Este documento resume una serie de artículos escritos por Manu Fernández sobre las implicaciones de la pandemia de COVID-19 para las ciudades. Los artículos discuten temas como urbanismo y movilidad, cambio climático y energía, y desigualdad viral. El autor argumenta que la pandemia ha destacado la importancia de ciudades a escala humana y sostenibles, y ha puesto de relieve las desigualdades existentes que el virus ha exacerbado.
2. Ciudades a Escala Humana en Tiempos de Pandemia
Manu Fernández
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Manu Fernández
@manufernandez
Fecha de publicación: Mayo 2020
Sitio para descarga: www.ciudadesaescalahumana.org
Diseño e imagen de portada: canva.com
3. Ciudades a Escala Humana en Tiempos de Pandemia
Manu Fernández
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Índice
Introducción 3
1. Urbanismo y movilidad 4
2. Cambio climático y energía 6
3. Desigualdad viral 8
4. Medio ambiente y sostenibilidad 11
5. Salud pública 13
6. Cuestiones éticas en la respuesta tecnológica 16
7. Ciudades, pandemias y la cuestión de la densidad urbana 20
8. Predicciones y escenarios: no hay plan para el futuro 22
9. Covid-19 and the future of cities: 9 emerging trends in digital transformation 25
10. El futuro de las ciudades en la era pandémica 29
11 Referencias 34
4. Ciudades a Escala Humana en Tiempos de Pandemia
Manu Fernández
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Introducción
Este tiempo extraño y dramático que nos ha tocado vivir ha reactivado la
actividad intensa en el blog, escasa en los últimos dos años. Tanto tiempo en
casa tenía que acabar concretándose en algo. Entre otras cosas, en esta serie
de artículos, que sin un plan concreto empezó a finales de abril.
Las semanas previas habían sido de lectura intensa; todo era tan alucinante y
desconocido que necesitaba poner un poco de orden entre el caos, aprender,
darle sentido y comprender. Esa ha sido siempre la utilidad del Blog Ciudades
a Escala Humana desde 2008 y, de alguna forma, volvió a encontrar su
camino en estas circunstancias.
De esas lecturas, por razones profesionales, debía hacer algo sistemático y
analítico, y las reflexiones más personales de esa labor se fueron destilando
en esta serie de artículos que aquí recojo.
En esta recopilación conservo el orden cronológico de publicación de los
artículos. Esa fue la lógica con la que surgieron y confío en que se lean mejor
así. Otras alternativas eran organizarlos por criterios como su nivel de
profundidad o formalidad, o por algún tipo de categorización temática. Pero
como no nacieron con ánimo de exhaustividad, reflejan al menos cómo se
precipitaron.
Conservo los enlaces de los posts en el blog, no así las fotos que los
ilustraban, esto último para facilitar la lectura del texto. Respecto a los
enlaces, creo que una gran parte del valor de los artículos residía en realidad
en que tratan de contextualizar algunas cuestiones apuntando –sugiriendo, en
realidad- a textos que pueden tener interés para quien quiera profundizar.
Reunir todo esto en esta publicación es una forma de finalizar un esfuerzo y
darle un sentido de unidad, más allá de que sólo constituye una visión muy
subjetiva (por la selección de temas, el tono y el tratamiento) y muy coyuntural
(en la medida en que este tiempo hace todo muy coyuntural y enseguida
queda desfasado por la evolución de las cosas).
Una última nota que sólo sirve de descargo ante en tono algo negativo en
algunos momentos. No es cinismo, creo. Puede ser la falta de horizonte y las
consecuencias de la pandemia. A pesar de todo, es urgente conservar la
confianza y el optimismo.
5. Ciudades a Escala Humana en Tiempos de Pandemia
Manu Fernández
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Coronavirus: urbanismo y movilidad
(20 de abril de 2020)
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Se está discutiendo mucho sobre la condición urbana, sobre todo en su
aspecto de alta concentración de personas, como un elemento clave, aunque
no único, en la extensión de la pandemia. La lógica nos dice que allí donde se
dan altas tasas de interacción personal y de actividades será más sencilla la
actividad del virus para encontrar nuevos portadores y seguir extendiéndose.
Esto se dice por comparación con áreas menos densamente pobladas, bien en
modelos de asentamiento rural o en modelos suburbanos difusos, donde a
priori los encuentros humanos, o la densidad de actividades son menores. Así,
las ciudades se encuentran como los entornos más frágiles en esta situación.
Sin embargo, como casi todo, la relación no es tan simple, o al menos hay
otros prismas desde los que mirar la cuestión de si la densidad o
la dispersión son condiciones definitorias, ya que las áreas rurales tienen sus
propias características demográficas que las hacen igualmente vulnerables,
así que puede que darse prisa en culpar a las grandes ciudades de
la extensión acelerada de esta pandemia sea precipitado, y puede que
el balance tenga que seguir teniendo en cuenta las ventajas de la
concentración y las externalidades de la dispersión, también a la hora de
valorar la capacidad de afrontar una respuesta al virus.
Yendo más allá de las condiciones de partida, desde el punto de vista
del diseño urbano tendremos que aprender de algunas prácticas y criterios
que la propia urgencia nos ha impuesto en esta especie de urbanismo
traumático.
Entre otras cosas, la pandemia nos ha traído una especie de urbanismo
temporal y táctico, del que tanto hemos hablado en el blog, pero que ahora ha
tomado forma en la aparición de dispositivos nuevos de información,
mobiliario que facilite el distanciamiento social, edificaciones de urgencia,
6. Ciudades a Escala Humana en Tiempos de Pandemia
Manu Fernández
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equipamientos médicos en el espacio público, la readecuación de espacios
para usos sanitarios, etc. Se abre todo un campo para repensar
y rediseñar muchas piezas, elementos y espacios de las ciudades.
Aquí destaca el descubrimiento del vacío que ha quedado en todas
las calles por la práctica desaparición de los vehículos en la red viaria urbana.
Es el mayor ejercicio de expulsión del coche de los centros urbanos y, sin
embargo, aún no hemos podido usarlo en beneficio de las personas. Pero la
posibilidad de imaginar cómo serían las ciudades sin (gran parte) de los
coches es ahora visible y posible. De hecho, diferentes ciudades están
empezando a planificar el uso de estos espacios tras el confinamiento
(Montreal parece que fue una de las primeras en darse cuenta, y luego le han
seguido muchas en Norteamérica, creo que muy pocas por aquí están
pensando en esto), descubriendo que estos viarios son una capacidad
disponible para ampliar las posibilidades para que las personas en la calle
tengan más fácil el distanciamiento social, al tiempo que la bicicleta pueda
ocuparlo como alternativa ante las dudas que se abren respecto al transporte
masivo.
El transporte público masivo (tren, bus, tranvía, metro) tiene ante sí enormes
retos mientras se mantengan las obligaciones de distanciamiento social y al
mismo tiempo se recupere la actividad cotidiana. Esto, junto al probable miedo
a las aglomeraciones, puede llevarnos a varios escenarios o tendencias: mayor
uso del vehículo privado, multiplicación de los diferentes sistemas
de micromovilidad (patinetes, etc.) o una comprensión mayor de las ventajas
de la bicicleta como medio de transporte. De nuevo, también en el ámbito del
transporte tiene pinta de que habrá que romper muchas premisas con las que
se trabajaba hasta ahora.
7. Ciudades a Escala Humana en Tiempos de Pandemia
Manu Fernández
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Coronavirus: cambio climático y energía
(21 de abril de 2020)
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La pandemia parece que ha traído la primera gran reducción de emisiones en
la última década provocada por la bajada en la demanda de energía. Esto ha
llevado a una situación inédita en el mercado del petróleo, con unos precios
locos que nadie había visto para algunos tipos de crudo. Esta caída de las
emisiones no es consuelo de la gran tragedia que vivimos, ni tampoco lo es
que el mercado se haya vuelto incomprensible. Toca pensar cuáles serán los
escenarios de producción energética en los próximos meses, en un momento
en el que la producción de crudo se ha reducido drásticamente y con ello su
precio. No tengo criterio para saber si es algo coyuntural o estructural, o
cuánto de ello tiene que ver con la crisis del Covid-19 y cuánto con
movimientos geo-estratégicos fuera de los focos. Hay quien se atreve a
anunciar el colapso del sector petrolero o al menos un futuro más o menos
cercano en el que la producción no estará sujeta a los entornos controladores
del mercado en los que ha vivido históricamente. Como muchas otras cosas,
suena a que es demasiado pronto para plantearse como realistas escenarios
donde los combustibles fósiles sufran un shock de gran escala que cambie el
paradigma, pero sí es el momento ideal para pensar si es ahí donde queremos
seguir estando.
La realidad inesperada en cuanto a los patrones de consumo de electricidad y
la demanda de energía en un mundo confinado y con la industria en mínimos
de actividad nos invitan a pensar en las relaciones con el cambio climático.
