2. CONTENIDO
¿Y ahora qué?....................................................................................................................................3
I. LA ECONOMIAACTUAL...............................................................................................................4
Premisas Filosóficas..........................................................................................................................4
El Principio Básico de la Economía de Mercado..............................................................................5
La Ineficiencia de la Economía de Mercado.....................................................................................5
El Dinero: El Mito del Siglo 20.........................................................................................................6
La Revolución Tecnológica: Una Paradoja Social............................................................................7
El sin-sentido.....................................................................................................................................8
El Socialismo.....................................................................................................................................9
II. LA ECONOMIA HUMANISTA....................................................................................................11
Premisas Filosóficas........................................................................................................................11
El Principio Básico de la Economía Humanista..............................................................................12
Funcionamiento de la Economía Humanista...................................................................................12
La Sociedad de la Abundancia........................................................................................................13
Transformación del Concepto de Propiedad Privada......................................................................14
Transformación de Varias Instituciones, y la Desaparición de Otras..............................................14
Erradicación de la Violencia, Delincuencia, y Fuerzas Armadas....................................................16
La Coordinación de la Producción y el Trabajo..............................................................................17
La Revolución Tecnológica Libera al Ser Humano.........................................................................18
La Ampliación de la Mente.............................................................................................................18
III. EL CAMINO HUMANISTA HACIA LA REVOLUCION MUNDIAL......................................20
La Red de la Economía Humanista.................................................................................................20
Implementación de la REH.............................................................................................................21
Incorporación de Empresas.............................................................................................................23
Desarrollo de la Revolución............................................................................................................23
Epílogo............................................................................................................................................24
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3. ¿Y ahora qué?
Durante todo el siglo 20 la humanidad ha vivido creyendo que existen solamente dos sistemas
económicos posibles, y opuestos entre sí: la Economía de Mercado (Capitalismo) y la Economía
Planificada (Socialismo). En el momento actual, a fines del milenio, después de la caída de la Unión
Soviética y el fracaso de los Socialismos reales se ha perdido fe en la posibilidad de una sociedad
justa y solidaria y se ha aceptado (con resignación por muchos y con júbilo por otros) a la Economía
de Mercado como el único sistema posible en la práctica. Entonces el ser humano se encuentra en un
momento de resignación y escepticismo frente a los nobles ideales y propuestas de un mundo mejor:
se los descarta como utopías e ingenuidades.
Frente a este momento de crisis, surge la necesidad imperiosa de proponer un modelo económico
revolucionario que implique una superación histórica de todo lo conocido hasta ahora: un salto
cualitativo en la evolución del ser humano. Esto ayudará a las personas a re-despertar su fe en un
mundo mejor, y abrirá el futuro del ser humano hacia una nueva civilización.
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4. I. LA ECONOMIAACTUAL
Premisas Filosóficas
La sociedad actual está fundamentada en una premisa básica tácita. Dicha creencia no está
expresada explícitamente en las Constituciones o en las leyes pero su presencia se detecta en casi
todas las corrientes de pensamiento y en las actitudes de las personas. Se podría resumir de la
siguiente manera:
El ser humano tiene una naturaleza predeterminada. En consecuencia, sus actos son
producto mecánico de su naturaleza. No puede cambiar su naturaleza esencial, y en el
fondo no tiene intencionalidad o libre albedrío.
En otras palabras,
La conciencia es pasiva, y como tal es reflejo del mundo.
Esta misma premisa se ha manifestado de distintas formas (aunque en su esencia es la misma) en las
ideologías liberales y marxistas.
Dentro de la concepción liberal, el hombre es intrínsecamente egoísta por naturaleza y sólo se
mueve en pos de sus intereses personales. Al igual que los animales, la selección natural se encarga
de que sólo sobrevivan los individuos más aptos (Darwin). Al extrapolar esta concepción a la
sociedad, surgen los conceptos del libre mercado, competitividad, la sobrevivencia de las empresas
más eficientes, y las leyes “naturales” de la oferta y la demanda. En conclusión, la sociedad estaría
regida por leyes de la naturaleza.
Según el materialismo dialéctico, la materia es la axioma básica de partida, y el ser humano está
sujeto a las mismas leyes físicas que rigen a la materia. Al desarrollar sobre esta premisa se llega a la
conclusión que la sociedad está regida por leyes naturales tales como la lucha de clases y los
factores de producción.
Aunque aparentemente opuestos, las ideologías liberales y marxistas tienen esencialmente las
mismas premisas y conclusiones: que el ser humano tiene una naturaleza determinada y que la
sociedad está regida por leyes naturales, como aquellas que gobiernan la materia. Es decir, la
sociedad es un fenómeno mecánico, natural, y en consecuencia no depende de, ni puede ser
cambiado por la voluntad o intencionalidad de los seres humanos.
Esta postura filosófica del liberalismo y el marxismo se manifiesta en la práctica en sus modelos
económicos, como veremos a continuación.
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5. El Principio Básico de la Economía de Mercado
Al observar el funcionamiento de la Economía de Mercado, se deduce que se sustenta en el siguiente
principio básico:
El fin o motivación para producir todo bien o servicio es el lucro personal.
En otras palabras, la razón para formar una empresa o realizar un trabajo es recibir dinero a cambio.
Esto implica que el quehacer humano se mide en términos monetarios. Un proyecto tiene sentido si
es rentable para sus ejecutores, o en otras palabras si ostenta un número positivo en la última línea
de un estado de resultados. Un proyecto cuyo fin fuera lograr un mayor bienestar espiritual entre los
vecinos de una comuna (por ejemplo) sería difícil de justificar en este sistema, a la hora de
conseguir financiamiento de la empresa privada.
Esta perspectiva economicista se ha extendido hasta invadir todo el campo de la subjetividad
humana. El verdadero interés de aquellos que controlan los medios de producción es hacer buenos
negocios para sí mismos. No es hacer un aporte a la sociedad. El resto de la humanidad, aquellos
que venden su fuerza de trabajo, están obligados a tener la misma motivación, pues todos necesitan
ganar dinero para sobrevivir. “Desde el pensamiento hasta los músculos, todo está educado para
contraer, no para soltar”.1
De esta manera, las intenciones, creatividad y energía mental de la gente
está orientada a obtener dinero, y no a realmente solucionar los problemas de la humanidad.
No ha de extrañarse entonces la pobreza reinante en el planeta, no solo en África y el Tercer Mundo,
sino también en las ciudades de los países “desarrollados”. Dentro de la lógica de los buenos
negocios, para obtener una buena rentabilidad no es necesario producir bienes para satisfacer las
necesidades de grandes conjuntos humanos. Basta con producir una cantidad módica para un sector
pudiente de la población.
Por consiguiente, si aceptamos la premisa en cuanto a la naturaleza predeterminada del ser humano,
diríamos que por simple observación, las leyes “naturales” de la oferta y la demanda no han sido
eficaces en superar los problemas de la humanidad. Por otro lado, si reconocemos la existencia de la
intención en el ser humano, vemos que en el momento actual la intencionalidad conjunta de la
humanidad está puesta en obtener dinero. Veamos ahora como este simple hecho ha dado lugar a
todo el armado económico y social que conocemos hoy en día.
La Ineficiencia de la Economía de Mercado
Contrariamente a lo que sustentan sus ideólogos, la economía de mercado es extraordinariamente
ineficiente. Al examinar cuidadosamente la mecánica de este sistema, se observa que existen
numerosas actividades que no aportan nada a la producción de los bienes. Su verdadera función es
asegurar la máxima rentabilidad para los dueños del negocio.
