Nuestro Dios es Santo, Puro y Perfecto, por lo que al ser rescatado por nuestro Señor Jesucristo, somos santificados por el Espíritu Santo de Dios.
La Sangre de Cristo tiene el poder para limpiarnos de todo pecado, y por medio del lavamiento de la Palabra de Dios, somos purificados, santificados cada día.
Nuestro Señor Jesús dijo que el que comiera de su carne y bebiera de su sangre, él lo vivificaria, lo resucitaia en el día postrero. Su carne es su Palabra revelada por su sangre que es el Espíritu Santo.
La Biblia nos enseña que sin santidad nadie verá el rostro de Dios; es necesario que escudriñemos las sagradas Escrituras para ponerla por obra.
El aceptar a nuestro Señor Jesucristo como nuestro Salvador y Señor, nos hace santos, pero si no obedecemos su palabra para ponerla por obra, nuestras vestiduras se iran manchando, nos estaremos poniendo tibios y al final el Señor declara que a los tibios, que son los que no llevan fruto, él los vomitará de su boca.
Las primeras obras son buenas, pero lo mas importante es mantenernos dando frutos abundantes, en humlidad, santificandonos cada día hasta que venga por nosotros, o nos llame a su presencia; la santidad conviene a nuestra casa.
1. Mission Israel Mehanaim
Misterios del Reino de los Cielos:
Un Dios Santo, Un Pueblo Santo
“Y habrá allí calzada y camino, y será llamado
Camino de Santidad; no pasará inmundo por él, sino
que él mismo estará con ellos; el que anduviere en
este camino, por torpe que sea, no se extraviará”
(Isaías 35:8)
El Señor Jehová Dios dice:
“Sed santo porque yo soy santo” (1 Pedro 1:16)
Y también dice:
“Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual
nadie verá al Señor” (Hebreos 12:14)
Sin Santidad, Nadie Verá al Señor
Tenemos que ser santos, pues Nuestro Dios es santo:
“Un Dios Santo, un Pueblo Santo”
Es por lo que nuestro Señor Jesucristo declara en el último capítulo de la Biblia:
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2. Mission Israel Mehanaim
“El que es injusto, sea injusto todavía; y el que es justo, practique
la justicia todavía; y el que es santo, santifíquese todavía”
(Apocalipsis 22:11)
Pero alguien dirá:
Pastor, no entiendo, ¿Cuándo aceptamos a Cristo como nuestro Señor y
Salvador personal, fuimos limpiados de pecado con su sangre, como es
que nos tenemos que seguir santificando todos los días?; entonces, ¿Qué
es la Santidad?
Muy buena pregunta: ¿Qué es la Santidad?; pero, para entenderlo, vamos
a responder otras preguntas relacionadas, a la luz de las Sagradas
Escrituras:
¿Qué significa ser Santo?
¿Qué es santificarse, y cómo somos santificados?
¿Quién es el que nos santifica?
¿Cuáles señales bíblicas nos indican que andamos en
santidad, que veremos el rostro de Dios?
Escudriñemos las Escrituras, y que sea la Palabra de Dios que nos responda. He aquí
las respuestas:
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3. Mission Israel Mehanaim
(I)¿Qué Significa ser Santo?
o Revelado al Apóstol Juan:
“Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de
Dios y la fe de Jesús” (Apocalipsis 14:12)
Santos = Los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús
o
Revelado al Apóstol Pedro:
“Sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda
vuestra manera de vivir…Habiendo purificado vuestras almas por la
obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido,
amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro”(1 Pedro 1:15, 22)
Santos = Almas Purificadas por la Obediencia a la Verdad, mediante el Espíritu
o
Revelado a Asaf(Levita Cantor-Salmista del Rey David):
“Juntadme mis santos, los que hicieron pacto con sacrificio”
(Salmo 50:5)
Santos = Los que hicieron pacto con sacrificio
Santo (Kadosh):
La palabra Santo es traducida de la palabra Hebrea Kadosh, cuyo plural es Kadoshim,
y tiene los siguientes significados: Apartado, separado, distinto, especial,
reservado, distinguido, puro, diferente.
