanoterapia · 5
TEMA
8. ESCALERAS Y RAMPAS
Se instalará preferentemente en una de las esquinas del gimnasio, dado
que la sensación de seguridad del paciente subido a ellas es mucho mayor. Suele
consistir esta plataforma en dos series de unos cinco o seis escalones de disinta
altura o, en una escalera y una rampa continua con las correspondientes
barandillas o pasamanos a unos 90 cms sobre los escalones. La escalera y la
rampa
se utilizan después de la iniciación de la marcha sobre barras paralelas; de esta
forma se introduce más dificultad como son los peldaños y preparamos al paciente
para la vida diaria en el que el uso de escaleras es muy frecuente.
9. ESCALERA DE DEDOS
Este dispositivo consiste en un listón de unos 130 cms de largo, en el que
se han cortado una serie de muescas o salientes a una distancia de 25 a 40 mm
entre sí, en los que el paciente debe ir colocando sus dedos. La escalera se
situará
en la pared a 75 cms del suelo en su extremidad inferior y lo utilizamos
primordialmente para aumentar la amplitud de movimientos en el hombro, sobre
todo pidiendo la flexión de miembro superior con el codo en extensión y después
llevando a cabo la abducción. Han de realizarse pocas repeticiones pues es un
ejercicio muy útil para aumentar la movilidad del hombro, pero excesivamente
fatigoso desde el punto de vista muscular.
10. TABLA DE BÖHLER
Son elementos del equipo móvil que se emplean para realizar ejercicios de
flexo-extensión del pie, así como de inversión-eversión y circunducción. Pueden
realizarse simplemente en sedestación con lo que ganaremos en arco de
movimiento o utilizarlo como el disco de Freeman en bipedestación apoyado en
espalderas y nos servirá para ganar equilibrio, coordinación y propiocepción de
miembros inferiores.
11. OTROS APARATOS DE MECANOTERAPIA
Aparte de estos aparatos anteriores reflejados en el índice del temario,
otros pueden completarnos el gimnasio terapéutico, de ellos haremos una breve
descripción:
• Barras paralelas de marcha : De una longitud de cuatro metros debe
instalarse paralelamente a una de las paredes del gimnasio pero a suficiente
distancia como para que el fisioterapeuta pueda moverse mientras camina con
el paciente. Se colocará un espejo en la pared en uno o ambos extremos de
modo que el enfermo pueda verse y coordinarse deambulando. Las barras
deben estar fijadas con solidez al suelo para que no oscilen ni se muevan.
Deben ser regulables en altura, habitualmente entre 50 y 90 cms y la distancia
entre ambas debe ser de unos 50 a 60 cms. Pasada esta fase de deambulación
podremos continuar con rampa y escalera.
• Rueda de hombro: Se coloca fijo a la pared mediante un soporto móvil que
permite regularla en altura para adaptarse a las dimensiones del paciente.
Permite el complejo movimiento del hombro y escápula en rotación.
• Jaulas de Rocher: Formada por cuatro planos enrejados que permiten la
colocación de sistemas de suspensión, poleas, muelles y pesos que veremos en
otro tema.
• Poleas de pared: Colocadas también sobre la pared sobre un bastidor de
acero, se le adaptarán pesas para realizar ejercicios de miembros superiores
preferentemente.
6 · Mecanoterapia
• Plano inclinado : En pacientes que pretendamos verticalizar
• Banco de Colson, cuádriceps e isocinético : Son diferentes bancos para el
tratamiento de la rodilla: preferentemente la musculatura anterior (cuádriceps)
y posterior (isquiotibiales). Con sus diferencias particulares el banco de Colson
se caracteriza por ser cargas indirectas, el de cuádriceps directas y el
isocinético más complejo e incluso regido por un ordenador por realizarse
ejercicios a la misma velocidad. Este último banco al igual que el de cuádriceps
puede permitir igualmente fortalecer la musculatura flexo-extensora de la
cadera.
• Tablero para AVD: Es ya un aparato móvil tipo cuadro que se sitúa en la
pared y que permite al paciente practicar las habilidades rutinarias de la vida
diaria como puede ser teclear por teléfono, quitar y poner enchufes, abrir
manecillas y cerrar de diferentes tipos, abrir cerrar un grifo, etc.
Suspensionterapia y Poleoterapia
Concepto, indicaciones y contraindicaciones. Principios
generales. Utilidades y aplicaciones
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1. Suspensionterapia
• Concepto
• Principios fundamentales
• Tipos de suspensión: suspensión vertical o pendular; suspensión axial
concéntrica; suspensión axial excéntrica; suspensión indiferente; y
suspensiones elásticas o de resorte
• Aparatos accesorios
• Indicaciones y contraindicaciones
2. Poleoterapia
• Concepto
• Ventajas que aporta la poleoterapia
• Principios físicos
• Circuito de poleas: la primera polea
• Ejemplos prácticas de sistemas de poleas
• Indicaciones y contraindicaciones
TEMA
2 · Suspensionterapia y Poleoterapia
1. SUSPENSIONTERAPIA
1.1. CONCEPTO
Los ejercicios en suspensión son una modalidad terapéutica, una
cinesiterapia activa asistida o activa resistida que va encaminada a suprimir la
acción de la gravedad. Esto es, hacer “flotar” la extremidad tratada en el espacio
con un sistema de sostén, por lo que el segmento movilizado no está soportado
por
la musculatura del sujeto, sino que estará por el sistema de suspensión que se le
aplica.
De esta forma se conseguirá una relajación de los músculos que no
intervienen en el movimiento, provocando así la contracción de los agonistas de
forma selectiva. Estas técnicas han sido utilizadas por primera vez por Guttrie
Smith
en 1943 como tratamiento de las secuelas de afecciones motrices y, valiéndose de
un montaje en forma de marco.
Estos movimientos se realizan en un solo plano y eje y están dentro de las
técnicas de cinesiterapia activa asistida o activa resistida. La suspensión mecánica
suple a la suspensión muscular realizada en la raíz del miembro por un cierto
número de músculos y permite la acción del músculo responsable del movimiento
deseado, pues de esta forma evita rozamientos innecesarios.
1.2. PRINC IPIOS FUNDAMENTALES
1. Los movimientos se realizan en un solo plano y un solo eje.
2. Los efectos de la gravedad deben evitarse siempre, a no ser que se
empleen como ayuda o como resistencia, y que cada movimiento se
produzca en las mejores condiciones mecánicas y económicas.
3. Los movimientos deben ser rítmicos, para evitar fatigas musculares.
4. La contracción es del tipo isotónico; de esta forma el músculo se fatigará
más tarde que si la contracción fuera isométrica.
5. La suspensión se opondrá a las obstrucciones mecánicas del movimiento:
gravedad, rozamiento y resistencias internas.
6. La suspensión sustituye a los músculos fijadores y sinérgicos, trabajando
únicamente los agonistas, ahorrando energía y retrasando la fatiga.
7. Se inmoviliza el segmento proximal de la articulación movilizada, con el fin
de que trabajen los músculos agonistas.
8. Los movimientos deben ser siempre activos, para así obtener la puesta en
marcha de unidades motoras.
9. La indicación y el montaje deben ser los adecuados.
1.3. TIPOS DE SUSPENSIÓN
Suspensión vertical o pendular
Es aquella en la que el punto de toma o de enganche de la eslinga está
situado en la vertical del punto de suspensión del miembro, está situado en el
extremo más distal del miembro del paciente que queremos suspender En este
caso la extremidad del mismo oscila como un péndulo a uno y otro lado del punto
de reposo, del cual se aleja elevándose y describiendo un arco circular en un
plano
vertical. Este movimiento pendular no será asistido por igual en toda su
trayectoria,
ya que será menos asistido cuanto mayor vaya siendo el ángulo de movimiento en
relación con la vertical. Este tipo de suspensión no permite un desplazamiento de
gran amplitud de la extremidad distal del miembro. El desplazamiento de la
extremidad se hace según una curva cóncava por arriba (a no ser que el punto de
pivotamiento esté al infinito). Por tanto, la suspensión vertical o pendular se
emplea generalmente como tratamiento postural y de relajación. Existen a su vez
3
tipos de ejercicios a realizar:
• Suspendidos lanzados (1 A)
• Suspendidos mantenidos (1 B)
Suspensionterapia y Poleoterapia · 3
TEMA
• Suspendidos conducidos (1 C)
Suspensión axial concéntrica
Se realiza cuando el punto de o punto de anclaje está sobre la vertical del
eje de la articulación que se trata de movilizar (la cuerda de la eslinga está dirigida
oblicuamente entre su punto de fijación superior y las cinchas de suspensión del
miembro). En este caso, la extremidad del miembro se desplaza horizontalmente,
describiendo un arco de círculo en un plano horizontal y en un eje perpendicular a
la articulación. Esta suspensión puede descomponerse en dos fuerzas, una
vertical
que corresponde al sostén del segmento que se moviliza y otra horizontal axial de
compresión articular. La suspensión axial concéntrica se emplea en músculos con
un balance inferior a 3 en la escala Kendall. Este tipo de suspensión permitirá
realizar un desplazamiento de 360º en un plano estrictamente horizontal.
Habitualmente se emplea para realizar los movimientos-tipo (adducción-
abducción,
flexión-extensión de la articulación del hombro y la cadera).
Suspensión axial excéntrica
Se realiza cuando el punto de enganche de la cuerda de la eslinga está en
cualquier otra parte que no sea la vertical del eje articular o de la cincha de
suspensión del miembro. En este caso, la extremidad del miembro tiende, por su
propio peso, a situarse en la vertical del punto de suspensión. Con ello lo que
hacemos es facilitar un movimiento y resistir el contrario.
• Suspensión axial excéntrica lateral : Este tipo de suspensión se realiza
cuando el punto de enganche está situado a nivel de la articulación que crea el
desplazamiento, pero está descentrada hacia el interior o hacia el exterior del
segmento corporal del paciente. El movimiento describe un plano inclinado. La
extremidad del miembro tenderá a ser llevada por la gravedad hacia la zona
situada en la vertical del punto de suspensión (3 A).
• Suspensión axial excéntrica proximal : El punto de anclaje queda en la
prolongación del segmento, pero se desplaza hacia la parte proximal del
paciente. De esta forma se produce una mayor compresión en la articulación;
representa una fuerza de coaptación articular, aumentando a medida que el
ángulo formado por estas dos fuerzas se cierra, sea por el descenso del punto
de suspensión, por el desplazamiento proximal de ese punto, y por la
combinación de los dos factores.
• Suspensión axial excéntrica distal : Se produce cuando el punto de anclaje
queda en la prolongación del segmento, pero se desplaza hacia la parte distal
de la extremidad del paciente. El ángulo formado por la dirección de las dos
fuerzas, suspensión y gravedad, se invierte, y su resultante está dirigida hacia
Suspendido lanzado
Suspendido mantenido
Suspendido conducido
Ssuspensión vertical
o pendular
Concéntrica
Lateral
Proximal
Distal
Excéntrica o inclinada
Suspensión axial Suspensión indiferente Suspensiones elásticas
TIPOS DE
SUSPENSIÓN
4 · Suspensionterapia y Poleoterapia
el lado opuesto del eje articular. De esta forma, se produce una fuerza
separadora de la articulación (3 B).
Suspensión indiferente
Se le da este nombre cuando el punto de anclaje no está determinado y su
lugar no influye en el montaje. Este tipo de suspensión se utiliza para ejecutar
movilizaciones a nivel del codo y la rodilla.
Suspensiones elásticas o de resorte
Son realizadas por sistemas de suspensión elásticos o extensibles (muelles
o resortes). Las suspensiones elásticas se efectúan siguiendo las mismas
modalidades que las suspensiones fijas. Los desplazamientos del segmento de
extremidad ya no son tan rigurosos, pero sufren una especie de flotamiento. El
sistema elástico almacena una parte de energía que restituye rápidamente. Esta
suspensión es algo más compleja que la inelástica, ya que al programar un
ejercicio
con este tipo de desgravitación ha de tenerse en cuenta las oscilaciones que el
muelle, según su resistencia, puede facilitar al segmento en movimiento. La
valoración, independientemente del tipo de montaje, dependerá en gran parte del
tipo de muelle y su grado de elongación. Este tipo de suspensión se emplea en
ejercicios globales o para la búsqueda del relajamiento muscular, favoreciendo en
ciertos pacientes sus posibilidades motrices. Con este tipo de suspensiones se
favorece un movimiento y se resiste otro, aunque la resistencia es difícil de
valorar.
No existe un punto fijo de colocación del anclaje, a mayor distancia de la
articulación, mayor resistencia y viceversa.
1.4. APARATOS ACCESORIOS
Las suspensiones pueden realizarse con distintos dispositivos que facilitan
una serie de puntos de fijación, tanto en la parte superior como en los laterales.
Van desde simples soportes situados en la cama del paciente, hasta aparatos más
complejos como son las jaulas de Rocher. Además son necesarios eslingas,
reguladores, cuerdas, mosquetones, eses metálicas, cinchas o hamacas de
distintos
tamaños, tobilleras, testeras, mesas y camillas de tratamiento.
Además en la colocación de los montajes de la suspensión hemos de tener
en cuenta varios factores: en primer lugar la colocación del paciente, que se
situará en la mesa en el decúbito idóneo dependiendo de la región a tratar; todos
Suspensionterapia y Poleoterapia · 5
TEMA
los segmentos articulares del segmento desgravitado deben suspenderse
individualmente a nivel de las principales articulaciones distales a la que se
moviliza, con cinchas o hamacas de suficiente superficie de apoyo como para no
traumatizar ni comprimir los tejidos del paciente.
1.5. INDICACIONES Y CONTRAINDICACIONES
Están indicadas las supensiones en dos tipos generales de
ejercicios: los ejercicios activos-asistidos y los ejercicios activos resistidos.
En el primer caso la principal utilidad de la poleoterapia es
conseguir asistir o ayudar a la realización del movimiento, requiriendo
poco esfuerzo por parte del paciente, desarrollando el movimiento
aunque su potencia esté disminuida; podremos realizarlo en músculos
cuyo balance muscular esté por debajo de tres. El estiramiento
alternativo de los grupos musculares que actúan en uno y otro sentido
sobre la articulación produce estímulos para la contracción muscular
refleja que ayudan a la contracción voluntaria.