Cada año se gastan millones de dólares en publicidad para promover varias marcas del mismo
producto, por ejemplo “Coca Cola” y “Pepsi”. El argumento que la publicidad es necesaria para
informar a la población sobre la existencia de los productos suena como un insulto a la inteligencia:
1 Silo, “Humanizar la Tierra”
5
6. ¡para fines informativos bastaría un aviso en las páginas amarillas! Si uno necesitara un determinado
producto, bastaría con tener una fuente de información fidedigna que indicara donde se obtiene.
Tomemos otro ejemplo: una típica empresa manufacturera, una fábrica de zapatos. La empresa, o
sea el grupo humano que lo constituye, trabaja para producir zapatos, bienes que satisfacen una
necesidad de la gente. Sin embargo, hay muchas actividades realizadas por el personal de la empresa
que no aportan nada a la producción en sí. Los vendedores pasan todo el día en la calle buscando
clientes (como si no existiera gente en el mundo necesitada de zapatos); el personal administrativo,
apoyado con el sistema de computación, emite cientos de facturas en papel triplicado al mes; el
departamento de cobranzas hace incontables llamadas telefónicas y visitas a los clientes para lograr
que el dinero vuelva a la empresa; la gente de informática dedica largas horas a generar programas
que calculan el sueldo exacto de cada trabajador (no vaya a ser que se lleve unos pesitos de más por
error); el departamento de “Marketing” y el Gerente General dedican sus vidas a inventar estrategias
para colocar sus productos en nuevos mercados, y a proyectar la empresa más allá del año 2000. ¿A
qué va dedicado todo este esfuerzo maratónico? ¿A producir los zapatos? Está claro que no. La
producción ocupa una proporción pequeña del esfuerzo realizado por la gente de la empresa. La
mayor parte: ventas, facturación, administración, cobranzas, informática, finanzas, “marketing”, va
dirigido a obtener el mayor beneficio monetario posible para los dueños de la empresa.
Por otro lado, dentro de la lógica de los negocios, muchas veces no tiene sentido aumentar la
producción. Al contrario, un exceso de producción genera sobreoferta y se reduce la demanda y con
ello los precios. En cambio, al reducir la producción se genera escasez, y por la mecánica de la
oferta y demanda, esto eleva los precios. En consecuencia, a veces resulta más rentable producir
poco y caro, en vez de permitir que más personas tengan acceso a un determinado producto. Un
ejemplo monstruoso se observa en la agricultura: resulta más rentable para los productores de
cereales de Estados Unidos destruir su producción sobrante en vez de donarla a países necesitados,
tales como Etiopía y Ruanda.
Extrapolando esto a toda la sociedad, podemos inferir que los mayores esfuerzos de la humanidad
están puestos en preocuparse de que la actividad que uno realice sea rentable, en vez de producir
para la sociedad.
El Dinero: El Mito del Siglo 20
Hoy en día el dinero es todo. Es la nueva religión. Para casi cualquier proyecto, se necesita dinero:
para formar una empresa, crear una Universidad o investigar una cura para el SIDA. Para
alimentarse adecuadamente, educarse, tener acceso a la información, sacarse una muela, e incluso
para tener relaciones afectivas se necesita dinero. Se ha instalado el Dios dinero en los corazones de
los hombres.
Pero en realidad esta situación se sustenta en un gran mito. Se cree que el dinero es un objeto
tangible, que tiene una sustancia y fuerza intrínseca que lo hace capaz por sí solo de construir
industrias, carreteras y hospitales. En verdad, la única fuerza que realmente construye el progreso
material es el trabajo del ser humano. La actividad creadora de millones de personas producen los
automóviles, las casas, la educación, la salud y la cultura. No los produce el dinero.
El dinero es una convención social que fue creada con el fin de establecer en forma precisa los
bienes que uno exige recibir, a cambio de lo que uno produce. Es una forma avanzada de trueque,
donde el acto de recibir un tangible es sustituido por el acto abstracto de “registrar” la transacción
6
7. realizada en la conciencia colectiva contable. Independiente de la forma de pago, siempre se realiza
el acto de registrar la transacción. Cuando el pago se hace con dinero en efectivo (papelitos
coloreados de 7x14 cm), el registro es mental: se dice, “Te di la mercadería, me pagaste, ya no me
debes”. En otros casos el registro se realiza en una cuenta corriente bancaria, donde las
transacciones se almacenan electrónicamente en una computadora. De este modo, el dinero se ha
convertido en un meta-bien. No es un bien en sí mismo, pero se usa para transarlo por bienes
tangibles. Lo que hace esto posible es el acuerdo tácito social en aceptar dinero a cambio de
cualquier servicio o producto.
Esta universalidad de poder de compra que se le ha otorgado al dinero lo ha convertido en un meta-
bien muy cotizado en la sociedad. Con dinero se puede comprar todo, hasta a las personas. En torno
a esta convención social se ha levantado un imperio mundial de un poderío inédito: la banca y el
sistema financiero internacional. Todas las actividades bancarias, de la bolsa de valores, del mercado
de capitales, constituyen un armado de un edificio abstracto en las conciencias de las personas que
adquiere proporciones impresionantes. Millones de dólares en tecnología de última generación se
gastan en apoyo del sistema financiero: supercomputadoras, fibra óptica y comunicaciones
satelitales. Toda esta actividad no aporta ni un ápice de algo útil para la gente. La banca no produce
absolutamente nada que sea útil en la vida concreta de un ser humano.
El sistema financiero se ha convertido en un instrumento de dominio y poder, por unos pocos sobre
el resto de la humanidad. Las empresas no pueden operar sin el crédito bancario, y los gobiernos
postergan las necesidades de sus pueblos para no espantar a los capitales extranjeros hacia otros
mercados. Un puñado de hombres inescrupulosos, dueños del capital financiero internacional, cuya
motivación no es el avance de la humanidad, sino solamente sus intereses personales, controlan los
destinos de la sociedad, decidiendo en qué invertir su dinero. Su único criterio para invertir es la
rentabilidad, no importa que esto sea descubrir una cura para el cáncer, o fabricar armamentos.
La Revolución Tecnológica: Una Paradoja Social
La revolución tecnológica ha traído consigo una gran paradoja. Durante la era de la revolución
industrial en los siglos 19 y 20, en las fábricas y oficinas la mayoría de las personas han tenido que
realizar trabajos tediosos y aburridos que ofenden a la inteligencia y oprimen el espíritu. A partir de
los años 80, la masificación de la tecnología informática y robótica ha hecho posible automatizar
muchas tareas mecánicas y repetitivas, otrora realizadas por seres humanos. En las oficinas, donde
antes había ejércitos de funcionarios sumando números con papel y lápiz, ahora hay un contador con
una computadora. La compañía Japonesa Toyota, tiene fábricas de automóviles producidos
exclusivamente por robots, y supervisado por un solo hombre.
Este cambio debería haber significado un gran beneficio para la humanidad, al liberar al ser humano
de las labores monótonas para poder dedicarse a actividades más interesantes y creativas. Sin
embargo, esto no ha ocurrido en la práctica. Más bien, una minoría de empresarios se ha apoderado
ilegítimamente de la tecnología, que en realidad es patrimonio de toda la humanidad, y la
implementan en las empresas para despedir personal y así reducir costos y aumentar sus utilidades.