Tanto hablar de emergencia climática y nos encontramos de bruces con una
emergencia sanitaria, social y económica. Podemos preguntarnos por qué la
respuesta a la pandemia, tardía y a ciegas en muchos aspectos, ha sido
posible, mientras que es inimaginable, por mucho que deseable, una
respuesta de la misma escala para la realidad climática. Sabemos las
razones: sólo actuamos, mal y tarde, ante peligros inminentes, pero los riesgos
y vulnerabilidades del cambio climático seguimos viéndolos como imprecisos,
8. Ciudades a Escala Humana en Tiempos de Pandemia
Manu Fernández
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ajenos a lo cotidiano y de lago plazo, en el mejor de los casos. Dudo que vaya
a cambiar mucho nuestra perspectiva como sociedad, por mucho que estemos
viviendo tan dramáticamente la pandemia. Y eso a pesar de tener, creo, un
mayor conocimiento científico sobre los escenarios climáticos que sobre lo que
nos trae el nuevo coronavirus. Por no hablar de que, más mal que bien,
disponemos de mayor sensibilidad social sobre los riesgos del cambio
climático que la que teníamos sobre nuestra exposición a crisis sanitarias
como la que vivimos.
Aplanar la curva ha sido la consigna máxima para atacar la expansión del
Covid-19. Aplanar la curva de emisiones y de concentración de partículas es la
consigna prioritaria contra el cambio climático. Quizá podamos aprender de
ello. El problema es que, si no aprendimos de experiencias pasadas como el
SARS o el H1N1 para actuar con prontitud y bien preparados contra el Covid-
19, ¿cómo pensar que podemos aprender lecciones del impacto del cambio
climático hoy para prepararnos para su impactos futuros? Podemos, al
menos, aprender de lo que estamos viviendo hoy para comprender mejor qué
nos trae el cambio climático. Nos trae, de hecho, mayor exposición a crisis
sanitarias derivadas de enfermedades que serán más comunes, mayores
riesgos para las poblaciones menos privilegiadas, cambios obligados en
hábitos y comportamientos, etc. Estos paralelismos son delicados y no
funcionan automáticamente, en cualquier caso. De hecho, hoy, en este
minuto, no me creo que nada de esta catástrofe vaya a suponer grandes
cambios civilizatorios, de calado, de paradigmas,...como quieras llamarlo.
Vendrán cambios, ajustes, pero no veo que respecto a la crisis climática
vayamos a aprender muchas lecciones o a cambiar nuestra forma de entender
el futuro de la humanidad. Y si vienen esos cambios no serán a modo de
cataclismo de un día para otro, sino que sólo podremos valorarlos con la
perspectiva de poder mirar atrás a lo que pasó en 2020.
Me cuesta ver que nadie fuera de los ámbitos más concienciados o de la
investigación sobre el cambio climático esté hoy haciendo una lectura de la
pandemia como un ensayo brutal, acelerado y concentrado de lo que trae la
crisis climática. Ni mucho menos me imagino que todas las respuestas
epidemiológicas, sanitarias, logísticas, económicas, laborales, asistenciales,
policiales, disciplinarias,...que se están tomando hoy en día puedan verse
como respuestas planificadas para los próximos riesgos climáticos que
vivamos en unos sitios o en otros.
9. Ciudades a Escala Humana en Tiempos de Pandemia
Manu Fernández
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Coronavirus: desigualdad viral
(22 de abril de 2020)
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Una crisis global, un virus desconocido hace unos meses. La fragilidad
personal y la exposición comunitaria a un peligro invisible que, aparentemente,
no distingue sobre a quién afectar y, sin embargo, es un
tremendo multiplicador de las desigualdades ya existentes. Por supuesto,
muestra toda su crueldad en las personas mayores, y también en una de sus
manifestaciones más terribles, la negación de la cercanía en los últimos
momentos de las personas fallecidas y la imposibilidad de transitar un mínimo
proceso de duelo acompañado y en condiciones. Pero su rastro de injusticia va
más allá.
Es una pandemia que al ser global y abordarse en los niveles nacionales, nos
hace perder la perspectiva de los focos de concentración de transmisiones y
fallecimientos. Intuyo que ahí estamos perdiendo mucha capacidad de
entender realmente los fríos números, y es en los focos de transmisión más
amplia donde ay muchas preguntas que hacer y faltan respuestas. Porque la
pandemia va por barrios y las condiciones preexistentes (disponibilidad de
renta, cobertura sanitaria, tipología y régimen de vivienda, empleos,…) nos
recuerdan que la vulnerabilidad ya estaba ahí.
Los avances de las últimas décadas en la lucha contra la pobreza a nivel
mundial se ven detenidos por una realidad que en gran parte del mundo deja
en la estacada por el impacto en las economías a buena parte de trabajadores
altamente desprotegidos. Aquí y allí.
Un aquí donde no pasaban estas cosas, un allí donde pasaban estas cosas. Es
la primera vez que no hay fronteras para una pandemia, pero en ese mundo
sin fronteras para el virus, sigue siendo un mundo de virus ricos y virus pobres.
10. Ciudades a Escala Humana en Tiempos de Pandemia
Manu Fernández
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Las estructuras de discriminación se muestran en toda su crudeza, con
impactos mucho más severos sobre la población en función del grupo racial al
que pertenezcas. Son más vulnerables al virus, simplemente, porque ya lo
eran en las condiciones previas. No es una paradoja, ni una sorpresa.
También tocará hacer balance del impacto desde una perspectiva de género,
desde la feminización de gran parte del trabajo en primera línea en los
hospitales y los cuidados en ese agujero negro que han demostrado ser las
residencias de personas mayores, hasta sus consecuencias en las diferencias
de acceso a servicios de salud, la inseguridad y desprotección en el sistema
laboral o, como gran drama, la convivencia en entornos hostiles y violentos
durante el confinamiento.
De nuevo, condiciones preexistentes., pero sus efectos tóxicos adicionales los
descubrimos en la realidad de tantas familias expuestas a tan sólo un mes de
paralización de la economía y de la imposibilidad de obtener ingresos.
Las políticas fiscales de las últimas décadas nos han dejado esto, una receta
para el desastre en una economía que se hunde al paralizar el modelo de
producción y consumo durante unas pocas semanas.
Es esa misma economía la que se ha puesto a pensar en
cómo garantizar ingresos a quien no puede obtenerlos. Un sistema económico
obligado a saltarse sus principios y hacer equilibrios semánticos para seguir
manteniendo sus dogmas ideológicos (nacionalizaciones, intervención de
precios, renta mínima universal, política industrial, desprivatización,…) para
que todo siga igual. Son esos dogmas que convierten en opción hoy lo que
hace cuatro meses era anatema, como es simplemente preguntarnos por la
garantía de ingresos y las diferentes opciones para una renta universal. Esa
paguita, dicen los cínicos o los psicópatas, como reacción instintiva, sin poder
preguntarse nada más allá de sus dogmas con lo que creen que sobrevivirán.
Ese todos a casa, como si la casa fuera una constante igual para todo el
mundo. Como si todo el mundo tuviera un sitio donde confinarse, como si todo
el mundo tuviera igual seguridad de poder seguir confinado donde está. La
crisis de la vivienda en todos sus aspectos, y encarnada en estos días en la
situación de los alquileres toca fondo y apunta a ganadores nada
sorprendentes. Y, por supuesto, existe también una geografía desigual del
confinamiento.
Pero volvamos al tema de las residencias y centros de mayores, porque espero
que si algo concreto tiene que cambiar pronto, será el modelo con el que
hemos entendido el cuidado de los mayores en nuestras sociedades más
avanzadas. El covid-19 nos ha puesto ante un espejo devolviéndonos una
imagen que no aguanta ni un asalto sobre su crueldad. Así es como trata la
sociedad a sus personas mayores, no hay discusión posible. La sociedad de la
opulencia, del espectáculo, del culto a la belleza y la salud, de la prisa y la
ambición,….escondía una realidad que es mejor esconder, externalizar,
11. Ciudades a Escala Humana en Tiempos de Pandemia
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privatizar. Tanto hablar durante la crisis de las pensiones y nada sobre la
cultura de la edad, tanto hablar del envejecimiento de la población y nada de
cómo viven. No es sólo el modelo de residencias, es la forma en que queremos
tratar a nuestros mayores más allá de la medicalización como única
respuesta.
Ese todos estudiar en casa, todo online y arreglado. Nada más lejos de
la realidad, nada más cerca de negar la supuesta vocación igualitaria de la
educación. La comunidad educativa no estaba preparada para esto, y
tampoco lo estará para evaluar lo que haya pasado en estos meses sin
actividad presencial y confiándolo todo en que la educación tenga continuidad
en un trampantojo de deberes, fichas, vídeos, conferencias virtuales,…para
quien pueda hacerlos.
