3. 3
ÍNDICE
I. INTRODUCCION……………………………………………...…………… Pág. 3
II. MARCO TEORICO………………………………………………………… Pág. 4
a. PSICOSIS………………………………………………..…………. Pág. 4
b. ESQUIZOFRENIA………………………………………..………... Pág. 4
III. CAUSAS DE PICOSIS Y ESQUIZOFRENIA…………………………… Pág. 6
IV. LOCALIZACIÓN DE LA ESTRUCTURA CEREBRAL…………………. Pág. 7
V. POSTURA DE LAS DIFERENTES ESCUELAS……....................…… Pág. 9
VI. CLASIFICACIÓN……………………………………………………….… Pág. 17
a. TIPOS DE PSICOSIS…………………………..………………... Pág. 17
b. CLASES DE DELIRIOS………………………………….……… Pág. 17
c. TIPOS DE TRASTORNOS ESQUIZOFRÉNICOS………….... Pág. 18
VII. CONCLUSIONES………………………………….…………………..… Pág. 19
VIII. ANEXOS…………………………………………….………….………… Pág. 20
IX. BIBLIOGRAGIA………………………………………………..………… Pág. 22
4. 4
INTRODUCCIÓN
Se denomina esquizofrenia a un conjunto de trastornos mentales, caracterizados
por alteraciones sustanciales y específicas de la percepción, del pensamiento y de
las emociones, que comprometen las funciones esenciales que dan a la persona
normal la vivencia de su individualidad, singularidad y dominio de sí misma y
suelen, por tanto, alterar de forma muy importante la vida de las personas que las
padecen y también la de sus familiares y amigos.
La psicosis como entidad clínica psiquiátrica ha sido conceptualizada por distintos
autores durante el curso de la historia, pero hoy en día se han establecido los
límites categoriales para llegar a su diagnóstico diferencial gracias a los aportes de
las clasificaciones psiquiátricas actuales como el DSM-IV y la proporcionada por la
CIE-10. Por su parte, las distintas orientaciones psicológicas han puesto fuerte
énfasis en la explicación de las distintas manifestaciones psicóticas como el
delirio, las alucinaciones, la disociación de la conducta, entre otras, más que en
diagnósticos clasificatorios específicos.
En este trabajo encontraremos la localización de la estructura cerebral, de estas
enfermedades que como consecuencia, tiene el cambio de personalidad, conducta
de la persona quien lo padece.
5. 5
PSICOSIS Y ESQUIZOFRENIA
PICOSIS
Alejamiento de la realidad que es caracterizado por alucinaciones y delirios,
afectación de los pensamientos y las emociones y desorganización de la
personalidad.
La Psicosis refleja que la persona pierda todo contacto con las visiones
compartidas de la realidad.
EZQUIZOFRENIA
Las personas que sufren esto están fuera del contacto con la realidad lo que
significa que son psicóticas.
Muchas sufren de alucinaciones, mejor dicho falsas percepciones sensoriales que
suelen adoptar formas de voces que no existen; es frecuente que tengan delirios
que son creencias falsas acerca de la realidad sin fundamento aparente; lo cual
distorsiona su relación con su entorno y otras personas.
Generalmente los delirios que presentan son paranoides, es decir tienen la
creencia constante de que alguien les hará daño; tal vez piensen que un médico
va a matarlos o que reciben mensajes por radio de alienígenas que invaden
nuestro planeta.
Consideran su propio cuerpo, así como al mundo exterior, como hostil y extraño,
estos pensamientos dan lugar a conductas autodestructivas, incrementando el
riesgo de suicido.
Durante una parte significativa del tiempo desde el inicio del trastorno, el nivel de
funcionamiento en uno o más ámbitos principales, como el trabajo, las relaciones
interpersonales o el cuidado personal, está muy por debajo del nivel alcanzado
antes del inicio (o cuando comienza en la infancia o la adolescencia, fracasa la
consecución del nivel esperado de funcionamiento interpersonal, académico o
laboral).
Los signos continuos del trastorno persisten durante un mínimo de seis meses.
Este período de seis meses ha de incluir al menos un mes de síntomas (o menos
si se trató con éxito) que cumplan síntomas de fase activa y puede incluir períodos
de síntomas prodrómicos o residuales.
6. 6
Se han descartado el trastorno esquizoafectivo y el trastorno depresivo o bipolar
con características psicóticas porque no se han producido episodios maníacos o
depresivos mayores de forma concurrente con los síntomas de fase activa, o 2) si
se han producido episodios del estado de ánimo durante los síntomas de fase
activa, han estado presentes sólo durante una mínima parte de la duración total de
los períodos activo y residual de la enfermedad.
