El futuro de la manufactura en las economías ricas en recursos - Gunter Pauli
1. El futuro de la manufactura en las economías ricas en recursos
Cómo la minería podría generar empleo y competitividad más allá de la extracción de los minerales.
Artículo del profesor Gunter Pauli fundador de ZERI y creador de The Blue Economy, como preparación
de la conferencia en el Banco de la República (Colombia) el 7 de febrero de 2013
Resumen
La tendencia hacia niveles más altos de productividad obliga a las empresas a buscar economías de
escala, manufacturando mayores volúmenes de productos estandarizados, a costos marginales cada vez
más bajos.
Sin embargo, cuando un empresario o una empresa establecida en un país exportador rico en
recursos intenta conformar una industria, las condiciones macroeconómicas hacen a menudo que las
actividades agrícolas e industriales no sean competitivas. Los países ricos en reservas de minerales y
que hacen parte de amplias zonas de libre comercio se ven particularmente afectados por la economía
globalizada, donde la mayor demanda de materias primas empuja al alza los precios de los productos
básicos, lo que aumenta los ingresos de exportación que fortalecen a su vez la moneda local frente al
dólar.
Una moneda local fuerte, respaldada por las exportaciones de minerales y las inversiones directas
extranjeras, abarata las importaciones. Esto lleva a una desindustrialización, o incluso a la imposibilidad
de construir una industria, e impacta negativamente a la agricultura que depende de los mercados
externos.
Este fenómeno se conoce como el "Modelo de la Enfermedad holandesa" y afecta a los países que son
grandes exportadores de productos básicos, como Colombia.
La única manera de responder a estos efectos macro-económicos adversos generados por las
estrategias orientadas a la exportación de productos básicos es cambiar el modelo de negocios de la
industria minera para que pase de ser una competencia central, enfocada a la extracción de minerales y
a su exportación, a agrupar la minería, la agricultura y la manufactura utilizando todos los recursos
disponibles de la mina, desde la tierra hasta la energía y residuos tales como los materiales de rechazo y
los desechos de roca.
El diseño de una estrategia que responda de manera positiva a desafíos sociales como la minería
artesanal, combinada con el aseguramiento de un grupo de empresas alrededor de la minería podría
revertir la desindustrialización. Es más, podría crear una economía que conservara su vigor después de
que las operaciones mineras hayan agotado sus recursos.
A primera vista, el proceso de agrupamiento de industrias y las necesidades sociales no tienen ninguna
relación. Sin embargo, esta comprobada estrategia, que está siendo adoptada por las principales
empresas del mundo, aporta valor agregado y empleo, a la vez que fortalece la posición competitiva de
cada actividad central y genera crecimiento en el país.
En este artículo se describe el nuevo modelo de negocios para la minería en el contexto concreto de
Colombia y se explica cómo conduciría a un crecimiento sostenible y al fortalecimiento e industrialización
de la agricultura en mercados emergentes, lo mismo que a la prestación de servicios ecosistémicos.
El aumento de las exportaciones de productos básicos conduce a la desindustrialización
Si un país se convierte en un gran exportador de minerales y menas (minerales de los que se puede
extraer un elemento químico o un metal), rápidamente crea un superávit en su balanza comercial.
En la mayoría de los países esto se complementa con la entrada de los capitales necesarios para
explotar estos recursos naturales recién descubiertos. Esta afluencia de capital conduce a un fuerte
superávit en la balanza de pagos.
Un volumen importante de exportaciones y un ingreso neto de capitales en dólares, con los costos en
moneda local, hace subir la divisa nacional. Esto afecta el futuro de la industria, afectando rápidamente
2. su competitividad ya que las importaciones baratas desplazan la oferta de industrias que antes eran
competitivas.
Esto se conoce como la Enfermedad holandesa[1], llamada así por el desarrollo económico de los
Países Bajos en la década de 1960, cuando la exportación de gas natural condujo a la apreciación del
tipo de cambio real y al aumento del precio relativo de los bienes no transables, con la posterior pérdida
de industria.
Las empresas de sectores tan diversos como la agricultura y los textiles, que tradicionalmente dependen
de los recursos locales y se benefician de una cadena de suministro integrada, se ven obligadas a
limitarse debido a esta revaluación excesiva. En el caso de Brasil, por más de una década la
revalorización ha estado cercana al 45% y para Colombia sigue siendo ligeramente inferior al 40%.
El real brasileño, el peso chileno, el sol peruano y el dólar australiano han aumentado en la última década
su tipo de cambio frente al dólar de los Estados Unidos, la moneda común para el comercio mundial de
productos básicos.
De tal manera que el drama que se presenta es el de naciones exportadoras de productos básicos que
han sufrido una pérdida de competitividad en todos los sectores, menos en la minería, debido a factores
de cambio por fuera de su control.
El café colombiano, que alguna vez fue el principal producto de exportación, y que depende en gran
medida los costos locales, ha perdido su posición competitiva debido al aumento relativo de los costos,
convirtiendo lo que antes era uno de los ejes económicos de la nación en un área de creciente pobreza
rural.