De este modo, los trabajadores efectivamente quedan liberado de sus labores tediosas pero sin el
beneficio que están brindando las máquinas. Los trabajadores quedan cesantes y sin ingresos para
asegurar su bienestar, y solamente el empresario recibe los beneficios de la automatización. La
explicación de este fenómeno radica en el principio básico de la Economía de Mercado señalado en
los inicios de esta tesis: ya que el fin para realizar toda actividad es el lucro personal, el empresario
7
8. no introduce tecnología pensando en el tiempo libre que esto le pueda brindar a sus empleados, sino
en la mayor rentabilidad que pueda obtener.
Por consiguiente, la consecuencia de la revolución tecnológica en el sistema neo-liberal es el
aumento de la desocupación. Esto se observa hoy en día sobre todo en Europa. Los sectores
desocupados obviamente ven disminuido su poder adquisitivo, y por lo tanto consumen menos y los
empresarios ven reducidas sus ventas. Uno tendería a pensar que por este motivo la automatización
es un proceso insostenible, porque a la larga, el empresario ya no tendría a quien vender. Es difícil
emitir una conclusión categórica sobre este punto, pero lo que sí esta claro es que en la medida que
el empresario va reduciendo sus costos, necesita vender cada vez menos para mantener su empresa y
obtener utilidades. Sólo necesita producir y vender a una minoría (cada vez más reducida) de
personas pudientes. Entonces vastos sectores de la humanidad van quedando marginados fuera del
circuito productivo porque ya no trabajan ni consumen. Se genera la situación monstruosa y absurda
que ya no se necesita al ser humano, ni para producir, ni para comprar, y por lo tanto se va
convirtiendo en algo descartable, que sobra.
El sin-sentido
Todo ser humano necesita sentir que su vida tiene sentido, que no está vegetando: meramente
existiendo para cumplir su ciclo biológico: nacer, procrear y morir. En otras palabras, uno necesita
sentir que tiene una misión en la vida, que vaya más allá de satisfacer las necesidades inmediatas de
sobrevivencia.
Antiguamente, el trabajo tenía un sentido para cada ser humano. En las primeras comunidades
primitivas, el trabajo tenía un sentido social: cada miembro de la comunidad aportaba con su trabajo
al bienestar del conjunto. Algunos cazaban, otros pescaban, y otros construían las casas y cuidaban a
los niños. Si bien el trabajo evidentemente estaba orientado a la subsistencia, no tenía un fin
individualista, sino más bien comunitario, y eso le otorgaba un sentido social.
Más adelante, desde la Babilonia hasta el siglo 20, el trabajo de la humanidad, traducido en ciencia y
tecnología, ha aportado a la superación del dolor y sufrimiento del ser humano, lo cual ciertamente
ha tenido un sentido válido.
En el sistema capitalista actual, para realizar cualquier trabajo para la comunidad, ya no se puede
hacer solamente con buenas intenciones, pues se requiere capital. Esto es claro: para curar enfermos,
construir casas y realizar investigación científica se requiere dinero. El hecho de que el capitalista
sea dueño del capital y de los medios de producción implica que es dueño de los medios de trabajo.
No se puede trabajar sin el capitalista, y el trabajador debe pedirle que le conceda un puesto de
trabajo. Es común escuchar a los empresarios decir, ‘Yo le “doy” trabajo a mucha gente’, y a los
trabajadores comentar agradecidos, ‘Mi patrón me “da” trabajo’. La ironía es que el empresario le da
al trabajador algo que hacer, cuando en realidad ya hay mucho que hacer, muchas necesidades
humanas que satisfacer. Entonces el empresario controla el trabajo: decide qué trabajo será
realizado, dónde, cuándo, cuánto, para quiénes, y para qué. Como ya hemos señalado, el “para qué”
es casi invariablemente el lucro personal del empresario.
Por consiguiente, aguijoneados por la necesidad de sobrevivir, la gente se encuentra obligada a
trabajar apoyando a las intenciones de aquellos que controlan el sistema, no de acuerdo a sus propios
proyectos. El sistema infunde un permanente temor a perder el empleo, y así logra que sus
8
9. empleados trabajen muchas horas extraordinarias. Además le ha “lavado el cerebro” a la gente
haciéndoles creer que en la empresa van a triunfar si se colocan “la camiseta” de la compañía.
De esta manera, las personas trabajan sabiendo que el verdadero fin de su labor no es hacer un
aporte a la humanidad, sino apoyar a un sistema social inhumano y violento. El cajero de un banco
intuye que en realidad no está produciendo nada útil para la gente, el vendedor de AFP2
sabe que en
el fondo todas las AFP son iguales, y el gerente de una clínica privada debe rendir cuentas a los
accionistas en términos de rentabilidad más que en vidas humanas salvadas.
Muchos se auto-engañan y dicen que están bien, están tranquilos y su único proyecto de vida es
seguir trabajando. Otros que han “triunfado” económicamente, aunque les cueste asumirlo, llevan la
derrota en su alma, porque el dinero no les ha traído la felicidad que esperaban. Por otro lado, hoy
en día muchas personas reconocen que se sienten asfixiadas en una monotonía gris sin horizontes, y
que no tiene verdadero sentido trabajar todo el día para ayudar a la “Company” en sus proyectos de
expansión, los cuales no sirven a la humanidad sino sólo a los intereses de un grupúsculo de
accionistas.
Este sistema ha generado el sin-sentido social, el cual nos afecta a todos por igual: a pobres y ricos,
trabajadores y empresarios. El empleado que trabaja todo el día en una oficina se siente encerrado en
su rutina y sin futuro. El magnate, dueño de un imperio económico, sabe dentro de su intimidad que
en el fondo de su alma se siente vacío, y en realidad muy pobre, pues no se podrá llevar su fortuna al
morir.
El Socialismo
Según la concepción Marxista, cuando las contradicciones internas de la sociedad burguesa llegan a
un nivel que exacerba suficiente a la lucha de clases, el proletariado se toma el poder e instaura la
“Dictadura del Proletariado”. Debido a la misma premisa filosófica presente en el liberalismo en
cuanto a la supuesta naturaleza predeterminada del ser humano, el hecho revolucionario no es visto
como un acto de intencionalidad humana, sino como un fenómeno inherente a las leyes de la
evolución histórica. Por el mismo motivo, la sociedad no puede ser gobernada por el ejercicio de la
libertad individual de sus ciudadanos, porque se tendería naturalmente a la anarquía o se revertiría al
Capitalismo, impulsado por las fuerzas reaccionarias “naturales” de la contrarrevolución. Se supone
que las “masas” no están instruidas, puesto que se han formado en la sociedad burguesa, y por ende
deben ser conducidas por la dirigencia del Partido Unico (Comunista). Se utiliza este punto de vista
para justificar la instalación de una dictadura del partido único, en la cual se mantiene un control
férreo sobre las personas, las ideas, los partidos políticos, las religiones y la economía. Todo es
controlado por el estado, en manos de la nueva minoría en el poder.
En particular, la economía es planificada y controlada por la burocracia estatal, para que cada
persona reciba lo que le corresponda y para que se produzca de acuerdo a las necesidades de la
población. Así queda poco espacio para la libertad e iniciativa de la gente. Es una sociedad
autoritaria, tanto en su concepción filosófica como en su implementación histórica tristemente
conocida, en la cual se niega la libertad y la intencionalidad del ser humano. La actitud aprehensiva
que no permite que la gente dirija su propio destino devela una enorme falta de fe en el ser humano.
Se intenta transformar al ser humano creando un nuevo hombre solidario. Pero como se parte de la
premisa de la pasividad de la conciencia, se impone la solidaridad por decreto, intentando cambiar al
2 En Chile, Administradora de Fondos de Pensiones
9
10. hombre desde afuera (sus condiciones objetivas), en lugar de hacerlo desde adentro, desde su
subjetividad.