De igual forma, la palabra santo cuando se refiere al Espíritu de Dios, en hebreo se
escribe Kodesh. En el Antiguo Testamento aparece tres veces como Ruach Ha-Kodesh o
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4. Mission Israel Mehanaim
Espíritu Santo, transliterado Ruah Ha-Qodesh (Salmo 51:11 y dos veces en el Libro de
Isaías 63:10,11).
Los Santos fuimos escogidos (separados) por Dios, fuimos apartados del resto del
mundo por medio de la Sangre de Nuestro Señor Jesucristo:
“Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros,
hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el
principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la
verdad” (2 Tesalonicenses 2:13)
Santo = Escogido desde el principio para salvación
Por eso, Jesús ora al Padre antes de ser sacrificado, diciendo:
“He manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me
diste” (Juan 17:6)
“Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreció, porque no
son del mundo, como tampoco yo soy del mundo” (Juan 17:14)
No Son del Mundo, como Tampoco Yo Soy del Mundo
“Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no
sois del mundo, por eso el mundo os aborrece” (Juan 15:19)
Los hijos de Dios hemos aprendido, y seguiremos aprendiendo, la Palabra de Dios con nuestra
propia vida. Ciertamente, el alma que no se ha convertido del mundo a Cristo, aborrece la
Verdad de Cristo, le molesta la luz, pues está en tinieblas.
Si a los pecadores les habláramos de las cosas en las que se divierten, se entretienen, pasan su
tiempo, entonces su espíritu se siente cómodo, no se irritan, hasta participan animadamente.
Pero no ocurre lo mismo cuando le hablamos del evangelio que predicó Jesús, para que se
arrepientan.
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Durante su Ministerio, Jesús fue apedreado varias veces. En este tiempo al igual que antes,
siguen apedreándole, lo siguen crucificando, pues aborrecen su Palabra, la Palabra de Dios (que
es el mismo Jesucristo, que en el principio era el verbo, de acuerdo a Juan 1:1):
“Tomaron entonces piedras para arrojárselas; pero Jesús se escondió y salió del
templo” (Juan 8:59)
“Entonces los judíos volvieron a tomar piedras para apedrearle. Jesús les respondió:
Muchas buenas obras os he mostrado de mi Padre; ¿por cuál de ellas me
apedreáis?”(Juan 10:31-32)
Jesús enseñó a sus discípulos, la forma en que conocerían las cosas que
provienen de la luz, y las cosas que provienen de las tinieblas (del mundo,
del hombre pecador). Les dijo:
“Lo que no es conmigo, contra mí es” (Lucas 11:23)
Al decir, lo que no es conmigo, nos está diciendo que tengamos mucho cuidado con lo que vemos,
con lo que oímos y con lo que compartimos(incluyendo en las Redes Sociales), pues solo hay dos
reinos: el de Dios, y el de las Tinieblas.
Solo Hay Dos Reinos: El de Dios, y el de las Tinieblas
Si lo que vemos u oímos, no edifica para salvación o santificación, es decir, para asegurar la vida
eterna, es
mejor no seguir esa senda, pues, Dios
es santo.
La Santidad Conviene a Tu Casa:
El mundo está entretejido como una red o tela de arañas, por muchos tipos de ídolos, y no
despertamos a entender el juego de las tinieblas. Hay ídolos en la música (incluye la
“cristiana”), en el deporte, en las artes, en la ciencia, en cualquier tipo de pasatiempo (o pierdetiempo).