Esto afecta a todas las cadenas de suministro. Una estrategia exitosa de desarrollo integrado comienza
con la presencia de recursos agrícolas abundantes y altamente productivos, acompañados de un suelo
fértil y de suficiente mano de obra.
Los productos agrícolas se transforman localmente en productos con valor agregado. Sin embargo, las
fluctuaciones del tipo de cambio, que están más allá del control de los sectores, amenazan su futuro. Una
apertura amplia del mercado en virtud de tratados de libre comercio solo agrava los problemas que
ocasionan los desequilibrios monetarios.
La reciente aprobación del Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos y Colombia erosiona aún
más la base agrícola e industrial. Y aunque los datos macroeconómicos colombianos siguen siendo
positivos en el corto plazo, el futuro de la nación se debilita a largo plazo, especialmente con una
población tan joven.
Es probable que este énfasis en una sociedad que depende solamente de la minería se traduzca en la
permanencia de altas tasas de violencia, criminalidad y negocios ilícitos, mientras que la seguridad
alimentaria y el suministro de agua potable se verán cada vez bajo mayor presión.
3. Gráfica 1: Porcentaje de la minería en las exportaciones totales y términos de intercambio en el
mismo período para Colombia
Gráfica 2: Paridad cambiaria de las principales monedas latinoamericanas frente al dólar
estadounidense Fuente: Bloomberg.
4. Gráfica 3: Importancia de la industria en el PIB, medida en porcentaje
Fuente: ANIF, con base en datos del Banco Mundial.
Dado que la opinión predominante de los economistas tradicionales es que el mercado corregirá estos
desequilibrios, no existe ninguna opción para crear dentro de esa lógica conservadora un efecto rebote
en la agricultura o en la industria.
Esta situación particular es una en la que la globalización pierde su lógica y no logra crear para la gran
mayoría de la población ningún efecto cascada de los beneficios de la minería. Es claro que los factores
que escapan al control de todos los agentes económicos determinan el futuro de los sectores
competitivos e intensivos en mano de obra.
En el caso de América Latina en general, y de Colombia en particular, la estrategia de acoger un
mercado abierto, combinada con este auge de los productos básicos, eliminará con el tiempo la mayor
parte de los beneficios conseguidos. Si bien en un inicio se confirma un crecimiento económico a nivel
macro-económico, pronto se enfrentará un retardo en el crecimiento.
Esto llevará entonces a un aumento del desempleo y el subempleo, que se transformará en una fuerte
presión sobre los actores sociales, ya que la mayoría de los sectores de la economía solo pueden influir
en el papel de la mano de obra en un intento por recuperar la competitividad.
En lugar de someterse a la lógica económica tradicional, este artículo propone una opción radicalmente
diferente. Esta posible solución se enmarca dentro de la filosofía del libre mercado.
Sin embargo, el futuro depende de un cambio fundamental en el modelo de negocios de la minería: que
pase de ser una actividad principal enfocada a una competencia central a un agrupamiento de
actividades que aproveche todos los recursos locales disponibles, generando múltiples beneficios para
las empresas mineras, sus socios industriales, las comunidades locales e incluso el medio ambiente.
Este enfoque de agrupamiento garantiza que la Enfermedad holandesa no castigue a los países que
comercian con productos básicos.
Por el contrario, el diseño de un nuevo modelo de negocios para la explotación minera asegura que el
conjunto de la economía recupere la competitividad, incluyendo a la agricultura y la industria, que han
enfrentado ya un decrecimiento económico.
5. La agrupación de la minería, la agricultura y la industria
Un cambio en el modelo de negocios de la minería ofrece la oportunidad de revertir esta tendencia hacia
la desindustrialización en los países exportadores de productos básicos. Con el fin de acelerar su
eficacia, es ideal que el modelo opere en combinación con un cambio en las políticas fiscales.
Mientras las empresas mineras sigan siendo negocios enfocados en la extracción de más onzas de la
tierra, y envíen esos productos fuera del país a bajos costos pagando al Gobierno un porcentaje fijo por
concepto de impuesto sobre cada unidad exportada, entonces no habrá solución.
Sin embargo, si se consideran de otra forma las actividades de las industrias extractivas y la manera
como estas podrían reorientarse para responder a la demanda global y local, manteniendo un enfoque en
los minerales a la vez que se garantiza un uso eficaz de todas las oportunidades posibles que propicia la
bonanza minera, entonces habrá un futuro para la agricultura y las industrias locales.
Si el Gobierno reconociera el enorme potencial de este efecto multiplicador, un cambio inteligente en la
tributación minera podría llevar a este sector hacia el agrupamiento de las actividades productivas. La
minería y el comercio de productos básicos se convertirían entonces en un catalizador del desarrollo
económico local, en lugar de ser una causa de la desindustrialización y la pobreza rural.
Minería y necesidades básicas
Tomemos como ejemplo una mina de oro. Casi todas las minas de oro en el mundo necesitan agua para
procesar el mineral. De hecho, la mayoría de las minas requieren agua y rara vez la encuentran en
abundancia en su área de influencia. La respuesta tradicional de los ingenieros de la minería ha sido
bombear agua de los acuíferos, transportarla por tuberías desde sitios remotos, o crear instalaciones de
ósmosis inversa si hay agua salada en las proximidades.
