Saulo consintió en la persecución de la iglesia en Jerusalén, lo que llevó a los cristianos a esparcirse. Esteban fue enterrado por hombres piadosos. Saulo realizó malas acciones contra los seguidores de Cristo, persiguiéndolos y apresándolos. Los perseguidos se dispersaron y predicaron la palabra de Dios en otras ciudades.