El trastorno no se puede atribuir a los efectos fisiológicos de una sustancia (p. ej.,
una droga o medicamento) o a otra afección médica. Si existen antecedentes de
un trastorno del espectro del autismo o de un trastorno de la comunicación de
inicio en la infancia, el diagnóstico adicional de esquizofrenia sólo se hace si los
delirios o alucinaciones notables, además de los otros síntomas requeridos para la
esquizofrenia, también están presentes durante un mínimo de un mes (o menos si
se trató con éxito).
CAUSAS DE PICOSIS Y ESQUIZOFRENIA
Causas de la Esquizofrenia
Componente Genético
Las personas que sufren de esquizofrenia tienen mayor probabilidad que otras de
tener hijos con este trastorno, aunque sus hijos hayan vivido con padres adoptivos
desde el inicio de su vida. Y si un gemelo idéntico sufre de esquizofrenia, la
probabilidad de que el otro gemelo también la desarrolle es del 50 por ciento.
Estudios indican que puede heredarse una predisposición biológica a la
esquizofrenia. La investigación sugiere que parte de del problema se relaciona con
una falla en la regulación de la Dopamina en el SNC, lo que da como resultado la
acumulación excesiva de este neurotransmisor en regiones criticas del encéfalo.
Otras investigaciones sugieren que la patología en diversas estructuras del
encéfalo participa en el inicio de la esquizofrenia por ejemplo estos pacientes
presentan los ventrículos más alargados. Como los ventrículos más grandes se
observan por lo común en casos crónicos o de largo plazo de esquizofrenia, los
investigadores suponen que los ventrículos se agrandan en el curso de la
enfermedad a medida que se degeneran alrededor de las cavidades.
7. 7
El entorno
El creciente riesgo de desarrollar esquizofrenia podría iniciar al nacer o incluso
antes. Las Mujeres se quedan expuestas al virus de la influencia o la rubeola
durante la mitad del embarazo da a luz a hijos que tienen más probabilidad de
volverse esquizofrénicos.
La Desnutrición durante el embarazo y las complicaciones durante el parto pueden
tener repercusiones similares.
Un trauma psicológico temprano, un daño o choque psicológico podrían aumentar
el peligro, con frecuencia las víctimas.
Química del cerebro
Las anfetaminas, el LSD, los PCP y drogas similares producen efectos que imitan
en parte los síntomas de esquizofrenia.
LOCALIZACIÓN DE LA ESTRUCTURA CEREBRAL
Áreas del cerebro afectadas por la esquizofrenia
Según el Instituto Nacional de Salud Mental, aproximadamente un 1 por ciento de
la población de los Estados Unidos es diagnosticado con esquizofrenia. La
esquizofrenia no tiene una causa exacta conocida, pero se clasifica como un
trastorno cerebral que afecta el equilibrio de la concentración de
neurotransmisores en los sistemas de dopamina, glutamato y serotonina. Los
síntomas que se presentan en el trastorno pueden ser positivos, lo que significa
psicosis, o negativos, que quiere decir que afectan a las emociones y el
comportamiento. Las áreas principales del cerebro que están implicadas en la
esquizofrenia son el prosencéfalo, el metencéfalo y el sistema límbico.
Prosencéfalo
El prosencéfalo es la porción superior y más grande del cerebro e incluye los
hemisferios cerebrales que se dividen en cuatro lóbulos: el sistema límbico, el
tálamo, el hipotálamo y el cuerpo calloso. En conjunto, el prosencéfalo sirve para
controlar la cognición (el proceso de pensar, saber, aprender y juzgar), las
funciones sensoriales y motoras, la regulación de la temperatura, la reproducción,
el hambre, el ciclo de sueño y la expresión emocional. Se encuentra dentro del
8. 8
lóbulo frontal donde ocurre la organización de pensamientos sesgados, lo que
crea las ideas ilusoria que son un síntoma común positivo de la esquizofrenia. Es
también en este lóbulo que los impactos de la sobre estimulación de dopamina
disminuyen el glutamato y la actividad neural. El lóbulo temporal regula la audición
y el reconocimiento facial y de objetos. Cuando se produce la esquizofrenia, el
proceso del lóbulo temporal se distorsiona y eso tiene como resultado
alucinaciones auditivas y visuales.