En el caso de los ejercicios activo-resistidos oponemos
resistencia a la realización del movimiento, por lo que requiere
esfuerzo por parte del paciente y así relajamos los músculos
antagonistas pudiendo disminuir el espasmo y la contractura, además,
por supuesto de ganar potencia muscular. Para obtener la resistencia
en la suspensión se usará la acción de la gravedad utilizando muelles
por ejemplo.
Por tanto, estarán indicadas las suspensiones en los mismos
casos en los que indicábamos la cinesiterapia activa de forma general:
• Secuelas de traumatismos osteoarticulares
• Atrofias miógenas y neurógenas
• Hipotonías y contracturas musculares
• Rigidez articular y artropatías reumáticas
• Deformidades de la columna vertebral (cifosis, escoliosis)
• Parálisis y paresias musculares, centrales y periféricas.
Las contraindicaciones de la suspensionterapia son escasas; cuando no hay
posibilidad de elaboración mental del movimiento por parte del paciente, así como
cuando no hay voluntad para realizarlo (no colaboración) no debe intentarse este
tipo de movilización. Igualmente contraindicado en casos de fractura reciente y
anquilosis.
No es una contraindicación absoluta pero sí un motivo de vigilancia especial
por nuestra parte los pacientes “valientes” que quieren sufrir dolor para mejorar y
pueden excederse en la realización de estas terapias activas. Mantendremos la
misma vigilancia que cuando prescribimos cinesiterapia activa a realizar por el
paciente.
2. POLEOTERAPIA
Conocemos por poleoterapia el tratamiento fisioterápico por medio de
unas máquinas simples que son las poleas. Las poleas son maquinas simples
constituidas por una rueda provista de un eje que le permite girar libremente y con
una llanta de forma apropiada para que pueda arrastrar o ser arrastrada por una
correa, cuerda o cadena. Las poleas permiten cambiar la dirección de una fuerza
sin variar su magnitud.
Suspensión axial concéntrica en
abducción-aducción de cadera
Suspensión axial concéntrica en
flexo-extensión de cadera
6 · Suspensionterapia y Poleoterapia
La poleoterapia estudia los métodos de reeducación activa o pasiva con
circuitos constituidos por poleas, que en este caso se utilizan para modificar la
orientación de la fuerza exterior aplicada, contra la que debe oponerse un
determinado grupo muscular. Esta fuerza, por un juego inverso de poleas, puede
ser capaz de ejercer una tracción sobre las palancas articulares de esos mismos
músculos.
Con este tipo de tratamiento realizamos una movilización activa, resistida y
pasiva. Se pueden combinar con suspensiones o sin ellas, según sea la
articulación
en la que se aplique el tratamiento. Las movilizaciones mediante la aplicación de
poleas presentan una serie de ventajas que las convierte en el tratamiento de
elección en un gran número de casos:
• La fuerza externa aplicada es fácilmente regulable y medible.
• Se pueden desarrollar casi todos los movimientos articulares.
• Gran comodidad de aplicación tanto para el paciente como para el
fisioterapeuta.
• El tratamiento es individualizado.
• La instalación es poco costosa y de fácil aplicación.
La poleoterapia se sustenta sobre unos Principios físicos basados en la
definición de polea: máquina simple en la que la cuerda actúa de eje que transmite
la tensión aplicada. Para el estudio de las fuerzas que aparecen en los sistemas
de
poleas seguiremos la nomenclatura tradicional de las máquinas simples: la fuerza
exterior es la resistencia que se iguala o vence con una potencia. El propósito de
las máquinas simples, en genera, es multiplicar la fuerza. El cociente entre
resistencia y potencia es la ventaja mecánica: si es mayor que 1, la resistencia
igualada es mayor que la potencia aplicada, esto es, vamos ganando. Una polea
fija
tiene una ventaja mecánica de 1, es decir, potencia y resistencia son iguales en
magnitud.
Teniendo en cuenta que se utilizan poleas cuyo movimiento sobre el eje se
efectúa sin resistencia y, por lo tanto, la transmisión de fuerzas es
integral, se planteará:
1. Si la polea está sujeta al techo, y de cada uno de los extremos
de la cuerda se suspende una resistencia de 1 Kp, se conseguirá
el equilibrio, y la fuerza que soporta el gancho de la polea es de
2 Kp.
2. Se puede conseguir también el equilibrio atando al suelo el
extremo correspondiente a la resistencia; en este caso es la
propia tensión del cable quien equilibra la resistencia, ejerciendo
una fuerza de 1 Kp. Por tanto, el eje de la polea fija soportará 2
Kp.
3. Utilizando una polea fija y una móvil, con un peso de 1 Kp aplicado sobre la
polea fija, se podrá equilibrar una fuerza de 2 Kp suspendidos en la polea
móvil. Esto es el principio de la palanca, que en teoría permite multiplicar
indefinidamente una fuerza si se emplea en serie. En este caso, la
resistencia es el doble que la potencia, esto es, tenemos una máquina de
ventaja mecánica dos, en la que se consigue igualar una fuerza doble de la
aplicada.
Se entiende como Circuito de poleas a la instalación realizada con una,
dos o tres poleas, sobre las cuales pasa una cuerda con un extremo enganchado
en
una palanca articular, mientras que en el otro extremo tiene un peso suspendido.
El
circuito de poleas permite realizar una movilización activa contra resistencia en la
primera fase del movimiento. Para volver a la posición inicial los músculos
agonistas
han de realizar una contracción cinética excéntrica.
El número de poleas utilizadas estará en relación con la longitud de la
cuerda de tracción y del lugar en que se coloque el desplazamiento de los pesos.
La
Sistemas de poleas
Suspensionterapia y Poleoterapia · 7
TEMA
posición de la primera polea debe ser determinada de manera precisa para que el
movimiento contra resistencia se realice de forma perfecta. Con estos circuitos se
pueden efectuar:
• Movilizaciones activas resistidas.
• Movilizaciones activas asistidas.
• Movilizaciones pasivas.
La primera polea será la más próxima al segmento movilizado, debe
determinarse con precisión a fin de que el trabajo se efectúe en las mejores
condiciones de resistencia, de tracción o de ayuda, según el tipo de movilización
que se realice. Estará colocada en el plano de desplazamiento del segmento, esto
es, sobre la superficie horizontal sobre la cual se desplaza el segmento móvil.
Para determinar mejor la posición de la primera polea, existen 3 posiciones
tipo:
• Polea al inicio del movimiento.
• Polea colocada sobre la perpendicular a la bisectriz del ángulo de movimiento.
• Polea colocada al infinito (5 ó 6 metros) del punto de partida del movimiento.
Una vez elegida la ubicación de la primera polea, se tendrá en cuenta:
• Si se opone una fuerte resistencia a la contracción muscular se hace necesaria
la fijación del segmento proximal de la articulación que se va a movilizar.
Ejemplo: movilización de una articulación intermedia como rodilla o codo, se
fijará el muslo o brazo.
• El cabo de enganche del circuito de poleas debe estar fijado a la porción distal
del brazo de palanca de la articulación movilizada.
• El ángulo de movilidad de la articulación debe ser bien conocido por el
fisioterapeuta.
• Cuando el miembro ha cumplido su movimiento activo contra resistencia,
efectúan sus músculos agonistas una contracción cinética concéntrica y
después recupera su posición de partida; esta segunda fase motriz es ayudada
por el movimiento de descenso del peso y puede representar una verdadera
movilización pasiva pura si el músculo no reprime el movimiento. Cuando el
músculo agonista reprime el movimiento efectúa una contracción cinética
excéntrica.
En los sistemas de poleoterapia tanto la suspensión como la resistencia por
medio de las poleas que aplicamos se utilizan en las extremidades corporales y
segmentos determinados de las mismas, sobre las que se ejerce un efecto
importante y se obtiene una movilización en condiciones muy especiales.
Presentamos a continuación diferentes ejemplos de poleoterapia en
diferentes articulaciones que relataremos muy brevemente:
En miembro superior y más concretamente en la articulación del hombro
(página siguiente) los movimientos a realizar son muchos y variados: abducción
adducción en decúbito prono y supino respecivamente, flexo-extensión con un
angulo de movilidad elevado. También podemos conseguir la rotación externa o
interna del hombro, aunque con más dificultad y limitación en la colocación de los
pesos y poleas pero de todas formas es realizable. El codo está más limitado a la
flexo-extensión.
En cuanto al miembro inferior destaca la articulación de la cadera, que al
igual que la del hombro en el miembro superior, al ser las más proximales de sus
respectivas extremidades, las más potentes, las que cuentas con más musculatura
y mayor grado de libertad de movimientos, tienen más movimientos para realizar:
flexo-extensión, abducción-adducción y sus respectivas rotaciones internas y
externas.
10 · Suspensionterapia y Poleoterapia
Generalmente, las indicaciones del tratamiento fisioterápico utilizando un
sistema peso-polea van ligadas a los tipos de lesiones que presentan una pérdida
de potencia muscular y recorrido articular, por lo que se aplica actualmente con
más frecuencia en afecciones del aparato locomotor. Suelen ir asociadas a la
utilización de suspensiones; así junto al aumento de potencia muscular con estas
técnicas combinadas se favorece el incremento del ángulo de movilidad articular;
además la utilización de la poleoterapia es fundamental en la coordinación y el
control de los movimientos que se consiguen por medio de la repetición rítmica,
para la realización de movimientos combinados en distintas extremidades con el
fin
de llegar a crear verdaderos esquemas de movimiento.
Por tanto, la poleoterapia estará indicada en:
• Secuelas de traumatismos osteoarticulares y musculares
• Desarrollo de la conciencia motora y favorecimiento de respuestas
voluntarias
• Atrofias miógenas y neurógenas
• Rigideces articulares y lesiones ligamentosas
• Paresias musculares, centrales y periféricas
• Procesos artríticos y artrósicos
• Miositis.
Las contraindicaciones son muy limitadas, al igual que ocurre con la
suspensionterapia: fracturas recientes y anquilosis, situaciones en las que el
paciente no está capacitado mentalmente para la elaboración del movimiento y,
sobre todo, cuando no tenga voluntad de realizarlo.

Concepto
Se define tracción como la “acción o efecto de tirar de alguna cosa para moverla o
arrastrarla” (Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española). La tracción
terapéutica es la «aplicación de una fuerza a una parte del cuerpo para estirar los tejidos,
separar las superficies articulares o fragmentos óseos». Se trata, por lo tanto, de una fuerza
aplicada esencialmente perpendicular a las carillas articulares y secundariamente paralela al
eje de las palancas óseas o del segmento corporal traccionado.


Clasificación
   Según el agente motor de la solicitación, las tracciones articulares se dividen en: activas
   (el propio paciente es agente motor, autotracciones), de carácter manual o mediante
   sistemas intermediarios mecanoterápicos sencillos, y pasivas (el agente motor es alguien
   o algo exterior al paciente).
Según el objetivo articular, se diferencia entre tracciones vertebrales y de otras
articulaciones. Dentro de las pasivas, ambas pueden ser, a su vez: manuales (se denominan,
según las diversas escuelas: técnicas cinesiterápicas pasivas forzadas, manipulaciones, me-
dicina manual ortopédica, osteopatía, quiropraxis) e instrumentales. Nos centraremos en las
tracciones articulares vertebrales de tipo instrumental o de auto-tracción con sistemas
instrumentales.
Asimismo, se han clasificado las tracciones vertebrales según la posición adoptada por el
paciente en métodos de pie, en decúbito supino, en decúbito prono, sentado, en plano
inclinado y en posición invertida.
Según el tiempo de aplicación de la fuerza durante la sesión, las tracciones se dividen en
(fig. 4.2): fijas (máximas al inicio y progresivamente decrecientes), continuas (constantes
en la carga, generalmente baja, y de larga aplicación, 20-40 h), discontinuas o sostenidas
(con pendiente de establecimiento incremental, tiempo de mantenimiento de la carga y
progresiva descarga, con duración total entre 20 y 60 minutos). Como consecuencia del
empleo de máquinas electromecánicas de tracción, se ha añadido la forma intermitente (con
tiempos breves de carga incremental seguidos de períodos ligeramente superiores de
descarga, generalmente no hasta cero del peso; existen diversas combinaciones de
aplicación) e intermitente-pulsada (períodos de segundos de duración con altas cargas,
seguidos de tiempos breves de descarga total; forma «en acordeón»).
Finalmente debemos indicar que las tracciones vertebrales pueden aplicarse empleando
diversidad de materiales y medios, que pueden clasificarse. En principio, se precisará un
sistema generador de la fuerza: la fuerza humana del propio paciente (mesa autoactiva de
Cotrel) o pesos por medio de cables y poleas, máquinas electromecánicas programables,
efecto neumático (aparato portátil de Kuhlman) y la gravedad en el plano inclinado. Según
las cinchas para las fijaciones, existen diversas variedades, tanto en tracción cervical como
lumbar. En función del medio, se han empleado innumerables «mesas y sillones de
tracción» por parte de autores de todos los tiempos y debe destacarse la posibilidad de la
tracción en piscina.
Tracción cervical
Colachis y Stohm evidencian que es en el espacio C5-C6 donde se produce la mayor
riqueza del arco articular de movilidad, seguido del interespacio C4-C5 y C6-C7. Los
trabajos históricos confirman que se precisa una carga mínima de 4-5 kg para contra-
balancear el peso de la cabeza. El enderezamiento de la columna1 cervical se produce con
cargas de entre 5 y 10 kg. Con cargas de 10 a 30 kg se evidencian separaciones
intervertebrales de 1,5 mm. Concretamente, con 12 kg se han producido separaciones de 2
mm en el espacio intervertebral posterior, entre C5-C6 y C6-C7. Con la aplicación de esta
gama de intensidad de la fuerza, generalmente se produce el alivio de la sintomatología
dolorosa, confirmada radiológicamente con un incremento del foramen intervertebral en
posiciones oblicuas. Judovich informa de elongaciones en conjunto de la columna cervical
de entre 3 y 14 mm, con cargas del orden de 20 a 22 kg, con agrandamiento máximo del
espacio intervertebral.