Estos son ajustes infraestructurales de gran envergadura que incrementan los gastos de capital y de
operación de la mina, a un costo por metro cúbico de agua que la población local nunca sería capaz de
pagar.
Es el momento de pensar de otra manera. Si bien no todas las regiones en el mundo pueden ofrecer
soluciones duraderas de una manera similar a la que se describe a continuación, la mayoría de las zonas
mineras pueden someterse a una regeneración importante de la vegetación nativa, o a una reforestación
que le permita revertir los ciclos hidrológicos de consumo excesivo de agua por parte de las minas y de
percepción de sequía y contaminación de las aguas, y pasar a una abundancia de agua para el consumo
privado, agrícola e industrial.
Ya que transcurre un período de entre cinco y ocho años desde el descubrimiento de una mina hasta su
explotación comercial, hay suficiente tiempo para cambiar el modelo de suministro de agua en la región,
utilizando todos los recursos disponibles.
Convertir un costo en un ingreso
Si se considerara la regeneración de los bosques con el único fin de producir agua, entonces
representaría un costo. Esto reduce sin embargo los gastos de capital y de operación de la mina, ya que
la producción y la filtración de agua de un bosque natural siguen siendo más baratas que instalar zonas
de captación y sistemas de tratamiento de agua.
Sin embargo, en la filosofía empresarial de la Economía Azul no nos interesa simplemente reducir los
gastos, tenemos mucho interés en aumentar los ingresos, no solo para las empresas sino para la
economía local.
Un proyecto minero en los Andes colombianos ofrece la oportunidad de regenerar parte del bosque de
bambú que alguna vez predominó en la región. El bambú, y en especial la guadua (Guadua angustifolia),
son reconocidos por su capacidad de restaurar los ciclos del agua, purificar la que se encuentra
contaminada, regenerar la capa superior del suelo y aumentar las precipitaciones, ya que el cubrimiento
6. de la tierra que proporcionan estas especies disminuye la temperatura de la superficie y aumenta por lo
tanto la precipitación.
El trabajo académico del profesor Luis Miguel Álvarez Mejía y sus colegas de la Universidad de Caldas
confirma ampliamente estas afirmaciones.
Apoyo a la agricultura
Cuando se plantan 20.000 hectáreas de guadua, el interés directo de la mina en el agua se complementa
entonces con un portafolio de beneficios agrícolas e industriales.
La guadua puede ser cosechada entre tres y cinco años después de la siembra. Sus troncos tienen
múltiples usos probados. En primer lugar, los productores locales de fríjol, en zonas altas dentro del área
de influencia de las minas, requieren anualmente varios millones de postes para asegurar las plantas.
Antes plantaban eucalipto, un árbol que agota los recursos de agua, pero como en la región nunca se
replantaron después de talarlos, ahora tienen que importar los postes.
Las autoridades ambientales locales están preocupadas por el riesgo de erosión del suelo y por lo tanto
limitan la tala de los árboles. Los agricultores locales están dispuestos a prestar sus tierras agotadas y a
recibir de forma gratuita la nueva cubierta de bambú que proporciona, ante todo, el agua que tanto se
necesita. Igualmente, podrían cosechar la guadua en el lugar para hacer los postes, y llevar el resto
hacia el valle.
Respaldo a la vivienda social
Un proyecto de vivienda del tipo social implementado por "Hogares de Cristo", una empresa social en
Guayaquil (Ecuador), requiere un suministro continuo de postes de guadua de tres metros. El ensamble
diario de 42 viviendas prefabricadas se basa en un proceso de recolección continuo de guadua en un
terreno de 2.000 hectáreas. Mientras que los productores de fríjol toman unos pocos metros de la
guadua, otros tres metros se dedican a la construcción de viviendas, para ofrecer una casa básica a un
costo mínimo de venta de 950 dólares por unidad, que se paga en cuotas de 17 dólares al mes.
Una estructura más sólida cuesta 2.000 dólares por casa. Este esquema de viviendas se costea a través
de microfinanzas.
Dado que una guadua promedio tiene 25 metros de longitud, todavía quedan 20 metros de biomasa. Esta
diseminación de la guadua genera múltiples intereses y flujos de efectivo que hacen que la regeneración
del bosque local sea atractiva más allá de las necesidades de agua de la mina y de la comunidad local,
esta última afectada por enfermedades gastrointestinales debido al deficiente suministro de agua.
Esta estrategia de reforestación con guadua para abastecer agua "por siempre" estimula la economía,
hace un mejor uso de recursos locales como la tierra y la biodiversidad, mejora la renta disponible de los
agricultores al reducir su necesidad de importar y comprar fuera de la región, y amplía la capacidad de
respuesta a las necesidades de vivienda de bajo costo, con el consecuente fortalecimiento del poder
adquisitivo de la base de la pirámide.
Sustitución del eucalipto
La mayor demanda potencial para la guadua no proviene de la vivienda social o de los agricultores
locales, sino de un cambio importante que se viene presentando en el suministro de fibras para los
productos de papel, especialmente para papel absorbente de agua.