Metencéfalo
El metencéfalo incluye el puente troncoencefálico, la médula y el cerebelo y sirve
para controlar la actividad motora, la postura, el equilibrio y la circulación de la
sangre. Es la porción inferior del cerebro; cuando la esquizofrenia se presenta
debida a que esta parte está afectada se observan síntomas negativos de
movimiento abrupto y señales inapropiadas de lenguaje corporal. Además, se
aprecian comportamientos catatónicos en el caso de la esquizofrenia severa que
se caracterizan por la postura rígida, la actividad motora sin rumbo y la
disminución de las reacciones ante las señales del medio ambiente.
El sistema límbico
El sistema límbico es un conjunto de sistemas cerebrales entre los que se incluyen
el hipocampo y la amígdala cerebral. Este sistema se encuentra en la parte más
recóndita del cerebro y sirve para regular las emociones, los recuerdos, el
aprendizaje y el comportamiento sexual. En un cerebro afectado por la
esquizofrenia esto produce un aplanamiento afectivo, que se considera un síntoma
negativo del trastorno. Además, la disfunción de esta porción del cerebro produce
comportamientos desorganizados que impiden la interacción social normal,
acciones bizarras y preocupación por el contenido sexual inadecuado.
9. 9
POSTURAS DE LAS DIFERENTES ESCUELAS DE PSICOSIS Y
ESQUIZOFRENIA
PSICOSIS
La investigación de Freud se dedicó a la intelección de las neurosis, no por ello las
psicosis fueron dejadas fuera de su campo de interés. Freud a partir del
conocimiento que obtuvo en el tratamiento de las neurosis, mucho que decir
acerca de las psicosis. El conocimiento que obtuvo mientras se acercaba a las
neurosis formó una base 1) para suponer también un conflicto intrapsíquico y no
precisamente una alteración orgánica subyacente y 2) para inteligir diversos
elementos teóricos aproximados sobre esos procesos responsables de la
acusación de la psicosis.
La psicosis en Freud se remite también, como en la neurosis, a un conflicto
psíquico. Al respecto nos dice en el Manuscrito H:
Una vez que la representación obsesiva se ha reconducido a una
perturbación afectiva, y se ha demostrado que debe su intensidad a un
conflicto, es forzoso que la representación delirante caiga bajo la misma
concepción; por tanto, también ella es la consecuencia de unas
perturbaciones afectivas y debe su intensidad a un proceso psicológico.
(Freud, 1993/1895, págs. 246-247)
Antes de 1923 había formulado varias aproximaciones al entendimiento de las
formaciones psicóticas (paranoia, amentia alucinatoria, melancolía, etc.), sin
embargo, la adopción de la segunda tópica del aparato psíquico representa un
cambio: ahora el conflicto podía ser explicado entre unas instancias psíquicas
particulares.
El yo y el ello, Freud expone la idea de los vasallajes del yo. Según lo plantea, el
yo debe responder ante las exigencias de tres amos: el ello, el superyó y el mundo
exterior. Por medio de este presupuesto básico, que sólo fue posible después de
haber reformulado el aparato psíquico, Freud logra dar cuenta de los
padecimientos psíquicos como resultados de la alteración de los lazos del Yo con
cualquiera de sus tres vasallajes.
En Neurosis y psicosis de 1923, Freud sigue dando un papel etiológico a la
frustración, es decir, a la imposibilidad de cumplir los deseos (pulsionales) durante
la infancia para el estallido de todos los tipos de psiconeurosis. Dice también que
dicha frustración siempre es externa. Sin embargo, establece que el fenómeno
patológico, esto es, la institución de una psicosis en vez de una neurosis, o
10. 10
viceversa, depende de la forma en que el yo responda ante la tensión conflictiva
con cualquiera de sus tres vasallajes. De esta forma las neurosis de transferencia
serían explicadas por un conflicto del yo con el ello, en el cual el primero, al
servicio del superyó, reprime unas fuerzas pulsionales incompatibles con la
demanda del mundo exterior. En la psicosis, el yo responde de otra forma: es
avasallado por el ello (las fuerzas pulsionales) y cancela su vínculo con la realidad.
Sobre las formaciones delirantes, el delirio es colocado allí donde la realidad fue
dolorosa, como si fuese un parche. De esta forma el delirio sigue teniendo una
función de reconstrucción para Freud.
También afirmo que el papel del superyó no es aún sabido por él en ese momento.
Finalmente, deja abierta la pregunta por el mecanismo propio de la psicosis para
desasirse del mundo exterior, que más tarde llamará la desmentida.