Con más de 30 kg pueden provocarse lesiones musculares y ligamentosas. Vandeplas
considera óptimo un margen de 10-12 kg; los individuos normales aumentan el 20,4% la
superficie de sus agujeros de conjunción y en cervicoartrósicos se incrementa el 20,8%. Si
bien algunos pacientes requieren mayor carga para cumplir los objetivos, ha de valorarse
que con pesos superiores a los 12 kg se incrementa el riesgo de contractura de la
musculatura paraespinal (aunque algunos individuos soportan hasta 25 kg, por contracción
isométrica intensa y voluntaria de esta musculatura).
El tradicional tópico de discordancia entre la clínica y la radiología se encuentra ya en
entredicho al confirmarse que la máxima apertura intervertebral se produce bajo tracción
cervical en los sectores C5-C6, seguidos de C6-C7, precisamente el área donde están
presentes los mayores fenómenos degenerativos radiológicos y que ocasiona la localización
«baja» de la sintomatología en la región del cuello. Ello da lugar a que bajo estrictos
controles metodológicos de la aplicación de la tracción se genere el alivio sintomático.
Levernieux y otros autores constatan, en grandes series de estudios abiertos, la mejoría en
el 60% de los casos de neuralgias cervicobraquiales agudas y subagudas, en el 88% de las
tortícolis, en el 58-65% de las cervicalgias crónicas asociadas con discopatías artrósicas y
en el 75% de las cervicalgias postraumáticas con radiografía normal. En estudios a doble
ciego, muy escasos (con tracción placebo u otros tratamientos alternativos), los datos no
confirman estadísticamente su supremacía, pero se requieren mayores series para validar las
investigaciones.
TÉCNICA DE APLICACIÓN
 1. Medios de fijación: en la actualidad pueden destacarse fundamentalmente tres. El
    primero es el arnés o collar de Sayre (fig. 4.3), de apoyo cervicoccipital, cómodo y
    adaptable por su versatilidad, pero con problemas, como el de impedir hablar al
    paciente y la sensación de «ahogo» que ocasiona; asimismo, puede ser doloroso y
    generador da bruxismo en tracciones duraderas y/o intensas, sobre todo para la
    articulación temporomandibular, especialmente si se sufre la ausencia de piezas
dentarias posteriores o con defectos de coaptación mandibular, lo que obliga a los
        pacientes a portar sus prótesis dentales y/o férulas de descarga.
        El segundo es el cervicotractor de Maigne (fig. 4.4), de apoyo cervicoccipital, con peor
        adaptación que el anterior por su rigidez en la nuca y su tendencia a deslizamiento
        superior en pacientes con occipucio plano, pero sin los inconvenientes del anterior. El
        arnés de Goodlney (flg. 4.5) también es de carácter cervicoccipital, pero con una pro-
        longación reforzada en dirección cervicodistal y con el nacimiento de las correas de
        tracción bajo el raquis cervical, lo que posibilita su focalidad en la aplicación de la
        fuerza.
     2. Posición del paciente: debe responder a los imperativos de comodidad, seguridad y
       eficacia de la técnica. Puede ejecutarse con los medios siguientes:
      a) Con el paciente sentado, con fijaciones corporales y con tracción al eje o con flexión
        de 60 grados del cuello, pero esta postura ha demostrado menor relajación muscular
        que la de decúbito, Es de elección, no obstante, en sistemas de autotracción,
        dosificados y aplicados por el paciente mediante sistemas sencillos instrumentales de
        poleas, en uso domiciliario.
      b) Aparato portátil de Kuhlman: un arnés clásico tracciona al eje la columna cervical
        hasta un bastidor que es impulsado verticalmente por dos cilindros neumáticos
        apoyados en un arnés sobre los hombros y el tronco. Puede generar hasta 20 kg de
        fuerza y se aplica al paciente de pie o sentado.
      c) El plano inclinado (fig. 4.6) es un montaje sencillo, en el que se emplea un tablero o
        camilla rígida cuyo ángulo de inclinación, respecto de la horizontal, puede ser
        modificado a demanda. En él, la fuerza tractora es función del ángulo de inclinación α,
        tal que            F =P • sen α, donde P es el peso del paciente, por tanto la gravedad
        apoya la acción distractora. Hay que destacar que con una inclinación de 30 grados, F
        será igual al 50% del peso del cuerpo. El paciente se sitúa en decúbito dorsal sujeto por
        un arnés cervical. Esta técnica genera tracción cervical, así como de todo el raquis; el
        rozamiento puede constituir del 30 al 40% de la fuerza de tracción.
      d) El decúbito dorsal se ha considerado la técnica de mayor relajación para el individuo;
        puede aplicarse respetando la línea axial o con cierto ángulo de flexión o extensión
        cervical. Existen diversas mesas móviles para tracción cervical y lumbar, con el fin de
        atenuar el rozamiento sin testar; también se ha empleado la inmersión en piscina con el
        mismo fin.
3.    Orientación del raquis cervical: se recomienda realizar un test previo de tracción manual
        para evaluar la posición en la cual el paciente se encuentra cómodo. Fue Crue, en 1957,
        el primero en sugerir que la posición idónea era una flexión de 20º , basándose en que
        así se aumentaban los agujeros de conjunción. Colachis y Strhom, en 1965, preconizan
        entre los 30 y 35 grados de flexión, basándose en estudios radiográficos. Deets, en
        1977, propone 450. El debate no se ha cerrado: en 1980, Delacerda evidencia incre-
        mento de la actividad electromiográfica del músculo trapecio para ángulos de flexión
        de 10 a 350, y sugiere que con ello se potencia una fatiga muscular provocadora de
        mala tolerancia de la técnica. Se ha informado que ángulos de flexión de entré 20 y 25 0
        permiten tolerar altas cargas y atenuar la aparición de vértigo y náuseas. En 1992,
Wong propone que para generar distracción en el segmento anterior se traccione a 30 0
         de flexión, pero, con el fin de distraer el segmento posterior, se sugiere la tracción axial
         o neutra. Lecocq, en 1995, propone como aproximación general una gama de 10-20o de
         flexión con test manual inicial. Se recomienda un cojín de apoyo bajo la nuca.
4.     Sistema generador de la fuerza de tracción: además de la ayuda proporcionada por la gra-
         vedad y el peso del cuerpo del paciente en sistemas de plano inclinado, pueden
         emplearse sistemas de poleas sencillos, accionados por el propio paciente, como los de
         Cotrel, en decúbito dorsal o sentado, tanto para uso supervisado o domiciliario. Los
         métodos puramente instrumentales son esencialmente los pesos libres y los sistemas
         mecánicos motorizados, gran avance técnico que ha permitido la diversidad de
         protocolos de programación. En ellos se regula intensidad de la fuerza, duración,
         escalonamiento creciente, picos de alta intensidad, descarga progresiva escalonada y
         tiempo total de aplicación. Además poseen sistemas de seguridad de descarga,
         controlados por el paciente con un mando a distancia, en caso de intolerancia o efectos
         secundarios.
5.     Intensidad y cronoprogramación de la aplicación de la fuerza de tracción: la gama
         empleada va desde los 2 a los 45 kg. Ha de destacarse que entre los 17 y 22 kg de
         carga se produce una disminución de los espacios intervertebrales, que diversos
         autores atribuyen a contracción muscular reactiva, superable por incremento del peso o
         por mantenimiento temporal hasta la fatiga (Cynax). En la práctica se recomienda
         comenzar con 5-10 kg en mujeres adultas y 7-13 kg en varones adultos.
     Se recomiendan sistemas progresivos incrementales de la intensidad y el tiempo,
     comenzando con 5-6 minutos e incrementando a razón de 2 minutos más para sucesivas
     sesiones, y al ritmo de 1-2,5 kg más por sesión o cada dos sesiones. El objetivo final es
     alcanzar los 17-25 kg mantenidos durante al menos 5-6 minutos. Diversos autores
     polemizan con estos tiempos «mínimos», que varían enormemente entre los 7 segundos,
     propuestos por Colachis y Strhom para percibir la elongación, y la acción distractora
     progresiva propuesta por Bridger durante los primeros 15 minutos.
     Los espacios intervertebrales más decoaptados son el C6-C7 posterior y el C4-C5 en el arco
     anterior; en el C7-D1 es donde menos se percibe la distracción. Este efecto se mantiene
     durante 20 minutos tras cesar la tracción. A partir de los 10-15 kg, la generalidad de los
     individuos mejora. La duración media de las sesiones es de 15-30 minutos, sometidos a la
     máxima según la cual cuanto mayor sea la carga, más breve ha de ser la aplicación. Se han
     aplicado protocolos de horas con bajas cargas.
     Las tracciones motorizadas intermitentes o rítmicas permiten incrementos progresivos en
     forma de escalones o paliers, para la carga y descarga. Pueden programarse incluso picos
     de cargas máximas de 3 segundos de duración, que la literatura considera eficaces, seguidos
     de descarga total o parcial. No existe evidencia, en la actualidad, que demuestre la superior
     eficacia de las técnicas intermitentes sobre las constantes, pero sí hay una mayor tolerancia
     a la carga, por lo que pueden alcanzarse los objetivos finales. El período de descarga ha de
     ser progresivo, generalmente de mayor duración que el tiempo de fuerza aplicada máxima:
     como orientación, en torno a los 5-6 minutos en la primera sesión.
Las sesiones oscilarán entre 6 y 15 (las radiculalgias precisan el doble de sesiones que las
raquialgias), a un ritmo inicial diario (asociado a la agudeza de la clínica); y posteriormente
se realizarán tres días a la semana durante dos a tres semanas.
Debe considerarse la suspensión de la técnica si después de 5 a 6 sesiones no se observa
mejoría clínica o hay recrudecimiento doloroso. Ljunggren indica que el resultado de la
primera sesión pronostica las metas finales alcanzables. Para concluir, se puede afirmar que
«no existe forma de tracción sin cierta incomodidad».


Tracción lumbar
Las cargas aplicadas en piezas anatómicas de columna dorsolumbar responden con
separación intervertebral de 1,5 mm con 120 kg, y con ruptura por el sector D11-D12 con
200 kg. Asimismo, en columna lumbar aislada, puede pronosticarse que con 5-10 kg se
borra la lordosis, con 10-30 kg se genera espacio interlinear de 1.5 mm y con 60-150 Kg se
genera 2-3 mm, asociándose los fenómenos de regeneración y aspiración del disco,
confirmados in vivo radiológicamente por Seze, Dijan y Levernieux. Estos autores evalúan
la fuerza necesaria para superar el rozamiento de la mesa en 175 kg , 10 kg para traccionar
ligamentos y 145 kg para traccionar los músculos, de este modo se obtienen separaciones
de 1,5 mm, describiendo el «fenómeno de la vida» intradiscal. Masturzzo confirma los
datos con resultados de distracción de 1 mm en discos sanos y de 2 mm en discos con
degeneración artrósica, empleando cargas de 100 kg. Estudios de proyección estiman en
400 kg la carga necesaria para la ruptura en columna lumbar. Se evidencian elongaciones
superiores a los 30 mm. Trabajos recientes bajo control de escáner por TAC muestran
retracción de las hernias discales. La mayor parte de los autores confirma que cargas de 35
kg son eficaces y toleradas, aunque la mayoría de los pacientes mejora clínicamente con
cargas inferiores. La duración de la elongación postracción es de alrededor de 30 minutos.
En estudios abiertos, los resultados son prometedores, con mejorías de cuadros catalogados
como «lumbalgias» en el 75-90% de los casos. En cuadros de lumbalgia crónica, se reduce
al 65% —para otros autores se sitúa en el 85%—, sin olvidar que algunos estudios indican
la ineficacia de la técnica si la lumbalgia es de duración superior a los 6 meses. Si se
confirma artrosis apofisaria posterior asociada con hiperlordosis, se esperan mejorías en el
55% de las situaciones. El 65% de mejoría se da en lumbalgias asociadas con
espondilolistesis. Los resultados son buenos en el 60-75% de los casos de
lumborradiculalgias. Si se asocian con un canal neural reducido, mejoran en el 43-77%.
En los estudios controlados referentes a lumbalgias y ciáticas por hernia discal objetivada o
no, algunos de ellos muestran eficacia de la tracción y superioridad estadísticamente
significativa respecto a otras técnicas. Pero la mayoría no son concluyentes, con datos en un
abanico de mejoría del 20 al 80% en la valoración del dolor, la movilidad y la
funcionalidad.

TÉCNICA DE APLICACIÓN
  1.Medios de fijación: tradicionalmente se ha empleado un sistema de arnés de tipo corsé,
    que comprime el tórax, depresible y elástico, y provoca una sensación desagradable
    sobre el paciente en el epigastrio y la región costal, especialmente en inspiración
    (constituye una contraindicación técnica para el paciente insuficiente respiratorio).
Asimismo, es difícil de aplicar a los obesos. En general, ha de ser resistente y
    confortable. Se ha propuesto como alternativa la cama oscilante de Maccagno, basada
    en el uso de un plano inclinado y un ángulo de tracción variable. El arnés inferior ha de
    apoyarse sobre las crestas ilíacas; la distancia entre ambos deberá ser la menor posible.
 2. Posición del paciente: generalmente se propone el decúbito supino, acompañado fre-
    cuentemente de flexión de las caderas y rodillas; las pantorrillas reposan sobre un
    taburete rígido, con un ángulo de flexión de las piernas de 60 0, con el fin de favorecer
    el aplanamiento del raquis lumbar (posición de Fowler). Hay que procurar la
    comodidad del paciente y el hecho de que el área de tratamiento coincida en la zona
    entre ambas placas móviles de la mesa.
El problema de la fricción -resistencia que se opone al desplazamiento al aplicar una fuerza
horizontal a un sólido, sobre un plano horizontal- no está resuelto. Superar esta resistencia
estática se ha evaluado en el empleo de una carga superior al 26% del peso del paciente. Se
han diseñado multitud de mesas de tracción basadas fundamentalmente en planos deslizan-
tes, de bajo rozamiento al ser sometidas a la elongación. Estos planos pueden orientarse
incluso con el fin de realizar tracciones con orientación diferente de la axial, para generar
lateroflexión o rotación. También se ha propuesto suspender la región del cuerpo sometida
a solicitación. Por otra parte, en planos inclinados la gravedad puede ser empleada como
asistencia a la tracción; incluso puede atenuarse al mínimo la fricción en sistemas de
tracción invertida.