La industria ha dependido de las fibras producidas masivamente en áreas de monocultivo de eucalipto o
pino. La evidencia reunida revela que después de tres o cuatro ciclos de siembra y cosecha esta práctica
agrícola agota el suelo más rápidamente de lo esperado.
7. Además, los ciclos de siembra de monocultivos como el eucalipto y el pino requieren de riego y controles
químicos que llevan a un aumento en los costos. La guadua ofrece fibras variadas y de calidad a un
costo competitivo.
Gráfica 4: Cómo el aseguramiento del agua a través de la regeneración de la guadua estimula la
economía Fuente: Pauli/ZERI.
Más importante aún, la investigación interna adelantada por la Fundación ZERI nos indica que algunas
especies específicas de bambú ofrecen durante toda su vida una eficiencia en la producción de fibra 60
veces más alta que la de árboles que han tenido incluso la mejor modificación genética.
Las razones son varias: el bambú puede cosecharse durante 70 años sin necesidad de resembrarlo;
dado que es una gramínea, crece de nuevo; tiene una densidad hasta diez veces mayor que la de
cualquier árbol y su contenido de fibra llega a 70 por ciento, que es el triple de la cantidad disponible en
un árbol de madera blanda.
Una ventaja adicional es que la guadua repone la capa superior del suelo y restablece los ciclos
hidrológicos, produce agua en el proceso y crece en tierras marginales.
Las principales compañías papeleras ya han tomado la decisión estratégica de pasar del eucalipto al
bambú, creando una demanda que ejercerá presión sobre el suministro de esta gramínea de rápido
crecimiento.
Dado que las empresas mineras figuran entre los mayores propietarios de tierras en el país, su
necesidad de agua y un cambio en la preferencia por las fibras pueden crear un poderoso incentivo para
el desarrollo de este cultivo.
El costo de una tonelada de pulpa para papel industrial fluctúa entre 800 y 1.000 dólares, en un mercado
caracterizado por una tendencia al alza. Esto significa que la fibra de eucalipto importada debe competir
con la fibra de guadua local.
Las viviendas sociales y los postes para los agricultores de fríjol, que reducen drásticamente el costo en
tierra de la guadua, combinadas con la llegada de las instalaciones para el procesamiento local y la
8. tendencia ascendente de la fibra de papel, conforman los elementos para que la instalación de una
fábrica de pulpa en la proximidad de las plantaciones sea una operación viable.
La demanda de viveros
No existe una cultura a gran escala de reforestación de guadua, y menos en conjunto con otras plantas
simbióticas tradicionales como el arboloco (Montanoa quadringularis), el aliso (Alnus glutinosa) y a mayor
altitud el género Chusquea de bambú delgado de hoja perenne.
Sin embargo, la Federación Nacional de Cafeteros (FNC) tiene disponible una inigualable infraestructura,
con viveros que operan por debajo de su capacidad debido a la crisis del café. Por cada 100 hectáreas
de reforestación de guadua se necesitan 5 hectáreas de vivero. De manera que la tierra, los equipos, el
personal entrenado y la capacidad de despliegue de la FNC, que de otro modo enfrentarían un futuro
incierto, pueden tomar ahora un nuevo impulso.
Si se confirma la tendencia hacia las fibras de guadua, esta alternativa podría representar una fuente de
ingresos importante para los productores de café, que traería adicionalmente la capacidad de fijar
carbono y proveer agua. Esto genera ingresos adicionales para los productores de café, al tiempo que
reduce el costo del vivero y por tanto de la plantación, una obvia solución gana-gana que solo es viable si
uno está preparado para agrupar actividades y utilizar lo que se encuentra disponible localmente.
La minería: un catalizador en la economía
La mina —utilizando únicamente su espacio disponible—, tanto en el terreno de su propiedad como en
sus zonas de influencia, puede estimular la agricultura, la vivienda y la fabricación de papel.
Los agricultores reducen sus costos y usan materiales locales, sustituyendo las importaciones. Los
agricultores reducen igualmente el costo para las viviendas de interés social, para las cuales se
seleccionan las partes de la guadua que sirven para el negocio; y queda luego el material restante —las
fibras más suaves que son ideales para los productos de papel— que, para comenzar, nunca debería
haber sido considerado como desecho.
Ahora que se están sustituyendo grandes volúmenes de materiales importados —productos básicos
como la pulpa de papel— por materiales locales más baratos, se generan múltiples beneficios,
incluyendo algunos bienes comunes (agua, filtración de agua contaminada y generación de la capa
superior del suelo), en un proceso que provee lo que la comunidad más necesita. También se asegura
así una afluencia de dinero a la economía local, que de otro modo se perdería en importaciones, dando
inicio a un multiplicador de la economía local. Esto no es un avance hacia la autarquía, ni un programa a
ciegas de sustitución de las importaciones. Es la aplicación de una política económica sólida que
recomienda usar lo que se tiene.
La expansión del dinero en la economía local no es inflacionaria ya que este pasa de mano a mano, con
una producción adicional frente a la actual base agrícola e industrial y un aumento de la productividad
material.
Salarios versus poder adquisitivo
Una mina que genera agua, produce materias primas para la agricultura y respalda la infraestructura
existente de viveros, lo mismo que la vivienda, la pulpa y el papel tiene un impacto diferente al de una
mina que requiere agua, crea un desequilibrio en el mercado laboral al ofrecer salarios más altos en la
región y empobrece el medio ambiente.
