El documento describe dos tipos de motivación para aprender: la motivación intrínseca, que proviene del interior y se basa en el placer y satisfacción de aprender; y la motivación extrínseca, que depende de recompensas externas como premios o evitar castigos. El rol del docente es generar condiciones para que los estudiantes desarrollen la motivación intrínseca, que es clave para la construcción autónoma del conocimiento.