Los avatares para el juego dramático en entornos virtuales
Moquillo canino
1. FACULTAD DE MEDICINA VETERINARIA Y ZOOTECNIA
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BENEMÉRITAUNIVERSIDAD AUTÓNOMA
DE PUEBLA
CENTRO UNIVERSITARIO DE CIENCIAS AGROPECUARIAS
FACULTAD DE MEDICINA VETERINARIA Y ZOOTECNIA
MATERIA:DESARROLLODEHABILIDADES DEL USO DE LA TECNOLOGÍA,
INFORMACIÓN Y COMUNICACIÓN
ENSAYO
AUTOR: MIGUEL ÁNGEL VIDALS MEZA
DRA. Maria Caridad Contreras Xicotencatl
SECCIÓN: 5
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29/10/2015 TUZUAPAN, PUEBLA.
ÍNDICE
Pág.
Introducción .....................................................................................................................3
Tema...................................................................................................................................4
Conclusión .......................................................................................................................8
Bibliografía........................................................................................................................9
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Introducción
El tema que se abordará será el moquillo canino o distemper canino, es una
enfermedad que es muy común en la especie Canidae, ya que es muy frecuente
ver a perros con moquillo pero también hay que recalcar que se presenta en otras
especies tales como Procynidae, Mustelidae, Felidae, todas estas especies
mencionadas también tiene un porcentaje de presentar esta enfermedad pero nos
enfocaremos más a la especie Canidae y a su vez a los perros; les daré un
panorama en general sobre esta enfermedad. Abordaremos principalmente ¿qué
es el moquillo?, ¿cuá es el agente etiológico que hace que se desencadenen los
signos en nuestro paciente?, así como ¿cuál su periodo de incubación?; algunos
signos que causa este virus y ¿cuáles son estos signos?, algunas pruebas que
nos darán la pauta para poder saber si es moquillo, ¿con base a que se hace el
tratamiento? y ¿cuál es el medio más factible para que nuestra mascota no tenga
moquillo? y por ende no presentar ningún signo, así como ¿cada qué tiempo hay
que estarlo inyectando para que este protegida contra esta enfermedad nuestro
paciente?
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Moquillo
El moquillo es una enfermedad viral de distribución mundial que afecta
principalmente al perro doméstico. Es una enfermedad sistémica, principalmente
con signos respiratorios, digestivos y nerviosos, que varían enormemente
dependiendo la cepa viral, la dosis infectiva y de la respuesta inmune de cada
paciente. No existe tratamiento antiviral específico, aunque a mediados de los
años 90 en Japón se comenzó con la implementación del uso del Interferón
Recombinante Felino, por su acción antiviral, cuya aplicación durante los estadíos
iniciales de la enfermedad aumenta las posibilidades de sobrevivencia de un 80 a
un 95%. A pesar del uso de este gran avance sigue siendo la prevención mediante
la vacunación la mejor forma de control de la enfermedad, aunque en los últimos
años la incidencia del moquillo canino parece haber aumentado, debido a fallas en
la vacunación o por inmunización insuficiente. (1)
Agente etiológico
El agente etiológico que causa esta enfermedad es un Morbilivirus de la familia
Paramyxoviridae. Es relativamente grande y contiene una cadena simple de RNA
y está rodeado por una envoltura de lipoproteínas derivadas de las glicoproteínas
virales que se pueden incorporar a las membranas celulares. (1)
Algunas cepas son apenas virulentas y por lo general inducen infecciones no
evidentes, por otro lado ciertas cepas como la Snyder Hill, la A75/17, y la R52 son
altamente virulentas y neurotrópicas: mientras que la primera causa
polioencefalomielitis, las dos últimas provocan desmielinización. Otras cepas son
más viscerotrópicas y promueven una enfermedad debilitante con alta mortalidad
pero con una menor frecuencia de encefalitis. El VMC es susceptible a la luz
ultravioleta, al calor y la resequedad y se destruye por temperaturas de 50 a 60°C
por 30 minutos. (1)
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El virus del moquillo canino es muy lábil fuera del animal. Es susceptible a la luz
ultravioleta, al calor y a la sequedad. Se elimina bien con soluciones con éter,
cloroformo, fenol o amonio cuaternario. En climas fríos puede resistir semanas a
temperaturas de entre 0 ºC y 4 ºC. (6)
Epidemiología
La enfermedad se contagia a través de aerosoles; los perros afectados lo eliminan
a partir de secreciones del aparato respiratorio, digestivo y también en la orina.
