El documento discute factores relacionados con las actitudes juveniles hacia el consumo de sustancias psicoactivas como el alcohol y drogas. Señala que el consumo recreativo se está extendiendo entre los jóvenes y está vinculado a la búsqueda de estimulación y diversión nocturna. También analiza tendencias de consumo en países europeos y datos sobre el incremento del consumo abusivo de drogas en algunos países. Examina múltiples factores que influyen en el consumo juvenil como actitudes, búsqueda de sensaciones, aspectos social
2. Factoresrelacionadosconlasactitudesjuvenileshaciaelconsumo
dealcoholyotrassustanciaspsicoactivas
En la cultura juvenil recreativa contemporánea se van extendiendo diversas modalidades lúdicas
de experimentación con sustancias psicoactivas en fin de semana. En semejantes prácticas se
tiende a la ebriedad como finalidad del consumo asociada a la
fractura experimentada en el tiempo libre y en la esfera del ocio
(Elzo, 2000; Laespada y Salazar, 1999). Se van extendiendo usos
recreativos de drogas vinculados a cambios en la funcionalidad de
la diversión nocturna y a la búsqueda de la sobrestimulación (Bellis y Hughes, 2003; Calafat, Juan,
Becoña, Fernández, Gil, Palmer, Sureda yTorres, 2000).
En nuestro país, de acuerdo a las últimas tendencias de consumo manifestadas en informes
estatales, se confirma un incremento de los consumos abusivos de drogas institucionalizadas
(véase
D.G.P.N.S.D., 2002a, 2002b, 2003). A ello, últimamente, se suman altas tasas de prevalencia de
consumo de cannabis (Bobes,
Bascarán, González y Sáiz, 2000) y una extensión del uso de psicofármacos y drogas de síntesis
(Fernández et al, 2003).Tendencias similares de consumo e implicaciones preventivas y
terapéuticas se han hallado en otras investigaciones a nivel europeo
(Eurocare, 1998; Simpura, Leifman, Karlsson,Trolldal, Leppänen,
Österberg et al, 2001).
3. Los estudios han aportado evidencia acumulativa de que el
consumo juvenil de sustancias psicoactivas responde a un patrón
conductual multideterminado, donde se integran variables tales
como actitudes, búsqueda de sensaciones, crisis en la identidad
psicosocial, motivaciones hedónicas, imperativos grupales, tendencias socioculturales y otros factores
coadyuvantes (Carballo et
al, 2004; Ellickson,Tucker, Klein y McGuigan, 2001; Espada,
Méndez, Griffin y Botvin, 2003; Hombrados y Domínguez, 2004;
Jessor, 1992; Minehan, Newcomb y Galaif, 2000; Pérez, Díaz y
Vinet, 2005).
En materia de experimentación con sustancias psicoactivas
abundan las referencias a diferentes tipos de factores de riesgo y
de protección, entre los cuales se incluyen las actitudes.Aunque
no se ha constatado una correspondencia biunívoca entre actitud y
conducta, se ha hallado un estrecho vínculo entre las actitudes favorables de rechazo hacia las drogas y
la conducta de consumo
4. Sustancias Psicoactivas
marihuana y los tranquilizantes. Sustancias como el alcohol, el bazuco y la
cocaína mostraron prevalencias similares durante este período.
El abuso y la dependencia de tranquilizantes siempre han sido más frecuentes
en mujeres que en varones adultos (34). Sin embargo, en adolescentes los
hallazgos no son concluyentes. Medina-Mora informó una prevalencia similar
en ambos sexos (35). Este hallazgo tiene otras implicaciones. En Colombia, la
venta de tranquilizantes tipo benzodiazepinas está restringida por la Ley, lo
que sugiere un inadecuado control en la expedición estas sustancias. Por su
parte, llama la atención el incremento de consumo de inhalantes en adolescentes
estudiantes varones cuando el consumo de esta sustancia había sido únicamente
habitual en niños, niñas y adolescentes que viven en la calle (29,30).
En relación con el consumo de éxtasis, las encuestas previas realizadas en
Bucaramanga no indagaban por esta sustancia. No obstante, la importante
cifra de consumado observada sugiere que se presenta el mismo fenómeno
que ocurre en países norteamericanos y europeos (35). Probablemente, este
hallazgo sea explicado por la falsa creencia de los adolescentes que estas
sustancias son menos adictivas o más seguras para la salud .
