1. El cristianismo: elemento de continuidad entre roma y
Europa medieval.
La desintegración política, económica y social del imperio
romano de occidente estuvo acompañada de un largo proceso de
cristianización, favorecida por la libertad de culto establecida
por el emperador Constantino en el edicto de Milán el año 313, la
proclamación del catolicismo como religión oficial del imperio por
el edicto de tesalónica en el año 380, y la conversión al
cristianismo de algunos emperadores, entre ellos el propio
Constantino en su lecho de muerte, en el año 337.
El proceso de cristianización del imperio romano ayudó a la
difusión de esa fe por la Europa grecolatina y a su posterior
adopción por muchos de los reyes germanos que ocuparon los
territorios del antiguo imperio de occidente. De esa manera, la
visión cristiana del mundo se convirtió en el más importante
elemento unificador de la civilización europea que surgió tras la
fragmentación del poder político imperial, como síntesis de las
tradiciones griegas, romana, judeocristiana y germana.
2. Expansión de cristianización de Europa
Medieval.
En los siglos IV y V, el imperio romano perdió buena parte de su
extensión en Occidente y se transformó en oriental bizantino. Se
suele señalar como sintomática la fecha del año 476, pero de
hecho la invasión y cuarteamiento del imperio había empezado
mucho antes (406). Un grupo de pueblos, originarios
de Escandinavia, los germanos, desde Europa central se había
lanzado a la conquista de los despojos de Roma. De estos pueblos,
los visigodos fueron cristianizados por el obispo Ulfilas , pero
el arrianismo arraigó en ellos hasta que pasaron a la ortodoxia en
el 589. Burgados y vándalos eran también arrianos. Los suevos,
el 408, eran en parte todavía paganos y estuvieron vacilando
entre el arrianismo y la ortodoxia hasta que hacia el 560,
optaron por la última. Los ostrogodos, cuando en 489 se
apoderaron de Italia, practicaban ya el arrianismo, pero su rey
Teodorico se esforzó para evitar roces con los católicos. Los
francos, en cambio, paganos, pasaron directamente a la
ortodoxia, el 496, con el bautismo de su rey Clodoveo. Adore
tout ce que tu as brûlé, et brûle tout ce que tu as adoré, que
traducido significa "Adora todo aquello que has quemado y quema
todo aquello que has adorado..."
3. Europa durante la Edad Media
Y
el Renacimiento
-
Para los caballeros medievales, servir en los ejércitos feudales
era una cuestión de honor y de deber. Al tratarse de una
sociedad guerrera, los caballeros europeos vivían para el
combate. El éxito en la batalla era el mejor camino para obtener
riqueza y reconocimiento. En muchos casos, los hijos de los
nobles a los que les quedaba poca fortuna se convertían en
soldados profesionales. Para ellos, guerrear era una ocupación.
Cuando se les requería, también era un deber para los
campesinos, aunque, desde luego, no era una cuestión de honor.
Hacia los siglos XIV y XV, muchos campesinos o plebeyos se
unieron al ejército para ganar dinero. Lo que ganaban, a menudo,
superaba las ganancias obtenidas con empleos más pacíficos.
La meta de recibir un botín era una fuerte motivación para que
un plebeyo se alistara en el ejército. Éstos, los caballeros de
bajo rango y los soldados de infantería, esperaban ansiosamente
la oportunidad de participar en el asalto a una rica ciudad o
castillo, porque, tradicionalmente, los lugares que se resistían
eran saqueados. Al saquear una ciudad, un soldado podía acumular
una riqueza varias veces superior a su paga anual.