Cierre de fronteras, drama migratorio. Es el miedo, el miedo al otro y lo que
trae, en su máxima expresión. Fronteras impermeables no traerán nada
bueno.
Los diferentes modelos de protección social para diferentes tipos
de trabajadores vuelven a multiplicar sus efectos en forma de desigualdad de
los trabajadores más desprotegidos (jóvenes, con contratos temporales, falsos
autónomos, con bajos ingresos,…). Un lockdown económico que no afecta a
todas las personas por igual.
Ese todos a trabajar a casa. Hablemos también de la mentira de
la conciliación de la vida familiar y laboral, ese gran mito, y que ahora se hace
absurdo cuando ha llegado atropelladamente. Porque el plan, sospecho que
es el mismo que otras cuestiones aquí mencionadas: finjamos todo el mundo
que funciona, que existe tu vida familiar, las personas que dependen de ti,
pero trabaja de todas formas, y cuando volvamos a lo de antes, seguiremos
haciendo como si no existieran.
Y todo urgente.
12. Ciudades a Escala Humana en Tiempos de Pandemia
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Coronavirus: medio ambiente y sostenibilidad
(23 de abril de 2020)
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Ayer fue la celebración del Día de la Tierra, 50 años y un lema por la acción
climática. En estos tiempos, estas semanas, estos días, se escucha que es la
hora del Green Deal, tanto tiempo reclamado, tantas veces arrinconado para
mejor ocasión. ¿Es esta la ocasión? Algunos dirigentes políticos apelan a esta
transformación de la base productiva y social, porque por algún sitio habrá que
empezar a reconstruir. Y a falta de ideas mejores, esto siempre queda
funciona (perdón por el cinismo). Que los programas de estímulo que traten de
volver a poner en marcha el sector productivo tengan en cuenta las
prioridades de sostenibilidad y miren al largo plazo. Esa recurrente
introspección europea sobre qué somos y qué seremos, suena de nuevo la
música de una reconstrucción europea con signo verde, pero si ya suena poco
realista por experiencias pasadas (íbamos a refundar el capitalismo hace unos
años), más difícil resulta verla posible ahora ante el ascenso del populismo,
del nacionalismo y el miedo. Que lo veamos.
Optimistas o pesimistas, parece claro que es un momento para pensar en
macro ahora que nos vemos confinados en nuestras micro vidas, a pesar de
las urgencias. Esa Agenda 2030, esos Objetivos de Desarrollo Sostenible, de
repente son algo mucho más real, cercano y concreto que lo que parecían
hace unas semanas. Y todos esos objetivos tienen que ver con la realidad de
la pandemia. Deberían servir como guión para empezar a trabajar.
La cuestión es si el “esto lo cambia todo” que oímos estos días realmente
cambia la agenda global de la sostenibilidad. Ojalá sirviera al menos para
tener a la ciencia encima de la mesa cuando se toman decisiones sobre
cambio climático, sobre energía,…
13. Ciudades a Escala Humana en Tiempos de Pandemia
Manu Fernández
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Me cuesta mucho más ver todo esto como un mensaje de la naturaleza. Darle
formas, acción humana, es reduccionista y nos hace perder la perspectiva.
Ayuda, quizá, a alzar la voz, pero es precisamente la actividad humana sobre la
naturaleza lo que desata las fuerzas a las que tememos, sea el virus, sea el
cambio climático. La destrucción e invasión progresiva de los hábitats
naturales está detrás de nuestra mayor exposición como especie a virus que
en otras condiciones se mantendrían fuera del círculo de los humanos. Así que
tocaría alejarse ya de estos espacios y de la fauna salvaje en nuestra carrera
por ocupar cualquier territorio. Porque sólo estamos viendo la punta del
iceberg de estos patógenos, que no entienden de límites en su asalto a las
especies animales.
Enfermedades infecciosas emergentes de origen zoonótico. Este es el tema,
aunque sea difícil de memorizar. Pero lo haremos, obligados por una forma de
habitar la tierra que nos arroja a la cara las consecuencias. Así que las
políticas de salud pública, de riesgos o de resiliencia deberán incluir un tema
ineludible: la salud planetaria y la degradación ambiental. Ha tenido que
descubrirse frágil la salud global y la economía para entender lo que sólo
veíamos como fragilidad en cuanto a hábitats naturales, océanos, bosques
primarios, biodiversidad,…algo que ya no nos puede ser ajeno.
El desastre es a nivel ecológico, pero no es de origen natural. Y ya que nos
vamos a preocupar por la salud y nuestra exposición a nuevos virus,
podríamos aprovechar para incluir en la ecuación otras enfermedades y costes
sanitarios vinculados a la actividad humana. Imaginar que esas mismas tablas
de seguimiento diario de la pandemia se usaran para informarnos de las
enfermedades respiratorias vinculadas a la contaminación atmosférica en
entornos urbanos, por ejemplo.
14. Ciudades a Escala Humana en Tiempos de Pandemia
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Coronavirus: algunas implicaciones de salud pública
(24 de abril de 2020)
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No es mi tema, pero es el tema. Hemos vuelto a mirar a los sistemas públicos
de salud, descubriendo que llevaban bastante tiempo olvidados. No sé si
durará el consenso de que es una de las cosas que nos permite sostenernos
en pie como sociedades que aspiran a ser civilizadas. Sector esencial es una
definición que no se acerca a lo que realmente implica.
Trataré en otro capítulo la respuesta tecnológica a la pandemia, pero dejo
apuntados aquí algunos elementos aceleradores. En una semana hemos
avanzado diez años en todo lo que tiene que ver con la telemedicina. Urgencia
obliga, descubriendo o reformulando la relación con los pacientes para la
atención primaria. Esa misma urgencia que nos obliga a poner en marcha
cualquier alternativa es la que nos impide ver la materia oscura de la salud
digital. Implicará hablar de desigualdades en el acceso a estos nuevos
intermediarios digitales, porque en esa misma semana estaremos dejando
atrás lo que aún no estaba bien y universalmente resuelto como algo tan
simple ahora como las citas online o el acceso al historial sanitario y
estaremos dando el salto a tratamientos y situaciones sanitarias mucho más
sensibles. Datos y algoritmos llegarán para reorganizar lo que toque. Y el
peligro de desorganizar lo que no toque. Las prisas nos jugarán malas pasadas
si no lo pensamos bien.
Es el caso del pasaporte de inmunidad. Me cuesta encontrar referencias con
razones de peso para justificar esta medida, pero comprendo la tentación.
Parece buena idea saber quién tiene inmunidad porque haya pasado la
enfermedad, como salvoconducto para seguir disfrutando de la vida del siglo
XXI. Pero desde la ignorancia, tiene tantas vías de escape esta respuesta
que no parece viable ni recomendable. Ni desde el punto de vista científico, ni
desde el punto de vista ético. Parece que los tests de inmunidad están aún
muy lejos de servir como referencia para una solución tan drástica como la
15. Ciudades a Escala Humana en Tiempos de Pandemia
Manu Fernández
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que ofrece este pasaporte: tú puedes X, tú no puedes X, siendo X cualquier
cosa que se nos ocurra, desde la más nimia a la más sensible, desde el
acceso a un centro de trabajo al cruce de una frontera, desde la entrada a la
escuela hasta la contratación de un seguro de vida. Quién los expide, bajo qué
criterios, a quién se le exige, durante cuánto tiempo es válido,....Además,
puestos a crear estos pasaportes, se abre la puerta para hacerlo para otras
enfermedades. No puede sonar más potencialmente orwelliano.
En Chile parece que ya están en ello. Los riesgos derivados de la falta de
precisión de los tests -en comparación con los propósitos de irrebatibilidad que
encierra este pasaporte, parecen demasiado grandes hoy como para confiar
en algo así.
Sobre la vacuna hay mucho que hablar, aparte de mandar un afectuoso saludo
a los anti-vacunas. Dicen que hay 115 posibles vacunas estudiándose a día de
hoy. Es la gran carrera del siglo, o tal vez solo del 2020, pero es la gran y única
esperanza realista para salir de esto. La gran misión de la humanidad hoy en
día, como la misión de la llegada a la Luna. (Nota al margen: si la política no
fuera ese engendro en el que se ha convertido, ni las sociedades occidentales
no fueran pura decadencia, tendríamos que estar pensando en términos de
misión tres o cuatro grandes temas para las próximas décadas). Me fascina
esta carrera, pero en cuanto entras en los detalles técnicos, mi capacidad de
comprensión se diluye y sólo me queda la admiración por quienes están en
ello, y la esperanza de que, cuando llegue, sepamos encontrar razones de
humanidad para distribuirla adecuadamente. Las vacunas han hecho la
historia en buena medida, y esta lo hará también, pero ni siquiera aún
estamos seguros de cuánta efectividad podrá llegar a tener ni cuánta
inmunidad durante cuánto tiempo ofrecerá. Puede ser que se parezca más a la
vacuna actual de la gripe, y no tanto a una vacuna erradicadora (como lo han
sido para unas pocas enfermedades hoy casi olvidadas gracias a la
vacunación). Ese es otro escenario en el que deberíamos estar ya, por estar
preparados más que nada a nivel personal: ni siquiera teniendo la vacuna hoy
podríamos aspirar a poder olvidarnos del Covid-19 dada su capacidad de
propagación, su capacidad infecciosa y su índice de letalidad.