Dios es categórico, y lo dejó por escrito en Su Palabra (Segundo Mandamiento de la Ley de
Dios):
“No tendrás a dioses ajenos delante de mí. No te harás imagen, ni ninguna
semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas
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debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy
Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los
hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y hago
misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos”
(Éxodo 20:4-5)
“No os volveréis a los ídolos, ni haréis para vosotros dioses de fundición”
(Levítico 19:4)
“No haréis para vosotros ídolos, ni escultura, ni os levantareis estatua, ni
pondréis en vuestra tierra piedra pintada para inclinaros a ella; porque yo soy
Jehová vuestro Dios” (Levítico 26:1)
Lo que es para Israel, es para TODOS: Dios es UNO:
“Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu
corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas” (Deuteronomio 6:4-5)
Hoy, las estatuillas de los ídolos la podrán fabricar de plástico u otro material, y la podrán
comprar en cualquier establecimiento, con figuras de estrellas del deporte, del arte, del cine,
etc., pero el hombre pecador sigue llenando su casa de esas estatuillas y/o imágenes, que son
idolatría, y la Palabra de Dios dice que:
“La santidad conviene a tu casa” (Salmo 93:5)
Si no cree que la santidad conviene a tu casa, mira entonces porque Dios
nos dejó el ejemplo de Jacob cuando recogió todas las estatuillas de ídolos
de su casa, y las enterró debajo de un árbol (una encina, Génesis 35:4).
Como resultado de esa acción de Jacob, Jehová lo bendijo, y le cambio el
nombre por Israel:
“Entonces Jacob dijo a su familia y a todos los que con él estaban:
Quitad los dioses ajenos que hay entre vosotros, y limpiaos, y
mudad vuestros vestidos” (Génesis 35:2)
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“Apareció otra vez Dios a Jacob, cuando había vuelto de Padamaram, y le bendijo. Y le dijo Dios: Tu nombre es Jacob; no se
llamará más tu nombre Jacob, sino Israel será tu nombre; y llamó su
nombre Israel” (Génesis 35:9-10)
La Santidad Conviene a Tu Casa
Si quieres hacer una prueba de santidad, puedes hacer lo siguiente:
-
Calcula cuantas horas a la semana el hombre de pecado, junto a su familia, la dedica al
estudio de la Palabra de Dios, y a honrarla, poniéndola por obra:
“Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las
repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando
por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes” (Deuteronomio 6:6-7)
-
Compara el tiempo que junto a su familia le dedica a la(s) actividad(es) de donde
provienen esas imágenes y/o estatuillas (dioses falsos, modernos).
-
Si es menor el tiempo dedicado a Dios y a predicar el Evangelio de Cristo, que a las
actividades y deleites del mundo, entonces su dios es su pasatiempo, pues:
Donde está tu tesoro, hay esta tu corazón, y de la abundancia del
corazón, habla la boca, dicen las Sagradas Escrituras.
El Espíritu Santo nos enseña que Satanás es el mismo engañador de siempre, que opera en cada
época con astucia para mantener al hombre pecador apartado de la Ley de Dios, en
desobediencia, distraído o tibio en la Obra de Dios. Es padre de mentira y es hábil en cambiarse
el nombre y el aspecto: La serpiente antigua, Belcebú, diablo, dragón, bestia, etc…
”Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se
llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero”
(Apocalipsis 12:9)
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Si no lo cree, pídale a Dios que le perdone su pecado por ignorancia, y que le quite el velo, y que
por medio de su Santo Espíritu se lo revele.
Por esto es que el Espíritu Santo nos dice por medio del Apóstol Pablo:
“No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿Qué
compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión
la luz con las tinieblas?” (2 Corintios 6:14)
No hay Comunión entre la Luz y las Tinieblas
Cuando citamos los textos bíblicos(y Jesús es el verbo, la Palabra), y es el Espíritu Santo quien
habla por nuestros labios, los que no tienen el Espíritu de Dios, sino que tienen el espíritu
del mundo, rechazan la Palabra de Dios, simplemente no la aceptan(y muchos de ellos dicen
llamarse cristianos). De ahí que Nuestro Señor Jesús les dijo a sus discípulos:
“Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen” (Juan 10:14)
Una vez somos apartados por Dios, cuando creemos en su Hijo Jesucristo, somos hechos Hijos de Dios:
“Más a todos los que le recibieron, los que creen en su nombre, les dio
potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre,
ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios” (Juan 1:12-13)
Y Ciudadanos del Reino de los Cielos:
“Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los
santos, y miembros de la familia de Dios” (Efesios 2:19)
Jesús mismo dijo a Pilato que su reino no era de este mundo:
“Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo,
mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los
judíos; pero mi reino no es de aquí” (Juan 18:36)
El Reino de Nuestro Señor Jesucristo No es de este Mundo
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(II) ¿Qué es santificarse, cómo somos santificados?
