7. La historia de la almadías, más conocidas en Aragón como
nabatas, es una historia de economía de supervivencia, tanto para
la obtención de la madera, como la forma de transportarla, en este
caso los ríos.
Durante siglos se han utilizado las nabatas para trasladar los
maderos desde la montaña hasta el Ebro.
Nabateros y barranqueadores formaron parte de la cultura de
estas montañas hasta la decadencia de esta actividad a mediados
del S. XX.
Era un oficio de las gentes de montaña, aunque con mucho riesgo
que otorgaba a los madereros una forma de vida llena de peligros
y de escaso dinero.
La riqueza forestal de los valles Alto aragoneses fue muy
apreciada para la construcción de puentes y castillos, barcos de
la Armada Real o para obras del Canal Imperial de Aragón.
Durante el invierno se trabajaba en el bosque cortando,
arrastrando y apilando, en primavera se construían las nabatas y
con suficiente caudal se ponía en marcha la embarcación.