Una mina bajo este nuevo modelo asegura que haya un aumento en la actividad económica y en el poder
adquisitivo. Esta es la clave. Un aumento en los salarios para los mineros solo crea fisuras en la sociedad
local.
9. De otra parte, siempre y cuando la mina use su apalancamiento existente para hacer crecer la economía
local, midiendo ese crecimiento en términos de una mejora de los ingresos disponibles, incluida la
reducción del costo de necesidades básicas como la vivienda, el agua y los alimentos, habrá entonces
una presión mínima sobre los salarios.
Ahora bien, este impacto de la nueva "estrategia del agua" es solo el primer paso en el cambio del
modelo de negocios, que debe pasar de ser "minería", con todas las connotaciones negativas, a
convertirse en una compañía que lleve el oro al mercado y se perfile como un catalizador en la economía
local, incluyendo la movilización de inversiones complementarias.
Una cascada de oportunidades
Este portafolio de oportunidades que las minas podrían crear se hace aún más evidente cuando
consideramos la roca residual y los relaves. Cualquier mina —a menos que simplemente obtenga los
minerales de la superficie, como la mina de carbón El Cerrejón en Colombia— tiene que mover montañas
de rocas y arena.
En tanto que la arena puede moverse, las rocas terminan por lo general en un sitio de desecho lo más
cerca posible al lugar de la extracción. Los valles se convierten en montañas. Cualquier mina necesita
aplastar las menas con el fin de extraer el oro, o cualquier otro metal valioso, y por lo tanto cuenta con el
equipo que se requiere para moler las rocas y convertirlas en un polvo que tiene un diámetro de unos
pocos micrones. Aquí surge una nueva oportunidad de mercado: el papel de roca.
El concepto del papel de roca apareció por primera vez en China, cuando se hizo evidente que la oferta
actual de fibras nunca lograría cumplir con la demanda de papel en los mercados emergentes, ni con la
adicional que generarán otros dos mil millones de ciudadanos que engrosarán la población mundial en
las próximas décadas.
Este papel es una mezcla de fibras y rellenos, a partir de materiales extraídos en minas, como la caliza y
el carbonato de calcio. La excesiva cantidad de residuos de demolición de la construcción y los costos
que implicaba su disposición dio origen al diseño de un nuevo tipo de papel que es hidrófobo, se produce
con una mezcla de plásticos post-consumo y se puede reciclar indefinidamente.
Aunque el costo de producción sigue siendo alto debido a sus volúmenes limitados, este "papel sin fibra
de árboles" ha llamado la atención en el mercado, y en gran medida de los recicladores de plástico y las
agencias de publicidad.
Su propiedad de ser repelente al agua y contar con una extensión fina de polvo de roca que permite una
mejor distribución de los píxeles que la ofrecida por las vallas publicitarias basadas en fibra, podría
crearle a este papel una clientela dispuesta a adquirirlo. Ya que no se produce todavía en América
Latina, existe una oportunidad para la fabricación y distribución de este producto innovador, con múltiples
beneficios para el mercado.
10. Gráfica 5: Impacto económico de las piedras y los residuos en la minería urbana y el
cemento. Fuente: Pauli/ZERI.
Competir con precios
Aquí tenemos un segundo grupo de actividades económicas que surge a partir de la opción estratégica
de no depositar la piedra desechada, con un costo financiero y ambiental, sino de dar a este subproducto
un valor económico.
Cuando la fibra de papel compite en el mercado mundial con precios de 950 dólares por tonelada, se
abre una diferencia sustancial con un vertedero de desechos de roca en el que la disposición de cada
tonelada podría costar casi cien dólares.
Producir papel roca en lugar de llenar los vertederos requiere una mejora considerable en los
requerimientos de capital y en los costos operativos, ya que esta alternativa es impulsada por el mercado
y tendrá éxito solo cuando alcance altos estándares en precio y calidad.
La estrategia de negocios de las minas ofrece a la construcción local y a la industria del plástico una
oportunidad para crear valor con los flujos de materiales existentes, mientras deshace a la vez el daño
potencial al medio ambiente mediante la creación de un producto que tiene ahora una propuesta única de
venta.
11. Los plásticos apenas si se reciclan, y cuando se recuperan terminan en contenedores que se envían a
China con un ingreso de 150 dólares por tonelada, de los que solamente una tercera parte termina en los
bolsillos de los recicladores de desechos y el resto en los intermediarios.
Podrían incluso utilizarse los hornos rotativos de cemento abandonados para mejorar la eficiencia del
reciclaje de los residuos sólidos municipales.
El papel de roca ofrece una oportunidad para sacar a la gente de la pobreza al generar un mayor valor a
los recursos disponibles y hacer uso del nuevo modelo de la minería como un catalizador, mientras se
reducen los costos de cierre de las minas.
Un cambio en el modelo de negocios
La misma lógica se aplica a todos los desafíos de una mina y sus alrededores. Uno de los principios
centrales es que si hay un problema buscamos otro para resolverlos todos dentro de un sistema
integrado que se convierta en un portafolio de oportunidades.