Si se niega la libertad y la subjetividad, en fin la dimensión espiritual del ser humano, ¿cuál es
entonces el sentido de la sociedad Marxista? El fin del trabajo es solamente la satisfacción de las
necesidades biológicas, pero no la necesidad de crecimiento interior. Así pues, el hombre queda
reducido a un mero factor económico. Esta visión tan chata y gris de la vida, genera a la postre, el
mismo sin-sentido que el Capitalismo.
Durante el siglo 20, ni el Capitalismo ni el Socialismo han sido capaces de generar bienestar para el
ser humano, y además, su premisa filosófica subyacente, en cuanto a la pasividad de la conciencia,
ha generado el sin-sentido social. Están agotadas estas viejas formas económicas e ideológicas, y ha
llegado el momento de construir una nueva civilización.
10
11. II. LA ECONOMIA HUMANISTA
Premisas Filosóficas
El Nuevo Humanismo toma como punto de partida axiomática la experiencia subjetiva del ser
humano. No parte de una teoría preconcebida del hombre, la historia, Dios o el universo. En otras
palabras, la realidad esencial es todo aquello que siente, piensa y experimenta la conciencia humana.
Este axioma da lugar a una ética y escala de valores basadas en la subjetividad humana, donde el
"bien" es todo aquello que hace sentirse feliz y libre al ser humano, y el "mal" es todo lo que hace
sufrir al ser humano. De esta manera, se coloca al ser humano como valor central, por encima de
cualquier otra consideración.
Desde la perspectiva de la experiencia vivencial, el ser humano lucha por ser feliz y superar el dolor
y el sufrimiento. Se distingue entre el dolor físico causado por agentes externos, como el hambre y
la enfermedad, y el sufrimiento mental que es producto de la falta de coherencia interior.
Desde los inicios de su historia, el ser humano se encuentra en un mundo dado, que no ha elegido.
Un aspecto de este mundo es el medio natural, del cual forma parte el cuerpo. El hombre ha luchado
durante milenios para superar los condicionamientos de la naturaleza, y así ha generado la
agricultura, la medicina, la ciencia y la tecnología. Además, ha intentado generar respuestas para su
sufrimiento mental y sus preguntas acerca del sentido de su existencia. De esta manera, ha generado
una cultura y una sociedad, de modo que el medio del ser humano no es sólo natural, sino además
social e histórico.
La coherencia se define como la coincidencia entre el sentir, pensar y actuar. La falta de acuerdo
entre estas fuerzas es la contradicción interna que se experimenta como sufrimiento y genera
violencia personal y social. En cambio, cuando una persona logra ponerse de acuerdo consigo
mismo, y pone sus fuerzas emotivas e intelectuales en una dirección que contribuye a superar el
dolor y el sufrimiento en él y los demás, experimenta en su conciencia la paz, la alegría y la fuerza.
La felicidad de cada individuo no se opone a la felicidad de los demás. Todo lo contrario, al causar
sufrimiento a otros, se experimenta una incoherencia interior, al tratar a otros de manera opuesta al
trato que uno quisiera recibir. En cambio, tratar a los demás como uno quisiera ser tratado, es la
clave para unas relaciones humanas cálidas y fraternas. Este es el principio de la solidaridad, la
famosa “regla de oro”, expresada de distintas formas pero en esencia la misma, en todas las culturas
durante milenios.
Al reconocer la existencia de la propia subjetividad y al colocarlo como fundamento legítimo de la
realidad, resulta una simple observación el hecho de que uno imagina situaciones inexistentes en el
presente pero deseadas en el futuro, es decir, uno tiene intención. El ser humano tiene la posibilidad
de optar entre distintas alternativas, en otras palabras, tiene libre albedrío. Esta es la esencia de lo
humano: la posibilidad de la libertad, esto es, la intencionalidad.
La concepción del ser humano como ser libre e intencional se opone diametralmente a otras visiones
según las cuales el hombre es un autómata que actúa en base a fuerzas mecánicas de la naturaleza,
11
12. gobernado por sus genes y reacciones bioquímicas en su cerebro. El ser humano tiene la capacidad
de imaginarse el futuro que quiere, y luchar por alcanzarlo.
En su lucha por superar los aparentes determinismos del presente, el ser humano transforma a la
naturaleza y a sí mismo. Ha sido demostrado incontables veces en la historia, que no existe para el
hombre, "un orden natural de las cosas", y por lo tanto, el ser humano tiene la capacidad de
transformarse a sí mismo y al universo sin límites. Esta rebeldía frente al absurdo de lo natural, es su
más hermosa lucha, y ni aún la muerte podrá detener el ascenso del espíritu humano.
Las premisas filosóficas que constituirán los cimientos de la nueva civilización pueden sintetizarse
de la siguiente manera:
El ser humano es un ser libre, con intencionalidad y la posibilidad de transformar al
mundo y a sí mismo sin límites. Lucha por ser feliz y expandir su libertad y su mente.
El actuar en consecuencia con los valores de la solidaridad y la libertad le da sentido a
su existencia.
En otras palabras,
La conciencia es activa, y transforma al mundo y a sí mismo.
El Principio Básico de la Economía Humanista
La economía humanista del futuro se basará en el siguiente principio básico:
El fin de todo trabajo o servicio es aportar al bienestar material y espiritual de la
sociedad.
Esto significa que el motivo para realizar cualquier empresa o proyecto es contribuir al bienestar de
la comunidad, o sea hacer un aporte a otros seres humanos (y a sí mismo). El fin ya no será recibir
dinero o mercancías a cambio. En realidad, es algo mucho más grande y gratificante lo que cada
persona recibirá a cambio: la satisfacción de contribuir al bienestar general, y sentirse integrado en
una humanidad fraterna, cálida y solidaria.
No existirá más el “cálculo” al realizar cualquier trabajo. Se trabajará en forma desprendida,
relajada, alegre, sin temores ni aprehensiones por no recibir el pago correspondiente.
Funcionamiento de la Economía Humanista
En la economía humanista las empresas y personas regalarán sus productos y servicios a la
comunidad. Cabe preguntarse, “¿como será posible esto: si para producir bienes se requieren
materias primas e insumos, de donde saldrán estos últimos? ” La respuesta es que, como se señaló
anteriormente, la riqueza es producida en esencia por el trabajo humano. La economía humanista
funcionará en base a la reciprocidad global, donde todas las personas y empresas regalarán su
producción entre sí. De este modo, cada empresa recibirá materia prima gratuita de otras empresas,
y las personas que en ella trabajan no cobrarán un sueldo. Las personas no necesitarán recibir un
salario, ni tampoco preocuparse por su subsistencia, pues todos los productos y servicios que se
necesitan para vivir serán gratuitas, a disposición de toda persona cuando las necesite.
12
13. Las empresas se formarán mediante la iniciativa de grupos de personas que se juntan para producir
servicios y satisfacer necesidades de su comunidad, ciudad o región. Las maquinarias, terrenos,
edificios, materia prima e insumos se obtendrán gratis de otras empresas. Los dueños de la empresa
serán todos los trabajadores que la conforman, esto es, serán “empresas de trabajadores”.3
El trabajo
y las decisiones serán tomadas en conjunto. Cada persona realizará funciones de acuerdo a sus
conocimientos y habilidades. También existirá lo equivalente a los gerentes de hoy día, y su función
será coordinar y organizar la producción en forma eficiente. No existirán diferencias de sueldos ni
conflictos por repartición de utilidades, pues no existirán ni sueldos ni utilidades.