5. El incremento del consumo de sustancias en los estudiantes de Bucaramanga,
Colombia, debe ser un estimulo más para la búsqueda de soluciones integrales
que involucren coordinadamente diferentes sectores como las entidades de
educación y de salud pública (10,11). Las intervenciones para prevenir el inicio
temprano de consumo de alcohol deben iniciarse en el tercer grado de educación
elemental o primaria y para evitar el comienzo de consumo de cigarrillo en el
cuarto grado (45). Es importante tener presente que con la prevención de
consumo de sustancias legales como el alcohol y el tabaco también se reduce
la frecuencia del consumo de sustancias ilegales. La mayoría de los adolescentes
que consumen sustancias ilegales se iniciaron primero con alcohol y cigarrillo
(32).
El aporte más importante de este estudio es la presentación de las
prevalencias de consumo de sustancias en una muestra probabilística y
representativa de los estudiantes de media vocacional del área metropolitana
de Bucaramanga. Sin embargo, los datos no pueden ser generalizados a todos
los adolescentes de la región. Probablemente, el consumo sea mayor, por
ejemplo, en adolescentes trabajadores que no asisten a centros educativos.
Estudios en otros países informan que los jóvenes que sólo trabajan o lo hacen
simultáneamente con los estudios tienen un pronóstico más negativo, entre
ellos en el consumo de sustancias (21). Asimismo, no se evaluó el consumo en
estudiantes residentes en las áreas rurales. Se ha observado que los adolescentes
6. a etapa adolescente se caracteriza por ser la de mayor riesgo para el
inicio del consumo de sustancias (1,2). Esta conducta implica
complicaciones médicas a corto y largo plazo que pueden ser irreversibles
(2). A su vez, el consumo de sustancias trae consecuencias psicosociales tales
como consumo de otras sustancias (3,4), fracaso académico (5) e
irresponsabilidad que ponen al adolescente en riesgo de accidentes, violencia,
relaciones sexuales no planificadas e inseguras (6) y suicidio (2,7).
La experimentación con alcohol, tabaco y otras sustancias durante la
adolescencia es común, a menudo esta conducta comienza entre los 13 y 16
años de edad (8). La mayoría de los adolescentes solamente experimentará
con una o varias sustancias o las consumirán ocasionalmente sin que ello genere
problemas psicosociales significativos. No obstante, un grupo de adolescentes
generará un patrón regular de consumo y reunirán criterios para un trastorno
por abuso o dependencia de una o más sustancias, con todas las implicaciones
desfavorables para el individuo y para la sociedad (3,9).
Las distintas connotaciones del consumo de sustancias y las repercusiones
en lo económico, político y cultural han sido motivo de interés y preocupación
constante (8,9). En este contexto, los estudios epidemiológicos y la vigilancia
al fenómeno adquieren especial relevancia puesto que permiten evaluar política,
elaborar programas adecuadosy efectivos para la prevención y diseñar
intervenciones tempranas para los casos recientemente identificados(10,11).
En Bucaramanga, Colombia, en 1996 y 1997 Rueda y colaboradores
realizaron dos estudios con similar metodología paraestablecer la prevalencia
de consumo de sustancias en estudiantes de media vocacional, correspondiente
en Colombia a los dos últimos años de educación secundaria (décimo y
undécimo grados) (12,13). Los resultados que presentamos en este informe
corresponden un estudio realizado en 2004 orientado a establecer prevalencia
7. Consumo DeAlcohol
Estudios internacionales han investigado la
asociación de factores de naturaleza individual y
sociocultural en el origen de la experimentación y/o
manutención del consumo de sustancias psicoactivas.
Los datos de esos estudios sugieren la
familia(13) (desestructuración, poco apoyo) y el
consumo de drogas por otro familiar(14-15) como
factores importantes de riesgo. La edad y el sexo(10,16-
17), cuestiones relacionados a la autoestima y
manifestaciones sugestivas de sufrimiento psíquico
(ansiedad, depresión)(14-15,18) presentadas por el joven
son otros indicativos relatados por esa literatura.
Conjeturas científicas respecto al
funcionamiento del cerebro humano llevan a suponer
que los adolescentes normales tendrían predisposición
a la impulsividad, por un desequilibrio en el ritmo de
desarrollo del sistema de recompensa, en oposición
al sistema inhibitorio.