Como vemos, la Neurosis y psicosis Freud reserva la pérdida de la realidad sólo
para la explicación de la psicosis. No obstante, más adelante la adoptará también
para la explicación de las neurosis.
Un año después, en el artículo La pérdida de la realidad en la neurosis y la
psicosis Freud refina las elucidaciones sobre la alteración del vínculo con la
realidad en la psicosis, y da también un lugar a la pérdida de la realidad en la
neurosis. Es importante anotar que aún no ha abandonado el hecho de que lo
decisivo en la neurosis es la hiperpotencia del influjo objetivo, y en la psicosis la
hiperpotencia del ello.
Hasta el momento “La pérdida de realidad estaría dada de antemano en la
psicosis; en cambio, se creería que la neurosis la evita”, Freud comienza a
cuestionar tal supuesto y dice que en toda neurosis hay una pérdida del vínculo
del sujeto con la realidad, explicación susceptible de abordar en otro escrito.
Freud plantea que, tal como sucede en la neurosis, se dan dos pasos: 1) el yo es
arrancado de la realidad y 2) el yo intenta reparar el vínculo con la realidad
sustituyéndola por otra nueva, más soportable que la primera. El primer paso
expresa el conflicto existente entre el yo y la realidad en la psicosis. El segundo
paso establece una diferencia entre la psicosis y la neurosis, ya que después de
que en esta última se afloja el vínculo con un fragmento de la realidad, no se
intenta restituir completamente una realidad nueva, sino que el deseo de sustituir
la realidad se da sólo en la fantasía. Otra diferencia residiría en que en la neurosis
no intervienen los fenómenos de la alucinación (percepciones acordes con la
nueva realidad).
11. 11
A pesar de todo, el intento de reparación del nexo con la realidad no es exitoso. La
nueva realidad creada es siempre inadaptable. La distinción principal entre
neurosis y psicosis queda plasmada en el siguiente fragmento:
“la neurosis no desmiente la realidad, se limita a no querer saber nada de
ella; la psicosis la desmiente y procura sustituirla.” (Freud, 1993/1924: pág.
195).
Freud deja abierta la posibilidad de que en la psicosis también se recurra a la
fantasía como material para la nueva realidad sustituta.
Por último, Freud plantea que en la psicosis la realidad es reconstruida a partir de
los fragmentos del vínculo que el sujeto había tenido con la realidad hasta el
momento (huellas mnémicas, representaciones, juicios obtenidos).
En 1938, Freud escribe su texto La escisión del yo en el proceso defensivo. A
pesar de que hace alusión al caso de la psicosis, no describe de manera clara cuál
es la escisión del yo que tiene lugar en ésta. Es sólo en otro texto contemporáneo,
Esquema del psicoanálisis, en donde deja claro que la escisión psíquica en la
paranoia (una forma de psicosis) consiste en que, por un lado, el yo acoge la
realidad objetiva, y por el otro, bajo el influjo del ello, se deshace de ella. También
hay en este texto, una referencia a los estados de curación que puede aparentar
un sujeto psicótico:
Las dos (posturas psíquicas que se dan en la escisión del yo) coexisten una
junto a la otra. El desenlace depende de la fuerza relativa de ambas si la
segunda es o deviene la más poderosa, está dada la condición de la
psicosis. Si la proporción se invierte, el resultado es una curación aparente
de la enfermedad delirante pero en la realidad efectiva ella solo se ha
retirado a lo inconsciente así como de numerosas observaciones no se
puede menos que inferir que el delirio estaba formado y listo desde largo
tiempo atrás antes de devenir a la irrupción manifiesta (Freud, 1993/1938:
págs. 203-204. Paréntesis añadido por los autores).
Finalmente, Freud nos muestra su última concepción del conflicto subyacente a la
psicosis. El conflicto entre instancias ya incluye al superyó como otra fuerza
hiperexigente que obliga al yo a alterar (e inclusive a cancelar) su vínculo con la
realidad. Se debe de recordar que la pérdida de la realidad se refiere a un proceso
posible tanto en la neurosis como en la psicosis. Sobre esta última
específicamente, afirma que para su estallido es necesario que la realidad se
vuelva insoportablemente dolorosa, o bien, que el ello avasalle al yo con la
demanda pulsional.
