Auscultación de ruidos cardíacos, y ritmo. La auscultación debe llevarse a cabo en cada una de las
cinco áreas cardíacas, aunque no ha de limitarse a ellas. Se
utilizarán, en primer lugar, el diafragma y, después, la campana
del estetoscopio. Aplique una presión firme con el diafragma
(mejor para sonidos de frecuencia más alta) y una presión
suave con la campana (mejor para sonidos de baja frecuencia).
Las cinco zonas tradicionales para la auscultación se localizan
de la siguiente forma.
El corazón se contrae y se relaja de manera rítmica. Durante la sístole, los ventrículos se contraen y provocan la eyección de la sangre desde el ventrículo izquierdo a la aorta y, al mismo tiempo, desde el ventrículo derecho a la arteria pulmonar. Durante la diástole, los ventrículos se dilatan y conducen la sangre hasta los ventrículos cuando las aurículas se contraen, moviendo, en consecuencia, la sangre desde las aurículas hasta los ventrículos
S1: Al comenzar la sístole, la contracción ventricular eleva la presión en los ventrículos y fuerza el cierre de las válvulas mitral y tricúspide, impidiendo así el reflujo. Este cierre valvular
da lugar al primer ruido cardíaco.
S2:
Cuando los ventrículos están casi vacíos, la presión en
ellos cae por debajo de la existente en la aorta y en la arteria pulmonar, lo que permite que las válvulas aórtica y pulmonar se cierren. El cierre de estas válvulas da lugar al segundo ruido cardíaco
S3 y S4: Pueden estar o no presentes. Su ausencia es un hallazgo habitual y su presencia no
es indicativa necesariamente de un trastorno patológico. En consecuencia, estos han de ser valorados en relación con otros ruidos y episodios dentro del ciclo cardíaco.
4. Al comenzar la sístole, la
contracción ventricular
eleva la presión en los
ventrículos y fuerza el cierre
de las válvulas mitral y
tricúspide, impidiendo así el
reflujo. Este cierre valvular
da lugar al primer ruido
cardíaco.
Cuando los ventrículos están
casi vacíos, la presión en
ellos cae por debajo de la
existente en la aorta y en la
arteria pulmonar, lo que
permite que las válvulas
aórtica y pulmonar se
cierren. El cierre de estas
válvulas da lugar al segundo
ruido cardíaco
S1 S2
S1 Y S2
El corazón se contrae y se relaja de manera
rítmica. Durante la sístole, los ventrículos
se contraen y provocan la eyección de la
sangre desde el ventrículo izquierdo a la
aorta y, al mismo tiempo, desde el
ventrículo derecho a la arteria pulmonar.
Durante la diástole, los ventrículos se
dilatan y conducen la sangre hasta los
ventrículos cuando las aurículas se
contraen, moviendo, en consecuencia, la
sangre desde las aurículas hasta los
ventrículos
5. La diástole es un intervalo
relativamente pasivo, hasta
que el llenado ventricular es
casi completo
En ocasiones, este llenado
produce
un tercer ruido cardíaco (S3)
Las aurículas se contraen
para garantizar la eyección
de toda la sangre remanente.
Este fenómeno a veces se
percibe por auscultación
como un cuarto
ruido cardíaco
S3 S4
S3 Y S4
Pueden estar o no presentes. Su ausencia
es un hallazgo habitual y su presencia no
es indicativa necesariamente de un
trastorno patológico. En consecuencia,
estos han de ser valorados en relación
con otros ruidos y episodios dentro del
ciclo cardíaco.
6. ¿QUÉ ES S2 DESDOBLADO?
La válvula aórtica se cierra ligeramente antes que la
pulmonar, de modo que S2 a menudo se oye como dos
componentes distintos, y en tal caso recibe el nombre de «S2
desdoblado» (A2, seguido de P2)
7. La auscultación debe llevarse a cabo en cada una de las
cinco áreas cardíacas, aunque no ha de limitarse a ellas. Se
utilizarán, en primer lugar, el diafragma y, después, la campana
del estetoscopio. Aplique una presión firme con el diafragma
(mejor para sonidos de frecuencia más alta) y una presión
suave con la campana (mejor para sonidos de baja frecuencia).
Las cinco zonas tradicionales para la auscultación se localizan
de la siguiente forma