5. “ ¿Cuándo florecen los almendros? Dicen que sus flores blancas son como los jardines del cielo o como los sueños de hadas”.
6. Y florecieron los almendros aquella primavera clara y tú te fuiste por ellos como estrenando alas,
7. cual mariposa niña que necesitara volar mucho y besar las flores de los almendros, en sus ramas.
8. Corrías, saltabas, sonreías, cantabas, cogiendo puñados de estrellas blancas que, contra tu pecho, candorosamente abrazabas.
9. Fuiste luz del amanecer engarzada en los pétalos purísimos de las flores encarnadas.
10. Y también fuiste armonía, canción de plata, cascabel azul celeste que animaba
11. en todo momento al corazón y al alma y al airecillo amigo que entre las flores moraba.
12. Y poco a poco fuiste sembrando sonrisas inmaculadas, regalos de tu corazón, cual princesa enamorada.
13. Y te hiciste perfume selecto de hierba recién regada a lo largo de aquel tiempo sin mancha.
14. Hasta que un amanecer, todavía primavera exacta, dejaste de amar a las flores que ya eran trozos del alma.
15. Nadie supo cómo fue, tú callabas, y ya no sonreías ni cantabas. Poco después te marchaste ¿No te acuerdas como lloraba, por ti, el corazón que ya te amaba?
16. Mil veces vino a buscarte por entre las flores nácar que habían sido tus amigas en la mañana.
17. Pero tú, aunque estabas, ya no eras cascabel ni hada ni princesa azul enamorada.
18. El alma recuerda ahora la primavera pasada y sueña que sigues corriendo por entre las flores blancas de los floridos almendros, en las tardes y mañanas.
19. Y, cada día por donde fuiste, el alma reza callada sabiendo que aquí estuviste aquella primavera clara.
20. Y hasta cree que tu sonrisa aun revolotea en las ramas de los almendros en flor que en tu fantasía, besabas.