Los gráficos de control permiten analizar el comportamiento de los procesos industriales mediante métodos estadísticos para identificar variaciones anormales y prevenir defectos. Muestran la variabilidad natural de un proceso y ayudan a distinguir cambios importantes que podrían indicar problemas en la maquinaria, materia prima o factores humanos. Su objetivo final es lograr un proceso estable y la mejora continua de la calidad.