La tracción invertida es una actualización técnica de una descripción clásica hipocrática, de
éxito fulgurante, pero no demostrado. Consiste en un sistema simple de fijación de los
miembros inferiores, generalmente flexionados, asociado con un mecanismo de volteo, que
sitúa al paciente en posición vertical invertida. Su sencillez, discrecionalidad y empleo
domiciliario son claves en su éxito. La dosificación se basa en el tiempo de aplicación. Son
destacables sus peligros y contraindicaciones.
Finalmente los autores franceses proponen la realización de la tracción en el agua (fig. 4.7),
como medio de baja fricción, ejecutada en bañera o piscina. Se realiza con el agua a
temperatura de 34 0C; el paciente es suspendido y mantenido en la superficie con una serie
de flotadores, en decúbito dorsal. La rápida decontractura muscular y la relajación general
del paciente permiten emplear cargas muy inferiores a las habituales. Se emplean cargas
progresivas de 4 a 20 kg. La duración es de 30 minutos y 10 más para la descarga y
verticalización en la piscina.
   3. Sistema generador de la fuerza de tracción: sistemas de autotracción en mesa de
      Cotrel; sistemas mecánicos de poleas y pesos; sistemas en plano inclinado invertido,
      y sistemas instrumentales motorizados, similares a los empleados en tracción
      cervical.
   4. Intensidad y cronoprogramación de la fuerza de tracción: autores clásicos
      recomiendan alcanzar una carga entre los 22 y 45 kg. Actualmente se emplean entre
      los 30 y 60 kg. El tiempo de aplicación es muy variable, desde 10 minutos hasta
      varias horas, incluso con bajas cargas durante días; en general, se recomienda aplicar
      según la tolerancia del paciente. Existen protocolos de tracción permanente durante
      15-30 días. Generalmente se toleran bien 20 minutos. Se comienza con sesiones a un
ritmo de tres veces por semana, pero se han aplicado incluso tres veces por día. El
      número de sesiones es muy variable: oscila entre las 6 y las 15.
Habitualmente se emplean programaciones como las descritas para la columna cervical,
basadas en un incremento progresivo de la carga y del tiempo, de sesión a sesión, de
aplicación con sistemas sostenidos de la fuerza aplicada durante un tiempo de la carga o en
sistemas intermitentes o intermitentes-pulsados. La descarga cumplirá las normas de
seguridad.


Indicaciones
Tracción cervical: neuralgia cervicobraquial, por hernia discal blanda o mixta, que cursa
eventualmente con radiculalgia, hiperalgia, contractura muscular y déficit neurológico. Se
han señalado resultados más pobres en radiculalgia por debajo de C5. Osteoartritis
facetaria. En las cervicalgias subagudas y crónicas, cuanto más evolucionadas y asociadas
con degeneración espondiloartrósica, más pobres resultados se obtienen.
Tracción lumbar: situaciones clínicas dolorosas, potencialmente mejorables por
descompresión mecánica de la columna vertebral. Lumbalgia y ciática de más de tres meses
de evolución (las ciáticas de menos de un mes mejoran el 93%, pero debe considerarse una
indicación prematura, si es de una evolución de más de un año mejoran en torno al 60%).
Las situaciones de intensa hiperalgia no responden adecuadamente y han de ser pospuestas
a otras medidas analgésicas de la medicina física, o emplear la tracción en piscina por su
intenso poder miorrelajante. La presencia de déficit sensitivomotor no quirúrgico no
impide la aplicación de la técnica y la mejora de los déficit según la mayoría de los
estudios. Espondilolistesis asociada con lesión secundaria del disco intervertebral. Algias
cuyo origen sea consecuencia de irritación o compresión de las raíces nerviosas,
secundarias a traumatismos, degeneración o protrusión discal (especialmente de volumen
moderado, subligamentarias y poco lateralizadas). En situaciones de degeneración discal
grave, evidenciada radiológiamente por encima de los 40-5O años, los resultados son
pobres.
Sobre lumbalgias y ciáticas persistentes o recidivantes tras laminectomía quirúrgica, no
existe una indicación universal, si bien se constata que mejoran. Por el contrario, en
pacientes portadores de hernias discales traccionadas, la buena respuesta al tratamiento en
la fase prequirúrgica predice qué pacientes mejorarán con la cirugía.
Contraindicaciones
GENERALES
Neoplasias primarias o metastásicas, con o sin presencia de lesiones líticas. Espondilolisis
inflamatorias e infecciosas, especialmente la tuberculosis (enfermedad de Pott).
Osteoporosis y osteomalacia. Enfermedad de Paget. Antecedentes traumáticos recientes
causantes de fracturas, esguinces y lesión de tejidos blandos, incluidos músculos
paravertebrales, inestabilidad articular. Cirugía raquídea y toracoabdominal reciente.
Patología medular y meníngea. Respecto a la edad, si bien la mayoría de los estudios se
realizan entre los 20 y los 65 años, se han descrito desde la adolescencia hasta los 80 años
causas psicológicas de rechazo y ansiedad ante la tracción o los arneses.
LUMBARES
Insuficiencia respiratoria y cardíaca (especialmente enfermedad coronaria) en situación
clínica no controlada. Ulcus péptico activo. Hernia de hiato. Aneurisma de aorta.
Embarazo.
CERVICALES
Artrosis temporomandibular. Malformaciones del raquis cervical. Artritis reumática que
curse con inestabilidad ligamentaria o subluxación atlantoaxoidea. Insuficiencia arterial
vertebrobasilar o carotídea, sobre todo si no se posiciona el raquis en flexión.
TRACCIÓN DE INVERSIÓN
Hipertensión arterial. Hipertensión intracraneal. Enfermedades cardiopulmonares.
Glaucoma. Jaquecas crónicas. Reflujo gastrointestinal. Sinusitis crónica. Cinetosis.
Pacientes portadores de una cadera artificial.
Peligros y precauciones
La tracción cervical puede desencadenar intolerancias dolorosas en la articulación
temporomandibular y bruxismo. Se ha informado de casos de discreta hipotensión arterial
tras la sesión, así como acúfenos y vértigo. Tras el discutido trabajo de Weimberger, ha de
valorarse el peligro de la aplicación de tracción cervical precoz, que pudiera acrecentar la
cervicodorsalgia y la discapacidad residual en pacientes portadores del «síndrome del
latigazo», tras accidentes de automóvil.
Hay que destacar la comunicación de LaBan, en 1992, de 12 casos sobre 2.200 pacientes en
los que la tracción cervical intermitente, según protocolo habitual, desencadenaba
radiculalgia lumbar, atribuida a tensión de la duramadre (fig. 4,8). Todos ellos eran
portadores de patología congénita, espondiloartrósica o radicular lumbar, en ocasiones
desconocida. De ello se deduce que si se presenta esta situación sobrevenida debe
interrumpirse la tracción cervical y contraindicarse formalmente. Se siguió la sistemática de
flexión de la columna cervical de 300 ; se consideró que debería valorarse el hecho de que,
en esa postura del eje de solicitación, se incrementaba la tensión de la duramadre posterior
del área lumbar, por lo que podría valorarse que en pacientes con indicación de tracción
cervical, portadores de patología de la columna lumbar, se traccione axialmente.
La tracción lumbar puede ocasionar, por el arnés toracoabdominal: dificultad respiratoria,
precordalgia y taquicardia. En la región del ápex esternal, hipocondrio derecho y epigastrio,
se reflejan algias cuyo origen es la vesícula biliar comprimida. Se han descrito dolores y
trastornos abdominales. Se comunicaron dos casos de fractura de la apófisis articular
lumbar.
Excepcionalmente, se han dado casos del síndrome de la cola de caballo, mayoritariamente
tras tracciones manipulatorias vertebrales, por lo que la tracción en situaciones de
compresión de las cuatro raíces sacrales resulta una aplicación cuestionable.
La tracción de inversión ocasiona incremento discreto de la presión arterial y disminución
del pulso, cefaleas persistentes, petequias periorbitarias y faríngeas, visión borrosa,
inyección conjuntival, congestión nasal, dificultades respiratorias, molestias en los ojos
portadores de lentes de contacto y dolorimiento en las áreas de presión de las fijaciones en
miembros inferiores.
Todos los tipos de tracción pueden ocasionar empeoramiento del dolor de origen raquídeo,
durante o después de la tracción, atribuido a insuficiente relajación muscular.
Excepcionalmente, en la región lumbar puede agudizarse extraordinariamente el cuadro por
estiramiento excesivo de los ligamentos sacroilíacos e ileolumbares. Potencialmente, existe
la posibilidad de agravamiento o lesión ligamentosa, musculotendinosa o de la médula
espinal, especialmente en hernias discales medias cervicales.
Debe interrumpirse inmediatamente el tratamiento, si se produce mutación de raquialgia en
radiculalgia, o de radiculalgia en déficit radicular.
Las precauciones son un estudio completo clínico y funcional, ejecutado por un especialista
en la patología vertebral y en la técnica de la tracción instrumental, que conduzca a un
diagnóstico preciso para sentar la indicación y, especialmente, para descartar las posibles
contraindicaciones. La aplicación técnica debe ser rigurosa y la vigilancia permanente, con
control clínico tras sesión e interrogatorio y valoración previa a las sesiones sucesivas. El
paciente debe situarse cómodamente, bien fijado, y los tests manuales previos son
obligatorios. La tracción lumbar no debe aplicarse posprandialmente. Las técnicas no
supervisadas, como la autotracción clásica o de inversión, han de ser especialmente
prescritas y vigiladas periódicamente, obligando a un proceso educativo del paciente y
restringiendo su uso a patologías y pacientes concretos.

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Mecanoterapia

  • 1. 2 · Mecanoterapia 1. CONCEPTO La mecanoterapia es la utilización terapéutica e higiénica de aparatos mecánicos destinados a provocar y dirigir movimientos corporales regulados en su fuerza, trayectoria y amplitud. Los primeros aparatos de mecanoterapia empezaron a utilizarse en el año 1910 en Suecia y fueron perfeccionados y modificados continuamente, sin embargo estos primeros dispositivos cayeron progresivamente en desuso por la complejidad de su instalación y el desembolso económico que suponía su adquisición. Actualmente los equipos que se utilizan son aparatos sencillos pero funcionales que permiten además resolver la mayoría de los problemas de movilización activa regional o segmental. 2. INDICACIONES Y CONTRAINDICACIONES El uso de la mecanoterapia se puede aplicar tanto para aumentar las resistencias como para disminuirlas e incluso, para realizar movilizaciones pasivas o autopasivas, de ahí que su cuadro de indicaciones sea muy elevado: INDICACIONES DE LA MECANOTERAPIA Poliomielitis Neuritis Polineuritis Hemiplejia Paraplejia Neurología Esclerosis en placas Compresiones radiculares Esclerosis lateral amiotrófica Mielitis Síndromes de inmovilización Distrofias musculares Miositis Espasmo muscular Rigideces Muscular Espasticidad Alteraciones posturales Atrofia muscular Tejido óseo Artrosis Artritis Periartritis CONTRAINDICACIONES DE LA MECANOTERAPIA Imposibilidad de elaboración mental del movimiento No colaboración Fracturas recientes Anquilosis 3. INTERÉS ACTUAL
  • 2. El interés actual de la mecanoterapia es que el paciente pueda realizar ejercicios con una finalidad curativa; para ello es necesario un fisioterapeuta que enseñe y supervise al paciente los ejercicios a realizar y su posible evolución en el tiempo; para ello ni señalar que son imprescindibles conocimientos de anatomía, fisiología y biomecánica para ejecutar enseñar los movimientos al paciente y corregírselos día a día. Pretendemos obtener por tanto gran rendimiento del llamado gimnasio terapéutico. Este gimnasio aparte de la sale de mecanoterapia, tendrá dependencias para otros actos de rehabilitación como hidroterapia, electroterapia, terapia ocupacional, logopedia, etc. La ubicación y tamaño del gimnasio terapéutico es muy variable, pero por norma general en un hospital de unas 500 camas, las medidas aconsejables del gimnasio serán unos 10x15 metros de superficie y 4 metros de altura para evitar la sensación de enclaustramiento y mantener una circulación adecuada del aire. Conviene que tenga ventanales al exterior, acceso como mínimo por dos puertas de suficiente anchura para camas y sillas re ruedas. El lugar más adecuado para su ubicación es la planta baja del edificio por la movilidad que esto va a permitir, pero por desgracia, en nuestro país es frecuente el uso de sótanos y semisótanos enclaustrados y de mala iluminación para los tratamientos de rehabilitación. Mecanoterapia · 3 TEMA Las paredes deberán estar pintadas de colores claros y relajantes y tendrán instalados espejos que faciliten la impresión de amplitud (además de ayudar a corregir equilibrios, ayuda en la marcha, etc). El suelo debe ser de material antideslizante, aislante e insonorizado.
  • 3. Los aparatos de los que puede componerse el gimnasio terapéutico los podemos dividir primero en su fijeza o movilidad y en segundo lugar en atención a los movimientos o funciones que pueden desempeñar, así tenemos: Desplazamientos • Barras paralelas de marcha • Plataforma con escalera y rampa Tracción • Espalderas • Escalera de dedos • Tracción cervical • Tracción lumbar Rotación • Rueda de hombro • Rueda de muñeca Equipamiento fijo Potenciación muscular • Poleas de pared • Banco de cuádriceps • Banco de Colson • Banco isocinético • Jaulas de Rocher Desplazamientos • Andadores • Bastones y muletas • Sillas de ruedas Rotación • Bicicleta isocinética Potenciación muscular • Juegos de pesas • Zapato Delorme
  • 4. Arcos de movimiento • Tablas y discos de Böhler y Freeman • Mesa de manos • Tablero AVD Equipamiento móvil Varios • Colchonetas • Camillas • Plano inclinado Ahora daremos un repaso a los aparatos de mecanoterapia que nos vienen indicados en el título del tema para, posteriormente, hacer una breve incisión en el resto de aparatos con una explicación somera de los mismos. 4. APARATOS DE TRACCIÓN Los aparatos de tracción vertebral que vamos a utilizar pueden ser solo cervicales o lumbares. Para las cervicales las utilizaremos en sedestación, mientras que para las lumbares haremos uso de la mesa con aparato completo de tracción, que con un dispositivo hidráulico o eléctrico y una fijación a nivel torácica, consigue elongar y separar la zona lumbar. Antes de ver estos aparatos hemos de recordar que tipos de tracción hay muchas: manual por el fisioterapeuta, por la gravedad del peso del cuerpo del paciente mediante suspensiones, tracción percutánea mediante un vendaje circular a través de la piel, tracción esquelética o transósea mediante cirugía, etc; pero en la que más nos vamos a basar es en la que podemos realizar con mayor facilidad y Gimnasio terapéutico 4 · Mecanoterapia mejores resultados de éxito dentro del gimnasio terapéutico: las tracciones cervicales y lumbares.