12. 12
ESQUIZOFRENIA
Dos visiones de la esquizofrenia:
Kraepelin y Bleuler
Tras un lustro de estancia en la Universidad de Dorpat (Estonia), Emil Kraepelin se
instaló provisionalmente en Heidelberg en calidad de director de la clínica y
profesor. Fue allí donde publicó la quinta y la sexta ediciones de su Psiquiatría. Un
Tratado para estudiantes y médicos y en ellas, especialmente en la sexta, sentará
las bases conceptuales de la demencia precoz. Su decidido interés por describir
auténticas enfermedades mentales lo llevó a proponer, como cuarenta años antes
lo había hecho J.-P. Falret, la evolución del cuadro clínico como criterio esencial
para la demarcación de éstas. En 1896 (5ta edición) agrupó dentro de los
«procesos psíquicos degenerativos» a la hebefrenia, la catatonía y la demencia
paranoide; esta reunión de cuadros y estados tan diversos, que actualmente
parece tan lícita, encontró en aquellos días notables y razonables reticencias,
especialmente las provenientes de los clínicos franceses que no podían entender
qué relación consustancial guardaba un hebefrénico más o menos estúpido con un
delirante paranoide. Tres años después, en la sexta edición, Kraepelin designa
directamente la categoría nosográfica demencia precoz, en la que reúne los
«procesos psíquicos degenerativos» anteriormente descritos más las formas
alucinatorias o fantásticas de la paranoia (phantastische Formen). Más que la
evolución general del cuadro, es el estado terminal de la enfermedad, consistente
en una demencia rápida, el criterio prioritario de organización; hay que añadir a
éste la sintomatología intercambiable entre las tres formas clínicas y la herencia
calificada de similar.
Kraepelin, a diferencia de lo que configurará los planteamientos de Bleuler, se
esforzó denodadamente en matizar y describir la sintomatología más visible, sus
correlaciones frecuentes, sus posibles variaciones evolutivas. Aunque sus
voluntariosas caracterizaciones clínicas se revelan con mucha frecuencia
demasiado heterogéneas e inconexas, el autor se arriesgó en favor de éstas antes
de preferir lagunas semiológicas en el cuadro clínico. En su visión de la demencia
precoz, el síndrome nuclear se constituye a partir de los elementos propiamente
deficitarios, tornando indudablemente el modelo de la hebefrenia: debilitamiento
afectivo, indiferencia, ausencia de iniciativa voluntaria, apatía, y desorganización
del pensamiento y de la psicomotricidad; la configuración y especificidad de las
formas clínicas viene dada por los síntomas accesorios: ideas delirantes,
alucinaciones, síndrome catatónico, etc. Los tres tipos clínicos (hebefrenia,
catatonía y demencia paranoide) no son independientes entre sí, pues se aprecian
13. 13
innumerables formas de transición, si bien el denominador común es la pronta
evolución hacia un marcado debilitamiento mental, aunque lo más frecuente es la
franca demenciación hay que hacer notar, además, que en determinados pasajes
Kraepelin conviene en aceptar de pasada que algunos dementes precoces pueden
alcanzar la curación. Lo dicho hasta aquí permite ya hacerse una idea del retrato
que nos presenta el autor de los dementes precoces: en el polo hebefreno-
catatónico, sujeto incoherentes, retraídos, disparatados; en el extremo paranoide,
sujetos con una marcada debilidad de las facultades que relatan disparates
interminables y «monstruosos», que se irritan hasta el insulto cuando se les
contradice y se prodigan en un «chaparrón de frases de contenido tan insustancial
como uniforme».