Su distribución equitativa, global y asequible será la gran cuestión dentro de
unos meses. Digo "dentro de unos meses" cuando debería decir "en los
próximos meses". En este tiempo, mientras encontramos la puerta, quizá
deberíamos estar escuchando ya planes para saber cómo se va a distribuir,
cuál será el régimen de patentes que regirá, bajo qué condiciones de
distribuirá, a quién se administrará primero, cómo se financiará, cómo se
producirá a gran escala,...Existen organismos internacionales que, en casos
como el Ébola, consiguieron actuar de manera concertada a nivel global y es
un signo de esperanza. Hay alguien pensando en ello, y con capacidad de
coordinar esfuerzos. Pero en tiempos de populismo, nacionalismo y miedo,
puede que veamos cosas menos edificantes.
16. Ciudades a Escala Humana en Tiempos de Pandemia
Manu Fernández
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No podemos ser optimistas sobre esto cuando estamos asistiendo a la gran
demostración del mercado sanitario. No tengo aún muy claro cómo funciona
normalmente el sistema de aprovisionamiento, producción, certificación,
importación-exportación, distribución,...del mercado de las medicinas, los
equipos de protección personal, las mascarillas, pero sí sabemos cómo se
comporta ahora, ante la mayor crisis sanitaria desde hace tiempo.
Un sistema que, en última instancia, es el refugio de aprovechados, arribistas,
traficantes, piratas, especuladores e intermediarios junto a otros que no dudo
que actuaban y actúan no solo de buena fe, sino bajo los criterios que
pediríamos a una política sanitaria decente. Debería ser el momento para
aspirar a un mercado global de la salud que estuviera regido por principios de
interés social pero será difícil que las fuerzas de ese mismo mercado se
resistan a reforzar la idea de la salud como un negocio.
Ojalá sea el momento para hablar de la salud mental, pero en serio. Veremos
cómo salimos de todo esto, seguro que mejor de lo que auguran las visiones
más pesimistas sobre el efecto a corto y largo plazo de una situación, no sólo
de confinamiento, sino también de interrupción del afecto cercano, de
incertidumbre, de rabia hiper-concentrada en esa putrefacción de las redes
sociales, de la angustia, el miedo y el descontento, del estrés por vivir una
normalidad patas arriba, del descubrimiento de la vulnerabilidad, de la
frustración por la pérdida del empleo y/o de ingresos, de la dichosa amenaza
del virus. Mayores aún serán las consecuencias post-traumáticas de quienes
están sufriendo en primera línea la labor sanitaria y aún más quienes viven la
muerte de seres cercanos y a los que no pueden siquiera velar o vivir su duelo.
También lo será en el caso de muchos de los enfermos curados, que añadirán
a sus lesiones físicas crónicas una herida traumática de su periodo de
tratamiento. No se me ocurren circunstancias más extremas y dramáticas.
Todo ello en una sociedad que adora la perfección fingida y superficial pero
esconde debajo de sus alfombras millones de historias de incomprensión y
abandono social y político sobre la salud mental en sus diferentes
manifestaciones. Ahí habrá, y en esto estoy seguro, una gran carga social y
sufrimiento personal. La lucha contra el Covid-19 no se acabará ni aunque
desapareciera el virus, y quizá, de paso, si es que queremos tratar las
consecuencias psicológicas de la pandemia, podamos también plantearnos
cómo dignificar la salud mental y humanizar el sistema público de atención a
estas enfermedades.
17. Ciudades a Escala Humana en Tiempos de Pandemia
Manu Fernández
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Coronavirus: la respuesta tecnológica, un ensayo
precipitado y a gran escala
(28 de abril de 2020)
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El último mes ha valido como 10 años en el proceso de adopción y
transformación digital a nivel mundial. Ni CEOs ni CIOs, ha sido el coronavirus
el que ha acelerado este proceso. La respuesta tecnológico-digital al Covid-19,
junto con las esperanzas puestas en el sistema científico-tecnológico para
crear nuevos entornos y soluciones a nivel de gestión pública, provisión de
servicios, innovación social,…han creado un nuevo marco de exigencia y
aceleración. La sociedad en su conjunto, las autoridades y las empresas están
pudiendo evaluar ahora la aportación de la inteligencia artificial,
la robotización o la automatización, en la acción de las instituciones públicas.
A falta de vacuna y con el único recurso posible del distanciamiento social, nos
queda la opción de la tecnología como respuesta a la pandemia. Este
repositorio muestra a las claras la extensión de esta. Donde la opción
tecnológica ha sido más organizada y sistemática (Taiwan, Singapur o Corea
del Sur), el recorrido de la pandemia parece confirmar su utilidad. Claro que,
como siempre, la tecnología no existe de manera aislada del entorno en el que
se desarrolla y se implanta. Así que quizá las soluciones de seguimiento o de
automatización que se han aplicado en estos países a los que miramos con
tanta envidia tienen menos que ver con la solución técnica en sí y más con el
grado de penetración de la tecnología, con las particularidades de sus
sistemas de gobierno, con la disposición a asumir los costes en términos de
privacidad, con la legislación, etc. Llama la atención el ejemplo de Taiwan,
donde se ha destacado su enfoque de tecnología cívica en su respuesta así
como la utilización que han hecho de los datos masivos. También los entornos
de fabricación digital 3D ha encontrado la ocasión ideal para darse a conocer
al público en general y de manera concreta.
18. Ciudades a Escala Humana en Tiempos de Pandemia
Manu Fernández
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No me propongo hacer un repaso exhaustivo de todas las versiones de la
respuesta tecnológica que hemos conocido estas semanas. Más o menos las
conocemos. Aplicaciones con diferentes funcionalidades para
hacer seguimiento de contactos, de localización o de permisos para
excepciones al confinamiento, análisis de big data para encontrar patrones en
la evolución o multiplicar el esfuerzo científico; complejos dispositivos para
hacer controles sanitarios y tests in situ a la población; robots para
realizar tests, hacer comprobaciones en la calle o facilitar la distribución de
equipos de protección; vigilancia de personas infectadas, incluyendo cámaras
de control de temperatura e identificación facial, información en tiempo real a
la población, telemedicina, etc. Es sólo una parte de la respuesta tecnológica,
pero la que me parece más sensible en términos éticos, jurídicos, sociales,...
porque implican en esencia aumentar varios niveles el sometimiento a
sistemas de control y vigilancia sobre la privacidad individual y la capacidad de
tomar decisiones en torno a información personal y privada.
En un desastre de las dimensiones que estamos viviendo cualquier recursos
cuenta, y es necesario contar con la mejor ciencia y la mejor tecnología. Si la
ciencia clave para la gestión de la pandemia juega de forma intrínseca en el
terreno de lo que no conocemos más que de lo que conocemos, la tecnología
hoy juega en el terreno de lo que se puede y no se puede hacer. Ese “puede”
tiene que ver con lo que es factible, y por eso lo que ha sido posible en Corea
del Sur no lo ha sido en la mayoría del resto de países. La distancia entre lo
posible allí y lo imposible aquí marca el camino de lo que se propondrá hacer
aquí en los próximos años para todo lo que no se haya hecho en estas
semanas.
Pero ese “puede” también ha que vincularlo a lo que social y políticamente es
posible en cada país. Una situación de emergencia, por definición, reconfigura
temporalmente las bases sobre las que se sustentan instituciones,
procedimientos, formas de hacer, hábitos,… hasta el punto de que todos los
países, de una u otra manera, han formalizado su respuesta bajo figuras
diversas (estado de alarma, por ejemplo) para poder adoptar un marco jurídico
más estable. En esta situación, la respuesta tecnológica también se abre
camino en un entorno de excepcionalidad, en el que las libertades
individuales, los derechos humanos o la privacidad se abordan desde otros
límites. Este artículo es un fenomenal texto de evaluación de las principales
tipologías de soluciones técnicas utilizadas y los riesgos que implican a nivel
individual y colectivo. Esta generalización de este tipo de seguimiento móvil
revela su utilidad para asegurar un seguimiento efectivo de los contagios y, a
la vez, el delicado terreno en el que nos adentramos.
