2. La iglesia comunidad
humana
La vida contemporánea sólo podrá construirse y vivirse como plenamente humana
en el contexto de una comunidad de fe. La iglesia debe reformar su vida para
convertirse en una comunidad para la humanización de las personas y de la vida
social». Esta es una de las tesis de J. H. Westerhoff en su articulo «La iglesia y la
familia» que recientemente leímos los que estamos en el curso de Terapia Familiar.
Nuestra sociedad está tan fragmentada que la familia nuclear ya no es suficiente para
entender el término familia. Hay muchas personas solas, madres solteras,
matrimonios que necesitan una comunidad para estabilizarse. Nos damos cuenta que
muchas personas que se acercan a la iglesia necesitan ayuda como familias o
necesitan una familia que les acoja, o necesitan crear una familia alternativa, que
provea a sus necesidades fundamentales de orden, economía, seguridad, estabilidad,
educación, apoyo, etc. Muchas de estas personas no podrán tener una vida íntegra,
digna y sana si no es en el marco de una comunidad. De ahí la necesidad que tiene la
iglesia de plantearse la creación de núcleos familiares con personas que estén
capacitadas para ello y que acojan y convivan con quienes necesitan una familia
alternativa para recomponer sus vidas y superar sus problemas.
3. la iglesia comunidad de
personas
La iglesia cristiana tiene los medios suficientes para llevar a cabo la tarea de reformar sus
estructuras y adaptarlas a las necesidades de la sociedad moderna, atendiendo sobretodo a los
que sufren las consecuencias de los efectos destructivos de esta modernidad. En la iglesia hay
suficientes recursos para ejercer el ministerio de acogida, sanidad interior, consejería, seguimiento,
etc. A menudo en la iglesia hay también empresas, o habría que crearlas para proveer medios
económicos y trabajo a los que lo necesitan.
Hacen falta también lugares específicos, ya sea en pisos o en casas grandes, donde poder
organizar diferentes estilos y modalidades de vida comunitaria de carácter familiar. Lo más
importante son las personas con visión, dispuestas a responder a este llamado y listas a pagar el
precio personal y familiar para poder llevar a cabo este objetivo de crear familias para los sin
familia.
La iglesia debe ser como una familia extendida o una familia tribal que provee lo necesario para
un crecimiento armonioso de cada familia y también para los que no tienen familia. La misma
dinámica de la vida de la iglesia en su organización de programas y actividades debe poner el
énfasis en «la iglesia como familia», con momentos sociales, comidas, excursiones, vacaciones y
todo tipo de encuentros y convivencias que hagan posible una comunión íntima y una ayuda
mutua de todos con todos o al menos de los más posibilitados con los más necesitados
4. La iglesia primitiva
En los evangelios la expresión "Iglesia" aparece sólo dos veces. En Mt 18,17 se refiere
a la comunidad local al tratar la corrección fraterna, y en Mt 16,18 recuerda que Jesús
habló de la Iglesia en sentido amplio: "Sobre esta piedra edificaré mi Iglesia". Además
de esta breve referencia terminológica al ministerio de Jesús, en la segunda mitad del
siglo i, Ef 5,25 afirma: "Como Cristo amó a la Iglesia y se entregó por ella". De esta
forma germinal se expresa la relación fundadora, originaria y fundante entre l Jesús y
la Iglesia. Ya en los inicios del siglo ii, Ignacio de Antioquía habla claramente de la
"Iglesia católica" (Smyrn. 8,2), y a finales de este mismo siglo, Celso distingue entre
los conventículos gnósticos y "la gran Iglesia" (Orígenes, Contra Celsum, 5,59).
Toda esta etapa configura la Iglesia primitiva en su época apostólica, cuyo testimonio
inspirado es el NT (I Inspiración), redactado en su mayor parte en el siglo I d.C. En la
primera mitad del siglo II d.C. aún se incorpora al canon del NT alguna obra -
posiblemente 2Pe-, en coincidencia con los primeros escritos no canónicos. Algunos
de estos últimos, como los "Padres apostólicos" y los ! "Apologetas", sirven de guía
teológica para la Iglesia en los siglos sucesivos. Otros son clasificados como
/apócrifos e incluyen una teología que es calificada como herética, ya sea gnóstica o
doceta. Ya en la segunda mitad del siglo II d.C, se cierra definitivamente tal época, y
con l Ireneo (obispo de Lyon en el 177 d.C.), empieza el período propiamente
patrístico.
5. La iglesia primitiva
La importancia de la época apostólica de la Iglesiá primitiva para la
teología fundamental es decisiva por razón del .carácter definitivo de la
revelación plena que es Jesucristo, puesto que después de 1 "no hay que
esperar ya ninguna revcación pública antes de la gloriosa manifestación de
nuestro Señor Jesucristo" (DV 4; cf 2.17): de ahí que esta época sea norma y
fundamento para la Iglesia de todos los tiempos (cf K. Rahner).
Precisamente el concilio Vaticano II al hablar de esta época engloba a "los
apóstoles" y a los llamados "varones apostólicos" (DV 7 y 18), y así reafirma
el origen apostólico de los evangelios, cuyo proceso de formación triple -
Jesús/apóstoles/evangelistas-posibilita la recta comprensión de su carácter
histórico (cf DV 19). Este origen apostólico también es propio de los
restantes escritos del NT (cf DV 20). De esta forma e1 Vaticano IIrecoge la
tesis del decreto Lamentabili,que sustentaba que con los apóstoles se cerró
la revelación (c€ DS 3421). Ya desde un punto de vista más sociológico-
histórico, esta época apostólica puede dividirse en tres períodos, que
coinciden aproximadamente con tres generaciones (cf R.E. Brown): el
período apostólico (ca. 30-65), el período subapostólico (ca. 66-100) y el
período posapostólico (ca. 100-150).
6. Punto de vista
*La dignidad de la persona. Se asienta sobre el hecho de que ha
sido creada de a imagen y semejanza de Dios y elevada a un fin
sobrenatural que trasciende esta vida. La persona, sujeto de
derechos y deberes, es la base de la doctrina social de la iglesia
que parte de un acuerdo general: todos los bienes de la Tierra
deben ordenarse al ser humano, centro y cima de todos ellos.
Del reconocimiento de la dignidad de la persona y de su valor
fundamental se derivan los valores comunes que ordenan la
vida y la actividad de todos los ciudadanos: la libertad, la
justicia, la igualdad, el pluralismo, la solidaridad, la paz y el
bien de todos sin discriminación alguna.