Esto ocurre a partir de los 7 días posinfección. Entre el 25 y el 75% de los perros
susceptibles presentan enfermedad subclínica, y eliminan el virus sin mostrar
signos de enfermedad. (6)
La inmunidad que desarrollan muchos perros puede prolongarse 2-3 años, pero
los perros no revacunados pueden perder dicha inmunidad y ser infectados en
periodos de estrés o inmunosupresión. Los cachorros de entre 3 y 6 meses de
edad son los que están más predispuestos a la infección, ya que esta edad
coincide con el descenso de la inmunidad maternal. Tanto a nivel sistémico como
neurológico, los perros pueden ser susceptibles a cualquier edad. (6)
Se describe menor prevalencia en perros braquicefálicos que en dolicocefálicos.
La infección por el virus del moquillo canino se da con mayor facilidad en perreras
y en perros que mantienen contacto con animales salvajes. (6)
Es un virus extendido globalmente, y se producen casos en toda América, Europa,
norte y sureste de Asia, África y Australia. Algunas de las cepas más
neurotróficas son la Snyder Hill (polioencefalomielitis), la A75/17 y la R252
(desmielinización). (6)
Las principales especies afectadas son: (1)
Canidae: Perros, lobos, coyote, zorra
Procynidae: Coatí, mapache, panda
Mustelidae: Hurón, visón, marta
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Felidae: León, guepardo, pantera, jaguar, tigre, focas, Pecari de collar.
Patogenesis.
El período de incubación (desde la infección hasta la aparición de signos clínicos)
normalmente es de 7 a 14 días (Wheler, 2007). En el transcurso de 24 horas, se
multiplican en los macrófagos tisulares y se disemina en estas células a través de
los linfocitos locales a las amígdalas y los ganglios linfáticos bronquiales
(Lorenzana, 2008). Alrededor de dos a cuatro días post inoculación (PI), aumenta
el número de virus en amígdalas y los ganglios linfáticos retrofaringeos y
bronquiales, pero en otros órganos linfáticos se encuentran cifras bajas de células
mononucleadas infectadas con VMC (Ettinger, 2007). Hacia los días cuatro a seis
PI, ocurre la multiplicación del virus dentro de folículos linfoides en el bazo, lamina
propia del estomago, intestino delgado, ganglios mesentéricos y las células de
kupffer del hígado (Craig, 2000). (2)
Las cifras de morbilidad para las comarcas son las siguientes:
Copenhague 5 % de todos los perros enfermos.
Hannover, 12% de todos los perros enfermos.
Fases.
Forma aguda: el virus causa lesiones multifocales en las sustancias gris y blanca;
las de la sustancia gris resultan de infección neural y necrosis; y estos pueden
conducir a poliencefalomalacia predominante. (2)
Forma subaguda: Los síntomas respiratorios y digestivos son discretos,
observándose entre 14 y 21 días después síntomas nerviosos, que pueden incluir
incoordinación, ataxia, paresia, parálisis y temblores musculares. Tanto en la
enfermedad aguda de la sustancia gris o la forma subaguda de la sustancia blanca
se pueden observar signos meníngeos de hiperestesia y rigidez cervical. (1)
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Forma crónica: encefalitis crónica a VMC también va acompañada de un
incremento de la concentración de anticuerpos antimielina, que se piensa es una
reacción secundaria al proceso inflamatorio. (2)
Manifestaciones.
Forma respiratoria: cursa con un cuadro de respiración dificultosa, secreción
nasal y tos. Es posible que exista una infección bacteriana secundaria. (3)
Forma digestiva: consiste en una gastroenteritis, con vómitos y diarrea. (3)
Forma cutánea: dermatitis, con un engrosamiento de la piel de la nariz y de las
almohadillas de las patas. Esta forma puede estar asociada a síntomas del
sistema nervioso central. (3)
Formas nerviosas: en forma de ataques súbitos o, durante el período de
aparente recuperación, y de manera gradual y progresiva, el animal empieza a
presentar espasmos musculares, que desembocan en la parálisis de las
extremidades (“corea”). (3)
Forma ocular: En ella aparecen signos de conjuntivitis (lagrimeo). (3)
Los signos más frecuentes son neumonía, conjuntivitis y rinitis.