Necesitamos vigilancia masiva, pero no tiene, no tendría por qué
ser escalofriante. Track and test parece que es la única salida viable. Para
hacerlo bien necesitamos soluciones tecnológicas capaces de hacer
este seguimiento de manera efectiva y eficiente, cosa que es relativamente
viable, pero también necesitamos que sea acorde con los niveles de
19. Ciudades a Escala Humana en Tiempos de Pandemia
Manu Fernández
! 18
legitimidad y respeto a la privacidad que desearíamos en sociedades
democráticas (dejo aparcado el debate más profundo sobre si realmente lo
somos, lo seremos o queremos que lo sean, que es una cuestión más
civilizatoria que está rondando también). Estamos hoy negociando un nuevo
contrato social sobre cómo nos vamos a relacionar en la sociedad digital con
nuestras instituciones. Cuáles son los datos de rastreo necesarios, cómo se
hará ese rastreo y cuáles serán los algoritmos utilizados para tomar decisiones
críticas (definirte como inmunizado, autorizarte a una determinada actividad,
confirmar tu licencia de apertura, obligarte a un confinamiento fuera de
casa,…) es el conflicto que estamos a punto de firmar, pero no contamos con
una regulación segura y garantista para estas circunstancias, ni con
la calma suficiente para hacer de ello un debate social sobre un tema
que redefinirá la sociedad digital de los próximos años. Peor, vamos a actuar
bajo nuevas condiciones sin haber firmado aún el contrato. Apelar a que es
una restricción o una auto-limitación consentida de manera momentánea, y
que después podremos volver a la casilla de salida suena demasiado
optimista.
Aquí es donde hay que reivindicar y poner en práctica con transparencia y de
manera concertada principios como la no discriminación y evaluación de
sesgos, proporcionalidad, privacidad, rendición de cuentas, prevención de
riesgos, consentimiento, privacidad por defecto o accesibilidad. Suenan
teóricos, pero son los principios que pueden diseñar cualquier herramienta
que se quiera implantar más allá de sus funcionalidades y requerimientos
técnicos, y tienen una incidencia material y efectos directos sobre las
personas.
La Caja de Pandora ya está abierta. El troyano está dentro del sistema. Google
y Apple ofrecen una opción para universalizar el seguimiento, pero las
respuestas a nivel nacional también han aparecido, desde las más
sofisticadas (Singapur) a las más rudimentarias pero efectivas (Grecia).
Este repositorio ofrece una magnífica imagen de la dimensión y extensión de
esta pulsión por la solución vía apps móviles. La tensión ética entre libertad y
privacidad ha dejado de ser una cosa hipotética, circunstancial o marginal, y
la sociedad de la vigilancia, vía sanitaria, ya está(ba) en marcha, y el marco de
los derechos humanos importará más que nunca, aunque habrá que dotarlo
de una actualización en términos de derechos digitales. Para algunos, el
intercambio merece la pena, porque el solucionismo tecnológico siempre está
ahí para encontrar razones. La tentación autoritaria es una opción que toma
fuerza en un ambiente político dominado por el ascenso populista, la
disolución de las formas tradicionales de formación de la opinión pública, la
crisis de los partidos políticos al uso como intermediadores, las nuevas
posibilidades de manipulación de las opiniones políticas,...
Vislumbrar cuál será la salida entre el optimismo tecnológico y el pesimismo
político nos lleva fácilmente a la decepción sobre el futuro de la humanidad.
El totalitarismo de vigilancia tiene el camino despejado en este contexto socio-
20. Ciudades a Escala Humana en Tiempos de Pandemia
Manu Fernández
! 19
político, al que ahora añadimos el miedo y la desconfianza. Puede que no todo
sea tan catastrófico, y podamos encontrar un balance realista y justo, pero al
menos a corto plazo la normas, las normas, la normalidad, tendrán otra pinta
muy distinta a cómo eran. Como es demasiado tentador, y se ha convertido a
la vez en pasatiempo mediático y en herramienta para encontrar razones de
nuestra desdicha, la comparación con los países que mejor han respondido
nos lleva a la aspiración de ser como Corea del Sur o Singapur. Es mucho
decir, al menos desde el punto de vista europeo, una región del mundo
encerrada en sí misma y en permanente duda metafísica sobre sí misma
desde al menos la última crisis económica. Sea como sea, la capacidad de
innovación tecnológica se ha puesto al servicio de una crisis global de manera
precipitada (urgencia obliga) y está siendo una de las grandes esperanzas. Esa
misma urgencia va a introducir de manera generalizada soluciones que
afectan a la privacidad individual y a la concepción social del papel de la
tecnología. Pero "la tecnología" no existe de manera independiente del
ensamblaje social en el que se produce, se regula y actúa, por lo que la
evaluación ética de cualquier tecnología mediadora como respuesta a la
pandemia es ineludible.
21. Ciudades a Escala Humana en Tiempos de Pandemia
Manu Fernández
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7
Coronavirus: ciudades, pandemias y la cuestión de la
densidad urbana
(30 de abril de 2020)
Enlace en el blog
En un mundo crecientemente urbano y en medio de una pandemia global,
toca mirar a las ciudades. Al fin y al cabo, por su propia naturaleza se está
concentrando en ellas toda la afectación sanitaria, social y económica de la
cris del coronavirus. La demografía hoy y mañana se basa en concentraciones
de personas y de actividades en núcleos urbanos, suburbanos y/o
metropolitanos. Dichos entornos importan aún más en mundo que ha re-
descubierto una nueva fragilidad, su exposición a las pandemias. Vivimos un
mundo urbano pero, aunque no éramos suficientemente conscientes (a pesar
de la gripe aviar, SARS, MERS, H1M1,…), también vivimos en una era
pandémica.
Los virus encuentran en las ciudades el ambiente perfecto para expandirse, no
tanto por la densidad residencial, sino por los flujos e interacciones. Este
punto es interesante como punto de partida para pensar las ciudades del
futuro cercano, porque una de las primeras intuiciones es pensar en
las ciudades densas como las más expuestas y las más
problemáticas. Concluir esto tiene evidentes consecuencias prácticas:
necesitaríamos ciudades menos densas, los entornos rurales estarían mejor
preparados, los desarrollos unifamiliares y suburbanos serían los modelos
ideales y más seguros, etc. Suena a una tentación anti-urbana. Ejemplos como
Wuhan (que no es de las ciudades más densas de China y está lejos de los
principales puestos de densidad a nivel mundial, y muy lejos de todas las
grandes capitales europeas) o de Nueva York, que han sido grandes focos de
contagios, parecerían apuntar en esa dirección.
Sin embargo, esta parece una conclusión precipitada. Puede que sea un
reflejo del higienismo pasado, pero tiene poco que ver con el mundo actual y
los sistemas de ciudades a nivel mundial, nacional, regional, funcional,…En la
22. Ciudades a Escala Humana en Tiempos de Pandemia
Manu Fernández
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era de la conectividad, también la conectividad física, a efectos de preparación
para nuevas pandemias la densidad urbana no parece un factor determinante.
Al menos si hablamos de densidad y no de otras condiciones como el
hacinamiento, los asentamientos informales, etc. Dicho esto, es evidente que
las ciudades intensifican el alcance y la velocidad de expansión de brotes de
enfermedades infecciosas, pero sobre todo por la intensidad de los contactos y
relaciones que se producen en ellas y por ellas. Si bien la exposición urbana a
las pandemias es aparentemente mayor, de nuevo más por su alta actividad
que por la concentración de habitantes, ya sabemos que las ciudades más
densas son las más eficientes a la hora de prestar servicios y, en general,
por muchos otros motivos, por lo que su posición de partida para ofrecer una
respuesta adecuada a las pandemias es mucho más eficiente que en la ciudad
dispersa.
En el único punto en el que no pueden ofrecer una respuesta mejor es en
la disponibilidad de espacio para la distancia social (ni en la esfera privada de
las viviendas ni en la esfera pública). Respecto a las condiciones de las
viviendas, hemos descubierto en las ciudades que los apartamentos y pisos no
responden a las necesidades extraordinarias del confinamiento, y si ha de
darse una adaptación, esta no será fácil ni rápida (dimensiones, balcones,
ventilación, instalaciones comunes,...). Pero en lo que tiene que ver con la
disponibilidad de más espacios públicos abiertos, mejores condiciones para
estar en la calle con facilidades para la distancia social, la adaptación podría
ser mucho más rápida y ahora estamos siendo conscientes de la necesidad
de redistribuir los usos del espacio urbano para reducir el espacio dedicado a
la circulación de vehículos de motor. Habrá que descubrir cuáles son esos
lugares, cómo hacerlos más flexibles para este tipo de situaciones (que, muy
probablemente, volverán a producirse), preguntarse cuál es una distribución
más equilibrada de los usos del espacios urbano, etc.
