La música ha sido una actividad fundamental en diversas culturas a lo largo de la historia. Un maestro de música demuestra una sólida formación pedagógica y académica, conociendo, seleccionando y aplicando estrategias didácticas efectivas para las necesidades de su entorno. El maestro canta, improvisa, acompaña y utiliza su cuerpo como recurso didáctico en el aula, observando y estimulando las propuestas musicales originales de sus estudiantes.