En la economía humanista quedará abolido el concepto de comprar y vender, y con esto el concepto
de precio y costo. Por consiguiente, ya no será necesario el dinero para intercambiar bienes. Con
esto se derrumbarán los bancos y las instituciones financieras. Todo el armado actual del capital
financiero, con las bolsas de valores, créditos e instrumentos de inversión quedará como una
anécdota irrelevante del pasado.
La Sociedad de la Abundancia
En gran contraposición a las economías capitalistas y socialistas, la economía humanista será una
economía eficiente. No se derrocharán valiosas horas-hombre en realizar tareas inútiles
improductivas tales como publicidad, “marketing”, ventas, contabilidad, finanzas, cobranzas,
facturación, etc. Tampoco se desperdiciará la intención humana en preocuparse de las propias
ganancias (estarse “mirando el ombligo”) ni energía mental perdida en aprehensiones acerca de la
propia sobrevivencia o de que a uno lo estafen. Toda la energía y creatividad humana estará
orientada hacia la producción, a satisfacer las necesidades de la humanidad. Retomemos el ejemplo
de la fábrica de zapatos, para ver la diferencia con el modelo capitalista:
En la fábrica de zapatos humanista, algunos trabajadores realizarán la producción en sí, haciendo
zapatos, asistidos por maquinarias y tecnología. Otras personas se encargarán de buscar materia
prima e insumos de otras empresas. Una o más personas se encargarán de la mantención de las
maquinarias. Otros colocarán avisos informativos (no publicitarios) acerca de la fábrica en una base
de datos pública, para que las empresas distribuidoras sepan que allí pueden ir a buscar los zapatos.
Finalmente, habrá personas encargadas de coordinar y organizar las actividades.
Existen cuatro factores poderosos que generarán la abundancia en la economía humanista:
1) La orientación de las intenciones humanas hacia el bienestar social,
2) La concentración de las actividades en tareas productivas,
3) El aumento de la producción sin restricciones por consideraciones de sobreoferta,
4) La revolución tecnológica.
A las personas les importará el bienestar de los demás seres humanos, y en consecuencia orientarán
sus intereses y actividades hacia la solución de los problemas de la humanidad. Al detectar
necesidades y carencias en muchos grupos humanos, las personas y empresas producirán para
satisfacer estas necesidades. Las actividades serán sobre todo productivas; no se perderá tiempo ni
esfuerzo en consideraciones ajenas a satisfacer las necesidades de la gente. La producción no estará
limitada por los conceptos de precio y sobreoferta, los cuales evidentemente estarán fuera de
contexto. Por ende la producción podrá crecer sin límites hasta satisfacer con creces la necesidad de
3 Paola Parra, “La Propiedad de los Trabajadores en las Empresas”
13
14. la población. Por último, la revolución tecnológica permitirá producir con menos horas-hombre y
aprovechar recursos otrora inútiles, por ejemplo, usar los desiertos para la agricultura.
En una sociedad de abundancia generalizada, las personas perderán el temor de no obtener lo que
necesitan para su sobrevivencia. En este contexto, cada persona tomará lo que necesita para su
bienestar. Por simple sentido común, no consumirá más carne de la que puede comer, no se llevará
más ropas de las que caben en su ropero y no tendrá sentido tener 10 automóviles que no puede
estacionar en su casa. Por consiguiente, cada persona consumirá lo que necesita, y dejará para el
resto. De este modo, la producción podrá satisfacer las necesidades de toda la humanidad. Al
desaparecer el temor a la escasez, desaparecerá también el origen de la codicia y el acaparamiento.
La abundancia disminuirá la codicia, y en continua retroalimentación, la disminución de la codicia
aumentará la abundancia.
Transformación del Concepto de Propiedad Privada
En el sistema actual, el sentido de poseer medios de producción, esto es, terrenos, edificios,
maquinarias, etc. es tener poder sobre el resto de la gente, para acceder a la riqueza. Al poseer
medios que no muchos tienen y que son indispensables para la producción, se tiene una posición de
fuerza superior para negociar condiciones mucho más favorables para el capital que para el trabajo.
La propiedad privada es uno de los pilares del sistema, y sus defensores son capaces hasta de matar
a otros seres humanos con tal de defender sus intereses. Además, en la sociedad actual de escasez y
pobreza generalizada, cuando se logra obtener un objeto útil, uno se aferra desesperadamente a él
con tal de asegurarse la sobrevivencia. Los seres humanos nos hemos vuelto capaces de sacarnos los
ojos con tal de cuidar nuestras cosas.
En cambio, en la sociedad humanista el sentido de los medios de producción será, pues, tal como su
nombre lo indica: producir, y para toda la gente. Estos medios serán de quienes las estén ocupando
en el momento. Serán herramientas de trabajo compartidas por toda la humanidad. Una empresa
podrá hacer uso de las maquinarias que necesita, y facilitárselas a otros cuando las deje de ocupar.
Por otro lado, cuando hay abundancia material, cuando la subsistencia ya no es una preocupación, y
además se le da otro sentido a la vida, se pierde el temor y la aprehensión sobre las cosas, y ya no
tiene tanto sentido poseerlas.
En este escenario pierde sentido el poseer a los objetos. Por consiguiente, el concepto de propiedad
privada será transformada en el concepto de uso. Se relajará el sentido de posesión permanente
sobre los objetos, los cuales pasarán a pertenecer provisoriamente a quienes las estén ocupando en el
momento. Tal como aún sucede en algunas familias fraternas, las cosas se compartirán dentro de la
gran familia humana. El respeto por la propiedad del otro, se reemplazará por el respeto a la
intencionalidad del otro, esto es, respeto a lo que está haciendo, respeto por su espacio y su
privacidad, y respeto por su subjetividad.
Transformación de Varias Instituciones, y la Desaparición de Otras...
En la sociedad humanista, las empresas e instituciones serán radicalmente distintas de como las
conocemos hoy en día.
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15. Las empresas manufactureras estarán orientadas hacia la producción solamente, como ya se vio con
el ejemplo de la fábrica de zapatos.
Las tiendas, negocios y supermercados se transformarán en centros de distribución donde la gente
puede entrar y libremente llevarse lo que necesita sin pagar. Los supermercados podrán ser similares
a los de hoy en día, con muchos estantes bien provistos de alimentos, salvo una única diferencia:
donde antes habían cajas registradoras con largas filas de gente esperando impacientes para pagar y
poder salir, ahora no habrá nada: solo un gran espacio abierto donde la gente pueda transitar
libremente. Las personas entrarán, llenarán sus bolsas de mercadería y se irán, sin pagar ni tener que
hacer colas.
Los medios de difusión serán instrumentos de comunicación masiva para la gente. Debido a que
cumplirán la función de permitir que la gente se exprese, estarán abiertos a toda persona que quisiera
decir algo, y desde luego que no existirá censura de ninguna especie.
Los colegios serán abiertos a todos los niños, sin discriminación de ningún tipo. Esto significa que
no existirá la distinción entre colegio privado y público. Más bien, los colegios serán todos privados,
pero sin fines de lucro, y sin discriminaciones económicas o sociales sobre el ingreso de niños.
Serán “privados” en el sentido que serán formados por la iniciativa privada de grupos de profesores
que se unen para crear un colegio e impartir educación a los niños de su comunidad. En la sociedad
humanista, los profesores (al igual que el resto de las personas) gozarán de una alta calidad de vida,
muy diferente a las penurias que deben pasar hoy en día. Por consiguiente, habrá más personas que
puedan desarrollar su vocación de maestro y existirán más profesores por niño, y ellos podrán
dedicarse plenamente a sus alumnos al encontrarse liberados de la angustia por la sobrevivencia. En
consecuencia, la educación será más personalizada. Los valores humanistas propiciarán, además del
rendimiento académico, un mayor énfasis en el crecimiento personal, como parte fundamental de la
educación, fomentando el desarrollo integral de los niños.