  • 5. Las tracciones vertebrales lumbares están indicadas en lumbalgis y radiculalgias por protrusión discal, por canal lumbar estrecho o por estrechamiento degenerativo y en la columna cervical en cervicalgias y en neuralgia cervicobraquial por hernia discal blanda o mixta. Los pasos a seguir para realizar una buena tracción son: 1. Fijar el anclaje al paciente 2. Utilizar el mayor brazo de palanca posible, en una corrección angular en la articulación. 3. En tracciones axiales la dirección de la fuerza debe coincidir con la dirección del segmento que se quiere alongar. 4. La contratracción se colocará en la raíz del miembro o en el tronco en cado de tracción raquídea. 5. El dispositivo de tracción lo más cercano a la zona a alongar. Particularmente, la tracción cervical se puede aplicar de forma continua o intermitente. En el primer caso el peso a colocar será menor que en la tracción intermitente; se colocará en ambos casos un barbuquejo o collarete de Sayre con apoyo occisito-mentoniano, siendo el peso no inferior a 5 Kg ni superior a 15. Para la tracción lumbar se fijará correctamente el torax mediante cinchas bien almohadilladas para permitir la aplicación de hasta 50 kg y generalmente se situará al paciente en decúbito supino, reduciendo la lordosis mediante la flexión de rodillas y caderas con apoyo en la parte posterior de la pierna. 5. BICICLETA CINÉTICA Disponen de un freno de resistencia graduable y un indicador para marcar el número de revoluciones o la distancia recorrida. Las más modernas cuentan igualmente con un sensor para las pulsaciones cardíacas del paciente. Se utilizan para entrenar y aumentar la resistencia de los músculos de los miembros inferiores, así como para ganar recorrido articular en la articulación de la rodilla. 6. MESA DE MANO
  • 6. También llamada mesa de Kanavel, se utiliza para la recuperación de las extremidades superiores. Está formada por una rueda de inercia con freno para la regulación del esfuerzo, tablero con tensores, prono-supinadores, juego de pelotas y tornillos con muelles de resistencia para ejercicios de la actividad de la vida diaria. Se puede apartar también un pedal para hacer ejercicios de flexo-estensión de pie. 7. ESPALDERAS Son muy necesarias para diversos ejercicios del aparato locomotor, como pueden ser estiramientos, ejercicios para las desviaciones de columna como Niederhoffer y además pueden utilizarse como apoyo y sujeción de los pacientes en otros aparatos como puede ser una tracción cervical. Por tanto suele bastar con una o dos espalderas adosadas a una zona que permita la utilización de colchonetas en el suelo o el apoyo de planos inclinados. Podemos efectuar en las espalderas movilizaciones de hombro, ejercicios en suspensión sobre miembros superiores para las desviaciones del raquis, etc. 4 · Mecanoterapia mejores resultados de éxito dentro del gimnasio terapéutico: las tracciones cervicales y lumbares. Las tracciones vertebrales lumbares están indicadas en lumbalgis y radiculalgias por protrusión discal, por canal lumbar estrecho o por estrechamiento degenerativo y en la columna cervical en cervicalgias y en neuralgia cervicobraquial por hernia discal blanda o mixta. Los pasos a seguir para realizar una buena tracción son: 1. Fijar el anclaje al paciente 2. Utilizar el mayor brazo de palanca posible, en una corrección angular en la articulación. 3. En tracciones axiales la dirección de la fuerza debe coincidir con la dirección del segmento que se quiere alongar.
  • 7. 4. La contratracción se colocará en la raíz del miembro o en el tronco en cado de tracción raquídea. 5. El dispositivo de tracción lo más cercano a la zona a alongar. Particularmente, la tracción cervical se puede aplicar de forma continua o intermitente. En el primer caso el peso a colocar será menor que en la tracción intermitente; se colocará en ambos casos un barbuquejo o collarete de Sayre con apoyo occisito-mentoniano, siendo el peso no inferior a 5 Kg ni superior a 15. Para la tracción lumbar se fijará correctamente el torax mediante cinchas bien almohadilladas para permitir la aplicación de hasta 50 kg y generalmente se situará al paciente en decúbito supino, reduciendo la lordosis mediante la flexión de rodillas y caderas con apoyo en la parte posterior de la pierna. 5. BICICLETA CINÉTICA Disponen de un freno de resistencia graduable y un indicador para marcar el número de revoluciones o la distancia recorrida. Las más modernas cuentan igualmente con un sensor para las pulsaciones cardíacas del paciente. Se utilizan para entrenar y aumentar la resistencia de los músculos de los miembros inferiores, así como para ganar recorrido articular en la articulación de la rodilla. 6. MESA DE MANO También llamada mesa de Kanavel, se utiliza para la recuperación de las extremidades superiores. Está formada por una rueda de inercia con freno para la regulación del esfuerzo, tablero con tensores, prono-supinadores, juego de pelotas y tornillos con muelles de resistencia para ejercicios de la actividad de la vida diaria. Se puede apartar también un pedal para hacer ejercicios de flexo-estensión de pie. 7. ESPALDERAS Son muy necesarias para diversos ejercicios del aparato locomotor, como pueden ser estiramientos, ejercicios para las desviaciones de columna como
  • 8. Niederhoffer y además pueden utilizarse como apoyo y sujeción de los pacientes en otros aparatos como puede ser una tracción cervical. Por tanto suele bastar con una o dos espalderas adosadas a una zona que permita la utilización de colchonetas en el suelo o el apoyo de planos inclinados. Podemos efectuar en las espalderas movilizaciones de hombro, ejercicios en suspensión sobre miembros superiores para las desviaciones del raquis, etc. Mecanoterapia · 5 TEMA 8. ESCALERAS Y RAMPAS Se instalará preferentemente en una de las esquinas del gimnasio, dado que la sensación de seguridad del paciente subido a ellas es mucho mayor. Suele consistir esta plataforma en dos series de unos cinco o seis escalones de disinta altura o, en una escalera y una rampa continua con las correspondientes barandillas o pasamanos a unos 90 cms sobre los escalones. La escalera y la rampa se utilizan después de la iniciación de la marcha sobre barras paralelas; de esta forma se introduce más dificultad como son los peldaños y preparamos al paciente para la vida diaria en el que el uso de escaleras es muy frecuente. 9. ESCALERA DE DEDOS Este dispositivo consiste en un listón de unos 130 cms de largo, en el que se han cortado una serie de muescas o salientes a una distancia de 25 a 40 mm entre sí, en los que el paciente debe ir colocando sus dedos. La escalera se situará en la pared a 75 cms del suelo en su extremidad inferior y lo utilizamos primordialmente para aumentar la amplitud de movimientos en el hombro, sobre todo pidiendo la flexión de miembro superior con el codo en extensión y después llevando a cabo la abducción. Han de realizarse pocas repeticiones pues es un ejercicio muy útil para aumentar la movilidad del hombro, pero excesivamente fatigoso desde el punto de vista muscular. 10. TABLA DE BÖHLER
  • 9. Son elementos del equipo móvil que se emplean para realizar ejercicios de flexo-extensión del pie, así como de inversión-eversión y circunducción. Pueden realizarse simplemente en sedestación con lo que ganaremos en arco de movimiento o utilizarlo como el disco de Freeman en bipedestación apoyado en espalderas y nos servirá para ganar equilibrio, coordinación y propiocepción de miembros inferiores. 11. OTROS APARATOS DE MECANOTERAPIA Aparte de estos aparatos anteriores reflejados en el índice del temario, otros pueden completarnos el gimnasio terapéutico, de ellos haremos una breve descripción: • Barras paralelas de marcha : De una longitud de cuatro metros debe instalarse paralelamente a una de las paredes del gimnasio pero a suficiente distancia como para que el fisioterapeuta pueda moverse mientras camina con el paciente. Se colocará un espejo en la pared en uno o ambos extremos de modo que el enfermo pueda verse y coordinarse deambulando. Las barras deben estar fijadas con solidez al suelo para que no oscilen ni se muevan. Deben ser regulables en altura, habitualmente entre 50 y 90 cms y la distancia entre ambas debe ser de unos 50 a 60 cms. Pasada esta fase de deambulación podremos continuar con rampa y escalera. • Rueda de hombro: Se coloca fijo a la pared mediante un soporto móvil que permite regularla en altura para adaptarse a las dimensiones del paciente. Permite el complejo movimiento del hombro y escápula en rotación. • Jaulas de Rocher: Formada por cuatro planos enrejados que permiten la colocación de sistemas de suspensión, poleas, muelles y pesos que veremos en otro tema. • Poleas de pared: Colocadas también sobre la pared sobre un bastidor de acero, se le adaptarán pesas para realizar ejercicios de miembros superiores preferentemente. 6 · Mecanoterapia • Plano inclinado : En pacientes que pretendamos verticalizar • Banco de Colson, cuádriceps e isocinético : Son diferentes bancos para el
  • 10. tratamiento de la rodilla: preferentemente la musculatura anterior (cuádriceps) y posterior (isquiotibiales). Con sus diferencias particulares el banco de Colson se caracteriza por ser cargas indirectas, el de cuádriceps directas y el isocinético más complejo e incluso regido por un ordenador por realizarse ejercicios a la misma velocidad. Este último banco al igual que el de cuádriceps puede permitir igualmente fortalecer la musculatura flexo-extensora de la cadera. • Tablero para AVD: Es ya un aparato móvil tipo cuadro que se sitúa en la pared y que permite al paciente practicar las habilidades rutinarias de la vida diaria como puede ser teclear por teléfono, quitar y poner enchufes, abrir manecillas y cerrar de diferentes tipos, abrir cerrar un grifo, etc. Suspensionterapia y Poleoterapia Concepto, indicaciones y contraindicaciones. Principios generales. Utilidades y aplicaciones © www.luisbernal.com 1. Suspensionterapia • Concepto • Principios fundamentales • Tipos de suspensión: suspensión vertical o pendular; suspensión axial concéntrica; suspensión axial excéntrica; suspensión indiferente; y suspensiones elásticas o de resorte • Aparatos accesorios • Indicaciones y contraindicaciones 2. Poleoterapia • Concepto • Ventajas que aporta la poleoterapia • Principios físicos • Circuito de poleas: la primera polea • Ejemplos prácticas de sistemas de poleas • Indicaciones y contraindicaciones
  • 11. TEMA 2 · Suspensionterapia y Poleoterapia 1. SUSPENSIONTERAPIA 1.1. CONCEPTO Los ejercicios en suspensión son una modalidad terapéutica, una cinesiterapia activa asistida o activa resistida que va encaminada a suprimir la acción de la gravedad. Esto es, hacer “flotar” la extremidad tratada en el espacio con un sistema de sostén, por lo que el segmento movilizado no está soportado por la musculatura del sujeto, sino que estará por el sistema de suspensión que se le aplica. De esta forma se conseguirá una relajación de los músculos que no intervienen en el movimiento, provocando así la contracción de los agonistas de forma selectiva. Estas técnicas han sido utilizadas por primera vez por Guttrie Smith en 1943 como tratamiento de las secuelas de afecciones motrices y, valiéndose de un montaje en forma de marco. Estos movimientos se realizan en un solo plano y eje y están dentro de las técnicas de cinesiterapia activa asistida o activa resistida. La suspensión mecánica suple a la suspensión muscular realizada en la raíz del miembro por un cierto número de músculos y permite la acción del músculo responsable del movimiento deseado, pues de esta forma evita rozamientos innecesarios. 1.2. PRINC IPIOS FUNDAMENTALES 1. Los movimientos se realizan en un solo plano y un solo eje. 2. Los efectos de la gravedad deben evitarse siempre, a no ser que se empleen como ayuda o como resistencia, y que cada movimiento se produzca en las mejores condiciones mecánicas y económicas. 3. Los movimientos deben ser rítmicos, para evitar fatigas musculares. 4. La contracción es del tipo isotónico; de esta forma el músculo se fatigará más tarde que si la contracción fuera isométrica. 5. La suspensión se opondrá a las obstrucciones mecánicas del movimiento:
  • 12. gravedad, rozamiento y resistencias internas. 6. La suspensión sustituye a los músculos fijadores y sinérgicos, trabajando únicamente los agonistas, ahorrando energía y retrasando la fatiga. 7. Se inmoviliza el segmento proximal de la articulación movilizada, con el fin de que trabajen los músculos agonistas. 8. Los movimientos deben ser siempre activos, para así obtener la puesta en marcha de unidades motoras. 9. La indicación y el montaje deben ser los adecuados. 1.3. TIPOS DE SUSPENSIÓN Suspensión vertical o pendular Es aquella en la que el punto de toma o de enganche de la eslinga está situado en la vertical del punto de suspensión del miembro, está situado en el extremo más distal del miembro del paciente que queremos suspender En este caso la extremidad del mismo oscila como un péndulo a uno y otro lado del punto de reposo, del cual se aleja elevándose y describiendo un arco circular en un plano vertical. Este movimiento pendular no será asistido por igual en toda su trayectoria, ya que será menos asistido cuanto mayor vaya siendo el ángulo de movimiento en relación con la vertical. Este tipo de suspensión no permite un desplazamiento de gran amplitud de la extremidad distal del miembro. El desplazamiento de la extremidad se hace según una curva cóncava por arriba (a no ser que el punto de pivotamiento esté al infinito). Por tanto, la suspensión vertical o pendular se emplea generalmente como tratamiento postural y de relajación. Existen a su vez 3 tipos de ejercicios a realizar: • Suspendidos lanzados (1 A) • Suspendidos mantenidos (1 B) Suspensionterapia y Poleoterapia · 3 TEMA • Suspendidos conducidos (1 C)