23. Ciudades a Escala Humana en Tiempos de Pandemia
Manu Fernández
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8
Coronavirus, predicciones y escenarios: no hay plan
para el futuro
(7 de mayo de 2020)
Enlace en el blog
De antemano, dudo que salgamos de esto mejores. El tono social en el
mientras tanto no ayuda a pensar que veremos cambios profundos hacia una
mayor cooperación global, sociedades más empáticas, más conciencia sobre
la desigualdad, más cultura científica,...y un largo etcétera. Las dimensiones e
implicaciones de la Covid-19 son fundamentales, civilizatorias si nos ponemos
graves, pero el pesimismo viene de lo que ya había y que no ha desaparecido
ni lo hará. Si acaso, la pandemia solo acelerará lo que ya estábamos
sufriendo: ascenso del populismo como factor estructurante de las discusiones
públicas, el descubrimiento del autoritarismo como opción posible, el
acientifismo galopante, las fracturas generacionales, instituciones
cuestionadas, sociedades políticamente fragmentadas y menos adheridas a
principios democráticos,...
Dicho esto, estas semanas han acumulado cantidad de artículos, informes y
documentos que tratan de avanzar qué sucederá en el futuro, hacia qué tipo
de mundo vamos. Necesitamos encontrar un sentido a todo esto, incluso
necesitamos darle una utilidad, un sentido de esperanza de que algo (bueno o
no) saldrá de todo esto. Por eso mismo, eso de la nueva normalidad es tan
discutido y discutible. Ni siquiera podemos entender y compartir cómo era la
normalidad que supuestamente hemos dejado atrás, como para asumir cuál
será la nueva. Ni siquiera la teoría del cisne negro nos permite un respiro. Al
fin y al cabo, si hubiera llegado de la nada, podríamos vivir esto como una
condena, un deus ex machina que nos libere del peso de la responsabilidad
cambiándolo por el peso de una fuerza incontrolable. No, podíamos saberlo,
podíamos haberlo previsto y planificado, podíamos haberlo evitado. No es una
defensa del "yo ya lo decía" ni de los capitanes a posteriori. Es que realmente
sabíamos pero no queríamos, sabíamos pero lo veíamos con condescendencia
24. Ciudades a Escala Humana en Tiempos de Pandemia
Manu Fernández
! 23
y arrogancia, lo mirábamos como miramos siempre la posibilidad de la
catástrofe, como seres humanos que somos.
Puede que adonde vamos sea hacia donde ya íbamos desde hace un tiempo.
Por eso, la covid-19 quizá sea más un acelerador de los procesos que ya
estábamos observando. Así, no está cambiando la Historia, sino que está
precipitándola. Y, como decía antes, posiblemente no nos está llevando a un
tiempo mejor. Para quienes han estudiado en detalle el papel de las
pandemias en la Historia, estas le han dado forma de diferentes maneras que,
en cualquier caso, nos permiten mirar atrás y encontrar sus efectos disruptivos
en muchos procesos sociales más grandes que las han oscurecido como
hacedoras de Historia, de manera que han influido sobre nuestras ideas sobre
la dividinidad, sobre procesos revolucionarios y de estabilización social o sobre
el avance científico (interesante esta entrevista con Frank M. Snowden, autor
de Epidemics and Society: From the Black Death to the Present). (Por cierto,
para ir a por libros, esta selección de 7 libros realizada por el propio Snowden
parece servir bien como guía para leer cosas sobre estas cuestiones). Este
papel de las pandemias en la historia puede verse no como algo tan definitivo,
sino como paradojas (¿peajes?) del progreso. Dicho así, puede que no
tengamos que alarmarnos tanto ni ponernos tan trascendentales, siempre y
cuando seamos capaces de dar por hecho que de esta pandemia saldrá
progreso. Ya es mucho decir.
En cualquier caso, la pandemia nos invita a cuestionarnos sobre los riesgos
globales. Más claramente: ¿de verdad somos capaces de mandarlo todo a la
mierda? Antes de convencernos de si iremos a mejor, si cambiarán unas cosas
u otras, parece un buen momento para preguntarse algo así. Pasado el tiempo
del miedo al desastre nuclear (¿lo habíamos pasado ya?), pareciera que
hemos descartado esta visión apocalíptica. Ni siquiera somos capaces de
comprender esta dimensión para algo como el cambio climático. Sin embargo,
esta pandemia nos obligaría a situarnos en este punto. Esta visión
catastrofista, o al menos de alertar desde la ciencia sobre la brutal capacidad
de la humanidad para poner fin a la civilización o a la vida en la Tierra, es la
que he podido husmear en los escritos de Martin Rees, uno de los científicos
(astrofísico), que además de ser uno de los que ya había señalado la llegada
de nuevas pandemias, que es posible hacer lecturas de la actualidad en
términos de potencial de destrucción del planeta. ¿Somos capaces de asumir -
soportar- que hay que poner en la agenda que el siglo XXI puede ser el
último? Vaclav Smil, que intuyo que no hace planteamientos tan extremos pero
sí igual de alarmantes, también parece ser una buena referencia para contar
en este debate con una visión macro, histórica y multi-disciplinar. Esta visión
macro parece oportuna, pero difícil de asimilar. Apenas llevamos aquí unos
pocos miles de siglos, en un planeta de millones de años, así que somos la
nada en el tiempo y en el espacio. A unos 100 segundos de la extinción. Lo
peor: ni si quera somos conscientes de que realmente podemos (poder de
verdad, hacerlo posible, conseguirlo, llegar al final) destruirnos a nosotros
mismos. Por ahí va Toby Ord, en la zona del vértigo.
25. Ciudades a Escala Humana en Tiempos de Pandemia
Manu Fernández
! 24
Estamos descubriendo la era pandémica. Alcanzando los últimos hábitats
naturales y conviviendo ya como invasores de la naturaleza salvaje, esta nos
devuelve a cambio una exposición desconocida hasta ahora a las infecciones
animales que saltan al ser humano. David Qualmenn nos advierte de ello, no
sin antes recordar que, más allá de su origen animal, no estamos teniendo en
cuenta el campo de la técnicas de manipulación genética avanzadísimas y
sobre las que no tenemos ni idea de cómo se controlan (No entro en las
sospechas (¿intoxicaciones, juegos geoestratégicos?, quién sabe) sobre los
laboratorios que están trabajando con los coronavirus en Wuhan). Nuestra
capacidad expansiva como especie, a nivel territorial y a nivel tecnológico, nos
impone la obligación de crecer, no sabemos parar. ¿Hasta dónde crecer?
¿Cuánto es suficiente? (guiño personal un poco al mejor a una lectura queme
influyó mucho en su momento).
Con estas preguntas trascendentes, lo siguiente es abordar una escala más
asequible. Es aquí donde se han sucedido multitud de propuestas
sobre escenarios, predicciones, observaciones de largo plazo, modelos,...
Navegan casi siempre entre la incertidumbre total de lo desconocido, el
atrevimiento mediático y la mesura. ¿Cómo afirmar que esto es el fin de la
globalización sin poner matices o salvedades? ¿Cómo estar seguros de que
caminaremos a un mundo más autoritario o hacia el aislacionismo? ¿Podemos
apostarlo todo a que las sociedades orientales estaban, están y estarán
mejore preparadas? ¿Cómo defender las bondades de la vigilancia en
sociedades del castigo? ¿Realmente cambiarán los (des)equilibrios
geoestratégicos que conocemos? ¿Qué decir de la desnortada Unión Europea?
¿Es el punto de inflexión para un reforzamiento de lo público? ¿Otra vez
querrán que confiemos en reinventar el capitalismo? ¿O es el tiempo de
las políticas anticapitalistas? ¿Hay espacio para el optimismo?
Caminamos entre el optimismo y el pesimismo, y es posible que haya razones
para ambas posturas.
Yo hoy me quedo con este artículo de David Wallace-Wells: no hay ningún plan
de salida, ningún camino establecido para el fin de la crisis pandémica. No
llega al No future, pero parecido. Si apenas sabíamos cómo afrontar el ahora y
estamos dando palos de ciego para el desconfinamiento, claro que nadie sabe
qué vendrá, ni cómo saldremos de esta o ni siquiera si lo haremos para poder
decir dentro de 50 años que los escenarios de hoy estaban equivocados.
26. Ciudades a Escala Humana en Tiempos de Pandemia
Manu Fernández
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Covid-19 and the future of cities: 9 emerging trends
in digital
transformation
(18 de mayo de 2020)
Enlace en el blog
Texto elaborado junto con Sergio García
The Covid-19 crisis has accelerated many technological adoption processes
that were predicted to be more gradual.
Two elements have fueled a shared dynamic by the countries affected by the
pandemic: on the one hand, the initial successes prompted by technology-
intensive solutions in Taiwan, Singapore or South Korea gave rise to an effect
of imitation in other countries. On the other hand, the peculiarities of the virus
have made it clear that the most successful immunological strategy - track and
test - can only be highly effective if the case tracking rely on technology-
mediated devices and solutions. The combination of these two dynamics has
served as a multiplier and accelerator - at a higher pace than any other
measure or strategy in the last decade - of a previous and already widespread
trend: the digital transformation of all industrial sectors, social spheres and
also, obviously, of the public administration.