Dos grandes retos adicionales son los residuos y la minería artesanal. Los desechos son residuos
lodosos de la extracción y el procesamiento de las menas, que contienen aproximadamente 50% de
sólidos y 50% de agua.
No tiene sentido usar el agua para transportar los residuos a un estanque distante donde se acumula el
material lodoso solo para que, con el tiempo, se convierta en una especie de relleno o promontorio
permanente. Una mirada más cercana revela que el agua puede extraerse y que los sólidos —en cierto
caso— podrían separarse en función de su peso específico en pizarra y diorita.
La pizarra parece mica, un material colorido y con resistencia estructural limitada, pero que al mezclarse
y reforzarse con cemento sirve como mosaico decorativo para pisos o paredes. Esto definitivamente
genera un valor más alto que deshacerse de ellos en un estanque construido para este propósito.
La diorita, más fuerte que el granito, es un material de construcción ideal, pero en circunstancias
empresariales tradicionales su procesamiento resulta demasiado costoso para que alguien en el negocio
pueda costearlo. Habría que esperar hasta que la mina pudiese mezclarlo con cemento y ofrecer una
mezcla de alta calidad para la construcción de vías.
Minería y cemento
La combinación de materiales de construcción con desechos de la mina parece algo obvio y sin embargo,
incluso con las plantas de procesamiento de cemento ubicadas a pocos kilómetros de las minas, estas
oportunidades concretas se pasan por alto ante la persistencia de las empresas en su enfoque de
negocios basado en una competencia central.
Sin embargo, dado que la industria de la construcción busca un mejor valor y desea pasar de ser un
simple distribuidor de mercancías a convertirse en un creador de mercado con márgenes más altos de
operación, la combinación de las dos industrias constituye una unión casi perfecta.
Los gastos de capital y operacionales en los que incurre una mina para construir un estanque de residuos
de extracción rápidamente ascienden a miles de millones, mientras que las ganancias potenciales
podrían sumar miles de millones a los resultados financieros.
Esto proporciona una tercera ronda de activadores económicos que vuelven a las industrias locales más
competitivas, utilizando los recursos disponibles, reduciendo los requerimientos de inversión para la
mina, y eliminando de una vez por todas un efecto adverso que la sociedad tendría que soportar para
siempre.
Esto se traduce para la mina en una reducción de los costos de cierre, una de las mayores
incertidumbres que enfrentan las minas en un mundo de cambiantes normas y de numerosos paisajes
lunares que testimonian el fracaso.
12. Pequeño versus grande
La mina podría someter su nuevo modelo de negocio a un escrutinio más detallado que el que se hace
en este trabajo, identificando los costos que podrían convertirse en ingresos, o incluso podría conseguir
capitalizarse convirtiéndose en un motor de base amplia de la economía local, o incluso de la nacional.
Sin embargo, existe también la dimensión social de dicho portafolio de nuevas y grandes inversiones. La
llegada de una empresa multinacional para operar una mina siempre crea tensiones entre las minas de
pequeña escala existentes, en especial las de mineros artesanales que dependen de agresivos
productos químicos y del trabajo duro para extraer los minerales, por lo general con grandes riesgos
personales.
El modelo de negocio de estos operadores pequeños no es atractivo, ya que sus beneficios son
acaparados por proveedores de equipos interesados en el prefinanciamiento con el fin de controlar el
producto de la extracción del oro.
Peor aún, el negocio de la minería artesanal tiene demasiados intermediarios dudosos que compran el
oro por debajo del precio del mercado. Las empresas de minería a gran escala, que cotizan en las bolsas
de valores y cuentan con transparencia, control de calidad y ética de negocios, podrían combinarse con
la capacidad de identificar nichos de depósitos que tienen los pequeños operadores.
Esto podría conducir a un nuevo enfoque, haciendo que la ocupación de los mineros artesanales que
trabajan al lado de las instalaciones de las grandes minas sea viable, e incluso complementaria. Si esto
llegara a suceder, entonces la corporación minera podría agregar entre 20 y 30 por ciento a su volumen
de negocios, con inversiones relativamente menores.
Una ingeniería de procesos diferente
Actualmente, la ingeniería de procesos y las tecnologías de los modelos de la minería grande y la
pequeña no son compatibles. Sin embargo, la última tecnología con agentes quelantes, que funciona a
pequeña escala, podría introducirse a la técnica de procesamiento de oro que hacen los mineros
artesanales hasta el punto de poder eliminar el mercurio y el cianuro y aislar a la vez un 99,9% de metal
precioso puro (y todos los cationes) en una película flexible.
Todos los metales se pueden remover mientras se reacondiciona la película para la extracción del
siguiente lote. Los mineros artesanales ofrecen su trabajo y la capacidad de operar en pequeños
volúmenes.
La instalación de decenas, quizás incluso cientos de estas máquinas quelantes, no solo podría hacer
este tipo de minería más segura, legal y transparente —siempre y cuando los gigantes de la minería
estén preparados para llevar a cabo el control de calidad y comercialización del producto final—, sino que
los ingresos de los operadores a pequeña escala podrían duplicarse o incluso triplicarse, asegurándose a
la vez su acceso a mercados establecidos a través de canales profesionales que garanticen la salud y la
seguridad, el cuidado del medio ambiente y el capital social. Este representaría el aumento del volumen
de ventas más barato para la multinacional.