  • 13. Suspensión axial concéntrica Se realiza cuando el punto de o punto de anclaje está sobre la vertical del eje de la articulación que se trata de movilizar (la cuerda de la eslinga está dirigida oblicuamente entre su punto de fijación superior y las cinchas de suspensión del miembro). En este caso, la extremidad del miembro se desplaza horizontalmente, describiendo un arco de círculo en un plano horizontal y en un eje perpendicular a la articulación. Esta suspensión puede descomponerse en dos fuerzas, una vertical que corresponde al sostén del segmento que se moviliza y otra horizontal axial de compresión articular. La suspensión axial concéntrica se emplea en músculos con un balance inferior a 3 en la escala Kendall. Este tipo de suspensión permitirá realizar un desplazamiento de 360º en un plano estrictamente horizontal. Habitualmente se emplea para realizar los movimientos-tipo (adducción- abducción, flexión-extensión de la articulación del hombro y la cadera). Suspensión axial excéntrica Se realiza cuando el punto de enganche de la cuerda de la eslinga está en cualquier otra parte que no sea la vertical del eje articular o de la cincha de suspensión del miembro. En este caso, la extremidad del miembro tiende, por su propio peso, a situarse en la vertical del punto de suspensión. Con ello lo que hacemos es facilitar un movimiento y resistir el contrario. • Suspensión axial excéntrica lateral : Este tipo de suspensión se realiza cuando el punto de enganche está situado a nivel de la articulación que crea el desplazamiento, pero está descentrada hacia el interior o hacia el exterior del segmento corporal del paciente. El movimiento describe un plano inclinado. La extremidad del miembro tenderá a ser llevada por la gravedad hacia la zona situada en la vertical del punto de suspensión (3 A). • Suspensión axial excéntrica proximal : El punto de anclaje queda en la prolongación del segmento, pero se desplaza hacia la parte proximal del paciente. De esta forma se produce una mayor compresión en la articulación; representa una fuerza de coaptación articular, aumentando a medida que el
  • 14. ángulo formado por estas dos fuerzas se cierra, sea por el descenso del punto de suspensión, por el desplazamiento proximal de ese punto, y por la combinación de los dos factores. • Suspensión axial excéntrica distal : Se produce cuando el punto de anclaje queda en la prolongación del segmento, pero se desplaza hacia la parte distal de la extremidad del paciente. El ángulo formado por la dirección de las dos fuerzas, suspensión y gravedad, se invierte, y su resultante está dirigida hacia Suspendido lanzado Suspendido mantenido Suspendido conducido Ssuspensión vertical o pendular Concéntrica Lateral Proximal Distal Excéntrica o inclinada Suspensión axial Suspensión indiferente Suspensiones elásticas TIPOS DE SUSPENSIÓN 4 · Suspensionterapia y Poleoterapia el lado opuesto del eje articular. De esta forma, se produce una fuerza separadora de la articulación (3 B). Suspensión indiferente Se le da este nombre cuando el punto de anclaje no está determinado y su lugar no influye en el montaje. Este tipo de suspensión se utiliza para ejecutar movilizaciones a nivel del codo y la rodilla. Suspensiones elásticas o de resorte Son realizadas por sistemas de suspensión elásticos o extensibles (muelles o resortes). Las suspensiones elásticas se efectúan siguiendo las mismas modalidades que las suspensiones fijas. Los desplazamientos del segmento de
  • 15. extremidad ya no son tan rigurosos, pero sufren una especie de flotamiento. El sistema elástico almacena una parte de energía que restituye rápidamente. Esta suspensión es algo más compleja que la inelástica, ya que al programar un ejercicio con este tipo de desgravitación ha de tenerse en cuenta las oscilaciones que el muelle, según su resistencia, puede facilitar al segmento en movimiento. La valoración, independientemente del tipo de montaje, dependerá en gran parte del tipo de muelle y su grado de elongación. Este tipo de suspensión se emplea en ejercicios globales o para la búsqueda del relajamiento muscular, favoreciendo en ciertos pacientes sus posibilidades motrices. Con este tipo de suspensiones se favorece un movimiento y se resiste otro, aunque la resistencia es difícil de valorar. No existe un punto fijo de colocación del anclaje, a mayor distancia de la articulación, mayor resistencia y viceversa. 1.4. APARATOS ACCESORIOS Las suspensiones pueden realizarse con distintos dispositivos que facilitan una serie de puntos de fijación, tanto en la parte superior como en los laterales. Van desde simples soportes situados en la cama del paciente, hasta aparatos más complejos como son las jaulas de Rocher. Además son necesarios eslingas, reguladores, cuerdas, mosquetones, eses metálicas, cinchas o hamacas de distintos tamaños, tobilleras, testeras, mesas y camillas de tratamiento. Además en la colocación de los montajes de la suspensión hemos de tener en cuenta varios factores: en primer lugar la colocación del paciente, que se situará en la mesa en el decúbito idóneo dependiendo de la región a tratar; todos Suspensionterapia y Poleoterapia · 5 TEMA los segmentos articulares del segmento desgravitado deben suspenderse individualmente a nivel de las principales articulaciones distales a la que se moviliza, con cinchas o hamacas de suficiente superficie de apoyo como para no traumatizar ni comprimir los tejidos del paciente.
  • 16. 1.5. INDICACIONES Y CONTRAINDICACIONES Están indicadas las supensiones en dos tipos generales de ejercicios: los ejercicios activos-asistidos y los ejercicios activos resistidos. En el primer caso la principal utilidad de la poleoterapia es conseguir asistir o ayudar a la realización del movimiento, requiriendo poco esfuerzo por parte del paciente, desarrollando el movimiento aunque su potencia esté disminuida; podremos realizarlo en músculos cuyo balance muscular esté por debajo de tres. El estiramiento alternativo de los grupos musculares que actúan en uno y otro sentido sobre la articulación produce estímulos para la contracción muscular refleja que ayudan a la contracción voluntaria. En el caso de los ejercicios activo-resistidos oponemos resistencia a la realización del movimiento, por lo que requiere esfuerzo por parte del paciente y así relajamos los músculos antagonistas pudiendo disminuir el espasmo y la contractura, además, por supuesto de ganar potencia muscular. Para obtener la resistencia en la suspensión se usará la acción de la gravedad utilizando muelles por ejemplo. Por tanto, estarán indicadas las suspensiones en los mismos casos en los que indicábamos la cinesiterapia activa de forma general: • Secuelas de traumatismos osteoarticulares • Atrofias miógenas y neurógenas • Hipotonías y contracturas musculares • Rigidez articular y artropatías reumáticas • Deformidades de la columna vertebral (cifosis, escoliosis) • Parálisis y paresias musculares, centrales y periféricas. Las contraindicaciones de la suspensionterapia son escasas; cuando no hay posibilidad de elaboración mental del movimiento por parte del paciente, así como cuando no hay voluntad para realizarlo (no colaboración) no debe intentarse este tipo de movilización. Igualmente contraindicado en casos de fractura reciente y anquilosis.
  • 17. No es una contraindicación absoluta pero sí un motivo de vigilancia especial por nuestra parte los pacientes “valientes” que quieren sufrir dolor para mejorar y pueden excederse en la realización de estas terapias activas. Mantendremos la misma vigilancia que cuando prescribimos cinesiterapia activa a realizar por el paciente. 2. POLEOTERAPIA Conocemos por poleoterapia el tratamiento fisioterápico por medio de unas máquinas simples que son las poleas. Las poleas son maquinas simples constituidas por una rueda provista de un eje que le permite girar libremente y con una llanta de forma apropiada para que pueda arrastrar o ser arrastrada por una correa, cuerda o cadena. Las poleas permiten cambiar la dirección de una fuerza sin variar su magnitud. Suspensión axial concéntrica en abducción-aducción de cadera Suspensión axial concéntrica en flexo-extensión de cadera 6 · Suspensionterapia y Poleoterapia La poleoterapia estudia los métodos de reeducación activa o pasiva con circuitos constituidos por poleas, que en este caso se utilizan para modificar la orientación de la fuerza exterior aplicada, contra la que debe oponerse un determinado grupo muscular. Esta fuerza, por un juego inverso de poleas, puede ser capaz de ejercer una tracción sobre las palancas articulares de esos mismos músculos. Con este tipo de tratamiento realizamos una movilización activa, resistida y pasiva. Se pueden combinar con suspensiones o sin ellas, según sea la articulación en la que se aplique el tratamiento. Las movilizaciones mediante la aplicación de poleas presentan una serie de ventajas que las convierte en el tratamiento de elección en un gran número de casos: • La fuerza externa aplicada es fácilmente regulable y medible. • Se pueden desarrollar casi todos los movimientos articulares.
  • 18. • Gran comodidad de aplicación tanto para el paciente como para el fisioterapeuta. • El tratamiento es individualizado. • La instalación es poco costosa y de fácil aplicación. La poleoterapia se sustenta sobre unos Principios físicos basados en la definición de polea: máquina simple en la que la cuerda actúa de eje que transmite la tensión aplicada. Para el estudio de las fuerzas que aparecen en los sistemas de poleas seguiremos la nomenclatura tradicional de las máquinas simples: la fuerza exterior es la resistencia que se iguala o vence con una potencia. El propósito de las máquinas simples, en genera, es multiplicar la fuerza. El cociente entre resistencia y potencia es la ventaja mecánica: si es mayor que 1, la resistencia igualada es mayor que la potencia aplicada, esto es, vamos ganando. Una polea fija tiene una ventaja mecánica de 1, es decir, potencia y resistencia son iguales en magnitud. Teniendo en cuenta que se utilizan poleas cuyo movimiento sobre el eje se efectúa sin resistencia y, por lo tanto, la transmisión de fuerzas es integral, se planteará: 1. Si la polea está sujeta al techo, y de cada uno de los extremos de la cuerda se suspende una resistencia de 1 Kp, se conseguirá el equilibrio, y la fuerza que soporta el gancho de la polea es de 2 Kp. 2. Se puede conseguir también el equilibrio atando al suelo el extremo correspondiente a la resistencia; en este caso es la propia tensión del cable quien equilibra la resistencia, ejerciendo una fuerza de 1 Kp. Por tanto, el eje de la polea fija soportará 2 Kp. 3. Utilizando una polea fija y una móvil, con un peso de 1 Kp aplicado sobre la polea fija, se podrá equilibrar una fuerza de 2 Kp suspendidos en la polea móvil. Esto es el principio de la palanca, que en teoría permite multiplicar
  • 19. indefinidamente una fuerza si se emplea en serie. En este caso, la resistencia es el doble que la potencia, esto es, tenemos una máquina de ventaja mecánica dos, en la que se consigue igualar una fuerza doble de la aplicada. Se entiende como Circuito de poleas a la instalación realizada con una, dos o tres poleas, sobre las cuales pasa una cuerda con un extremo enganchado en una palanca articular, mientras que en el otro extremo tiene un peso suspendido. El circuito de poleas permite realizar una movilización activa contra resistencia en la primera fase del movimiento. Para volver a la posición inicial los músculos agonistas han de realizar una contracción cinética excéntrica. El número de poleas utilizadas estará en relación con la longitud de la cuerda de tracción y del lugar en que se coloque el desplazamiento de los pesos. La Sistemas de poleas Suspensionterapia y Poleoterapia · 7 TEMA posición de la primera polea debe ser determinada de manera precisa para que el movimiento contra resistencia se realice de forma perfecta. Con estos circuitos se pueden efectuar: • Movilizaciones activas resistidas. • Movilizaciones activas asistidas. • Movilizaciones pasivas. La primera polea será la más próxima al segmento movilizado, debe determinarse con precisión a fin de que el trabajo se efectúe en las mejores condiciones de resistencia, de tracción o de ayuda, según el tipo de movilización que se realice. Estará colocada en el plano de desplazamiento del segmento, esto es, sobre la superficie horizontal sobre la cual se desplaza el segmento móvil. Para determinar mejor la posición de la primera polea, existen 3 posiciones
  • 20. tipo: • Polea al inicio del movimiento. • Polea colocada sobre la perpendicular a la bisectriz del ángulo de movimiento. • Polea colocada al infinito (5 ó 6 metros) del punto de partida del movimiento. Una vez elegida la ubicación de la primera polea, se tendrá en cuenta: • Si se opone una fuerte resistencia a la contracción muscular se hace necesaria la fijación del segmento proximal de la articulación que se va a movilizar. Ejemplo: movilización de una articulación intermedia como rodilla o codo, se fijará el muslo o brazo. • El cabo de enganche del circuito de poleas debe estar fijado a la porción distal del brazo de palanca de la articulación movilizada. • El ángulo de movilidad de la articulación debe ser bien conocido por el fisioterapeuta. • Cuando el miembro ha cumplido su movimiento activo contra resistencia, efectúan sus músculos agonistas una contracción cinética concéntrica y después recupera su posición de partida; esta segunda fase motriz es ayudada por el movimiento de descenso del peso y puede representar una verdadera movilización pasiva pura si el músculo no reprime el movimiento. Cuando el músculo agonista reprime el movimiento efectúa una contracción cinética excéntrica. En los sistemas de poleoterapia tanto la suspensión como la resistencia por medio de las poleas que aplicamos se utilizan en las extremidades corporales y segmentos determinados de las mismas, sobre las que se ejerce un efecto importante y se obtiene una movilización en condiciones muy especiales. Presentamos a continuación diferentes ejemplos de poleoterapia en diferentes articulaciones que relataremos muy brevemente: En miembro superior y más concretamente en la articulación del hombro (página siguiente) los movimientos a realizar son muchos y variados: abducción adducción en decúbito prono y supino respecivamente, flexo-extensión con un angulo de movilidad elevado. También podemos conseguir la rotación externa o interna del hombro, aunque con más dificultad y limitación en la colocación de los
