Proceso de realización de una obra plástica mediante recursos digitales (programa de tratamiento de la imagen), empleando varias fotografías. La construcción fotográfica resultante se denomina “Con-tenedores” y pertenece al proyecto de exposición “El objeto como pretexto”.
Ver otros procesos de realización:
http://luisjferreira.es/1-obra-plastica-exposiciones/2-proceso-de-construcciones-fotograficas/
2. 1. Esta construcción fotográfica, que recoge una insólita es-
cena en un particularísimo desierto y que se titulará “Con-
tenedores”, parte de esta foto propia de unos contenedo-
res de mercancías.
2. Doy comienzo a la ejecución recortando el bloque de los
contenedores que están completos, mejorando su enfoque
y corrigiendo el leve sesgo que presenta.
3. 3. Con el propósito de posicionar un personaje en
lo alto de los contenedores, hago uso de este
desnudo femenino descargado de internet de
autoría desconocida.
4. Procedo con el desnudo sencillamente recortán-
dolo y acrecentando su enfoque.
4. 5. A continuación, coloco al personaje sobre los contenedo-
res situando en la paleta de capas, debajo de la de ellos,
la capa que lo aloja; luego lo redimensiono a conveniencia
y lo ubico en el lugar deseado.
5. 6. y 7.1 Con el fin de colocar a la mujer una especie de surreal celada, y
de jugar semánticamente con el vocablo contenedores, empleo estas
tomas propias de un par de tenedores y, seguidamente, los recorto.
7.2. Después, volteo horizontalmente ambos tene-
dores enfrentándolos y aproximándolos, y
mejoro su enfoque.
6. 8. A continuación, efectúo varias operaciones: 1. giro 90º la pareja de tenedores hacia la derecha; 2. coloco el que pretendo que
quede delante de la cara sobre la capa de la mujer en la paleta de capas, y el otro, que ha de quedar detrás, bajo ella; 3. los
desplazo verticalmente para situarlos en el lugar escogido; 4. deformo el tenedor posterior por algunas zonas para que combi-
ne mejor sus líneas con el delantero; 5. selecciono al personaje, invierto la selección y borro las puntas de los tenedores que
salen por el borde del pelo; y 6., por último, borro gradualmente con distintos grados de opacidad las puntas sobre el pelo del
tenedor anterior.
7. 9. Vista de lo trabajado hasta este momento, es decir, el blo-
que de contenedores con el personaje sentado sobre él
equipado extrañamente con el par de tenedores.
8. 10. Con la intención de ambientar la imagen precedente, empleo esta
foto tomada por mí en el desierto de Atacama (Chile)
11. Incorporo la foto al archivo ajustándola a su formato vertical y au-
mentando su enfoque; luego, amplío el cielo del siguiente modo:
1. genero una capa vacía que sitúo en la paleta de capas debajo
de la del paisaje; 2. selecciono el tono más oscuro de la izquierda
de la imagen y lo pinto en la zona izquierda del cielo que voy a crear en la capa generada; 3. selecciono ahora el más claro de
la parte superior de la derecha y lo pinto en la zona derecha; 4. por último, suavizo la zona de intersección de ambos tonos
clonando con diversos grados de opacidad, de modo que se visualice un armónico difuminado (no necesito esmerarme en la
zona central porque quedará oculta con el bloque de contenedores).
9. 12. Acto seguido, activo las capas trabajadas y opero las si-
guientes trasformaciones: 1. reduzco el tamaño del con-
junto y lo posiciono conforme a mi criterio estético; 2. apli-
co brillo, contraste e intensidad cromática a los contene-
dores; 3. con el paisaje y la mujer hago lo propio; 4. y,
finalmente, a los tenedores, además de intensidad cro-
mática y contraste, aplico aún más oscuridad a las zonas
más oscuras y tono amarillo.
10. 13. Para rematar la composición añado una mujer más, esta
vez vestida, tomada igualmente de internet y de autor/a
no conocido/a.
14. Actúo con ella simplemente recortando la figura y acre-
centando su enfoque.
11. 15. A continuación, la incorporo al lugar elegido de la compo-
sición y ajusto su tamaño; luego, reduzco discretamente
el tamaño de todos los elementos de la composición en
bloque, excepto del paisaje.
12. 16. Posteriormente, le coloco la pareja de tenedores de la
imagen 7.2., procediendo exactamente igual que con los
de la otra mujer (ver texto de imagen 8.), con la diferen-
cia de que ahora el giro lo hago hacia la izquierda. Como
en la actuación sobre el primer personaje integrado con
sus tenedores, no he tenido en cuenta la escala, porque
ese desinterés opera como un elemento más del surrea-
lismo de la escena.