¿En qué negocio está usted?
Las empresas necesitan hacerse regularmente una pregunta básica: ¿en qué negocio estoy? ¿Está el
operador de la mina en el negocio de procesamiento y venta de mineral?
Yo diría que la venta de minerales de alta calidad es la única razón de su existencia. La excavación de
agujeros y la operación de maquinaria pesada para la remoción de tierra son solo un medio para lograr
un fin.
13. Si esta fuese una visión compartida por toda la administración de la empresa minera, la minería podría
ser a cielo abierto, subterránea o incluso urbana. Esto abre un nuevo campo a la iniciativa empresarial,
que amplía además el portafolio de fuentes de ingresos.
Este artículo ya abordó los efectos derivados de la extracción y el procesamiento de minerales,
incluyendo la mezcla de plásticos reciclados para hacer papel roca. Este es un ejemplo de la minería
urbana.
La tecnología quelante adaptada a la minería artesanal en los yacimientos mineros podría extenderse a
la minería artesanal en un entorno urbano para recuperar el oro contenido en equipos electrónicos. Esta
es una propuesta de negocio diferente para la minería, con el uso de la misma tecnología, que abre
nuevas vías de acceso a los minerales purificados.
También abre oportunidades para acceder a mercados de mayor gama como la oferta de oro procesado
y de metales del grupo del platino para la industria electrónica.
Gráfica 6: Múltiples beneficios para la mina. Fuente: Pauli/ZERI.
¿En lingotes o en polvo?
La industria electrónica es uno de los mayores consumidores de minerales procesados y purificados.
Aunque su apetito cubre toneladas de materiales que se aplican en volúmenes diminutos, el suministro
se hace en forma de polvo.
Ahora bien, si la materia prima que la minería urbana y artesanal recupera a través de la tecnología
quelante ofrece partículas "con tamaño de polvo”, entonces tiene sentido ofrecer a la industria electrónica
estos mismos tamaños de partículas.
14. En lugar de vender lingotes como un estándar para las empresas procesadoras intermedias —porque es
la forma en que la industria ha entregado los minerales desde el siglo pasado— se debería suministrar
polvo, ahorrando en el proceso una considerable cantidad de energía.
El modelo de negocios comenzó a evolucionar y está tomando un giro definitivo, pasando de materias
primas competitivas de bajo valor y en gran volumen, cotizadas en dólares americanos, a productos con
mayor valor agregado, que aprovechan un segmento de mercado competitivo que establece los precios
de sus productos de acuerdo con la capacidad de satisfacer los requisitos específicos de clientes que
pertenecen a un segmento de mercado de alto crecimiento. ¿O a la mina de oro le interesa únicamente la
producción de joyas?
Cambiar el modelo de negocios - Redefinir el producto
Si bien al principio me propuse cambiar el paradigma de la minería adoptando innovaciones y diseñando
un nuevo modelo de negocios, es claro que en el proceso estamos redefiniendo también el producto.
En lugar de someterse a los vaivenes del mercado de materias primas, este nuevo modelo conforma una
serie de segmentos de mayor valor, como el de la electrónica.
El poder de la minería, de acuerdo con el modelo de negocios descrito, no solo influye sobre su propio
sector sino que logra lo mismo para todos los demás socios en su grupo, incluyendo la agricultura, la
vivienda, el cemento, la pulpa y el papel, los productos electrónicos y los plásticos.
Mejor aún, tiene un impacto positivo en la biodiversidad, los ciclos naturales del agua y las condiciones
sociales que ayudan a la zona a avanzar en el logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
Esto requiere nuevas estructuras, procesos, socios e incluso mecanismos de financiación. La fortaleza de
la propuesta radica en que se identifican múltiples flujos de caja, y se sabe que los activos aumentan su
valor, a la vez que se tienen bajo estricto control los costos de cierre.
Este cambio no es sobre el diseño de la mina del futuro, se trata de que la nueva empresa sea capaz de
redefinir su efecto en el mercado y sus contribuciones a la sociedad. En última instancia, este cambio
tendrá un impacto sobre el futuro de las comunidades.
Múltiples beneficios
El poder que tiene este tránsito de la minería tradicional a una empresa más rentable y más flexible, que
enfrenta menores riesgos, es que la implementación de este modelo microeconómico de negocios tiene
el potencial de impactar la economía del país en los lugares donde opere este agrupamiento.
Las empresas logran menores costos no a partir de una mayor reducción de los gastos, sino más bien
por medio de la generación de múltiples ingresos. Dado que el modelo genera diversos beneficios que
van más allá de la mina y del negocio, este enfoque innovador genera valor para todos, incluido el capital
social, a la vez que mejora los bienes comunes y aumenta los ingresos disponibles.
Las industrias locales recuperan un futuro y la moneda no se revalúa más allá de un punto razonable.
