3. • La ciencia es un estilo de pensamiento y de acción: "precisamente el más
reciente, el más universal y el más provechoso de todos los estilos. Como
ante toda creación humana, tenemos que distinguir en la ciencia entre el
trabajo —investigación— y su producto final, el. conocimiento.
• La ciencia no es una mera prolongación ni un afinamiento del conocimiento
ordinario. La ciencia es un conocimiento de naturaleza especial.
• El método científico es la estrategia de la investigación científica: afecta a
todo el ciclo completo de investigación y es independiente del tema en
estudio. Pero, por otro lado, la ejecución concreta de cada una de esas
operaciones estratégicas dependerá del tema en estudio y del estado de
nuestro conocimiento respecto de dicho tema.
• Las tácticas o técnicas cambian mucho más rápidamente que el método
general de la ciencia y además no pueden siempre trasladarse a otros
campos, así por ejemplo los instrumentos que utiliza el historiador puede no
tener utilidad para el físico.
• La primera diferencia entre las varias ciencias es la que se presenta entre:
• ciencias formales: las que estudian las ideas, como la lógica y la matemática y
• ciencias fácticas, las que estudian los hechos, como la física y la psicología.
Se refieren a hechos que se supone ocurren en el mundo y
consiguientemente, tienen que apelar a la experiencia para contrastar sus
fórmulas.
• Los métodos son medios arbitrados para alcanzar ciertos fines.
5. • A diferencia de las estructuras innatas de comportamiento y de las habilidades
artesanas, el conocimiento científico es enteramente conceptual: consta de sistemas de
conceptos interrelacionados de determinados modos. En cambio, la investigación
científica cuenta con habilidades que no están conceptualizadas sino en parte: el saber
práctico de laboratorio y de campo, y hasta habilidades utilizadas en la manipulación de
conceptos.
• El concepto es la unidad de pensamiento; por eso la teoría de los conceptos debería ser
el equivalente filosófico de la teoría atómica. Los conceptos, al igual que los átomos
materiales, no son datos de la experiencia, sino que hay que buscarlos mediante el
análisis. ¿Análisis de qué? Sin duda de las expresiones lingüísticas del
conocimiento, puesto que el conocimiento conceptual aparece envuelto en signos:
palabras, símbolos, diagramas, etc. Para conseguir acceso a las ideas de la
ciencia, tenemos que atravesar los lenguajes de la ciencia. Esta perforación se realiza
con la ayuda del análisis filosófico, instrumento adecuado para descubrir la estructura y
aclarar el sentido de los sistemas conceptuales.
• La lógica de los conceptos tiene dos partes: la sintaxis de los conceptos, que estudia su
estructura, y la sema nuca de los conceptos, que estudia la connotación de los mismos y
su denotación, si la tienen. Veremos que la sintaxis y la semántica de los conceptos se
interpenetran, aunque no sea más que por el hecho de que el dominio al que
legítimamente puede aplicarse un concepto está determinado por su connotación. Por
último, la epistemología de los conceptos se ocupa de estudiar su función en el proceso
del conocimiento, y es muchas veces difícil de distinguir de la semántica de los
conceptos. En este estudio usaremos moderadamente los elementos de la lógica formal y
la semántica modernas, pero sin suponer en el lector ninguna familiaridad con esas
disciplinas.
7. • Hay tres dolencias que afectan, y quizás afecten siempre, a nuestro equipo
conceptual: falta de conceptos ricos, abundancia de conceptos pobres y
vaguedad de todos los conceptos, excepto los formales. Los filosofos no
pueden hacer gran cosa para enriquecer el acervo de conceptos científicos y
para eliminar los que no son adecuados: el desarrollo y la selección de la
población de conceptos es parte de la evolución de la ciencia. Por otro lado, el
análisis filosófico puede ser eficaz en su examen crítico de los conceptos
científicos.