Como el reino al que pertenecemos los santos no es de este mundo, los apartados por
Dios, ya no pertenecen al mundo, por lo que se santifican cada día hasta que regresen a
las moradas celestiales.
Pero alguno preguntará: ¿Qué es santificarse? Veamos que dice la Palabra de Dios al respecto:
“Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad” (Juan 17:17)
En 1ra de Pedro 1:22, nos enseña que los santos son los que tienen el alma purificada por obediencia a
la verdad por medio del Espíritu Santo.
Y vemos, que Jesús orando al Padre le pide que los que fueron apartados del mundo, los santos, los
santifique por medio a la verdad, y que su Palabra, es verdad. También las Sagradas Escrituras dicen:
“¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar tu palabra” (Salmo 119:9)
Pero vimos además, que:
“Santo es el que guarda los mandamientos de Dios y la fe de Jesús”
(Apocalipsis 14:12)
Todo esto nos lleva a los primeros pasos de la santidad: Al
Nuevo Pacto.
- El Nuevo Pacto:
“Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré
de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Y pondré
dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis
mis preceptos, y los pongáis por obra” (Ezequiel 36:26-27)
Sin el Nuevo Pacto, fuese imposible caminar en santidad, o santificarse cada día, pues solamente el
Espíritu Santo puede llevarnos a toda justicia y verdad:
“He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la
casa de Israel y con la casa de Judá” (Jeremías 31:31)
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10. Mission Israel Mehanaim
”Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días,
dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a
ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo” (Jeremías 31:33)
No hay forma de que el hombre por si solo pueda regenerar su corazón: Limpiarlo de maldad, avaricia,
codicia, mentira, egoísmo, malos deseos, inmundicias.
De lo anterior, viene el Nuevo Nacimiento: Es necesario nacer de nuevo para poder recibir el Espíritu
Santo, para que nos limpie de todo lo que nos aparta de Dios.
- El Nuevo Nacimiento: Dos Bautismos
Veamos que dice Nuestro Señor Jesús a un sacerdote judío llamado Nicodemo:
“De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el
reino de Dios” (Juan 3:3)
Y le continúa diciendo:
“De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no
puede entrar en el reino de Dios” (Juan 3:5)
De aquí viene la obediencia a los mandamientos de Dios, lo que nos santifica, pues el Señor dejó
establecido dos bautismos para poder entrar al reino de los cielos:
o
El Bautismo de agua o de Arrepentimiento.
El mismo Jesús se bautizó, sin necesitarlo, pues era santo, pero lo hizo
para dejar el ejemplo:
“Entonces Jesús vino de Galilea a Juan al Jordán, para ser bautizado por
él. Mas Juan se le oponía, diciendo: Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y
tú vienes a mí? Pero Jesús le respondió: deja ahora, porque así conviene
que cumplamos toda justicia. Entonces le dejó” (Mateo 3:13-15)
o
El Bautismo de Fuego o del Espíritu Santo.
Juan el Bautista dijo a los fariseos, y a sus seguidores:
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“Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que
viene tras mí, cuyo calzado no soy digno de llevar, es más poderoso que
yo; él os bautizará con Espíritu Santo y Fuego” (Mateo 3:11)
“Yo bautizo con agua; mas en medio de vosotros está uno a quien
vosotros no conocéis…Y yo no le conocía; pero el que me envió a
bautizar con agua, aquel me dijo: Sobre quien veas descender el
Espíritu y que permanece sobre él, ése es el que bautiza con el Espíritu
Santo” (Juan 1:26, 33)
Y Jesús mismo fue bautizado por Juan el Bautista, aunque él era Santo y no tenia de que arrepentirse,
pero lo hizo para toda justicia. Esto es, si él que era el mismo Dios se bautizaba, su ejemplo lo deben
seguir los que quieran santificarse: aceptar que somos pecadores y recibir el bautismo en agua para
comenzar a caminar en santidad con nuestro Señor y Salvador Jesús, que es santo.
