3.
El Levantamiento de los Bóxer conocido en China como
el «Levantamiento Yihétuán» fue un movimiento contra
la influencia comercial, política, religiosa y tecnológica
foránea en China durante los últimos años del siglo
XIX, desde noviembre de 1899 hasta el 7 de
septiembre de 1901. Para agosto de 1900, cerca de 230
extranjeros, miles de chinos cristianos, un número
desconocido (entre 50 000 y 100 000) de rebeldes, sus
simpatizantes y otros chinos habían muerto en la
revuelta y su represión.
¿Qué es la revolución de
los Bóxer?
4. Guerras y tratados desiguales
En 1840 estalló la Primera Guerra del Opio entre Reino
Unido de Gran Bretaña e Irlanda y China. Ésta y la Segunda
Guerra del Opio fueron libradas debido a las disputas sobre
el comercio del opio en China, en tanto la corte imperial de
Pekín trataba de prohibir dicho tráfico.
Antecedentes
5. En el año 1895 China fue severamente derrotada en una guerra contra
Japón. El enfrentamiento, particularmente violento, se saldó con la pérdida
de las islas Pescadores y Formosa, además del pago de fuertes
indemnizaciones y concesiones comerciales a los vencedores. Todo esto se
tradujo en una importante crisis económica en todo el país, así como en una
humillación nacional ante una nación vecina que se
había occidentalizado velozmente.
Movimiento antioccidental
El levantamiento popular fue impulsado por un grupo
conocido como los Yihétuán, un grupo que se opuso
inicialmente a la dinastía manchú de los Qing pero
más tarde se reconcilió con ella y se concentró en el
norte del país, donde las potencias europeas habían
comenzado a exigir concesiones
territoriales, ferroviarias y mineras.
En noviembre de 1897, el Imperio Alemán respondió a
la muerte de dos misioneros en la provincia
de Shandong apoderándose del puerto de Qingdao. Al
mes siguiente, una escuadra rusa tomó posesión
de Lüshun, en el sur de Liaoning. Reino Unido y
Francia les siguieron, tomando posesión
de Weihai y Zhanjiang, respectivamente.
Guerra China -
Japón
6.
Existe cierta controversia en la China actual acerca de lo que fueron
y significaron los disturbios de 1898–1901. Mientras que algunas
fuentes la consideran una rebelión o desorden, términos que
poseen un sentido negativo en la lengua china, otros consideran
que fue un movimiento patriótico en contra de las continuas
ofensas extranjeras, por lo que prefieren el término
levantamiento, de carácter más positivo. El actual gobierno de
la República Popular China se decanta por esta última opción y
considera los sucesos como producto de un movimiento patriótico.
En enero de 2006, el suplemento semanal Freezing
Point, perteneciente al periódico China Youth Daily, fue
clausurado por incluir un ensayo de Yuan Weishi (profesor de
Historia de la Universidad de Zhongshan) en el que se criticaba el
tratamiento que se daba en las escuelas chinas a la rebelión bóxer y
las relaciones entre China y los poderes extranjeros en general
durante el siglo XIX.
Controversia en la China
actual
7.
Los bóxer (“boxeador”, “púgil”) constituían una sociedad
secreta con connotaciones políticas, practicantes de artes
marciales. Su objetivo era expulsar a los extranjeros de China.
En 1899 emprendieron una campaña de terror por el norte del
país que, inicialmente, se dirigió contra misioneros cristianos.
En 1900 estalló la rebelión en Pekín contra los extranjeros y las
legaciones internacionales. La revuelta fue atajada por la acción
militar combinada de diversas potencias:
británica, francesa, japonesa, rusa, alemana y estadounidense.
La Corona China, en manos de la emperatriz Ci Xi, alentó
encubiertamente a los rebeldes; la derrota puso en tela de
juicio el papel ejercido por la dinastía manchú y precipitó su
caída en 1911, siendo proclamada la República China.
Rebelión
8. El tratado de paz establecía el compromiso del gobierno chino de ejecutar a 10
oficiales implicados en la revuelta, pagar 333 millones de dólares a los vencedores en
concepto de reparaciones de guerra a lo largo de 40 años, conceder aún más ventajas
comerciales a los extranjeros y permitir el estacionamiento de tropas por parte de
éstos entre Pekín y el Mar Amarillo, con el fin de garantizar la seguridad de las
embajadas extranjeras en la capital.
China no perdió nuevos territorios en esta ocasión debido en gran parte a que los
vencedores no terminaron de ponerse de acuerdo sobre los límites de sus zonas de
influencia y/o anexión en el futuro. En los años siguientes, la alianza se disolvió y
cada uno de sus antiguos integrantes intentó imponer su propio plan para China. Las
disputas entre Rusia y Japón en torno al dominio de Manchuria y Corea llevaron
finalmente a la Guerra Ruso-Japonesa de 1905, en la que se impusieron los nipones.
Con esta victoria, Japón aumentó aún más el prestigio internacional conseguido en las
guerras contra China y afianzó su posición como potencia hegemónica en el área, en
detrimento de Rusia. Con el fin de contrarrestar el ascenso japonés, Estados
Unidos y Gran Bretaña decidieron más tarde reducir el castigo impuesto a China,
invirtiendo gran parte de las indemnizaciones de guerra en la concesión de becas a
ciudadanos chinos y en la construcción de universidades, como la de Tsinghua. Los
pagos se reducirían o cancelarían definitivamente a lo largo de la década de los 30,
antes de lo previsto.
Consecuencias
9. Por su parte, la Dinastía Qing quedó desacreditada una vez más a ojos de
los funcionarios y el pueblo llano, aumentando entre las élites los apoyos al
establecimiento de una república. Cixi trató de frenar esto abandonando la
política conservadora que había defendido hasta entonces y realizando
múltiples reformas en sus últimos años, llegando a prometer que se
realizaría el establecimiento de un nuevo régimen constitucional en 1916.
La muerte de la emperatriz en 1908truncó estos planes, y finalmente
China se convertiría en una república tras la revolución de 1911.
Como conmemoración de su participación en esta expedición, los soldados
del 9º Cuerpo de Infantería de Estados Unidos fueron apodados
«manchúes» y añadieron la figura de un dragón imperial a su uniforme.
10.
La rebelión de los bóxers ha sido llevada en dos
ocasiones al cine. La primera fue en la película »55 días
en Pekín» (1963), realizada desde el punto de vista
occidental por el director Nicholas Ray y protagonizada
por Charlton Heston, David Niven y Ava Gardner,
entre otros. En el segundo film, »Pa kuo lien
chun» (1975), del hongkonés Chang Cheh, se toma a los
propios bóxers como protagonistas.
Los Bóxer en la ficción