Not surprisingly, need and urgency are great allies of innovation. Most of the
public institutions in charge of managing all levels of the response to the Covid-
19 crisis have faced the urgent need to assess their current digital
technological capabilities while facing sudden processes of technological
adoption and implementing solutions that needed a deeper public assessment.
In this framework, they have found themselves at a greater distance from
countries such as South Korea in terms of data analytics, information
integration or resource and capabilities availability for the implementation of
technological initiatives. In parallel, public authorities have met with the need
to find effective ways to communicate the evolution of the pandemic, the
27. Ciudades a Escala Humana en Tiempos de Pandemia
Manu Fernández
! 26
response and its implications for citizens within a complex context of social
distress and information oversaturation.
Towards a smart digital future: 9 trends in urban management
What changes are to be expected if we want our cities to move towards a
smarter management of public services and digital life? These are some of the
trends that we have analyzed.
1 | Public Services: The Final Push for Digitalization
The covid-19 crisis has been an unexpected accelerator of the digitization of
public services. The compulsory switch of the administration internal
procedures and the formalities for citizens to the online mode marks a
milestone in a tendency that is sure to be accentuated.
2 | Smart City Models Will Need to Be Rethought
The links between cities and pandemics are complex but undeniable. From a
technological perspective, both the response to the crisis and its
consequences require a reevaluation of the smart city models in order to
connect them to the new priorities.
3 | We Need More Sophisticated Data Analytics
The management of the pandemic has highlighted the need for much more
robust and sophisticated statistical and data analysis mechanisms, especially
for those sectors and services that have reached their limit capacity. Data
governance will be a priority to ensure the public value of data and the
democratic control of personal information.
4 | The Time to Consolidate Digital Rights
There is an urgent need to develop adequate frameworks to assess the impact
of technology on privacy and digital rights. The implementation of different
digital responses (artificial intelligence, mobile applications, facial recognition)
is linked to very intimate spheres of personal privacy.
5 | Public Sector: The Potential of Innovation and Intrapreneurship
Public administration organizations have shown a large capacity for innovation
in terms of digital transformation. Due to its unexpected nature, the
management of the crisis has revealed the potential of innovation and
intrapreneurship of the public sector to put in place agile imaginative solutions.
6 | Addressing the Digital Divide: A Priority
Although in an accelerated and conjunctural way, teleworking, online education
or telemedicine have become the norm. This has revealed the existence of a
large digital divide with regard to both the opportunities to access
communication technologies and the skills to use them - which will need to be
addressed as a priority to close the vulnerability gaps.
28. Ciudades a Escala Humana en Tiempos de Pandemia
Manu Fernández
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7 | Civic Tech for a More Inclusive Digitalization
Civic technologies - and particularly digital manufacturing technologies -have
been made known to the general public, offering viable alternatives and
showing a large capacity to involve stakeholders and an enormous diversity.
This will foster a more inclusive understanding of how the technology
ecosystem can contribute to smart cities and to the digital society.
8 | Effective Digital Communication for an Operational Leadership
Public institutions will have to re-evaluate and reinforce their digital
communication strategies in order to consolidate their operational leadership
in periods of crisis like the current one. A context of information oversaturation
and citizens' constant exposure to a multi-channel, segmented reality where
opaque algorithms condition access to information are just some of the
hurdles that they will need to overcome.
9 | Fake News: Also a Public Health Threat
The covid-19 crisis shows that disinformation and so-called fake news is also a
threat to public health. And that the growing power of social media in the
conditioning of public opinion and political discourse - in form and content -
exemplifies the gap between the political rhythms and the current trends of
digital communication - in a paradigm of social communication radically
different from that of ten years ago.
What comes next? The time for planning and anticipation
In the past few weeks, the sense of urgency has been at the core of the world's
digital response to the covid-19. In parallel, the digital society is accelerating
at a pace that is difficult for our technical and political leaders to keep up with.
However, if we agree that the curve of the pandemic has been flattened, the
time has come for better planning and a more optimal organization of new
resources.
Thus, in this new context, local, regional and national governments have the
opportunity and the duty to reshape their strategy for the deployment of
technology in city life in a short- and medium-term. And this applies to the way
cities work, to public services, to the interaction and communication between
public administration and citizens, to our daily routine. And to the internal
transformation of companies and the rethinking of their future plans.
It is highly convenient that this rethinking process looks beyond the immediate
social and economic consequences of the crisis and places people and human
needs at the center of technological adoption. And that it does so by
encouraging the innovative capacity of society and attaching greater
importance to the synergy between science and technology for a better, more
accurate decision making. This in turn must be performed without losing sight
of the ethical implications of this process.
29. Ciudades a Escala Humana en Tiempos de Pandemia
Manu Fernández
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In short, we are on the verge of a moment where governments, industries and
companies have the challenge to move towards technological resilience. To
harness technology and innovation not only to minimize the current risks, but
also to anticipate possible future adversities and emerge stronger from the
crisis.
30. Ciudades a Escala Humana en Tiempos de Pandemia
Manu Fernández
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Coronavirus: el futuro de las ciudades en la era
pandémica
(21 de mayo de 2020)
Enlace en el blog
Una versión resumida de este artículo se publicó el 20 de mayo en el blog
Seres Urbanos de El País
Las ciudades están en el centro de las preguntas sobre cómo será la vida post-
Covid-19. Nadie lo sabe seguro, ni cuánto de ello será pasajero o cuánto
modificará para siempre la manera en que las organizamos y nos organizamos
en ellas. Tampoco está muy claro si habrá una nueva normalidad o si todo
seguirá siendo igual de anormal que antes, y tal solo será un añadido
superficial, una capa adicional, a la complejidad en la que vivimos. Sea como
fuere, partimos de premisas que son contundentes. Este es un mundo cada
vez más urbano, donde la demografía hoy y mañana más se basa en
concentraciones de personas y de actividades en núcleos urbanos,
suburbanos y/o metropolitanos. Dichos entornos importan aún más en mundo
que ha re-descubierto una nueva fragilidad, su exposición a las pandemias.
Vivimos un mundo urbano pero, aunque no éramos suficientemente
conscientes (a pesar de la gripe aviar, SARS, MERS, H1M1,…), también vivimos
en una era pandémica.
Los virus encuentran en las ciudades el ambiente perfecto para expandirse, no
tanto por la densidad, sino por los flujos. Este punto es interesante como
punto de partida para pensar las ciudades del futuro cercano, porque una de
las primeras intuiciones fue pensar en las ciudades densas como las más
expuestas y las más problemáticas. Concluir esto tiene evidentes
consecuencias prácticas: necesitaríamos ciudades menos densas, los
entornos rurales estarían mejor preparados, los desarrollos unifamiliares y
suburbanos serían los modelos ideales y más seguros, etc. Suena a
una tentación anti-urbana. Ejemplos como Wuhan (que no es de las ciudades
más densas de China y está lejos de los principales puestos de densidad a
nivel mundial, y muy lejos de todas las grandes capitales europeas) o de
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Manu Fernández
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Nueva York, que han sido grandes focos de contagios, parecerían apuntar en
esa dirección.
Sin embargo, esta es una conclusión precipitada. Puede que sea un reflejo
del higienismo pasado, pero tiene poco que ver con el mundo actual y los
sistemas de ciudades a nivel mundial, nacional, regional, funcional,…En la era
de la conectividad, también la conectividad física, a efectos de preparación
para nuevas pandemias la densidad urbana no parece un factor determinante.
Al menos si hablamos de densidad y no de otras condiciones como el
hacinamiento, los asentamientos informales, etc. Dicho esto, es evidente que
las ciudades intensifican el alcance y la velocidad de expansión de brotes de
enfermedades infecciosas, pero sobre todo por la intensidad de los contactos y
relaciones que se producen en ellas y por ellas.
Las ciudades, también como grandes concentradores y acumuladores, son
parte de la solución o, dicho de otra manera, deberán estar en la primera línea
de respuesta. Ya lo están a día de hoy y tendrán que estar mejor preparadas
para nuevos episodios. Podemos esperar, al menos, una serie de tendencias
que parecen claras:
• El diseño urbano y arquitectónico deberá atender a nuevas prioridades de
salud, desde las dimensiones de las viviendas hasta su equipamiento
(balcones, por ejemplo) hasta la expansión de los espacios públicos
abiertos, zonas verdes, jardines terapéuticos,…. Habrá que pensar de otra
manera equipamientos como ascensores, escaleras comunitarias, espacios
exteriores comunitarios. Se abre un margen más para la experimentación;
la respuesta al Covid-19 en muchos casos ha sido improvisada y ha
requerido de muchas dosis de creatividad, imaginación, pensamiento
lateral,… como quieras llamarlo.