El bautismo de arrepentimiento, es la primera señal de obediencia, y todo santo la ejecuta cuando
reconoce que le ha fallado a Dios; el no cumplir con este mandamiento, nos aparta de la voluntad de
Dios: El bautismo en agua es una decisión individual de cada persona que se arrepiente de sus pecados.
El bautismo en agua es una decisión individual de
cada persona que se arrepiente de sus pecados
¿Cómo sabemos si estamos en el Camino de la Santidad?
o
Características de los que se santifican:
1) Son íntegros:
“Para los santos que están en la tierra, y para los íntegros, es toda
mi complacencia” (Salmo 16:3)
“Jehová, ¿Quién habitará en tu tabernáculo? ¿Quién morará en tu
monte santo? El que anda en integridad y hace justicia, y habla
verdad en su corazón” (Salmo 15:1-2)
2) Son fieles:
“Amad a Jehová, todos vosotros sus santos; a los fieles guarda
Jehová” (Salmo 31:23)
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3) Son Justos, como Cristo es Justo:
“Más vosotros negasteis al Santo y al Justo, y pedisteis que se os
diese un homicida” (Hechos 3:14)
“Porque Herodes temía a Juan, sabiendo que era varón justo y
santo” (Marcos 6:20)
4) Son Aborrecedores del Mal:
“Los que amáis a Jehová, aborreced el mal; el guarda las almas de
sus santos; de manos de los impíos los libra” (Salmo 97:10)
5) Son Temerosos de Dios, nada les falta:
“Temed a Jehová, vosotros sus santos, pues nada falta a los que le
temen” (Salmo 34:9)
6) Son limpios y rectos de Corazón, los que verán el rostro de Dios:
“¿Quién subirá al monte de Jehová? ¿Y quién estará en
su lugar santo? El limpio de manos y puro de corazón; el
que no ha elevado su alma a cosas vanas, ni jurado con
engaño” (Salmo 24:3-4)
“Porque Jehová ama la rectitud, y no desampara a sus santos. Para
siempre serán guardados; más la descendencia de los impíos será
destruida” (Salmo 37:28)
“Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos
verán a Dios” (Mateo 5:8)
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(III) ¿Quién es el que nos santifica?
o
Dios es el que santifica, no el hombre, y por la Biblia podemos probarlo:
1) En el Principio, en la creación, santificó el Séptimo Día (Shabbat o
Sábado/Reposo):
“Fueron, pues, acabados los cielos y la tierra, y todo el ejercito de
ellos. Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el
día séptimo toda la obra que hizo. Y bendijo Dios al día séptimo,
y lo santificó, porque en el reposó de toda la obra que había
hecho en la creación” (Génesis 2:1-3)
2) Israel, Pueblo apartado por Jehová, Cuna de Jesucristo:
“Porque tú eres pueblo santo para Jehová tu Dios; Jehová tu Dios
te ha escogido para serle un pueblo especial, más que todos los
pueblos que están sobre la tierra” (Deuteronomio 7:6)
3) El Nombre de Dios, Jehová, es santo:
“Alaben tu nombre grande y temible; él es santo” (Salmo 99:3)
“Bendice, alma mía, a Jehová, y bendiga todo mi ser su santo
nombre” (Salmo 103:1)
“Gloriaos en su santo nombre; alégrese el corazón de los que
buscan a Jehová” (Salmo 105:3)
4) Cristo Jesús, Hijo de Dios, santificado por Dios:
“¿Al que el Padre Santificó y envió al mundo, vosotros decís: Tú
blasfemas, porque dije: Hijo de Dios soy?” (Juan 10:36)
5) Jerusalén, Ciudad Santa, apartada por Dios, para ser lugar del sacrificio y
resurrección de Cristo Jesús:
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14. Mission Israel Mehanaim
“Y él tendrá una tribu por amor de David mi siervo, y por amor a
Jerusalén, ciudad que yo he elegido de todas las tribus de Israel”
(1 Reyes 11:32)
“Despierta, despierta, vístete de poder, oh Sion; vístete tu ropa
hermosa, oh Jerusalén, ciudad santa; porque nunca más vendrá a
ti incircunciso ni inmundo” (Isaías 52:1)
Entonces, ¿Quién es el que Santifica?: El Espíritu Santo es el que santifica.