  • 21. pesos y poleas pero de todas formas es realizable. El codo está más limitado a la flexo-extensión. En cuanto al miembro inferior destaca la articulación de la cadera, que al igual que la del hombro en el miembro superior, al ser las más proximales de sus respectivas extremidades, las más potentes, las que cuentas con más musculatura y mayor grado de libertad de movimientos, tienen más movimientos para realizar: flexo-extensión, abducción-adducción y sus respectivas rotaciones internas y externas. 10 · Suspensionterapia y Poleoterapia Generalmente, las indicaciones del tratamiento fisioterápico utilizando un sistema peso-polea van ligadas a los tipos de lesiones que presentan una pérdida de potencia muscular y recorrido articular, por lo que se aplica actualmente con más frecuencia en afecciones del aparato locomotor. Suelen ir asociadas a la utilización de suspensiones; así junto al aumento de potencia muscular con estas técnicas combinadas se favorece el incremento del ángulo de movilidad articular; además la utilización de la poleoterapia es fundamental en la coordinación y el control de los movimientos que se consiguen por medio de la repetición rítmica, para la realización de movimientos combinados en distintas extremidades con el fin de llegar a crear verdaderos esquemas de movimiento. Por tanto, la poleoterapia estará indicada en: • Secuelas de traumatismos osteoarticulares y musculares • Desarrollo de la conciencia motora y favorecimiento de respuestas voluntarias • Atrofias miógenas y neurógenas • Rigideces articulares y lesiones ligamentosas • Paresias musculares, centrales y periféricas • Procesos artríticos y artrósicos • Miositis. Las contraindicaciones son muy limitadas, al igual que ocurre con la suspensionterapia: fracturas recientes y anquilosis, situaciones en las que el
  • 22. paciente no está capacitado mentalmente para la elaboración del movimiento y, sobre todo, cuando no tenga voluntad de realizarlo. Concepto Se define tracción como la “acción o efecto de tirar de alguna cosa para moverla o arrastrarla” (Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española). La tracción terapéutica es la «aplicación de una fuerza a una parte del cuerpo para estirar los tejidos, separar las superficies articulares o fragmentos óseos». Se trata, por lo tanto, de una fuerza aplicada esencialmente perpendicular a las carillas articulares y secundariamente paralela al eje de las palancas óseas o del segmento corporal traccionado. Clasificación Según el agente motor de la solicitación, las tracciones articulares se dividen en: activas (el propio paciente es agente motor, autotracciones), de carácter manual o mediante sistemas intermediarios mecanoterápicos sencillos, y pasivas (el agente motor es alguien o algo exterior al paciente). Según el objetivo articular, se diferencia entre tracciones vertebrales y de otras articulaciones. Dentro de las pasivas, ambas pueden ser, a su vez: manuales (se denominan, según las diversas escuelas: técnicas cinesiterápicas pasivas forzadas, manipulaciones, me- dicina manual ortopédica, osteopatía, quiropraxis) e instrumentales. Nos centraremos en las tracciones articulares vertebrales de tipo instrumental o de auto-tracción con sistemas instrumentales. Asimismo, se han clasificado las tracciones vertebrales según la posición adoptada por el paciente en métodos de pie, en decúbito supino, en decúbito prono, sentado, en plano inclinado y en posición invertida. Según el tiempo de aplicación de la fuerza durante la sesión, las tracciones se dividen en (fig. 4.2): fijas (máximas al inicio y progresivamente decrecientes), continuas (constantes en la carga, generalmente baja, y de larga aplicación, 20-40 h), discontinuas o sostenidas (con pendiente de establecimiento incremental, tiempo de mantenimiento de la carga y progresiva descarga, con duración total entre 20 y 60 minutos). Como consecuencia del empleo de máquinas electromecánicas de tracción, se ha añadido la forma intermitente (con tiempos breves de carga incremental seguidos de períodos ligeramente superiores de descarga, generalmente no hasta cero del peso; existen diversas combinaciones de aplicación) e intermitente-pulsada (períodos de segundos de duración con altas cargas, seguidos de tiempos breves de descarga total; forma «en acordeón»). Finalmente debemos indicar que las tracciones vertebrales pueden aplicarse empleando diversidad de materiales y medios, que pueden clasificarse. En principio, se precisará un sistema generador de la fuerza: la fuerza humana del propio paciente (mesa autoactiva de Cotrel) o pesos por medio de cables y poleas, máquinas electromecánicas programables, efecto neumático (aparato portátil de Kuhlman) y la gravedad en el plano inclinado. Según las cinchas para las fijaciones, existen diversas variedades, tanto en tracción cervical como
  • 23. lumbar. En función del medio, se han empleado innumerables «mesas y sillones de tracción» por parte de autores de todos los tiempos y debe destacarse la posibilidad de la tracción en piscina. Tracción cervical Colachis y Stohm evidencian que es en el espacio C5-C6 donde se produce la mayor riqueza del arco articular de movilidad, seguido del interespacio C4-C5 y C6-C7. Los trabajos históricos confirman que se precisa una carga mínima de 4-5 kg para contra- balancear el peso de la cabeza. El enderezamiento de la columna1 cervical se produce con cargas de entre 5 y 10 kg. Con cargas de 10 a 30 kg se evidencian separaciones intervertebrales de 1,5 mm. Concretamente, con 12 kg se han producido separaciones de 2 mm en el espacio intervertebral posterior, entre C5-C6 y C6-C7. Con la aplicación de esta gama de intensidad de la fuerza, generalmente se produce el alivio de la sintomatología dolorosa, confirmada radiológicamente con un incremento del foramen intervertebral en posiciones oblicuas. Judovich informa de elongaciones en conjunto de la columna cervical de entre 3 y 14 mm, con cargas del orden de 20 a 22 kg, con agrandamiento máximo del espacio intervertebral. Con más de 30 kg pueden provocarse lesiones musculares y ligamentosas. Vandeplas considera óptimo un margen de 10-12 kg; los individuos normales aumentan el 20,4% la superficie de sus agujeros de conjunción y en cervicoartrósicos se incrementa el 20,8%. Si bien algunos pacientes requieren mayor carga para cumplir los objetivos, ha de valorarse que con pesos superiores a los 12 kg se incrementa el riesgo de contractura de la musculatura paraespinal (aunque algunos individuos soportan hasta 25 kg, por contracción isométrica intensa y voluntaria de esta musculatura). El tradicional tópico de discordancia entre la clínica y la radiología se encuentra ya en entredicho al confirmarse que la máxima apertura intervertebral se produce bajo tracción cervical en los sectores C5-C6, seguidos de C6-C7, precisamente el área donde están presentes los mayores fenómenos degenerativos radiológicos y que ocasiona la localización «baja» de la sintomatología en la región del cuello. Ello da lugar a que bajo estrictos controles metodológicos de la aplicación de la tracción se genere el alivio sintomático. Levernieux y otros autores constatan, en grandes series de estudios abiertos, la mejoría en el 60% de los casos de neuralgias cervicobraquiales agudas y subagudas, en el 88% de las tortícolis, en el 58-65% de las cervicalgias crónicas asociadas con discopatías artrósicas y en el 75% de las cervicalgias postraumáticas con radiografía normal. En estudios a doble ciego, muy escasos (con tracción placebo u otros tratamientos alternativos), los datos no confirman estadísticamente su supremacía, pero se requieren mayores series para validar las investigaciones. TÉCNICA DE APLICACIÓN 1. Medios de fijación: en la actualidad pueden destacarse fundamentalmente tres. El primero es el arnés o collar de Sayre (fig. 4.3), de apoyo cervicoccipital, cómodo y adaptable por su versatilidad, pero con problemas, como el de impedir hablar al paciente y la sensación de «ahogo» que ocasiona; asimismo, puede ser doloroso y generador da bruxismo en tracciones duraderas y/o intensas, sobre todo para la articulación temporomandibular, especialmente si se sufre la ausencia de piezas
  • 24. dentarias posteriores o con defectos de coaptación mandibular, lo que obliga a los pacientes a portar sus prótesis dentales y/o férulas de descarga. El segundo es el cervicotractor de Maigne (fig. 4.4), de apoyo cervicoccipital, con peor adaptación que el anterior por su rigidez en la nuca y su tendencia a deslizamiento superior en pacientes con occipucio plano, pero sin los inconvenientes del anterior. El arnés de Goodlney (flg. 4.5) también es de carácter cervicoccipital, pero con una pro- longación reforzada en dirección cervicodistal y con el nacimiento de las correas de tracción bajo el raquis cervical, lo que posibilita su focalidad en la aplicación de la fuerza. 2. Posición del paciente: debe responder a los imperativos de comodidad, seguridad y eficacia de la técnica. Puede ejecutarse con los medios siguientes: a) Con el paciente sentado, con fijaciones corporales y con tracción al eje o con flexión de 60 grados del cuello, pero esta postura ha demostrado menor relajación muscular que la de decúbito, Es de elección, no obstante, en sistemas de autotracción, dosificados y aplicados por el paciente mediante sistemas sencillos instrumentales de poleas, en uso domiciliario. b) Aparato portátil de Kuhlman: un arnés clásico tracciona al eje la columna cervical hasta un bastidor que es impulsado verticalmente por dos cilindros neumáticos apoyados en un arnés sobre los hombros y el tronco. Puede generar hasta 20 kg de fuerza y se aplica al paciente de pie o sentado. c) El plano inclinado (fig. 4.6) es un montaje sencillo, en el que se emplea un tablero o camilla rígida cuyo ángulo de inclinación, respecto de la horizontal, puede ser modificado a demanda. En él, la fuerza tractora es función del ángulo de inclinación α, tal que F =P • sen α, donde P es el peso del paciente, por tanto la gravedad apoya la acción distractora. Hay que destacar que con una inclinación de 30 grados, F será igual al 50% del peso del cuerpo. El paciente se sitúa en decúbito dorsal sujeto por un arnés cervical. Esta técnica genera tracción cervical, así como de todo el raquis; el rozamiento puede constituir del 30 al 40% de la fuerza de tracción. d) El decúbito dorsal se ha considerado la técnica de mayor relajación para el individuo; puede aplicarse respetando la línea axial o con cierto ángulo de flexión o extensión cervical. Existen diversas mesas móviles para tracción cervical y lumbar, con el fin de atenuar el rozamiento sin testar; también se ha empleado la inmersión en piscina con el mismo fin. 3. Orientación del raquis cervical: se recomienda realizar un test previo de tracción manual para evaluar la posición en la cual el paciente se encuentra cómodo. Fue Crue, en 1957, el primero en sugerir que la posición idónea era una flexión de 20º , basándose en que así se aumentaban los agujeros de conjunción. Colachis y Strhom, en 1965, preconizan entre los 30 y 35 grados de flexión, basándose en estudios radiográficos. Deets, en 1977, propone 450. El debate no se ha cerrado: en 1980, Delacerda evidencia incre- mento de la actividad electromiográfica del músculo trapecio para ángulos de flexión de 10 a 350, y sugiere que con ello se potencia una fatiga muscular provocadora de mala tolerancia de la técnica. Se ha informado que ángulos de flexión de entré 20 y 25 0 permiten tolerar altas cargas y atenuar la aparición de vértigo y náuseas. En 1992,
  • 25. Wong propone que para generar distracción en el segmento anterior se traccione a 30 0 de flexión, pero, con el fin de distraer el segmento posterior, se sugiere la tracción axial o neutra. Lecocq, en 1995, propone como aproximación general una gama de 10-20o de flexión con test manual inicial. Se recomienda un cojín de apoyo bajo la nuca. 4. Sistema generador de la fuerza de tracción: además de la ayuda proporcionada por la gra- vedad y el peso del cuerpo del paciente en sistemas de plano inclinado, pueden emplearse sistemas de poleas sencillos, accionados por el propio paciente, como los de Cotrel, en decúbito dorsal o sentado, tanto para uso supervisado o domiciliario. Los métodos puramente instrumentales son esencialmente los pesos libres y los sistemas mecánicos motorizados, gran avance técnico que ha permitido la diversidad de protocolos de programación. En ellos se regula intensidad de la fuerza, duración, escalonamiento creciente, picos de alta intensidad, descarga progresiva escalonada y tiempo total de aplicación. Además poseen sistemas de seguridad de descarga, controlados por el paciente con un mando a distancia, en caso de intolerancia o efectos secundarios. 5. Intensidad y cronoprogramación de la aplicación de la fuerza de tracción: la gama empleada va desde los 2 a los 45 kg. Ha de destacarse que entre los 17 y 22 kg de carga se produce una disminución de los espacios intervertebrales, que diversos autores atribuyen a contracción muscular reactiva, superable por incremento del peso o por mantenimiento temporal hasta la fatiga (Cynax). En la práctica se recomienda comenzar con 5-10 kg en mujeres adultas y 7-13 kg en varones adultos. Se recomiendan sistemas progresivos incrementales de la intensidad y el tiempo, comenzando con 5-6 minutos e incrementando a razón de 2 minutos más para sucesivas sesiones, y al ritmo de 1-2,5 kg más por sesión o cada dos sesiones. El objetivo final es alcanzar los 17-25 kg mantenidos durante al menos 5-6 minutos. Diversos autores polemizan con estos tiempos «mínimos», que varían enormemente entre los 7 segundos, propuestos por Colachis y Strhom para percibir la elongación, y la acción distractora progresiva propuesta por Bridger durante los primeros 15 minutos. Los espacios intervertebrales más decoaptados son el C6-C7 posterior y el C4-C5 en el arco anterior; en el C7-D1 es donde menos se percibe la distracción. Este efecto se mantiene durante 20 minutos tras cesar la tracción. A partir de los 10-15 kg, la generalidad de los individuos mejora. La duración media de las sesiones es de 15-30 minutos, sometidos a la máxima según la cual cuanto mayor sea la carga, más breve ha de ser la aplicación. Se han aplicado protocolos de horas con bajas cargas. Las tracciones motorizadas intermitentes o rítmicas permiten incrementos progresivos en forma de escalones o paliers, para la carga y descarga. Pueden programarse incluso picos de cargas máximas de 3 segundos de duración, que la literatura considera eficaces, seguidos de descarga total o parcial. No existe evidencia, en la actualidad, que demuestre la superior eficacia de las técnicas intermitentes sobre las constantes, pero sí hay una mayor tolerancia a la carga, por lo que pueden alcanzarse los objetivos finales. El período de descarga ha de ser progresivo, generalmente de mayor duración que el tiempo de fuerza aplicada máxima: como orientación, en torno a los 5-6 minutos en la primera sesión.
