2. La educación especializada o marginación social (EE). Este campo tiene como destinatarios a personas en conflicto, desadaptadas y con riesgo de llegar a ser marginadas socialmente.
20. Empresas de servicios relacionadas con la animación sociocultural, la prevención de riesgos laborales, etc.
21. Programas de desarrollo local, comarcal, regional, nacional e internacional. La intervención del educador social en el ámbito de la discapacidad La intervención del educador social puede indicarse como soporte para integrar a personas con discapacidad que ven limitado su desarrollo personal y presentan dificultades de adaptación al entorno. Para Torras (2000) dicha integración pasa por dotar las condiciones adecuadas para que la persona con discapacidad pueda interaccionar con su entorno de una forma significativa y positiva.
22. El tipo de intervención que se realice puede ser directa, sobre la persona con discapacidad, o bien estar dirigida a la comunidad y, por tanto, tratarse de un tipo de intervención indirecta sobre la persona con discapacidad. En este último caso, la actividad irá dirigida a la sensibilización, formación y transformación de la comunidad para favorecer el desarrollo de una adecuada relación con las personas con discapacidad. Partiendo del planteamiento de Pastor (2006; Pastor y Pallisera, 1995) podemos establecer tres niveles en sus funciones: Con el grupo o la persona. Desde este nivel la función del educador social se centra en el proceso de socialización para facilitar el acceso a la cultura y la inclusión en la sociedad. Como meta final, se ha de buscar el empoderamiento (empowerment) en cuanto aumento de la autoridad y el poder del individuo sobre los recursos y sobre su capacidad de entender, actuar y tomar decisiones que afectan a su vida. Con el entorno del grupo o de la persona. El trabajo con el entorno de la/s persona/s con discapacidad puede estar referido a instituciones (escuela, empresa, familia, administración) o a la comunidad y, en la actualidad, se considera imprescindible. Con ello se pretende lograr la normalización e integración social de las personas con discapacidad mediante la información, la sensibilización o la formación de distintas instancias sociales.
34. Centros de reinserción social Reflexión sobre la praxis educativa. Este nivel se refiere a la necesidad de análisis y reflexión sobre la propia práctica profesional, referida tanto al saber como al saber ser y al saber hacer.
40. Objetivo/s del proyecto Planificación de la intervención. La planificación de la intervención básicamente consiste en establecer un plan de acción que nos permita lograr el/los objetivo/s establecido/s en el apartado anterior. La planificación ha de estar basada en una serie de aspectos, como son: una fundamentación, del programa, un plan de acción los recursos a utilizar y su gestión, su temporalización y la evaluación de la consecución de los objetivos. Con respecto a los objetivos, dada su importancia, cabe indicar que deben de reunir una serie de características, entre las que podemos destacar el que: han de estar vinculados a las necesidades de la/s persona/s y priorizados en función de su relevancia, han de ser realistas y han de estar bien definidos y ser evaluables. Aplicación. Evaluación.
45. Obligación de llamar la atención tanto sobre condiciones generadoras de problemática social como sobre casos particulares referidos a la problemática social.
46. Pero también podemos destacar algunos principios de calidad que deben de contemplarse en relación con la tarea a desarrollar, como son:
49. Por lo general, el término adecuado a utilizar es el de «persona/s con discapacidad», aunque algunas de estas personas tienen sus propias preferencias. Así, algunos prefieren la denominación «diversos funcionales». En cualquier caso, deben evitarse términos como: «discapacitados», «lisiados», «minusválidos», «inválidos», «impedidos», «incapaces», «deficientes», etc.
50. Algo que suele molestar bastante a las personas con discapacidad es que le presten ayuda de forma indiscriminada y que den por sentado sus limitaciones.
51. Adecuar la comunicación (vocabulario, construcciones, tono, sistema de comunicación, etc.) a las características de la persona.
52.
53. Cuando las personas con discapacidad piden algo que necesitan, como por ejemplo puede ser una adaptación o una ayuda, en la mayoría de ocasiones no se están quejando
54. En determinados casos la persona con discapacidad puede necesitar un acompañante, ayudante o intérprete. En dichos casos, cuando se pretenda hablar con la persona con discapacidad debemos dirigimos a él o ella y no a la otra persona
55.
56.
57. Participación en investigaciones. Sería deseable que los propios educadores sociales, partiendo de una adecuada formación al respecto, pudieran desarrollar investigaciones en el campo de la discapacidad que aporten un nuevo punto de vista y nuevos conocimientos científicos al respecto.
59. Reclamar la presencia del educador social en los distintos ámbitos relacionados con la discapacidad y, en su caso, la búsqueda de una adecuada ratio en el desarrollo de su labor.
60. Fomentar el trabajo desde equipos interdisciplinares y con un tipo de intervención transversal, debido especialmente a la multitud de ámbitos con los que se relaciona ya que de esa forma se incrementan las posibilidades de éxito. Texto extraído de: Suárez Riveiro, José Manuel(2011).Discapacidad y contextos de intervención: Sanz y Torres