El Espíritu Santo es el que Santifica
Hay hombres que fueron hechos “santos” por ordenanzas de hombres, incluso
hay un día en el año que fue “santificado” por ordenanza de un hombre: El
Viernes Santo.
Aquel que decretó ese día como santo, quiso quitarle la santidad al séptimo día.
Pero a Dios, nadie lo toma por sorpresa, pues ya proféticamente, esto Jehová lo
había advertido:
“Dijo así: La cuarta bestia será un cuarto reino en la tierra, el cual será
diferente de todos los otros reinos, y a toda la tierra devorará, trillará y
despedazará” (Daniel 7:23)
Y continúa diciendo acerca de ese imperio que es el de Roma:
“Y hablará palabra contra el Altísimo, y a los santos del Altísimo
quebrantará, y pensará en cambiar los tiempos y la ley…” (Daniel 7:25)
Pensará en Cambiar los Tiempos y la Ley
La santidad del séptimo día es Ley, es un decreto del Rey de Reyes y Señor de
Señores, el Leon de la Tribu de Judá, que cuando decreta o santifica, no vuelve
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15. Mission Israel Mehanaim
atrás, pues es Dios que habita en la eternidad, y no es hijo de hombre para
arrepentirse.
Esta Ley, de acuerdo al Nuevo pacto, la tenemos escrita en nuestra mente y en
nuestro corazón. En resumen, es el Espíritu Santo morando en nosotros:
“He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto
con la casa de Israel y con la casa de Judá” (Jeremías 31:31)
“Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos
días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón;
y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo” (Jeremías 31:33)
Aquí nos habla de un Nuevo Pacto para las dos Casas:
o La Casa de Israel, liderada por Moisés con la Ley escrita en Tablas de
Piedra, por el propio dedo de Dios: El Espíritu Santo morando entre el
pueblo.
o Y la Casa de Judá, liderada por Jesucristo, con la Ley escrita en las Tablas
de nuestros Corazones, adquirida por Gracia por medio de la fe (la fe en
Jesucristo, nombre sobre todo nombre): El espíritu Santo morando en
Nosotros.
Por el nuevo pacto sabemos que el Señor Jesús nunca instruyó a sus
discípulos a restar santidad al Día del Señor, el Séptimo Día:
Ratificado en el Antiguo Testamento:
“Si retrajeres del día de reposo tu pie, de hacer tu
voluntad en mi día santo” (Isaías 58:13)
Ratificado en el Nuevo Testamento, con su muerte y Resurrección:
“Y vueltas, prepararon especias aromáticas y ungüentos;
y descansaron el día de reposo, conforme al
mandamiento” (Lucas 23:56)
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16. Mission Israel Mehanaim
El Evangelio de Lucas registra que: Descansaron el día de
reposo, conforme al mandamiento.
Descansaron el día de Reposo (Shabbat), conforme al Mandamiento
Más, sin embargo, el día que Dios santificó desde la creación, antes que fuera
dada la Ley a Moisés, (el Séptimo día, el Shabbat o Reposo), y nos ha pedido que
lo guardemos para santificarlo (Cuarto Mandamiento):
“Acuérdate del día de reposo para santificarlo” (Éxodo 20:8)
Este día es cuestionado por los intérpretes de la Gracia, los religiosos que no se
dejan redargüir por el Espíritu Santo:
La Palabra de Dios vino para ser Revelada por el Espíritu
Santo, no para ser interpretada por los hombres.
La interpretación de la Palabra de Dios, y no la Revelación por
el Espíritu Santo, es lo que engendra religiones,
denominaciones, y sectas religiosas.