• Esta crítica puede ser destructora, como ocurre al condenar el uso de
conceptos no-observacionales en nombre de filosofías precientíficas; o bien
puede ser constructiva, como ocurre cuando se critica la vaguedad conceptual
y se intenta disminuirla, es decir, hacer los conceptos más definidos, O sea:
aunque los filósofos no suelen dar a luz conceptos científicos, pueden ayudar
a criarlos. Esta ayuda es sobre todo valiosa porque en el campo científico
persisten y dominan ciertas ideas anacrónicas por lo que hace al modo como
debe darse significación a los términos científicos.
• Una de tales ideas insostenibles, pero aún populares entre los científicos, dice
que todos los conceptos científicos deben definirse desde el primer momento
(prejuicio aristotélico), y, además, por referencia a operaciones que, de ser
posible, deben tener un carácter empírico (pre juicio operativista). Veremos
que las significaciones se especifican y afinan de muchos modos diversos, y
que las definiciones operativas son lógica mente imposibles, aunque hay
ciertas correspondencias de signo a objeto (las llamaremos “refericiones”) que
desempeñan la función frecuentemente atribuida a las “definiciones”
operativas.
9. • Un fragmento de investigación científica consiste en el manejo de un conjunto
de problemas suscitados por un análisis crítico de alguna parte del
conocimiento o por un examen de nueva experiencia a la luz de lo que ya se
conoce o conjetura. Los problemas se resuelven aplicando o inventando
conjeturas que, de ser contrastables, se llaman hipótesis científicas. A su vez,
algunas hipótesis científicas se ascienden a veces a leyes, de las que se
supone que reproducen estructuras objetivas; y las leyes se sistematizan en
teorías. Así pues, el proceso creador de la ciencia arranca del reconocimiento
de problemas y culmina con la construcción de teorías, cosa que a su vez
plantea nuevos problemas, entre ellos el de la contrastación de las teorías.
Todo lo demás es aplicación de las teorías: a la explicación, a la predicción o
a la acción; o bien es contrastación de las teorías.
• El conocimiento científico es, por definición, el resultado de la investigación
científica, o sea, de la investigación realizada con el método y el objetivo de la
ciencia.. Y la investigación, científica o no, consiste en hallar, formular
problemas y luchar con ellos. No se trata simplemente de que la investigación
empiece por los problemas: la investigación consiste constantemente en tratar
problemas. Dejar de tratar problemas es dejar de investigar, y hasta
suspender el trabajo científico rutinario.
• La diferencia entre la investigación original y el trabajo rutinario consiste sólo
en que la primera trabaja problemas originales, o estudia problemas viejos con
planteamientos originales, mientras que el trabajo científico rutinario se ocupa
de problemas que también lo son, por ejemplo, problemas de un tipo conocido
y estudiados por un procedimiento conocido.
11. • Una vez planteado y examinado un problema o un sistema problemático, se
busca su solución a menos que se muestre que carece de tal. El
procedimiento para el hallazgo de la solución dependerá de la naturaleza del
problema.
• Algunos problemas de la ciencia factual se resuelven dirigiendo preguntas al
mundo, esto es, organizando experiencias científicas
(observaciones, mediciones, experimentos); otros se resuelven mediante la
elaboración de teorías contrastables acerca del mundo. Dicho de otro
modo, un problema factual dará lugar a una experiencia, una conjetura o
ambas cosas.
• Pero las experiencias científicas no tienen lugar en el vacío: se proyectan con
ideas determinadas y se interpretan con la ayuda de teorías: por ejemplo, de
teorías referentes al comportamiento probable de los medios de observación.
Incluso las experiencias destinadas a la mera recolección de datos suponen
teorías, tanto más cuanto más profundos y precisos son los datos que se
buscan: piénsese en la cantidad de actividad teórica que hace falta para llegar
a un experimento de genética o de física.
• En resolución: no hay problema científico que se resuelva precipitándose sin
más hacia el laboratorio. Por tanto, vale la pena, antes de estudiar la
experiencia científica, examinar las ideas científicas contrastadas por la
experiencia: se trata de las conjeturas llamadas hipótesis, de las hipótesis
ascendidas a leyes y de los sistemas de leyes llamados teorías, Empecemos
con las hipótesis.