Los empresarios generan un mejor flujo de caja sin tener que caer en la trampa tradicional del recorte de
costos y las importaciones baratas en que se cae por la búsqueda interminable de una productividad del
trabajo cada vez más alta, que conduce a la automatización y a la pérdida de puestos de trabajo en una
sociedad joven y vigorosa.
¿Gravar o estimular?
Esta conexión entre el modelo de negocio microeconómico y el estímulo macroeconómico de la nación
es probable que motive a algunos macroeconomistas, como los directores de los bancos centrales, a
equilibrar la dinámica de las inversiones mineras y de las exportaciones de productos básicos con una
política proactiva que fortalezca la agricultura y la industria locales.
15. Este caso concreto muestra cómo un cambio en los modelos de negocios de la minería puede ofrecer un
efectivo antídoto contra la Enfermedad holandesa. Esto es de gran importancia para determinar la política
fiscal de los gobiernos.
El Gobierno podría relajar su carga fiscal sobre las minas con el fin de orientar a los inversionistas hacia
el diseño de modelos de negocios que utilicen lo que hay disponible.
Los sectores primario y extractivo se encuentran excepcionalmente bien posicionados para lograr este
efecto catalítico. Esto crea una ruta que incluye sacar a la población de la pobreza. En tal sentido, el
Gobierno debería desarrollar una política de crecimiento mediante el estímulo de este efecto multiplicador
que propician las minas.
Gráfica 7: La agrupación del desarrollo social, la ecología, las empresas y los beneficios macro-
económicos a través de un nuevo modelo de minería
De la micro a la macroeconomía
Las tendencias macroeconómicas son la amalgama de los cambios microeconómicos. Cuando una
empresa minera integral transforma sus operaciones para que pasen de la búsqueda exclusiva de un
mineral específico a un diseño de negocios global y competitivo con menos gastos de capital y de
operación, costos de cierre reducidos y mayor valor agregado, el grupo de empresas estará entonces en
una mejor posición para atender a sus clientes utilizando todos los recursos disponibles.
De manera que en el mercado colombiano surge un nuevo modelo de crecimiento dinámico. Esto va a
generar puestos de trabajo y mejores salarios, no por imposición ni por presiones ejercidas a través de
huelgas sino gracias a la creación de nuevas oportunidades que pronto podría convertirse en la norma de
la industria, ya que sus beneficios cubren a las empresas, los accionistas, la comunidad y el medio
ambiente.
Esto es mejor que los resultados de un reporte de desempeño ambiental, social y financiero, puesto que
toda la operación del negocio está diseñada para aumentar la producción, fomentar la innovación y
generar puestos de trabajo con capital social.
16. La pregunta es si los accionistas comprenden este cambio fundamental. Porque si prefieren centrarse
solamente en una competencia central, entonces no habrá ninguna instrucción para que la administración
cambie su estrategia.
Aquí deberíamos preguntarnos si los analistas en los círculos de los inversores esenciales son
conscientes el profundo impacto que esto tiene para la empresa, para su flujo de caja y para los riesgos
que enfrenta.
¿Podrían los analistas, que son expertos en un sector estrechamente definido, traducir la reducción de
los gastos de capital y de operación, y la disminución de los costos de cierre, en una recomendación para
comprar o vender las acciones de una empresa que acoja esta estrategia?
Y los expertos de las agencias de calificación, ¿estarían dispuestos a mejorar la calificación de un país
que se ha comprometido a estimular la minería siguiendo estas directrices?
Aunque la mente del experto todavía puede obligarlo a seguir parámetros y metas de desempeño
corporativo estrictamente definidos, estoy convencido de que le complacerá de todo corazón saber que
existen tantos activos ocultos y oportunidades desconocidas para reducir costos y generar más ingresos
en la industria extractiva, que nadie había visto antes.
Cuando una base más amplia de accionistas y analistas vean el poder de la agrupación y se salgan de la
mera excavación de oro para avanzar más en la generación de riqueza, una gran mayoría de la
población aceptará entonces a la minería como una parte integral de la sociedad.
Gunter Pauli tiene una amplia trayectoria como empresario. Es autor de diecinueve libros. La economía
azul, la más reciente de sus obras, se ha traducido a más treinta idiomas y su distribución supera el
millón de copias. Pauli convierte los avances tecnológicos en innovadores modelos de negocio. Para las
empresas y los gobiernos identifica nuevas oportunidades de desarrollo, y la manera de ponerlas en
práctica. No hace divisiones entre bueno o malo, sino que busca siempre lo mejor. Sus conocimientos en
ciencia, que es la fuerza tras estas innovaciones, los ha adaptado en 104 fábulas escritas hasta el
momento, que espera extender a 365 en 2016. Es profesor de Diseño del Sistemas en el Politecnico di
Torino (Facultad de Arquitectura), en la Universidad húngara de Pécs (Facultad de Ciencias Económicas
y Empresariales) y en la Escuela de Negocios del Instituto Tecnológico de Monterrey (México). Habla
fluidamente siete idiomas y es padre de cinco hijos.
[1] W. M. Corden, Booming Sector and Dutch Disease Economics: Survey and Consolidation. Oxford Economic Papers 36,
1984, páginas 359-380.
FUENTE: http://www.mineriasostenible.com.co/2013/08/el-futuro-de-la-manufactura-en-las.html