Asimismo, las universidades estarán abiertas a toda las personas que quisieran estudiar. No existirán
restricciones al ingreso de alumnos, pues fiel a la actitud humanista, cada ser humano, con sus
particulares conocimientos y habilidades podrá hacer, a su manera, su aporte a la sociedad.
Cambiará el enfoque de los estudiantes: en vez de estar tratando de calcular cuales son las carreras
que a futuro serán más rentables en el mercado laboral, los estudiantes estudiarán por vocación, lo
que les gusta, lo que les hace sentirse bien como persona, y tendrán interés en adquirir
conocimientos que les permita hacer un aporte a la humanidad. Aumentará la investigación, al haber
muchas personas interesadas en contribuir a la evolución del ser humano.
En el campo de la salud, las clínicas y hospitales se formarán mediante la iniciativa de profesionales
(médicos, enfermeras, etc.) que quisieran atender a las necesidades de su comunidad. Serán
obviamente gratuitos, estarán muy bien equipados con los últimos adelantos tecnológicos, y la
actitud de las personas que trabajan allí será cálidamente humana, orientada a sanar a las personas.
Más aún, el enfoque hacia la salud será preventivo además de curativo, de modo que los centros de
salud tendrán además una misión educativa, orientando a la población hacia hábitos y prácticas para
una vida más saludable y plena.
Las empresas constructoras se orientarán hacia la calidad de vida para los moradores de sus
viviendas. Se preocuparán de proveer un hogar agradable para las personas, en equilibrio con la
naturaleza y con atención a áreas verdes. Los barrios y conjuntos habitacionales se diseñarán en
conjunto con las personas que allí habitarán, de modo que la gente pueda ser co-gestora del lugar en
que viven.
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16. Además de las empresas y instituciones que se verán radicalmente transformadas, habrán otras que
desaparecerán por completo, pues habrán llegado a ser obsoletas para la sociedad humanista del
mañana. La causa de su extinción será el derrumbe de ese gran mito del siglo 20: el dinero.
En una economía donde el fin del trabajo y la gestión es aportar a otros seres humanos y donde
además existe abundancia para todos, pierde sentido el concepto de comprar y vender. Con ello el
dinero se vuelve irrelevante en la libre circulación de bienes, y por ende llegará a su extinción, tanto
como procedimiento como concepto. Como corolario, la banca y las instituciones financieras
correrán el mismo destino. Para montar una empresa, realizar un proyecto de investigación o
construir un hospital, ya no será necesario acudir a un banco para conseguir el financiamiento, sino
que el equipamiento, materia prima y mano de obra necesarias estarán disponibles gracias al trabajo
humano voluntario y solidario.
Los dueños de las empresas serán los mismos trabajadores, y por lo tanto no existirán los
accionistas. Así, tampoco existirán las acciones, bolsas de comercio, corredoras de bolsa, o empresas
consultoras auditoras.
La muerte del dinero arrastrará consigo por el mismo camino a todas aquellas ciencias que se han
creado en torno a él. Desaparecerán los oficios de la Contabilidad, Finanzas y Auditoría.
En una sociedad solidaria donde las necesidades humanas estarán garantizadas, las personas de la
tercera edad recibirán todos los cuidados necesarios para su bienestar. Además la salud estará
garantizada para toda la población. En este escenario, no serán necesarias las pensiones de vejez,
viudez o invalidez, y desaparecerán las Administradoras de Fondos de Pensiones y las Instituciones
Previsionales de Salud.
Dentro de este escenario sin dinero, donde las necesidades humanas estarán cubiertas solidariamente
por todos, no será necesaria la recaudación de impuestos. Tampoco tendrá sentido restringir el flujo
de bienes y personas de un país a otro, y en consecuencia se acabarán las aduanas y se disolverán las
fronteras entre los países y pueblos. Así, desaparecerá el estado nacional tal como lo conocemos hoy
en día.
Erradicación de la Violencia, Delincuencia, y Fuerzas Armadas
En un mundo donde las personas tratan a los demás como quieren ser tratados, nadie ejercerá
violencia sobre otros. Más aún, en una sociedad de abundancia nadie estará en una situación de
marginalidad tal que tenga que robar para subsistir. Desaparecerá la violencia entre los seres
humanos, y por supuesto también la delincuencia. Extrapolando esto al planeta entero, no existirán
más guerras.
En un mundo sin delincuencia ni guerras, está claro que no serán necesarias las policías ni las
fuerzas armadas. Desaparecerán también pues, como consecuencia lógica de una sociedad en la cual
el máximo valor es la vida humana.
Al desaparecer tantas instituciones que hoy día nos parecen obvias y necesarias, ¿como se
organizará la sociedad humanista? ¿Se sumergirá en un caos, una anarquía sin coordinación ni
organización? De ninguna manera, pues será reemplazada por una organización humana planetaria,
la cual veremos a continuación.
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17. La Coordinación de la Producción y el Trabajo
El trabajo y las actividades productivas tendrán que ser coordinadas y organizadas. La sociedad
humanista no podrá ser una aglomeración anárquica de individuos y empresas. La actividad humana
tendrá que ser coordinada en forma inteligente. La humanidad será capaz de trabajar en equipo, con
una visión global, y no como fragmentos parcelados disconexos entre sí.
La sociedad estará organizada en base a la Democracia Real, donde el verdadero poder radica en las
personas, organizadas desde la base social. La organización y poder político se estructurará desde la
base hacia arriba, desde lo local hasta lo global. No existirán las autoridades y gobiernos como los
conocemos hoy en día: serán sustituidos por personas y equipos humanos cuya función es coordinar
las actividades de la sociedad.
Los vecinos se juntarán y se organizarán para satisfacer las necesidades locales de su barrio o
distrito. Con este fin formarán pequeñas empresas e instituciones tales como panaderías,
distribuidoras de alimentos y de ropa, escuelas y centros médicos. Muchas de las instituciones que
hoy en día se realizan en gran escala podrán hacerse en forma local, por ejemplo, podría haber un
hospital bien equipado por cada municipio. La confección de ropa, elaboración de alimentos y
construcción de viviendas son otros ejemplos de actividades económicas que pueden ser realizadas
en pequeña escala, a nivel local. El Municipio tendrá el rol de canalizar las inquietudes de los
vecinos y facilitar la comunicación y la coordinación. La organización social se apoyará en la
tecnología informática, mediante bases de datos públicos, grupos de discusión en red y plebiscitos
computarizados.
Hay proyectos y actividades de mayor envergadura que no se pueden realizar a escala comunal, por
ejemplo, la industria pesada, automotriz y farmacéutica, la construcción de carreteras y aeropuertos,
y la generación de energía eléctrica. Estas actividades tendrán que ser coordinadas por equipos de
personas (sucesores de los gobiernos de hoy en día) dedicadas a recopilar información acabada de
las necesidades de la población en las distintas comunas, ciudades y regiones. Ellos informarán al
público acerca de las necesidades humanas en las distintas regiones y promoverán la formación de
empresas y equipos de trabajo ad-hoc para satisfacerlas mediante proyectos de gran escala.
Veamos el siguiente ejemplo, posible escenario del año 2010:
En un distrito de la ciudad de Addis Ababa, capital de Etiopía, la gente aún no tiene agua potable.