13. • Una ley científica es una hipótesis de una determinada clase, a saber: una
hipótesis confirmada de la que se supone que refleja un esquema objetivo. La
posición central de las leyes en la ciencia se reconoce al decir que el objetivo
capital de la investigación científica es el descubrimiento de esquemas o
estructuras. Las leyes condensan nuestro conocimiento de lo actual y lo
posible; si son profundas, llegarán cerca de las esencias. En todo caso, las
teorías unifican leyes, y por medio de las teorías —que son tejidos de leyes—
entendemos y prevemos los acontecimientos.
• Las leyes científicas no afirman conjunciones de hechos, sino relaciones entre
rasgos (variables) seleccionados; y tampoco afirman la igualdad entre
individuos, sino la invariancia de ciertas relaciones, independientemente de
los cambios que pueda haber en los valores de las variables individuales.
• El requisito lógico más obvio que imponemos a las hipótesis para
considerarlas leyes es la generalidad en algún respecto y en alguna medida.
Exigimos, pues, que por lo menos una de las variables que se presentan en la
fórmula de la ley tenga prefijado el operador „para todo‟, o el operador „para
casi todo‟, o el operador „para la mayoría de‟; si ocurre lo primero, o sea, si la
ley es una hipótesis estrictamente universal, entonces colemos prescindir de
mencionar explícitamente el cuantificador.
• Las leyes objetivas son precisamente amplias y constantes restricciones
puestas a las posibilidades meramente lógicas. La ciencia no da ninguna base
a esa posibilidad: hasta el comportamiento social sin ley se explica científica
mente por leyes.
15. • Las síntesis están más allá de la ciencia inicial, igual que tampoco encuentran en el
pensamiento infantil. La investigación científica, como la curiosidad infantil, arranca de
preguntas; pero, a diferencia de las preguntas infantiles, culmina con la construcción de
sistemas de ideas muy compactos, a saber, las teorías. Es una peculiaridad de la ciencia
contemporánea el que la actividad científica más importante —la más profunda y la más
fecunda— se centre en torno a teorías, y no en torno a la recolección de datos, las
clasificaciones de los mismos o hipótesis sueltas.
• Los datos se obtienen a la luz de teorías y con la esperanza de concebir nuevas hipótesis
que puedan a su vez ampliarse o sintetizarse en teorías; la observación, la medición y el
experimento se realizan no sólo para recoger información y producir hipótesis, sino
también para someter a contra‟3tación las teorías y para hallar su dominio de validez; las
explicaciones y las predicciones. se realizan también en el seno de teorías; y la misma
acción, en la medida en que es consciente, se basa cada vez más en teorías. Dicho
brevemente: lo que caracteriza la ciencia moderna es la insistencia en la teoría —en la
teoría empíricamente contrastable, desde luego_ y no el interés primordial por la
experiencia en bruto.
• En una teoría hay que distinguir entre la forma y el contenido, entre la e‟3tructura lógica y
la interpretación. Bastan esqueletos con ciertas propiedades puramente lógicas para
tener teorías: hay, en efecto, teorías formales —o sea, teorías lógicas o matemáticas.
Pero en una teoría factual se constituyen simultáneamente los huesos y la carne. Por
tanto, aunque hay que distinguir los unos de la otra, no pueden, en cambio, separarse: la
semántica de una teoría va de la mano de su sintaxis. Pero, como es natural, puede
subrayarse en cada momento uno solo de esos dos aspectos complementarios.
17. • Como el objetivo de la teorización es la construcción de teorías maduras y
verosímiles, y como lo que distingue una teoría de otros fragmentos de
conocimiento científico con ciertas propiedades lógicas, como la deducibilidad
y la unidad conceptual, teníamos que investigar la lógica de las teorías antes
de poder echar un vistazo al proceso efectivo de la construcción de las teorías
y al modo como las teorías dan razón de sus referentes.