• La experiencia vital del confinamiento nos ha dado una perspectiva
magnífica sobre el desequilibrio en la distribución del espacio urbano. A
pesar de no hacer prácticamente coches, el espacio para pasear no se ha
reorganizado ni adaptado de manera estratégica, para recuperar el
territorio vial entre los bordillos para darle prioridad a la movilidad no
motorizada, aunque sea para facilitar el distanciamiento entre las
personas. En algunas ciudades, desde Calgary a Colonia, pero también
más cercanas, han sabido verlo con antelación, y han abierto sus calles
completas a peatones y ciclistas. Otras ciudades están evaluando y
organizando (Valencia, Madrid, Barcelona,...) cómo afrontar el exceso de
capacidad viaria para reorganizar calles, trazados y rutas post-
confinamiento. De cualquier forma, la distribución desigual del espacio
urbano es ya una urgencia a resolver porque hemos descubierto otra
ciudad y ni debería haber marcha atrás.
• El transporte público está ante una situación compleja. Si la norma, más
allá de los periodos más estrictos, va a ser el distanciamiento social, y
evitar aglomeraciones, las miradas están puestas en sistemas de metro,
buses, tranvías,…. Más allá de la sospecha evidente de que la movilidad
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masiva es un vector de contagio, algunos estudios ya están analizando la
extensión de la pandemia en ciudades como Nueva York a través de su
sistema de metro. Esto tiene implicaciones muy variadas para agencias y
autoridades de transporte, hasta el punto de poner en riesgo el modelo de
transporte público sostenible: si serán atractivas nuevas licitaciones de
concesiones de servicio ante nuevas condiciones de menos ocupación, si
tendrán que revertirse muchos servicios privatizados, si será una cuestión
sólo de aumentar frecuencias o habrá que reorganizar a otros niveles la
demanda en hora punta, si los usuarios nos alejaremos del transporte
público por miedo al contagio,… Por descontado, la operativa de los
sistemas tendrá que adaptarse a una realidad que exigirá despliegues de
mecanismos y dispositivos contactless y seamless del usuario desde la
entrada a la salida y de manera permanente (máquinas expendedoras,
equipos de validación, apertura de puertas, andenes, agarraderas,…).
• Si esta situación es un reto para el transporte colectivo, ahora llega la
oportunidad para la movilidad peatonal y ciclista. Es ahora o nunca. Apenas
estábamos empezando a generalizar por fin sus beneficios, y llega el
momento de comprender por la experiencia subjetiva que necesitamos del
espacio sobre-representado para el coche para movernos mejor en la
ciudad. Toca abrir las calles, y con mayor urgencia en determinados barrios
con un urbanismo más asfixiante en cuanto a aceras (¿cuatro metros
mínimo?) o dominio del coche.
• El coronavirus es un laboratorio de un desarrollo más sostenible. Su
impacto es tan profundo que es lo más cerca que se puede estar de
comprender y vivir muchos de los problemas de sostenibilidad que afectan
al globo. Si esperamos que de todo este desastre salga algo nuevo, esto
debería pasar por darle un carácter de crisis existencial y civilizatoria a
problemas como el cambio climático o la degradación ambiental. Durante
unas semanas, el mundo ha ensayado un mundo post-carbono, un
mundo no dependiente del coche, un mundo que sólo consume lo
necesario , un mundo que sólo produce lo esencial, un mundo contenido y
auto-limitado, un mundo que comprende qué es socialmente relevante y
productivo,….Lo hemos hecho forzados y precipitadamente, tanto que quizá
no sepamos hacer la lectura adecuada de lo que ha pasado y podemos
consolidar para el futuro como nuevas formas de vivir y organizarnos que
deberían favorecerse en las ciudades.
• El proceso de urbanización del Sur Global es un proceso global que afecta,
aunque sea indirectamente, a quienes no viven allí. Si ya era una prioridad
lograr que esta dinámica cumpliera mejores condiciones en
los asentamientos urbanos informales (acceso a agua potable,
disponibilidad de servicios de tratamiento de agua y residuos,…) el grado
de exposición de muchas ciudades en expansión será un reto aún más
urgente.
• La estrategias de preparación y resiliencia serán mucho más comprensible
ahora para la población, para los agentes sociales y para los gestores y
decisores públicos. Puede ser que en buena medida estas estrategias y
planes fueran una actuación circunstancial o periférica. Ahora será una
33. Ciudades a Escala Humana en Tiempos de Pandemia
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necesidad, porque la falta de preparación a todos los niveles en la mayoría
de los países que no habían sufrido otras epidemias recientes (al contrario
que países como Corea del Sur, Singapur, China o Taiwan) explica gran
parte de la respuesta tardía, desorganizada y desorientada que se ha dado.
Es presumible que los planes de resiliencia local ya existentes tengan que
adaptarse a la evidencia y considerar aún mejor los niveles de preparación,
alerta temprana y capacidad de respuesta en cuestiones sanitarias y de
salud pública.
• Las infraestructuras sanitarias importan; por supuesto, la disponibilidad de
plazas UCI o otros equipamientos hospitalarios ha sido el factor limitante
que ha explicado “que esto no es una gripe” y el consiguiente
confinamiento en el que vivimos (con la espada de Damocles de intuir que
vendrán nuevas fases de aislamiento social). Estos servicios no dependen
de las ciudades (suelen ser de inversión regional o nacional) pero sí estarán
instalados en las ciudades, y estas han de pensar cómo los organizan, les
dan servicio, facilitan expansiones o flexibilidades para acoger dispositivos
temporales (por ejemplo, espacios para realización de tests fuera de las
urgencias). Esto mismo vale para las redes de equipamientos de atención
primaria, igual de relevantes para un sistema sanitario fuerte y, por tanto,
mejor preparado para nuevos brotes.
• La digitalización de los servicios públicos locales, y del resto de
dispositivos, equipamientos, espacios,….con los que interactuamos en
nuestra cotidianeidad también se abrirá un camino más acelerado.
Automatización de procesos y análisis de datos serán herramientas que los
decisores públicos demandarán para poder gestionar mejor, se
reorganizarán y rediseñarán servicios para hacerlos digitales y permitir más
y mejores procedimientos en línea. Al mismo tiempo, las autoridades
locales, por ser las más cercanas al ciudadano, tendrán que jugar un papel
relevante, aunque complicado, en ser una marca de garantía de los
derechos digitales de las personas respecto a los datos personales, en los
servicios urbanos.
• Una dinámica más global, pero que puede tener plasmaciones a nivel local
es el de la auto-suficiencia local. Las dudas sobre el futuro de la
globalización industrial, del mercado alimentario o la centralización de la
producción energética,…implican procesos de fondo que pueden tener sus
manifestaciones en forma de una mayor suficiencia y garantía alimentarias,
la aceleración de la generación energética distribuida, las políticas de
cercanía (Melbourne, París) o la reindustrialización productiva de los
entornos urbanos.
En cualquier caso, la situación que ha tocado vivir obliga a repensar la manera
de organizar nuestras sociedades, servicios públicos, el trabajo, la sanidad
pública,…por lo requiere también repensar las ciudades en las que viviremos y
en las que afrontaremos próximas crisis sanitarias. No sabemos si llegará esa
transformación, si será duradera o si será a mejor. No será fácil tampoco, y
son muchas las lecturas que podemos hacer de todas estas semana. Si esto lo
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tomamos como oportunidad para reordenar prioridades y principios sobre los
que se organiza la vida en comunidad, será un buen principio.
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Referencias
Para la elaboración de los artículos en el blog he utilizado una gran cantidad
de artículos que he ido revisando estas semanas. Tanto tiempo confinado
permite estas cosas. Los diferentes artículos incluyen numerosos enlaces,
principalmente para ilustrar o dar más detalles sobre algunos argumentos o
ideas que utilizo que no son originales mías y mucho más desarrolladas en los
artículos referenciados.
Estos enlaces son, por tanto, una puerta abierta a recursos que considero que
pueden tener interés para explorar algunos asuntos. Como segunda guía, en el
blog también he publicado alguna lista más selectiva de artículos que me han
resultado especialmente afinados, arriesgados, informativos, inspiradores o
conflictivos, según los casos.
Algunos repositorios de iniciativas locales
6 artículos sobre pandemias y la densidad urbana
12 artículos sobre coronavirus y desigualdad
10 artículos sobre escenarios post-Covid19 en la era pandémica
10 artículos sobre los retos éticos y políticos de la respuesta tecnológica al
coronavirus
36. WWW. CIUDADESAESCALAHUMANA. ORG
UNA RECOPILACIÓN DE ARTÍCULOS PUBLICADOS EN
EL BLOG CON REFLEXIONES SOBE EL FUTURO
URBANO Y LAS IMPLICACIONES DE LA PANDEMIA Y
SUS EFECTOS. SE TRATA DE IMPRESIONES
PERSONALES, APUNTES SUELOS Y SUGERENCIAS DE
PRIORIDADES PARA LOS TIEMPOS QUE VENDRÁN.