Tras examinar, en 1899, los trastornos característicos de esta enfermedad (psico
sensoriales, atención y pensamiento, ideas delirantes, apatía emocional voluntad,
y trastornos somáticos), Kraepelin precisa las tres formas clínicas que se hicieron
clásicas. La hebefrenia, descrita anteriormente por Kahlbaum y su alumno Hecker,
se caracteriza por el rápido debilitamiento psíquico, que se instaura tras una fase
melancólica -aunque en ocasiones se observan estados de excitación, en la que
se dan cita síntomas muy variados: dolores de cabeza, insomnio, sensaciones de
cambio profundo de la personalidad, replegamiento interior, irritación, humor triste
y/o expansivo, estados de confusión profunda acompañados de excitación
psicomotriz, ideas delirantes disparatadas y descoordinadas, etc. Por su parte, la
catatonía, descrita anteriormente por Kahlbaum, comprende un grupo de cuadros
clínicos en los que se asocian signos melancólicos, maníacos, estuporosos,
confusionales y demenciales; se añaden a éstos, además de alucinaciones e
ideas delirantes bizarras, determinados fenómenos psicomotores característicos:
contracturas, inhibiciones, trastornos catatónicos, negativismo, gesticulaciones y
mímicas amaneradas, etc. Finalmente, las «formas paranoides de la demencia
precoz», con mucho las más frecuentes. Se caracterizan por el desarrollo a lo
largo de muchos años de ideas delirantes y alucinaciones sensoriales; su inicio es
con frecuencia agudo y en la sintomatología general se pueden también apreciar
signos de la serie catatónica, fases de estupor y excitación, manierismos, juegos
de palabras, neologismos y confusión del lenguaje. Dos son las formas de la
demencia paranoide: la demencia paranoide «severa» y las «formas paranoides
fantásticas de la demencia precoz». La primera se caracteriza por la presencia
constante de ideas delirantes masivas, incoherentes. Que alternan la persecución
y la megalomanía, pero siempre asociadas a un estado de excitación; al tiempo
que los enfermos son presa de sus delirios, se instauran también las alucinaciones
auditivas. Lo que sucede más comúnmente es que el estado de excitación de
paso a un humor exuberante y a un lenguaje cada vez más oscuro. Difícilmente
14. 14
comprensible, con «giros y expresiones fabricadas a base de fragmentos». Al final
se imponen el discurso imparablemente digresivo y la debilidad mental, pero el
humor, a veces sobresaltado por momentos de irritabilidad transitoria permanece
jovial y animoso. En segundo lugar las formas paranoides fantásticas" llamadas
con anterioridad de Paranoia y catorce años después que se caracterizan por un
desarrollo más coherente de las ideas delirantes, las cuales presentan por lo
general un cariz novelesco y se asocian a numerosas alucinaciones; este estado
puede mantenerse así durante décadas o evolucionar hacia una confusión
completa. Pero en ese desarrollo tan dilatado Kraepelin aprecia una
transformación del delirio persecutorio en megalomaníaco. El humor es
esencialmente triste en los inicios, pero después varía hacia la dicha, salpicado
por estados de angustia intensa. Dentro de las ideas delirantes, destaca la
frecuencia de aquellas que conciernen a la «influencia corporal», llegando en
algunos casos hasta la posesión y la invasión corporal. Al igual que en la
demencia paranoide severa, transcurridos unos años aparecen las conductas
bizarras, el uso prolijo de giros abstrusos y de palabras inventadas, los juegos
silábicos y las rimas, el estilo sofista y la sintaxis incomprensible. Implica la
reunión en una misma enfermedad de las formas paranoides con la hebefrenia y la
catatonía, por más que Kraepelin pretenda curarse en salud alegando
repetidamente la posibilidad de transición e intercambio entre estas formas
clínicas. «Más bien aparece como un resurgimiento de la psicosis única de
Griesinger, de la paranoia en el sentido antiguo, con su ineluctable evolución hacia
una demencia terminal»; se trata, decididamente, de organizar el conjunto de la
patología mental delirante en [unción de los signos deficitarios, de las evidencias
supuestamente naturales de las así llamadas enfermedades. Y aunque es
respetable esta orientación teórica y los méritos del gran Kraepelin están por
encima de toda banalización, conviene siempre verificar en la observación clínica
si la demencia y la precocidad son realmente tan marcadas como se pretende en
esta teoría nosológica. Citemos únicamente a modo de críticas las palabras de
Philippe Chaslin: «Esta palabra 'demencia precoz', elegida por Kraepelin, es
desafortunada, pues, tal como se aprecia, la demencia no llega generalmente sino
después de muchos años. La demencia, incluso cuando se produce, no parece
generalmente muy profunda; se asemeja mucho a la de las locuras sistematizadas
en las que lo más frecuente es que falte o sea muy parcial. El 'demente precoz' es
siempre menos demente de lo que parece. Si la demencia 'precoz' quiere decir
inicio muy temprano de la afección, el término es aún peor.
Tomando como primera referencia nosológica y nosográfica la detallada por
Kraepelin en la 5ta y 6ta ediciones de Psychiatrie, Eugen Bleuler elaboró a lo largo
de dos décadas los resultados de su experiencia clínica y docente en Hospital
15. 15
mental de Rheinau y en el Burgholzli zuriqués. Durante los doce años que ocupó
la dirección del Hospital de Rheinau (1886-1898), Bleuler compartió muy de cerca
los avatares de la vida cotidiana de sus pacientes esquizofrénicos, a muchos de
los cuales había trasladado allí con él; no sólo habló con ellos en su propio
dialecto, sino que hizo todos los esfuerzos posibles para comprender el significado
de sus expresiones y errores es supuestamente 'insensibles'. Fue así capaz de
establecer un 'contacto emocional' con cada uno de ellos». Instalado en el
Burgholzli, prosiguió sus investigaciones centradas en ese mismo tipo de
pacientes crónicos; contaba ahora con la ayuda inigualable de C. G. Jung, un
joven y prometedor psiquiatra absorbido por aquellos días en las pruebas de
asociaciones de palabras y más tarde en una relación ambivalente con Freud y el
psicoanálisis.