• La dicotomía forma/contenido que hemos adoptado es metodológicamente
conveniente, pero psicológica e históricamente es artificial, porque en la
ciencia factual uno concibe de el primer momento teorías
interpretadas, utilizando para ello los instrumentos conceptuales que parecen
más adecua dos para la representación de cuestiones de hecho; teorías
abstractas, o modelos puramente conceptuales de las mismas, no se
presentan —si es que llegan a hacerlo— más que en la reconstrucción lógica
(formalización) de teorías factuales ya existentes, y, desde luego, en la ciencia
formal.
• No menos artificial es partir de la consideración de teorías ya lista como
hemos hecho, en vez de partir de embriones teóricos: si deseamos saber
cómo se hace la ciencia, no podemos limitarnos a los manuales de filosofía de
la ciencia, pero tampoco podemos ignorar el producto terminado, puesto que
este es el objetivo de la investigación teorética. Corrijamos entonces la
imagen estática que da de sí el planteamiento puramente lógico, echan do
ahora un vistazo a la construcción de las teorías y a su relación con el mundo.
19. • El principal motivo de la invención y contrastación de hipótesis, leyes y teorías
es la solución de problemas de por qué, o sea, la explicación de hechos y de
us esquemas o estructuras. No nos contentamos con hallar hechos, sino que
deseamos saber por q ocurren en vez de lo contrario; y tampoco nos
contentamos con establecer conjunciones constantes explicativas de hechos,
sino que intentamos descubrir el mecanismo que explica esas correlaciones.
• Las explicaciones son respuestas a porqués. Una pregunta del tipo porqué es
una cuestión de la forma. El problema generador y el objeto de la explicación
se llaman el explicandum, lo que hay que explicar.
• Las explicaciones con la ayuda de reglas son típicas, aunque no exclusivas,
de la tecnología (ciencias aplicadas), mientras que las explicaciones a base
de leyes son típicas de la ciencia pura. Hay diferentes clases de explicación,
según la naturaleza de las premisas del explicans. Así, por ejemplo, una
explicación a base de leyes causales será distinta de una explicación a base
de leyes estocásticas.
• El objetivo principal de la explicación científica es ampliar, profundizar y
racionalizar el conocimiento ordinario. Lo que de ningún modo tiene lugar en
ese proceso es una reducción a ideas populares y familiares. La explicación
científica no hace concesiones a la comprensión, en el sentido de reducir lo no
familiar a lo familiar, lo profundo a lo superficial o lo nuevo a lo viejo. Antes al
contrario, la ciencia inventa nuevas construcciones trasempíricas de alto nivel
para explicar fenómenos familiares.
21. • La ciencia es un estilo de pensamiento y de acción: "precisamente el más Las
previsiones son respuestas a preguntas de la forma „ ¿ocurrirá a x si se
produce p?‟, ¿Cuándo se producirá x si se cumple p?‟ y otras análogas. Es
corriente en la literatura científico-filosófica llamar a esas respuestas
predicciones. Las predicciones se consiguen mediante teorías y datos: la
predicción científica es en efecto una aplicación de la teoría científica. La
predicción interviene por tres razones en el cuadro general de la ciencia: (i)
anticipa nuevo conocimiento y, por tanto, (u) es una contrastación de la teoría
y (iii) una guía para la acción. En este capítulo nos ocuparemos de las
funciones puramente cognoscitivas de la predicción, o sea, con lo que tiene de
visión anticipada.
• Las premisas de la argumentación pueden llamarse premisas del proyectans y
la conclusión proyectandum (lo predicho o retrodicho). Predicción (o
retrodicción) se llama, unas veces, a la argumentación o inferencia, y otras
veces a su conclusión. Aunque la predicción no difiere lógicamente de la
explicación se diferencia de ella en otros respectos.
• La mayoría de las predicciones acerca de transiciones o pasos hechas con la
ayuda de teorías cuánticas son predicciones estocásticas porque emplean
leyes estocásticas y, en particular, leyes relativas a las probabilidades de
transición de un sistema dado.