Los signos menos frecuentes son paresía posterior, disfagia, disminución del
estado de alerta, fobia y ceguera. (1)
La manifestación clínica depende de diversos factores en parte desconocidos:
primer grado de inmunidad individual y del conjunto de la población. La inmunidad
de cada individuo está determinada por: (4)
La transmisión pasiva de anticuerpos maternos a los cachorros.
El padecimiento de la infección natural o por la vacunación.
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La sensibilidad al moquillo vuelve a disminuir al avanzar la edad, como se
desprende de la tabla, compuesta por Hoffman (1949), que infecto 4,000 perros.
(4)
Pruebas para detectar la enfermedad
Serología: la medición de anticuerpos séricos IgM y las IgG, pueden ayudar en el
diagnóstico del Moquillo canino, pero la prueba no diferencia Ac´s maternos,
vacúnales o por infección. (1)
ELISA: detectar anticuerpos IgG o IgM para VMC. Títulos de IgM altos son
específicos para diagnosticar infecciones recientes del VMC, sin embargo la
vacunación reciente con VMC puede dar resultados falsos positivos. (1)
PCR: detectar el RNA viral y puede resultar positiva aun cuando las pruebas de
aislamiento viral y la inmunofluorescencia no logran detectar al virus. (1)
Tratamiento. (3)
Tratamiento con antibióticos para controlar las infecciones bacterianas.
Medicación para controlar los síntomas, tales como diarrea, vómitos y tos,
además de los neurológicos.
Antiinflamatorios.
PREVENCIÓN
La vacunación de los cachorros contra el VMC deberá iniciar a las 6 a 8 semanas
de vida. Se recomienda la revacunación anual ya que puede existir una
disminución de los anticuerpos ocasionada por variaciones en las vacunaciones o
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en el paciente. La mayoría de los perros quedan protegidos con revacunaciones
con intervalos entre 2 o 3 años. (1)
Si has tenido un perro enfermo de moquillo en casa, recuerda que el ambiente
puede quedar contaminado durante un tiempo, incluso si el perro ya no está en tu
casa. Para ello limpia bien con detergente y agua caliente y con lejía u otro
desinfectante. No olvides limpiar: (5)
suelos, mesas, encimeras
juguetes del perro
comederos y bebederos
cama y ropa del perro.
CONCLUSIONES
• La patogenia del VMC tiene una presentación muy variable que trae como
consecuencia una gran diversidad de síntomas y signos que dificulta el
diagnostico de esta enfermedad por examen clínico.
• La respuesta inmunológica de cada individuo es muy importante al momento de
afrontar la enfermedad del VMC; los individuos que tienen una buena respuesta
inmunológica erradican al virus del organismo y estos incluso no llegan a
presentar síntomas evidentes de la enfermedad, el grupo que tiene un sistema
inmunológico relativamente buena puede presentar síntomas leves y un buen
número de ellos pueden recuperarse y otros siguen el proceso de la enfermedad,
en cambio los individuos que presenta una respuesta inmunológica deficiente es
en ellos donde existe la presentación grave de la enfermedad conllevándolo a la
muerte.
Lo mejor que podemos hacer para que nuestros pacientes estén sanos es tener la
cultura de la prevención y es el mejor tratamiento para todo.
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BIBLIOGRAFIAS (formato APA)
1. Lorenzana Castro, Luis C. (2007). Actualización de la Terapéutica del
Moquillo Canino. Virbac al día. Recuperado de:
http://www.webveterinaria.com/virbac/news13/pequenas.pdf
2. Astete Torrejón, Jhonny M. (2010). Patogenia del Virus del moquillo canino.
Sirivs. Recuperado de
http://veterinaria.unmsm.edu.pe/files/Articulo_Astete_Final.pdf
3. Espinoza, Obispo A. (2013-2015). Distemper canino. Zoetis chile.
Recuperado de http://www.zoetis.cl/node/17942
4. Horst, J. (1981). Moquillo canino. En Clínica de las enfermeades del perro
(p.p. 782-796). Zaragoza, España: Acribia.
5. Lacaster, E. (2014). Moquillo en perros. Síntomas, tratamiento, prevención
y contagio. Recuperado de: http://www.petdarling.com/articulos/moquillo-en-
perros-sintomas-tratamiento-prevencion-y-contagio/
6. Raurell, X. & Centellas, C. (2014). Moquillo canino neurológico. Argos.
Recuperado de: http://argos.portalveterinaria.com/noticia/9621/articulos-
archivo/moquillo-canino-neurologico.html