Se tiene generalmente la impresión de que la teoría bleuleriana de la esquizofrenia
está fuertemente afectada por el psicoanálisis, se cree también que en el terreno
etiológico concede una determinación prioritaria a los factores psicogenéticos, y
que el soporte conceptual psicopatológico está sólidamente orquestado. Veremos
hasta qué punto nada de esto es así, como evidencia una y otra vez el artículo que
se traduce a continuación.
Al contrario que Kraepelin, Bleuler pretende descubrir y nombrar los síntomas
fundamentales no siempre fácilmente captables por la observación directa que
están presentes en este grupo de psicosis, incluso cuando la sintomatología más
evidente oscurezca el trasfondo siempre idéntico de la actividad mental. El
«desdoblamiento» o «disociación» de las funciones psíquicas sustituye a los
criterios kraepelinianos de demencia y precocidad. La esquizofrenia designa «un
grupo de psicosis cuyo curso es a veces crónico, y a veces está marcado por
ataques intermitentes, y que puede detenerse o retroceder en cualquier etapa,
pero que no permite una completa restitutio ad integrum. La enfermedad se
caracteriza por un tipo específico de alteración del pensamiento, de los
sentimientos, y de la relación con el mundo exterior, que en ninguna otra parte
aparece bajo esta forma particular». A tenor de esta caracterización, la extensión
nosográfica es aún mayor que la atribuida por Kraepelin a su demencia precoz,
pues además de los tres tipos clínicos clásicos se incluye una «esquizofrenia
simple», y menciones bastantes inespecíficas a la llamada «esquizofrenia
latente»; es decir, un conjunto que reúne los siguientes términos de la clínica
clásica: la demencia precoz de Kraepelin, la inmensa mayoría de las psicosis
paranoicas, el delirio senil de prejuicio, la mayoría de las melancolías y manías
alucinatorias, la mayoría también de las hipocondrías incurables, muchos de los
16. 16
casos de locura moral, muchos casos de confusión mental, y esto sin considerar
los casos incluidos en la forma «latente» que no hay manera de saber cuáles son.
Otros teóricos
Adolf Meyer, Harry Stack Sullivan. Gabriel Langfeldt y Kurt Schneider también
contribuyeron en gran manera al entendimiento de ciertos aspectos de la
esquizofrenia. Meyer. El fundador de la psicobiología. Creía que la esquizofrenia y
otros trastornos mentales eran reacciones a una gran variedad de situaciones
estresantes de la vida, y de esta forma llamó al síndrome "reacción
esquizofrénica". Sullivan, el fundador de la escuela psicoanalítica interpersonal,
señaló el aislamiento social como causa y síntoma de la esquizofrenia.
Los estudios de Ernst Kretschmer giraban en torno a la idea de que la
esquizofrenia es más común entre pacientes con somatotipos asténicos, atléticos
y displásicos que entre pacientes con somatotipos pícnicos, que era más probable
que sufriesen trastornos bipolares. Aunque esta observación parece extraña.
Concuerda con la impresión superficial sobre los somatotipos de muchas personas
sin hogar.
17. 17
CLASIFICACIÓN
TIPOS DE PSICOSIS
Psicosis Paranoide
Trastorno de delirio que se concentra en especial en los delirios de
persecución.
Psicosis Orgánica
Suele estar reservado para problemas que implican claras lesiones o
enfermedades del cerebro. Por ejemplo, el envenenamiento con plomo o
mercurio daña el cerebro y produce alucinaciones, delirios y pérdida de
control de las emociones. El problema orgánico más común es la
Demencia, una afectación mental será de la vejez producida por el
deterioro del cerebro.
CLASES DE DELIRIOS
Las personas que sufren delirios creen cosas falsas que, según ellas son ciertas,
no obstante que los hechos las contradigan. Existen dos grandes clases de
psicosis son los trastornos de delirios y la esquizofrenia.
Delirios Depresivos: en cuyo caso las personas piensan que han cometido
crímenes espantosos o pecados ominosos.
Delirios Somáticos: como pensar que su cuerpo se “están pudriendo” o que está
apestosos olores.