Todos los días deben hervir el agua para beberla, y hay altos índices de enfermedades infecciosas.
Determinados a solucionar este problema los vecinos se reúnen y canalizan su inquietud a través del
Municipio. Este a su vez se comunica con la coordinadora de la ciudad de Addis Ababa, quien les
informa que el problema es generalizado en toda la ciudad, e incluso en todo Etiopía. Se realiza la
consulta a los trabajadores de la empresa de obras sanitarias de la ciudad. Ellos explican que faltan
equipos especializados para purificar y tratar el agua, los cuales no se fabrican en Etiopía. A
continuación, la coordinadora publica el problema en Internet (o su sucesor), invitando a empresas y
países tecnológicamente avanzadas a ayudar al pueblo de Etiopía. Después de unos días reciben
cientos de respuestas de todo el mundo. Las maquinarias para tratar agua se fabrican en muchos
países. Varias empresas de Italia, Canadá y México ofrecen enviar equipos a Etiopía para ponerlos
en marcha. Se hace la siguiente recomendación a la coordinadora de Etiopía: por ahora se enviarán
los equipos necesarios para atender a la emergencia en Addis Ababa, y además sería muy interesante
que a futuro el pueblo de Etiopía los fabricara en su propio país para satisfacer todas sus futuras
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18. necesidades, y además las de los países vecinos Somalia, Sudán y Djibouti. Se forma un proyecto de
transferencia tecnológica para montar una fábrica de máquinas sanitarias en Etiopía y capacitar a sus
ingenieros en esta tecnología. Se arma un equipo multidisciplinario con voluntarios de varios países,
entre ellos Chile, España, Estados Unidos y Cuba. Pronto empiezan a llegar los voluntarios a la
ciudad de Addis Ababa, y se embarcan en un nuevo proyecto, contentos de estar aplicando sus
conocimientos en mejorar la vida de la gente de Etiopía, y con alegría haciendo nuevos amigos.
La Revolución Tecnológica Libera al Ser Humano
La tecnología, producida por siglos de trabajo y creatividad humana, es patrimonio de toda la
humanidad. En la sociedad humanista, por fin el esfuerzo ahorrado por la tecnología beneficiará a
todos, y no a unos pocos como sucede hoy en día. La producción realizada por las máquinas
pertenecerá a toda la humanidad. En particular, los trabajadores que ocupan la tecnología se
beneficiarán directamente del ahorro de trabajo. Tendrán menos trabajo, e incluso llegarán a ser
reemplazados por las máquinas. Esto no los perjudicará en absoluto, todo lo contrario, pues las
empresas seguirán produciendo la misma o más cantidad de bienes y esto se repartirá en toda la
sociedad. Los trabajadores que dejan de trabajar seguirán recibiendo los productos y calidad de vida
que siempre han recibido, pues la producción de las empresas estará a disposición de toda la
humanidad.
En general, el trabajo más rutinario se irá automatizando, y las personas quedarán libres para realizar
trabajos más interesantes.
Finalmente, toda la producción material, necesaria para la subsistencia humana, será realizada por
ejércitos de robots, controlados por computadoras. La gente solo tendrá que supervisar el buen
funcionamiento de éstas, lo cual no requerirá mucho tiempo o trabajo. El ser humano ya no tendrá
que trabajar por su subsistencia, y quedará libre para dedicarse a cosas más interesantes. Hay tantas
actividades mucho más importantes que la sobrevivencia a la que podrá dedicarse la gente, tanto en
forma individual como colectiva. Nombro solo algunos ejemplos a continuación: la cultura, el
deporte, estar con los hijos y con la pareja, pasear y conocer a otros países y pueblos, limpiar el
medio ambiente del planeta, desarrollar la mente y el espíritu y desarrollar nuevos conocimientos
que sigan aportando a la evolución de la humanidad. ¡Estoy seguro que a cada uno de los 6.000
millones de seres humanos que hay en la tierra se le ocurrirá cosas muy entretenidas y valiosas que
hacer con su tiempo! Este será el verdadero trabajo válido de la sociedad humanista.
La Ampliación de la Mente
Para que sea posible la sociedad humanista descrita, es necesario que suceda un gran cambio en el
interior del ser humano. La gente necesitará tener nuevos valores, nuevas actitudes frente a la vida y
los demás.
Esta revolución de la mente se producirá. El ser humano se conectará consigo mismo, y descubrirá
su fuerza interior. Cada ser humano descubrirá que él vale mucho, que dentro de él hay una gran
fuerza y una gran bondad que antes no sospechaba. Tal como lo dijo Silo en su histórica arenga de
Punta de Vacas en 1969: “La real sabiduría está en el fondo de tu conciencia, como el amor
verdadero está en el fondo de tu corazón”.
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19. Encontrará la felicidad que se registra en la coherencia interior, cuando se unen el pensamiento con
la emoción y la acción. Descubrirá la alegría de la solidaridad, al tratar a los demás como uno quiere
ser tratado.
El ser humano ya no encontrará sentido en juntar objetos a lo largo de su vida, y vivir persiguiendo
satisfacer sus necesidades biológicas. Esta forma de vida chata y gris del sistema actual ya le queda
muy chico al ser humano. En perseverante búsqueda, descubrirá el verdadero sentido de la vida. No
hay recetas para el sentido de la vida, pero cada ser humano, en el interior de su corazón, desde
Católicos a Musulmanes, Ateos y Budistas, intuye que estamos aquí para algo, para algo grande, que
se proyecte incluso más allá de la vida. Quizás este sentimiento ha sido muy bien expresado por Silo
en su libro “Humanizar la Tierra”:
“Te diré cual es el sentido de tu vida aquí: ¡humanizar la tierra! ¿Qué es humanizar la tierra? Es
superar el dolor y el sufrimiento, es aprender sin límites, es amar la realidad que construyes”.
Atrás quedarán pues, las cadenas prehistóricas del determinismo. El ser humano seguirá creciendo
sin límites, tanto en su organización social como en la expansión de su mente. Seguirá avanzando
hacia el infinito, hacia un luminoso e insospechado destino.
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20. III. EL CAMINO HUMANISTA HACIA LA REVOLUCION MUNDIAL
Pues bien, ¿como se logrará en la práctica la sociedad humanista que hemos descrito? Veamos a
continuación el proyecto concreto para llevar a cabo esta revolución.
La historia cambiará en la medida en que se sumen suficientes intenciones humanas a empujar en
esa dirección. Es necesario que para el año 2000 exista una estructura humana de cientos de miles de
personas, actuando en varios países del mundo. Esta estructura pondrá en marcha diversas
herramientas de acción destinadas a orientar a los sucesos sociales en una dirección humanista.
Entre estas herramientas se contemplan medios de difusión tales como hojas barriales, estaciones de
radio y canales de TV locales, organismos culturales y un partido político, el Partido Humanista.
Para implementar la economía humanista, se propone montar un nuevo organismo: La Red de la
Economía Humanista (REH).
La Red de la Economía Humanista
La economía humanista del futuro se empieza a construir desde ya entre los miembros del
Movimiento Humanista más personas del medio social que deseen participar. Se genera una gran red
humana de personas que se han puesto de acuerdo en llevar a la práctica los principios de la
Economía Humanista. Cada miembro de la red se inscribe declarando un producto o servicio que
puede aportar en forma gratuita en sus ratos libres. Un miembro de la red puede ser una persona
individual o una empresa. Dentro de la red circula una guía consistente en un listado de todos los
miembros de la red, especificando sus respectivos servicios y productos. Los integrantes de la red
solicitan los servicios de los demás miembros, poniéndose de acuerdo según la disponibilidad de
cada uno.