Pero, es herejía y blasfemia querer imputar al hombre la obra del Espíritu Santo:
la santificación:
“Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros,
hermanos amados por el Señor, de que Dios haya escogido desde el
principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe
en la verdad” (2 Tesalonicenses 2:13)
Jesús mismo declaró acerca de este terrible pecado, como el único que no será
perdonado:
“Por tanto os digo: Todo pecado y blasfemia será perdonado a los
hombres; mas la blasfemia contra el Espíritu no les será
perdonada” (Mateo 12:31)
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(IV)¿Cuáles señales bíblicas nos indican que andamos
en santidad, que veremos a Dios, que nuestra alma no se
perderá?
o
Perfil de los Santos:
1) Son guiados por el Espíritu Santo. Los santos, como hijos de Dios, son
guiados por el Espíritu de Dios, para no ser arrastrados por la corriente del
mundo y a fuegos extraños; no comulgan con las distracciones, con los deleites,
ni con los deseos de la carne y de los ojos, que engendran pecados como lo son
la vanidad, el orgullo, la envidia, el egoísmo, las borracheras :
“Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos
son hijos de Dios” (Romanos 8:14)
2) Sus Oraciones son escuchadas por Dios:
“Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro seres vivientes y los
veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero; todos
tenían arpas, y copas de oro llenas de incienso, que son las
oraciones de los santos” (Apocalipsis 5:8)
“Y de la mano del ángel subió a la presencia de Dios el humo del
incienso con las oraciones de los santos” (Apocalipsis 8:4)
3) Guardan los Mandamientos de Dios y la fe de Jesús: En el Nuevo
Pacto, Dios talló sus mandamientos en nuestros corazones, y sacó de nosotros
el espíritu del mundo, y puso en nosotros su Santo Espíritu, lo que permite a los
Santos caminar en la perfecta voluntad de Dios:
“Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los
mandamientos de Dios y la fe de Jesús” (Apocalipsis 14:12)
Sin el Espíritu Santo seriamos simple religiosos, no creyentes en nuestro Señor
Jesucristo, por lo que no serían en nosotros visibles las Señales que el Señor le
indicó a sus discípulos. Jesús les dijo:
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18. Mission Israel Mehanaim
“El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no
creyere, será condenado. Y estas señales seguirán a los que creen:
En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas;
tomarán en las manos serpientes; y si bebieren cosa mortífera, no
les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos y sanarán”
(Marcos 16:16-18)
Jesús fue categórico, esas señales solamente seguirán a los que creen, y
en verdad nos siguen:
1) Hablamos nuevas lenguas,
2) En Su nombre echamos fuera demonios,
3) Y sobre los enfermos ponemos las manos y sanan.
De acuerdo a Jesús: Esas señales solamente seguirán a los que creen
Un Dios Santo, Un Pueblo Santo
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19. Mission Israel Mehanaim
Conclusión: Los Santos verán el rostro de Dios.
La Palabra de Dios establece, que Dios es santo, por lo que los que habitarán con él serán los
santos, un pueblo santo:
A) Manifestado en Su Palabra, La Palabra de Dios:
o “Porque eres pueblo santo a Jehová tu Dios, y Jehová te ha escogido
para que le seas un pueblo único de entre todos los pueblos que están
sobre la tierra”(Deuteronomio 14:2)
o “Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a
Dios”(Mateo 5:8)
o “¿Quién subirá al monte de Jehová? ¿Y quién estará en su lugar santo?
El limpio de manos, y puro de corazón; el que no ha elevado su alma a
cosas vanas, Ni jurado con engaño” (Salmo 24:1-4)
B) Manifestado en nuestra Obediencia a Su Palabra, La Palabra de Dios:
o Todos los Santos hemos recibido los dos bautismos, y por esa razón,
sabemos que lo que dice nuestro Señor Jesús es cierto, y se cumple.
o Los santos son los que creen y practican el evangelio completo. Las
religiones le quitan y le ponen a la Palabra de Dios, aun hasta la
cuestionan, pues no se han convertido a Cristo. Por lo que el Señor Jesús
dice:
“Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía,
Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y
de las cosas que están escritas en este libro” (Apocalipsis 22:19)
Por lo que reitera:
“Y el que es santo, santifíquese todavía” (Apocalipsis 22:11)
El que es santo, santifíquese todavía
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