13. 17. Para ultimar la composición, hago una copia de la imagen
11., la coloco sobre la capa de los contenedores y recorto
un relieve prominente con el propósito de simular una pie-
dra; posteriormente, la sitúo en el lugar que me resulta
pertinente.
14. 18. Finalizo el trabajo suavizado los bordes de cada uno de
los elementos de la composición y colocando las som-
bras a los que las llevan: a la mujer inferior, a la piedra y
dos a los contenedores (la que lleva la base y la que pro-
yecta sobre el suelo la torre que conforman).
15. TÍTULO: “Con-tenedores”.
MEDIDAS: Variables.
FECHA DE REALIZACIÓN: Octubre de 2020.
FOTOGRAFÍAS EMPLEADAS: Seis capturas en total; cuatro
de ellas propias, realizadas a un grupo de contenedores, dos
a tenedores distintos y otra a un paisaje del desierto de Ata-
cama (Chile), y las otras dos de sendas mujeres descargadas
de Internet de autoría desconocida.
TÉCNICA: Construcción fotográfica con recursos digitales.
COMENTARIO:
La imagen presenta un conjunto de tres contendores apila-
dos en vertical, instalados sorpresivamente en un paisaje de-
sértico, y dos mujeres completando la escena que hacen que
transite de una concepción plástica fantástica a otra surreal.
Una mujer luce un moderno y elegante traje de novia, y per-
manece de pie junto al apilamiento metálico, y la otra se ata-
vía con su desnudez, estableciéndose en posición sedente en
lo alto de dicha estructura; pero ambas tienen en común el
estar ataviadas esperpénticamente con un par de desmedi-
dos tenedores a modo de parte facial de una inusual celada.
Esta presencia femenina con los tenedores es la responsable
de surrealizar el ambiente fantástico de los contenedores en
el desolado paisaje. Y esta connivencia de mujeres con tene-
dores en unos contenedores es la que justifica la denomina-
ción de la obra; de manera que de igual modo que he jugado
con sus componentes compositivos, lo he hecho con los tér-
minos lingüísticos contenedores, con y tenedores.
El contenedor, conocido también por el anglicismo contai-
ner, es un recipiente de carga, normalmente metálico y de
amplias dimensiones, con forma de prisma regular ortogonal,
que se emplea para el trasporte protegido de mercancías en
camiones o buques. El tenedor, por su parte, es un pequeño
utensilio de mesa dotado de un mango coronado por tres o
cuatro puntas, que se emplea para pinchar o sostener un tro-
zo de comida. Aparentemente unos útiles y otros no tienen
nada que ver entre sí, por su aspecto, dimensiones, fun-
ción…; sin embargo, analizando la etimología de ambos vo-
cablos puede comprobarse que se trata de conceptos bastan-
te próximos. Ambas palabras están formadas por raíces lati-
nas con el significado de “el que retiene”, en el caso del con-
tenedor por completo (pues cuenta con el prefijo -con, que
significa todo, junto), y en el del tenedor comida; y las dos
comparten la raíz o lexema “tene”, procedente del latín
“tenere” (dominar, retener) y el sufijo “-dor” (agente).
Naturalmente la composición está materializada previa
descontextualización de sus elementos (los contenedores
permanecen inexplicablemente en un desierto fuera de los
habituales muelles; las mujeres son ajenas a su artificioso
emplazamiento; y los tenedores cubren enigmáticamente de
forma parcial sus rostros una vez desalojados de la mesa), y
la surrealista recontextualización aquí efectuada se explica
por sí misma como tal, pero también por lo que contenedores
y tenedores tienen semánticamente en común. Existe una
cierta empatía entre el devenir del tenedor y el uso dado de él
en la obra, pues introducido en Europa en el s. XI por Teodo-
ra, hija del emperador de Bizancio, fue reprobado y conside-
rado cursi hasta el s. XVIII en beneficio de seguir comiendo
con las manos; incluso el santo Pedro Damián amonestó des-
de la tribuna eclesiástica las extravagancias de Teodora lle-
gando a llamar al tenedor “instrumentum diaboli”.
Los tenedores, con la insólita función de cubrir las caras
de los personajes, se asimilan a las celadas, armaduras de
piezas articuladas que cubrían la cabeza de los infantes y ca-
balleros en su defensa; mas, igualmente, se parangonan a las
mascarillas que pretenden desempeñar el blindaje contra el
covid-19, incorporando por el frente la distancia de seguridad.