Martín observa a un anciano haciendo una poción extraña y va a investigar. Resulta que el anciano, llamado Pablo, estaba haciendo una poción de la juventud que lo rejuveneció. Sin nadie que lo cuide, Pablo se va a vivir con Martín. Juntos usan la poción para rejuvenecer a gran parte de la ciudad, aunque eventualmente el efecto se desvanece y Pablo vuelve a envejecer.