  • 26. Las sesiones oscilarán entre 6 y 15 (las radiculalgias precisan el doble de sesiones que las raquialgias), a un ritmo inicial diario (asociado a la agudeza de la clínica); y posteriormente se realizarán tres días a la semana durante dos a tres semanas. Debe considerarse la suspensión de la técnica si después de 5 a 6 sesiones no se observa mejoría clínica o hay recrudecimiento doloroso. Ljunggren indica que el resultado de la primera sesión pronostica las metas finales alcanzables. Para concluir, se puede afirmar que «no existe forma de tracción sin cierta incomodidad». Tracción lumbar Las cargas aplicadas en piezas anatómicas de columna dorsolumbar responden con separación intervertebral de 1,5 mm con 120 kg, y con ruptura por el sector D11-D12 con 200 kg. Asimismo, en columna lumbar aislada, puede pronosticarse que con 5-10 kg se borra la lordosis, con 10-30 kg se genera espacio interlinear de 1.5 mm y con 60-150 Kg se genera 2-3 mm, asociándose los fenómenos de regeneración y aspiración del disco, confirmados in vivo radiológicamente por Seze, Dijan y Levernieux. Estos autores evalúan la fuerza necesaria para superar el rozamiento de la mesa en 175 kg , 10 kg para traccionar ligamentos y 145 kg para traccionar los músculos, de este modo se obtienen separaciones de 1,5 mm, describiendo el «fenómeno de la vida» intradiscal. Masturzzo confirma los datos con resultados de distracción de 1 mm en discos sanos y de 2 mm en discos con degeneración artrósica, empleando cargas de 100 kg. Estudios de proyección estiman en 400 kg la carga necesaria para la ruptura en columna lumbar. Se evidencian elongaciones superiores a los 30 mm. Trabajos recientes bajo control de escáner por TAC muestran retracción de las hernias discales. La mayor parte de los autores confirma que cargas de 35 kg son eficaces y toleradas, aunque la mayoría de los pacientes mejora clínicamente con cargas inferiores. La duración de la elongación postracción es de alrededor de 30 minutos. En estudios abiertos, los resultados son prometedores, con mejorías de cuadros catalogados como «lumbalgias» en el 75-90% de los casos. En cuadros de lumbalgia crónica, se reduce al 65% —para otros autores se sitúa en el 85%—, sin olvidar que algunos estudios indican la ineficacia de la técnica si la lumbalgia es de duración superior a los 6 meses. Si se confirma artrosis apofisaria posterior asociada con hiperlordosis, se esperan mejorías en el 55% de las situaciones. El 65% de mejoría se da en lumbalgias asociadas con espondilolistesis. Los resultados son buenos en el 60-75% de los casos de lumborradiculalgias. Si se asocian con un canal neural reducido, mejoran en el 43-77%. En los estudios controlados referentes a lumbalgias y ciáticas por hernia discal objetivada o no, algunos de ellos muestran eficacia de la tracción y superioridad estadísticamente significativa respecto a otras técnicas. Pero la mayoría no son concluyentes, con datos en un abanico de mejoría del 20 al 80% en la valoración del dolor, la movilidad y la funcionalidad. TÉCNICA DE APLICACIÓN 1.Medios de fijación: tradicionalmente se ha empleado un sistema de arnés de tipo corsé, que comprime el tórax, depresible y elástico, y provoca una sensación desagradable sobre el paciente en el epigastrio y la región costal, especialmente en inspiración (constituye una contraindicación técnica para el paciente insuficiente respiratorio).
  • 27. Asimismo, es difícil de aplicar a los obesos. En general, ha de ser resistente y confortable. Se ha propuesto como alternativa la cama oscilante de Maccagno, basada en el uso de un plano inclinado y un ángulo de tracción variable. El arnés inferior ha de apoyarse sobre las crestas ilíacas; la distancia entre ambos deberá ser la menor posible. 2. Posición del paciente: generalmente se propone el decúbito supino, acompañado fre- cuentemente de flexión de las caderas y rodillas; las pantorrillas reposan sobre un taburete rígido, con un ángulo de flexión de las piernas de 60 0, con el fin de favorecer el aplanamiento del raquis lumbar (posición de Fowler). Hay que procurar la comodidad del paciente y el hecho de que el área de tratamiento coincida en la zona entre ambas placas móviles de la mesa. El problema de la fricción -resistencia que se opone al desplazamiento al aplicar una fuerza horizontal a un sólido, sobre un plano horizontal- no está resuelto. Superar esta resistencia estática se ha evaluado en el empleo de una carga superior al 26% del peso del paciente. Se han diseñado multitud de mesas de tracción basadas fundamentalmente en planos deslizan- tes, de bajo rozamiento al ser sometidas a la elongación. Estos planos pueden orientarse incluso con el fin de realizar tracciones con orientación diferente de la axial, para generar lateroflexión o rotación. También se ha propuesto suspender la región del cuerpo sometida a solicitación. Por otra parte, en planos inclinados la gravedad puede ser empleada como asistencia a la tracción; incluso puede atenuarse al mínimo la fricción en sistemas de tracción invertida. La tracción invertida es una actualización técnica de una descripción clásica hipocrática, de éxito fulgurante, pero no demostrado. Consiste en un sistema simple de fijación de los miembros inferiores, generalmente flexionados, asociado con un mecanismo de volteo, que sitúa al paciente en posición vertical invertida. Su sencillez, discrecionalidad y empleo domiciliario son claves en su éxito. La dosificación se basa en el tiempo de aplicación. Son destacables sus peligros y contraindicaciones. Finalmente los autores franceses proponen la realización de la tracción en el agua (fig. 4.7), como medio de baja fricción, ejecutada en bañera o piscina. Se realiza con el agua a temperatura de 34 0C; el paciente es suspendido y mantenido en la superficie con una serie de flotadores, en decúbito dorsal. La rápida decontractura muscular y la relajación general del paciente permiten emplear cargas muy inferiores a las habituales. Se emplean cargas progresivas de 4 a 20 kg. La duración es de 30 minutos y 10 más para la descarga y verticalización en la piscina. 3. Sistema generador de la fuerza de tracción: sistemas de autotracción en mesa de Cotrel; sistemas mecánicos de poleas y pesos; sistemas en plano inclinado invertido, y sistemas instrumentales motorizados, similares a los empleados en tracción cervical. 4. Intensidad y cronoprogramación de la fuerza de tracción: autores clásicos recomiendan alcanzar una carga entre los 22 y 45 kg. Actualmente se emplean entre los 30 y 60 kg. El tiempo de aplicación es muy variable, desde 10 minutos hasta varias horas, incluso con bajas cargas durante días; en general, se recomienda aplicar según la tolerancia del paciente. Existen protocolos de tracción permanente durante 15-30 días. Generalmente se toleran bien 20 minutos. Se comienza con sesiones a un
  • 28. ritmo de tres veces por semana, pero se han aplicado incluso tres veces por día. El número de sesiones es muy variable: oscila entre las 6 y las 15. Habitualmente se emplean programaciones como las descritas para la columna cervical, basadas en un incremento progresivo de la carga y del tiempo, de sesión a sesión, de aplicación con sistemas sostenidos de la fuerza aplicada durante un tiempo de la carga o en sistemas intermitentes o intermitentes-pulsados. La descarga cumplirá las normas de seguridad. Indicaciones Tracción cervical: neuralgia cervicobraquial, por hernia discal blanda o mixta, que cursa eventualmente con radiculalgia, hiperalgia, contractura muscular y déficit neurológico. Se han señalado resultados más pobres en radiculalgia por debajo de C5. Osteoartritis facetaria. En las cervicalgias subagudas y crónicas, cuanto más evolucionadas y asociadas con degeneración espondiloartrósica, más pobres resultados se obtienen. Tracción lumbar: situaciones clínicas dolorosas, potencialmente mejorables por descompresión mecánica de la columna vertebral. Lumbalgia y ciática de más de tres meses de evolución (las ciáticas de menos de un mes mejoran el 93%, pero debe considerarse una indicación prematura, si es de una evolución de más de un año mejoran en torno al 60%). Las situaciones de intensa hiperalgia no responden adecuadamente y han de ser pospuestas a otras medidas analgésicas de la medicina física, o emplear la tracción en piscina por su intenso poder miorrelajante. La presencia de déficit sensitivomotor no quirúrgico no impide la aplicación de la técnica y la mejora de los déficit según la mayoría de los estudios. Espondilolistesis asociada con lesión secundaria del disco intervertebral. Algias cuyo origen sea consecuencia de irritación o compresión de las raíces nerviosas, secundarias a traumatismos, degeneración o protrusión discal (especialmente de volumen moderado, subligamentarias y poco lateralizadas). En situaciones de degeneración discal grave, evidenciada radiológiamente por encima de los 40-5O años, los resultados son pobres. Sobre lumbalgias y ciáticas persistentes o recidivantes tras laminectomía quirúrgica, no existe una indicación universal, si bien se constata que mejoran. Por el contrario, en pacientes portadores de hernias discales traccionadas, la buena respuesta al tratamiento en la fase prequirúrgica predice qué pacientes mejorarán con la cirugía. Contraindicaciones GENERALES Neoplasias primarias o metastásicas, con o sin presencia de lesiones líticas. Espondilolisis inflamatorias e infecciosas, especialmente la tuberculosis (enfermedad de Pott). Osteoporosis y osteomalacia. Enfermedad de Paget. Antecedentes traumáticos recientes causantes de fracturas, esguinces y lesión de tejidos blandos, incluidos músculos paravertebrales, inestabilidad articular. Cirugía raquídea y toracoabdominal reciente. Patología medular y meníngea. Respecto a la edad, si bien la mayoría de los estudios se realizan entre los 20 y los 65 años, se han descrito desde la adolescencia hasta los 80 años causas psicológicas de rechazo y ansiedad ante la tracción o los arneses.
  • 29. LUMBARES Insuficiencia respiratoria y cardíaca (especialmente enfermedad coronaria) en situación clínica no controlada. Ulcus péptico activo. Hernia de hiato. Aneurisma de aorta. Embarazo. CERVICALES Artrosis temporomandibular. Malformaciones del raquis cervical. Artritis reumática que curse con inestabilidad ligamentaria o subluxación atlantoaxoidea. Insuficiencia arterial vertebrobasilar o carotídea, sobre todo si no se posiciona el raquis en flexión. TRACCIÓN DE INVERSIÓN Hipertensión arterial. Hipertensión intracraneal. Enfermedades cardiopulmonares. Glaucoma. Jaquecas crónicas. Reflujo gastrointestinal. Sinusitis crónica. Cinetosis. Pacientes portadores de una cadera artificial. Peligros y precauciones La tracción cervical puede desencadenar intolerancias dolorosas en la articulación temporomandibular y bruxismo. Se ha informado de casos de discreta hipotensión arterial tras la sesión, así como acúfenos y vértigo. Tras el discutido trabajo de Weimberger, ha de valorarse el peligro de la aplicación de tracción cervical precoz, que pudiera acrecentar la cervicodorsalgia y la discapacidad residual en pacientes portadores del «síndrome del latigazo», tras accidentes de automóvil. Hay que destacar la comunicación de LaBan, en 1992, de 12 casos sobre 2.200 pacientes en los que la tracción cervical intermitente, según protocolo habitual, desencadenaba radiculalgia lumbar, atribuida a tensión de la duramadre (fig. 4,8). Todos ellos eran portadores de patología congénita, espondiloartrósica o radicular lumbar, en ocasiones desconocida. De ello se deduce que si se presenta esta situación sobrevenida debe interrumpirse la tracción cervical y contraindicarse formalmente. Se siguió la sistemática de flexión de la columna cervical de 300 ; se consideró que debería valorarse el hecho de que, en esa postura del eje de solicitación, se incrementaba la tensión de la duramadre posterior del área lumbar, por lo que podría valorarse que en pacientes con indicación de tracción cervical, portadores de patología de la columna lumbar, se traccione axialmente. La tracción lumbar puede ocasionar, por el arnés toracoabdominal: dificultad respiratoria, precordalgia y taquicardia. En la región del ápex esternal, hipocondrio derecho y epigastrio, se reflejan algias cuyo origen es la vesícula biliar comprimida. Se han descrito dolores y trastornos abdominales. Se comunicaron dos casos de fractura de la apófisis articular lumbar. Excepcionalmente, se han dado casos del síndrome de la cola de caballo, mayoritariamente tras tracciones manipulatorias vertebrales, por lo que la tracción en situaciones de compresión de las cuatro raíces sacrales resulta una aplicación cuestionable. La tracción de inversión ocasiona incremento discreto de la presión arterial y disminución del pulso, cefaleas persistentes, petequias periorbitarias y faríngeas, visión borrosa, inyección conjuntival, congestión nasal, dificultades respiratorias, molestias en los ojos portadores de lentes de contacto y dolorimiento en las áreas de presión de las fijaciones en miembros inferiores.
  • 30. Todos los tipos de tracción pueden ocasionar empeoramiento del dolor de origen raquídeo, durante o después de la tracción, atribuido a insuficiente relajación muscular. Excepcionalmente, en la región lumbar puede agudizarse extraordinariamente el cuadro por estiramiento excesivo de los ligamentos sacroilíacos e ileolumbares. Potencialmente, existe la posibilidad de agravamiento o lesión ligamentosa, musculotendinosa o de la médula espinal, especialmente en hernias discales medias cervicales. Debe interrumpirse inmediatamente el tratamiento, si se produce mutación de raquialgia en radiculalgia, o de radiculalgia en déficit radicular. Las precauciones son un estudio completo clínico y funcional, ejecutado por un especialista en la patología vertebral y en la técnica de la tracción instrumental, que conduzca a un diagnóstico preciso para sentar la indicación y, especialmente, para descartar las posibles contraindicaciones. La aplicación técnica debe ser rigurosa y la vigilancia permanente, con control clínico tras sesión e interrogatorio y valoración previa a las sesiones sucesivas. El paciente debe situarse cómodamente, bien fijado, y los tests manuales previos son obligatorios. La tracción lumbar no debe aplicarse posprandialmente. Las técnicas no supervisadas, como la autotracción clásica o de inversión, han de ser especialmente prescritas y vigiladas periódicamente, obligando a un proceso educativo del paciente y restringiendo su uso a patologías y pacientes concretos.