Delirios de Grandeza: las personas piensan que son extremadamente
importantes.
Delirios de influencia: cuando piensan que son controladas o están sujetas a la
influencia de otros o de fuerzas ocultas.
Delirios de Persecución: piensan que otros tienen toda la intención de
“atraparlas”.
Delirios de Referencia: cuando conceden gran significado personal a los hechos
inconexos.
Ejm: Estas personas en ocasiones piensan que los mensajes de televisión les
están enviando un mensaje personal especial. Esquizofrenia
18. 18
TIPOS DE TRASTORNOS ESQUIZOFRÉNICOS
Los trastornos esquizofrénicos son condiciones muy graves caracterizadas por
pensamientos y comunicaciones desordenadas, emociones inapropiadas y
conducta excéntrica que dura meses o años.
Esquizofrenia desorganizada: incluye síntomas muy extraños como risitas
nerviosas, muecas y gestos frenéticos. Muestran desinterés infantil por las
jornadas sociales, son activos pero dispersos y suelen entablar conversaciones
incoherentes y pueden orinar y defecar en momentos inapropiados.
Esquizofrenia catatónica: severa perturbación de la actividad motora; muchas
veces permaneces inmóviles, mudas e imperturbables, y también la reacción
opuesta que es un estado de activación extrema en donde se excitan de forma
excesiva, hablan y gritan
Continuamente.
Esquizofrenia paranoide: presenta una desconfianza extrema en las personas.
Las personas que sufren de este tipo de esquizofrenia pueden pensar que son
Napoleón o la Virgen María, o insisten que espías rusos con armas laser los
persiguen entre otras cosas. Estos individuos parecen más “normales” que las
personas con otros trastornos esquizofrénicos si sus delirios son compatibles con
la vida diaria. Sin embargo se vuelven hostiles o agresivos ante cualquiera que
cuestione sus ideas o trate de contradecir sus delirios.
Esquizofrenia indiferenciada: es la clasificación desarrollada para las personas
que presentan varios síntomas propios de esquizofrenia, como delirios o
alucinaciones o incoherencia. Pero que no muestran los síntomas típicos de
ningún otro subtipo del trastorno específicamente.
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CONCLUSIONES
Las psicosis son trastornos mentales, que se caracterizan porque el paciente
sufre una pérdida de contacto con la realidad, no puede pensar, percibir o
juzgar con claridad. Las psicosis requieren un tratamiento rápido de tipo
farmacológico y psicoterápico.
La esquizofrenia es un trastorno mental grave, en el que el paciente no
distingue con claridad entre la realidad del mundo exterior y la realidad interna
que tiene de su propio mundo, con delirios, alucinaciones y un pensamiento
anormal. Es una psicosis con una prevalencia del 1% y suele aparecer desde
la adolescencia hasta los 30 años. Raramente se inicia después de los 40
años, presentándose igualmente en hombres como en mujeres.
El tratamiento mediante psicoterapia tiene como finalidad establecer una
relación entre el paciente, la familia y el médico; la incorporación de la familia
como parte del equipo de salud resulta trascendental para la mejora de la
esquizofrénia. Por último con la ayuda de grupos comunitarios el
esquizofrénico puede volver a integrarse en la sociedad y vivir con la mayor
autonomía posible.
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PINTOR
Esta serie de Pinturas de Lous Wain refleja una personalidad atormentada. Wain
era un dibujante británico que se volvió esquizofrénico a la mitad de su vida.
A medida que avanzaba la psicosis de Wain, los gatos que pintaba se iban
volviendo más abstractos y fragmentados. En muchos sentidos, sus pinturas se
parecen a los cambios de percepción que producen las drogas psicodélicas, como
la mezcalina y el LSD.
Investigaciones recientes sugieren que, de hecho, la psicosis podría ser resultado
de cambios en la química del cerebro que alteran la mente.
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BIBLIOGRAFIA
PSICOLOGIA DECIMATERCERA EDICION Charles G. Morris, Albert A.
Maisto. Capítulo 13 “Trastornos esquizofrénicos” Pág. 538.
INTRODUCCION A LA PSICOLOGIA ACCESO A LA MENTE Y LA
CONDUCTA- DUODECIMA EDICION Dennis Coon, John O. Mitterer Capitulo
14 “Trastornos Psicóticos- La cara oculta de la luna” Pág. 467 – 475.
http://documentacion.aen.es/pdf/revista-aen/1996/revista-60/07-dos-visiones-de-la-
esquizofrenia-kraepelin-y-bleuler.pdf