• Todas las predicciones son falibles, y los pronósticos lo son aún más, igual en
física que en historia. Las previsiones pueden ser arriesgadas, pero no son
peligrosas mientras no consistan en lóbregos pronósticos de imposibilidad de
logros humanos, sociales o culturales,
23. • En toda ciencia, sea pura o aplicada, la teoría es a la vez la culmina ción de
un ciclo de investigación y una guía para investigación ulterior. En las ciencias
aplicadas las teorías son, además de eso, la base de sistemas de reglas que
prescriben el curso de la acción práctica óptima.
• Por otro lado, en las artes y oficios o bien no hay teorías o bien éstas son
meros instrumentos de acción. Pero eso no se refiere a teorías enteras, sino
sólo a su parte periférica; puesto que sólo las consecuencias de nivel bajo de
las teorías pueden estar en contacto con la acción, son esos resultados finales
de las teorías los que atraen la atención del hombre práctico. En épocas
pasadas se consideraba que un hombre era práctico de algún arte cuando al
obrar prestaba poca o ninguna atención a la teoría, o bien se basaba en
teorías espontáneas del sentido común.
• Hoy día, un práctico es más bien una persona que obra según, decisiones
tomadas a la luz del mejor conocimiento tecnológico: no científico, porque la
mayor parte del conocimiento científico está demasiado lejos de la práctica o
incluso es irrelevante para ella. Y ese conocimiento tecnológico, hecho de
teorías, re glas fundamentad y datos, es a su vez un resultado de la aplicaci6n
del método de la ciencia a problemas prácticos
• La aplicación de la teoría a fines prácticos plantea problemas filosóficos
considerables y descuidados en gran medida. Son meras muestras de un
sistema de problemas que un día u otro deberían dar origen a una filosofía de
la tecnología.
25. • La observación es el procedimiento empírico básico. Tanto la medición cuanto
el experimento suponen observación, mientras que ésta se realiza sin
precisión cuantitativa (o sea, sin medición) y sin cambiar deliberada mente los
valores de ciertas variables (o sea, sin experimentación).
• El objeto de la observación es, naturalmente, un hecho actual; el producto de
un acto de observación es un dato, o sea, una proposición singular o
existencial que exprese algunos rasgos del resultado de la acción de observar.
Se ofrece, pues, un orden natural para nuestro estudio: el orden hecho-
observación-dato. Nuestra discusión se terminará con un examen de la
función de la observación en la ciencia.
• En particular, la observación, el tipo más simple de experiencia científica, no
es ni más ni menos que una componente de la investigación científica. En
efecto, las funciones de observación en la ciencia factual son: (i) suministrar
información, (u) producir problemas sobre los datos, y (iii) contrastar hipótesis
concebidas para resolver dichos problemas. Ninguna de esas funciones es
una finalidad por sí misma: el desiderátum último es el descubrimiento de
estructuras, y éstas se representan por teorías que la observación puede
contribuir a contrastar.
• La observación es, pues, insuficiente: si necesitamos un conocimiento factual
profundo y preciso, tenemos que pasar a la medición y al experimento siempre
que ello sea posible.
27. • Lo que puede observarse directa o indirectamente es un conjunto de
rasgos de algún sistema concreto. Para ser precisa, la observación tiene
que ser cuantitativa, porque los sistemas concretos tienen propiedades
cuantitativas, aunque no sea más que porque existen en determinadas
cantidades y en el espacio-tiempo. La observación cuantitativa es la
medición. Siempre que se atribuyen números a ciertos rasgos sobre la
base de la observación, se están practicando mediciones.
• Hay tantas clases de medición como clases de propiedades y técnicas de
medición. En lo esencial, podemos contar, comparar o medir en sentido
estricto. Para decidir qué clase de medición es la que hay que practicar
en cada caso es necesario llevar a cabo un análisis del concepto que
denote la propiedad correspondiente. Según eso, hay que analizar la
naturaleza de la cuantificación para poder entender los rasgos de la
medición.