En el fondo, la REH es la respuesta del pueblo organizado frente a la creciente marginación del
sistema. Debido a que cada vez más, el sistema necesita menos personas para producir, y en
consecuencia va aumentando el desempleo y la pobreza, la gente se organiza y responde a aquellos
que detentan el poder, “Muy bien, ¿ustedes no nos necesitan más a nosotros? ¡Entonces nosotros no
los necesitamos más a ustedes! Construiremos el mundo de nuevo.” La gente se organiza y toma el
destino en sus propias manos. Sin violencia, se le hace el vacío al sistema y la gente construye una
economía paralela, en la cual los bienes y servicios se generan gracias al trabajo voluntario de la
misma gente.
La REH es puesta en marcha por los miembros de la estructura del Movimiento Humanista que
opten por montar esta iniciativa. La idea es que la estructura sea capaz de generar una red que se
convierta en un fenómeno social mucho más numeroso que la misma estructura: ojalá en una razón
1:100. La estructura genera la REH, y en continua retroalimentación, desde la REH surgen personas
que se suman a la estructura.
En la medida en que crece la REH, producirá cambios en los valores y creencias de las personas.
Aquel que participe activamente dedicando su tiempo a otros, descubrirá la dimensión del dar y la
amistad, lo cual unido al trabajo será sin duda una experiencia novedosa. La sensación de fuerza
conjunta al estar cálidamente unido con otros en una iniciativa solidaria, fortalecerá la fe en el ser
humano.
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21. Implementación de la REH
La REH es una red amplia que abarca distintas líneas del Movimiento Humanista. En este momento
mientras se escribe la presente, la REH ya tiene 40 integrantes, algunos de quienes pertenecen a la
estructura del Movimiento.
Cada miembro se ha inscrito con un servicio o producto que puede aportar en forma gratuita en sus
ratos libres. Los miembros solicitan dichos bienes de los demás, quienes los entregan cuando
pueden, según sea su disponibilidad. En forma periódica, cada miembro de la red recibe la Guía
Económica Humanista: una revista análoga a las Páginas Amarillas, con un listado de todos los
servicios y productos que se ofrecen en la red.
La información de todos los miembros de la red es centralizada en una base de datos computacional,
la cual es mantenida por un equipo de administradores, denominados “nodos”. Ellos ingresan a los
nuevos miembros en la computadora y emiten la Guía Económica Humanista.
Todo integrante de la red puede sumar a nuevos miembros. Estas personas nuevas quedan
contactadas con la persona que los sumó, de modo que toda la red va creciendo en forma
estructurada. Es una estructura fusionada con la del Movimiento, en la cual se dan todos los casos:
algunos miembros son de la estructura solamente, otros son de la REH solamente, y otros son de
ambos (Ver el diagrama). En la medida en que crece y se estructura la red también crece la
estructura del Movimiento. Este mecanismo es análogo a lo que se ha hecho en algunos períodos
con el Partido Humanista.
Los datos de los nuevos integrantes son entregados al orientador o contacto más inmediato, quien a
su vez las transmite hacia arriba por la estructura, hasta llegar al orientador quien esté en contacto
directo con un nodo. Debido a que en la práctica los nodos son pocos, cada uno debe atender a
varias líneas. La asignación de líneas por nodo es un acuerdo de implementación que se toma en el
equipo de trabajo de los administradores. Cada nodo recibe los datos de nuevos miembros de la
líneas que atiende y las ingresa en su computadora. Todos los nodos deben retransmitir los datos
entre sí, a modo de que cada uno tenga la totalidad de los miembros de la REH en su computadora.
Esto es necesario porque cada nodo emite la Guía Económica Humanista.
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22. Cada nodo imprime la Guía Económica Humanista, en cantidad suficiente para cada uno de los
miembros del sector de la red que él atiende. Entrega los ejemplares a los orientadores, quienes se
encargan de distribuirlas a los miembros de la REH de sus estructuras.
ESTRUCTURACION DEL MOVIMIENTO Y LA RED DE LA
ECONOMIA HUMANISTA
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23. Incorporación de Empresas
En la medida en que se desarrolle la Red de la Economía Humanista, se incorporarán no solo
personas individuales, sino además empresas. Este paso fortalecerá enormemente a la REH. Durante
el camino de transición entre el sistema actual y la futura sociedad humanista, dichas empresas
operarán naturalmente aún dentro del marco del esquema actual, y tendrán que contemplar los temas
del capital, financiamiento y utilidades. Se visualizan por lo menos tres tipos de situaciones:
Por un lado se formarán empresas de trabajadores, en las cuales la propiedad y las decisiones son
compartidas entre todos los trabajadores. Estas empresas están basadas en el principio humanista de
la Democracia Real, e incorporadas a la REH aportarán una parte de su producción en forma
gratuita.
Otro caso es el de las cooperativas de consumo. Consisten en grupos de personas que se organizan
para comprar en conjunto, de manera de abaratar costos. Ejemplos son cooperativas de alimentos,
cooperativas de vivienda, y cooperativas de ahorro y crédito. Estas iniciativas son justamente una
respuesta de la gente organizada frente a la injusticia del sistema, de modo que su incorporación a la
REH es un paso lógico y coherente con el planteo inicial.
Por otro lado, será muy interesante invitar a participar a empresarios tradicionales. Aquí puede haber
muchos humanistas en potencia. Debe haber muchos empresarios que no obstante una buena
situación económica, no se sienten plenamente realizados y quisieran hacer algo nuevo con sus
vidas, que los conecte con otros seres humanos y que les abra un nuevo sentido en la vida. Un dueño
de una fábrica de mermeladas podrá regalar unas cuantas cajas por semana, y un empresario
inmobiliario podrá donar un departamento al mes, sin que esto los afecte mayormente.
Desarrollo de la Revolución
La Red de la Economía Humanista crecerá hasta que tenga millones de miembros, personas y
empresas. Cuando llegue a ese nivel de expansión empezará a ejercer una presión sobre la economía
del sistema. Habrá comenzado el boicot silencioso del pueblo. Las empresas que no estén
incorporadas a la REH verán reducidas sus ventas, debido a que un sector de la población estará
obteniendo sus productos en la economía paralela. Por más que intenten bajar sus precios, será
imposible competir con productos gratuitos. Cada vez tendrá más sentido, incluso desde un punto de
vista meramente pragmático, el participar en la REH, y así acceder también a servicios gratuitos. En
el nuevo contexto social, será cada vez más desubicada y mal vista la actitud y práctica neo-liberal.
A estas alturas, los nuevos valores humanistas, y la fe creciente en que la economía humanista es
posible, estarán ampliamente difundidos en la sociedad y habrán hallado asidero entre las nuevas
creencias de la gente. Cual Muro de Berlín, primero se derrumbará el sistema dentro de las
conciencias y los corazones de la gente. A partir de ese momento, habrá nacido algo nuevo en el
interior del ser humano, y el nuevo mundo en el horizonte será cuestión solo de tiempo.
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24. Epílogo
Estimado(a) amigo o amiga,
Si te ha gustado esta Propuesta Económica Humanista, me encantaría
recibir tus opiniones, preguntas, críticas, aportes, ideas y sugerencias al respecto. Esta idea está en
su infancia todavía y hacen falta muchas mentes creativas e inquietas para desarrollarla más, en
equipo, y crear novedosas formas de llevarla a cabo.
Mis datos son:
Jerome Smith
Internet: jsmith@netup.cl
Teléfono: (562) 2772216
Santiago - Chile
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