1. “Yo soy la siempre Virgen Santa María, Madre del verdadero Dios”
2. Un poco de Historia …
• De mañana, un sábado 12 de diciembre de 1531, un
indio llamado Juan Diego iba de camino a la Ciudad
de México a tomar sus clases de catecismo.
• Cuando pasaba por un monte llamado Tepeyac
escuchó que alguien decía: “Juanito, Juan Dieguito”.
• Juan Diego subió al tope del monte para ver quién
le llamaba y allí encontró a la Virgencita como ella
misma se presentó: “Yo soy la siempre Virgen Santa
María, Madre del verdadero Dios”
3. • Luego de varias apariciones
de la Guadalupana, Juan
Diego acudió al Obispo para
contarle de su Señora, pero
no le creyó.
• Al día siguiente, volvió donde
el Obispo con unas rosas
hermosas, aun sabiendo que
ese no era el tiempo de la
cosecha de rosas. Cuando
dejó caer las rosas frente al
Obispo como prueba de lo
que decía, apareció una
imagen de la Virgen impresa
en el ayate de Juan Diego.
4. Descripción de la Imagen
El rostro es el de una joven mestiza, una anticipación,
ya que en aquel momento todavía no habían
mestizos de esa edad en México.
5. El manto azul salpicado de estrellas es la "Tilma de
Turquesa" con que se revestían los grandes
señores, e indica la nobleza y la importancia del
portador. Los rayos del sol circundan totalmente a
la Guadalupana para indicar su importancia.
6. Esta joven doncella mexicana está embarazada de
pocos meses. Así lo indica el lazo negro que ajusta
su cintura (utilizado por las indígenas para indicar
su estado de gestación), el ligero abultamiento
debajo de éste y la intensidad de los resplandores
solares que aumenta a la altura del vientre.
7. La Virgen está de pie en medio de la luna y no es
casualidad ya que el significado de la palabra
“Metz-xic-co” es “en el centro de la luna”. También
es símbolo de nacimiento y vida.
8. En los pies de la Guadalupana vemos un ángel. Las alas
de éste son como las de un águila, asimétricas y
muy coloridas; los tonos son muy parecidos a los del
pájaro mejicano tzinitzcan que Juan Diego escuchó
cantar durante la aparición de la Virgen. Sus brazos
sostiene la túnica de la Virgen y el manto.
9. El Santuario
• Donde mismo se apareció la Virgen le construyeron un
Santuario en su honor.
• El Tepeyac es el santuario mariano mas visitado del
mundo. Cada año 20 millones de fieles se acercan al
santuario para expresarle a la Virgen su cariño y
veneración.
• El doce de diciembre, se calcula que casi tres millones
de personas acuden al santuario.
10. La Nueva Evangelización
• Los misioneros tenían muy poco
éxito a pesar de su intensa
labor.
• Pero la Virgen de Guadalupe se
presentó como mujer nativa y
les enseñó que el regalo de la fe
es para todos sin distinción.
• Siete años después de las
apariciones 8 millones de nativos
se convirtieron a la fe católica.
• Por esta y por muchas otras
razones la Virgen de Guadalupe
fue proclamada como la
Emperatriz de las Américas.
11. Juan Pablo II y la Guadalupana
• En sus cuatro visitas a
México, Juan Pablo
II visitó el Tepeyac y
honró con profundo
amor a la Virgen de
Guadalupe a quien
encomendó el continente
Americano y su nueva
evangelización.
• En la basílica, Juan Pablo
II beatificó al indio
Juan Diego el 6 de mayo
de 1990.
Obra del Escultor mexicano Pancho Cárdenas.
12. Homilía de Juan Pablo II
Santuario de la Virgen de Guadalupe
Sábado 27 de enero de 1979
“Cuán profundo es mi gozo, porque los primeros pasos de mi
peregrinaje, como Sucesor de Pablo VI y de Juan Pablo I,
me traen precisamente aquí. Me traen a ti, María, en este
Santuario del pueblo de México y de toda América Latina,
en el que desde hace tantos siglos se ha manifestado tu
maternidad… oh Madre, recordando y confirmando el gesto
de mis Predecesores Benedicto XIV y Pío X, quienes te
proclamaron Patrona de México y de toda la América
Latina, te presento una diadema en nombre de todos tus
hijos mexicanos y latinoamericanos, para que los conserves
bajo tu protección, guardes su concordia en la fe y su
fidelidad a Cristo, tu Hijo. “
13. "Confiamos a Santa María de Guadalupe, Patrona de México y de todo el continente,
el destino de los pueblos americanos y de su nueva evangelización"
(S.S. Juan Pablo II)