• Una vez proyectado, construido y contrastado un equipo de
medición, puede empezar la medición propiamente dicha. Los resultados
brutos de una serie de mediciones serán un conjunto de números.
• Hemos visto que la medición propiamente dicha es un eslabón de una
cadena más bien larga de operaciones conceptuales y empíricas. El
análisis de la medición nos ha llevado muy lejos de la simplista doctrina
que lo reduce todo a echar un vistazo a la escala y concluir sin más.
29. • Vimos que la observación puede analizarse en tres componentes por lo
menos: el objeto de observación (inserto en su entorno o medio), el
observador y un canal de comunicación que transmite señales entre ambos.
La medición introduce un cuarto factor, que es el dispositivo de medición. En
el experimento, el objeto se ve rodeado por un medio artificial en mayor o
menor medida, o sea, por un medio que en algunos aspectos se encuentra
bajo el control —a poder ser remoto— del operador.
• El método experimental consiste en someter un sistema material a ciertos
estímulos, y en observar su reacción a éstos para resolver algún problema
sobre la relación estímulo- respuesta; el problema puede consistir en la
contrastación de una determinada hipótesis sobre esa relación, o en
concebirla sobre la base de los datos factor-producto de la relación.
• La proyección de experimentos depende de la cuestión planteada y del
contexto de la cuestión, esto es, del trasfondo teorético disponible, de las
técnicas con que se cuenta, de la clase de datos que‟ se esperan y de la
exactitud requerida.
• Una vez realizado el experimento propiamente dicho, hay que interpretar su
resultado. Y una vez averiguada dicha relación hay que intentar explicarla por
medio de alguna teoría ya disponible o mediante la construcción de otra
nueva.
• Sometemos a prueba nuestro procedimiento de contrastación mediante una
técnica independiente, en vez de creer ciegamente sus resultados. En la
ciencia se examinan cuidadosamente los procedimientos empíricos, tanto los
de observación como los experimentales.
31. • El hombre civilizado es un animal que hace conjeturas: está constantemente inventando
hipótesis y poniéndolas a prueba, y saltando a audaces “conclusiones” sobre su valor. La
actitud científica no consiste en prohibir esos saltos inferenciales, sino en controlarlos. El
investigador debe saber cómo se ejerce ese control, nuevas investigaciones nos han
demostrado que ese control está gravemente limitado: no hay en efecto ningún criterio a
prueba de cualquier riesgo que pueda aplicarse a esos saltos inferenciales hasta las
“conclusiones” correctas, a menos que se trate de conclusiones propiamente dichas, o
sea, de consecuencias deductivas de algún conjunto de premisas.
• El problema de la inferencia científica no deductiva es muy serio y difícil, ya por el mero
hecho de que entre las ideas y los hechos que se supone representan aquéllas existe un
indudable hiato: ¿cómo juzgar, en efecto, si una idea “encaja” con su referente? Y si la
idea es propiamente una hipótesis, ¿cómo podemos compararla con evidencia
empírica, si una y otra no tienen los mismos conceptos y están consiguientemente
formuladas en lenguajes diferentes?
• Hasta los procedimientos más elementales por los cuales contrastamos nuestras ideas
sobre los hechos suponen problemas filosóficos graves y escasamente resueltos, como
el problema de la verdad y el de la inferencia científica, esto es, el problema de la
adscripción de valores veritativos a las ideas científicas.
• La posición alcanzada es por tanto una especie de síntesis del realismo, el racionalismo
y el empirismo, pero (esperamos) sin el extremismo ni la rigidez que caracterizan toda
escuela filosófica. Es mejor que no bauticemos la posición construida en este libro: los
ismos filosóficos son el cementerio de la investigación, porque ellos tienen ya todas las
respuestas, mientras que la investigación, científica o filosófica, consiste en luchar con
problemas rechazando las constricciones dogmáticas